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QUEDATE CONMIGO por crystalwall

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen, que mas quisiera yo...

Notas del capitulo:

Hola, les traigo una nueva historia, espero que les guste, este es solo la introducción, por favor lean las notas finales

Capítulo 1.- Visita al Olympo

 

Saori Kido, la poderosa Atena tenía que asistir al Olympo a llamado de su padre, el Dios de los Cielos, Zeus… las razones eran simples, tres años habían pasado desde que el acuerdo de paz se había firmado y las cosas habían estado relativamente bien, Hades había mantenido su palabra de cese al fuego al igual que Poseidón, es más el Dios de los mares que había vuelto a tomar posesión del cuerpo de Julián Solo se había unido a Saori Kido en una iniciativa para llevar ayuda a los sectores mas afectados de la tierra en un sin numero de programas y proyectos humanitarios que consumían gran parte de su tiempo y recursos

 

Saori había decidido llevar como escolta a sus caballeros divinos mas fieles, su padre había dicho tres acompañantes pero la joven Diosa siempre había llevado a sus cinco caballeros y nunca había tenido problemas antes entonces confiaba en no tenerlos ahora, el viaje fue espantoso según Shun de Andrómeda, a él no le gustaba para nada el atravesar portales pero al llegar al Olympo todo fue olvidado, el lugar era una verdadera belleza, la visión de los templos de corte antiguo, el clima tan fresco e invitante, las ninfas, los sátiros, los unicornios y demás animales que corrían libres por los extensos campos llenos de flores, ríos y cascadas, la comida, la bebida, el cantar de los pájaros, etc., etc, etc., hacían que todo mereciera la pena con tal de llegar allí, era el lugar preferido de los Dioses a los que solo pocos humanos tenían la deferencia de entrar y admirar

 

Esa tarde en la que llegaron los caballeros y su Diosa solamente se acomodaron en el templo de Athena, las reuniones no comenzarían hasta el día siguiente por lo que se refrescaron un poco y en la tarde salieron a caminar por los inmensos jardines del Olympo, su comitiva fue la primera que llegó, Poseidón con tres de sus Generales Marinos, Kanon, Sorrento y Leumnades, llegaron poco antes de la cena, los que nunca llegaron esa noche fueron Hades y sus tres jueces, el Dios de los muertos le había dicho a Zeus que él y su comitiva llegarían al día siguiente, Ares ya estaba presente al igual que Afrodita, Hera, Deméter, Apolo, Artemisa, Hefesto y los demás Dioses del Olympo, esa noche la cena de bienvenida fue ofrecida en el templo de Zeus y fue un derroche de impresionante de música, comida, bebida, danzas y demás entretenimientos, el ambiente si estaba un poco cargado por la expectativa de las reuniones que vendrían

 

Casi a la media noche llegó la comitiva del Inframundo pero no interrumpieron las festividades, simplemente Hades y sus Jueces se retiraron al templo del Dios de los muertos, se había decidido que iban a anunciar su presencia por lo que Hades estaba caminando discretamente por los jardines en la frescura de la noche cuando vio algo que le sorprendió un poco, Seiya de Pegaso, el caballero de Atena abandonaba la cena y sigilosamente cual sombra se alejaba de las edificaciones, se dirigía hacia el borde norte del Olympo, esto era extraño… pero bueno, al llegar allí descubriría que su caminata fue en vano, el Jardín de las Herpérides que contenían las manzanas de oro estaba situado allí, pero por mas que intentara no podría entrar, primero el Dragón que custodiaba los árboles lo rostizaría vivo en un santiamén y luego la entrada de los humanos a ese lugar en específico estaba prohibida por los Dioses

 

Hades seguía en su caminata nocturna admirando la belleza de la luna cuando fue sorprendido cuando su hermano menor lo abordó

- Por qué no me avisaron que llegaste hermano?, habríamos pospuesto la cena – Zeus era un hombre alto y fornido, aparentaba unos 35 años mas o menos, extremadamente apuesto, con unos ojos azul cielo de envidia y una dentadura perfecta, ahora sonreía al ver a su hermano favorito que le correspondía el abrazo, Hades tenía la piel blanca como la leche y era muy pálido, alto como su hermano pero sus cabellos eran negros al igual que sus ojos, era igual de apuesto que Zeus pero en estilos diferentes

- No quería interrumpirlos Zeus, además… mientras menos contacto pueda tener con ella pues mejor – contestó el poderoso Dios del Inframundo encogiéndose de hombros

- No que se habían separado en buenos términos? – preguntó el rubio frunciendo el ceño

- Si… lo hicimos, pero eso no significa que esté de humor para ver a Perséfone

- No sabía que las cosas estaban así… si tu quieres puedo disponer que ella vuelva al Inframundo inmediatamente – Zeus como siempre impositivo y determinado, Hades solo meneó la cabeza y le dedicó una triste sonrisa

- No Zeus… eso no es lo que yo quiero, yo mismo la rapté cuando me la llevé hace tantos y tantos años, por la fuerza aún la podría tener en mi lecho pero eso no es lo que quiero, con el tiempo si nos llegamos a amar pero el amor se fue apagando, luego yo pasé tanto tiempo encerrado que… ya nada fue lo mismo cuando volví a la vida, ella está mejor aquí y yo estoy mejor allá – Hades hablaba pausada y tranquilamente, lo que terminó de calmar los ánimos en su fogoso hermano que bajó la guardia

- Lo que tu necesitas es un amante, eso es lo que necesitas, alguien que te caliente el lecho en las noches como lo mandan los Dioses– Zeus tomó a Hades del brazo y caminaron juntos alejándose del templo y de la fiesta

- Pueda que tengas razón pero… yo no solo quiero tomar a alguien por simple placer, yo… quiero que alguien me ame, que me ame de verdad, yo quiero volver a amar, esa sensación cuando tu corazón late con fuerza al solo pensar en el ser amado, lo quiero sentir otra vez, eso puede sonar fácil pero no lo es, tiempo al tiempo hermano, ya llegará alguien que sea digno del trono del Inframundo

- Eso espero, no me gusta verte solo

- Ya cambiemos de tema, mejor dime que hacías aquí afuera? – ante esta pregunta Zeus sonrió pícaramente y todo su semblante cambió

- Ohh… no viste a un muchachito que se escabulló de la cena?, yo creo que está con la comitiva de Atena

- Si… es Seiya, el caballero de Pegaso, lo estabas siguiendo?

- Bueno, tu no eres el único que necesita un amante nuevo, ese muchachito se veía delicioso, lo quiero en mi lecho esta noche

- Y Hera?, te parece prudente ponerle los cuernos a tu esposa y en sus propias narices?

- No me importa, quiero algo nuevo e inocente en mis manos, además es un honor para él entregarse a un Dios – Hades sonrió, el ego de Zeus podía llenar estadios de lo grande que era, pero… era el Dios de Dioses no?

- Ese muchachito es un guerrero, bastante obstinado, no creo que considere un honor ser amante tuyo y menos por una noche – dijo el pelinegro recordando su enfrentamiento con aquel caballero hace mas de tres años, era apenas un niño ahora era ya un jovencito y Zeus tenía razón, si se veía delicioso

- Eso lo veremos, soy el Dios de los cielos después de todo no?

- Bueno, suerte y feliz cacería hermano, solo espero que tu esposa se mantenga entretenida y no note tu ausencia

- No me puedes dar una mano con eso?

- No… yo oficialmente no estoy aquí, estás por tu cuenta

- Como quieras, nos vemos mañana entonces en las reuniones, estarán algo pesadas, hay cierta… perturbación en el ambiente, tu también lo sientes verdad?

- Tres años es una eternidad en tiempos de paz, que lo disfrutes entonces

- Ohhh… lo haré…

 

Seiya luego de mucho caminar y de perderse un par de veces estaba de pie frente a su objetivo, el Jardín de las Hespérides, había un portón que no había poder humano que lo pudiera abrir, el joven castaño estaba tentado a usar sus meteoros para derribar la puerta pero por prudencia se estaba deteniendo, intentó escalar la pared pero cuando llegaba a lo alto de la pared y saltaba para entrar al Jardín aterrizaba siempre e invariablemente en las afueras del portón, trató de cruzarse por los barrotes de la puerta pero igual, al cruzar aparentemente los barrotes terminaba afuera del portón, Seiya no lo entendía, no había nadie cerca como para que se lo estuviera impidiendo, todo esto era muy raro, usando sus dotes de caballero y como último recursos tomando viada intentó saltar la barda y una fuerza invisible lo lanzó contra el suelo, al ponerse de pie el caballero de Atena estaba perdiendo toda esperanza y se le fue el corazón al suelo cuando una voz le habló desde las sombras

- Lo siento muchacho… los humanos no pueden entrar en el Jardín – Seiya se volteó y casi se muere al ver al mismísimo Zeus que se acercaba a él con expresión divertida, el mayor había estado mirando los intentos de entrar del muchacho por mas o menos unos 10 minutos y le parecía sumamente gracioso

- Lo siento… mi señor… yo solo quería… ver las manzanas… - dijo Seiya sonrojándose y bajando la cabeza

- La curiosidad no es mala muchacho, pero en este caso es imposible – el mayor llegó hasta el joven y puso la mano en su hombro y lo apretó suavemente haciendo que Seiya levante la mirada y lo vea a los ojos

- Lo siento… - se disculpó sinceramente el Pegaso a lo que el Dios de los Cielos solo sonrió

- No te preocupes, respira tranquilo, yo no te delataré si tu caminas conmigo hasta el lago, me gusta caminar en la noche además yo creo que he tomado mucho vino y necesito despejar mi cabeza, que dices?, caminas conmigo?

- Sería un honor mi señor

- Esa es la respuesta que esperaba, y cuéntame, cómo están las cosas en la tierra?

Zeus empezó a caminar bordeando el jardín y Seiya lo siguió dirigiendo una última mirada de anhelo pero ni modo, no pudo entrar allí esta noche pero ya vería la forma de hacerlo, estarían en el Olympo algunos días, tal vez tenga mejor suerte a la luz del día, además habían otros lugares para explorar, el Dios de los Cielos se entretuvo escuchando la conversación del caballero de su hija y mirándolo disimuladamente, en verdad ese muchachito estaba que provocaba morderlo, tenía la mirada inocente, una muy cálida sonrisa, su tono de piel era muy hermoso y para colmo tenía un cuerpo cual escultura griega y un fabuloso trasero de afición, en verdad quería llevarlo a su lecho para hacerlo suyo inmediatamente, tal era su deseo que en ese punto ya no le importaba nada, casi habían llegado al lago cuando el mayor se detuvo y tomó del brazo al muchacho atrayéndolo a su cuerpo, Seiya estaba sorprendido pero se dejó hacer, luego el rubio le acarició el rostro y pasó la mano por sus cortos cabellos, Seiya se puso incómodo, la manera como lo miraba el Dios no le gustaba, lo miraba con deseo desvistiéndolo con la mirada y le sonreía como sonríe un niño con juguete nuevo

- Tenías una ramita en el cabello – dijo Zeus con una sonrisa muy sugestiva

- Mu-muchas gracias… no cree que debemos volver? – el corazón del Pegaso empezó a latir y con fuerza, estaba muy nervioso y asustado

- No… aquí adelante hay un claro llenos de flores, no quieres ver las estrellas conmigo?

- No cree usted que es un poco tarde?

- No… no es tan tarde, lo que si hace es un poco de frío, ven… déjame abrazarte, estás temblando – Seiya no sabía dónde meterse, el Dios de los Cielos lo atrajo mas hacia su cuerpo, el joven se quedó estático y se dejó abrazar, Seiya podía sentir el aliento del mayor en su cuello mientras sus manos iban bajando por su espalda, le faltaban centímetros para llegar a su trasero cuando una voz femenina en un tono cargado de ira los interrumpió

- Así que aquí estabas querido – Seiya saltó y se sonrojó al ver el rostro furioso de la esposa de Zeus, Hera en persona estaba de pie delante de ellos, a Zeus la verdad pareció no importarle que lo hayan descubierto así, con las manos en la masa

- Me gusta caminar después de la cena querida, tu lo sabes – Zeus no trató de disimular nada ni soltó a Seiya que si dio un paso hacia atrás alejándose de Dios que lo jaló acercándolo nuevamente y lo tomó de la cintura

- Si… lo se… pero no pensé que estuvieras disfrutando de tan buena compañía – Hera se cruzó de brazos, estaba harta de las andanzas de su esposo, era el colmo, ahora su esposo andaba tras los jovencitos guerreros de las comitivas de los otros reinos

- Mi señora… no es lo que parece… - el joven trató de justificarse pero no sabía que decir

- Claro que si, yo conozco a mi esposo muchachito, regresa al templo de tu Diosa inmediatamente y no le comentes de esto a nadie, me entendiste? – el tono de Hera en verdad que era intimidante

- Si mi señora

- Vete de una vez – Seiya no esperó que se lo dijeran dos veces y casi corrió de vuelta hasta que llegó a las edificaciones y sin ver a nada ni a nadie entró en el templo de Atena, se acostó en su cama y se tapó con las cobijas hasta el cuello, todo le daba vueltas, Zeus lo estaba acosando, Hera los descubrió, no pudo entrar en el bendito Jardín, esta había sido una muy mala noche, solo esperaba que no hubiera mayores consecuencias por ello

 

A la mañana siguiente Hades reía con ganas cuando Zeus mismo le contó como su cacería fue interrumpida por su esposa y su muy jugosa y tierna presa había huido, pero los pocos momentos que pudo tener a ese jovencito en sus brazos habían valido la pena la noche entera de insultos por parte de Hera, ahora la soberana de los Dioses veía con rabia a Atena que no entendía cuál era el problema, si ella siempre había mantenido una relación por demás racional con Hera, pero bueno… asuntos de los Dioses, no había que entenderlos, había que tolerarlos, de cualquier manera las reuniones de ese día empezaron con el pie izquierdo, habían problemas entre Ares y Hefesto, nada nuevo bajo el sol en ese tema pero igual lo tenían que tratar…

 

Seiya no pudo separarse de nuevo del grupo, habían guardianes cerca de él todo el tiempo, el castaño sospechaba que eso era obra de Hera para que su infiel esposo no se le acercara, esto era bueno porque ya no tendría que preocuparse del acoso de Zeus pero tampoco podría ni intentar acercarse a ese jardín, demonios!!!, esa era la razón principal de su viaje, esa y ver si se podía colar en los templos de los otros Dioses pero al parecer ahora nada podía hacer, ni respirar duro podía menos continuar con sus planes de exploración, por qué tuvo que aparecer Zeus a estropearlo todo???

 

Al segundo día Hades cansado de escuchar las quejas y mas quejas de todos los presentes decidió tomar un descanso y salió de los templos con camino a una de las cascadas cercanas, sus jueces aparecieron inmediatamente a su lado pero el Dios de los muertos les dijo que quería estar solo, al acercarse a las cascadas pudo ver a una joven que sentada de frente al sol estaba atendiendo a unas flores que al parecer se marchitarían, era una muchacha muy hermosa, con un rostro angelical, ojos azules profundos, cabellos rubios un poco ondulados que caían por su espalda casi hasta llegar a su cintura, sonrisa clara y mirada tierna, había pasado mucho tiempo desde que la había visto por últma vez pero allí estaba ella, tan hermosa como siempre, ahí cerca de él, Perséfone…, la muchacha al sentirse observada levantó la mirada y sonrió al que fuera su esposo y le tendió la mano, Hades se acercó a ella tomó su mano, la besó y luego la ayudó hasta que la joven se levantó

- Sabía que vendrías pero no sabía si te vería, cómo estás Hades? – Perséfone sonreía, esa sonrisa tan clara y pura que los años en el inframundo habían hecho desaparecer ahora estaba de vuelta en su rostro, eso entristeció al mayor que suspiró y trató de sonreír también

- No tan bien como tu pero estoy bien, dentro de lo que cabe

- Me da gusto verte – la muchacha acarició el rostro de Hades y apretó su mano

- Igual a mi, cómo están las cosas por aquí?

- Bien, mi madre y yo estamos bien

- Me alegro mi Reina, me alegro – Hades tomó la mano de la joven y la besó nuevamente, el semblante de Perséfone se ensombreció al decir:

- Yo ya no soy tu Reina Hades

- Lo se… lo siento, viejos hábitos no mueren, quieres caminar un poco conmigo? – Hades meneó la cabeza, era cierto… ella ya no era su Reina y como mejor pudo trató de cambiar la conversación

- Claro… cuéntame, cómo están las reuniones? – ella concedió y empezó a caminar a su lado y de su brazo

- Tu sabes… lo mismo de siempre…

Hades caminó por el pasto con la que fuera su esposa, charlaron y rieron como en los viejos tiempos, si bien es cierto el amor y la pasión entre ellos se había agotado hasta que todo rastro de fuego se había extinguido pero ambos comprobaron con complacencia que el sentido de familiaridad y el cariño existente entre ellos no había desaparecido completamente, ahora podían hablar civilizadamente y mantener un trato cordial, ellos estuvieron casados por mucho tiempo, ahora eran libres y de mutuo acuerdo, Hades se complacía que no existiera rencor entre ellos, la verdad no entendía cómo su hermano Zeus podía mantener una relación tan tormentosa con su esposa, eso… no era vida a su criterio, por eso estuvo de acuerdo en conceder la libertad a la Diosa de la Primavera, amar es desear la felicidad del ser amado así esa felicidad no sea compartida con uno

 

Mas o menos una hora después Hades decidió que debía volver al salón de reuniones, se despidió de la joven con un casto beso en la mejilla y con una sonrisa se separaron, Perséfone lo vio partir con un peso menos en el alma, ella amaba a Hades pero ya no estaba enamorada de él, se alegraba de que ahora las cosas ya no eran incómodas entre ellos, eso haría feliz a su madre…

 

Por mas intentos que hizo Zeus de acercarse al muy bien custodiado caballero de Pegaso, todos sus esfuerzos fueron infructuosos, Hera mantuvo a su esposo muy bien vigilado para que no se le escape otra vez, no iba a ser la hazme reír del Olympo, no podía tolerar que Zeus le pusiera los cuernos con todos los Dioses cerca para admirarlo y menos con un muchachito humano, pero bueno… si ella hacía un resumen de los amantes de su esposo, a él le gustaban mucho las y los jóvenes humanos en especial los qe eran hermosos así como el caballero de Pegaso, por eso la Diosa del Matrimonio no veía la hora de que las benditas reuniones acabaran para poder botarlos a todos del Olympo, pero por mas esfuerzos de la Diosa, las reuniones duraron quince días, fuero quince días intensos de deliberaciones, nuevos acuerdos, pactos de sangre que a la final quedaron en lo mismo que ya habían establecido, pero nunca estaba por demás asegurarse decía Saori que estaba contenta con los resultados, a la final ella había conseguido que la Tierra este a salvo de los ataques de los Dioses y se había quedado que nadie intentaría reclamar su posesión, pero como bien decía Ares, una cosa son los pactos, otra muy diferente es la realidad, el rato de la verdad, otras serían las cartas que se jugarían

 

En esos días los caballeros de Atena tuvieron tiempo de descansar, leer, caminar en el sol, disfrutar del agua de los ríos, lagos y cascadas además de los baños termales que había en el Olympo, fue un tiempo dedicado a pensar, reflexionar y distraerse de todo y de todos, los cinco caballeros divinos por lo regular lo hacían todo juntos aunque frecuentemente los generales marinos se les unían, en estos últimos años las relaciones de los dos grupos se habían estrechado por el trabajo en conjunto que hacían sus respectivos dioses y ahora se hablaban con familiaridad y confianza

 

Sorrento se llevaba mejor con Shun del grupo de los caballeros de Athena pero no pudo evitar notar una gran barrera e incomodidad entre Seiya e Ikky, algo estaba pasando ahí, antes siempre los veía juntos y ahora el castaño siempre estaba solo y si el peliazul se le acercaba Seiya se alejaba y de muy mala manera, como si estuvieran en una discusión permanente de la que no había término, Shyru acompañaba a Seiya lo que hacía rabiar a Ikky en cambio Hyoga estaba entretenido siempre con Shun, a Sorrento le daba la impresión de que había un triángulo entre los caballeros Pegaso, Dragón y Fénix, “lo que uno se entera con el simple hecho de observar” pensaba el pelilavanda mientras veía día tras día la misma dinámica entre ellos porque no eran muy comunicativos con sus cosas, no había la suficiente confianza para contarse sus intimidades

 

Seiya desde la última guerra santa contra Hades tenía problemas para dormir en las noches, ahora que estaba en el Olympo regularmente salía del templo de Atena asignado a ellos y caminaba por los alrededores, no se alejaba mucho pero siempre pasaba bastante rato por los alrededores sin ir a ningún lugar en específico, Hades lo había visto en mas de una ocasión y estaba muy curioso por la actitud del Pegaso, será que esperaba encontrarse con Zeus??, no… no era eso porque en una ocasión que su hermano se le escapó a Hera y buscó al joven caballero de Atena apenas Seiya lo vio a la distancia prácticamente corrió de vuelta al templo, entonces… qué hacía el muchacho por las afueras, tan graves eran sus problemas para dormir?, bueno… la duda estaba presente

 

Cuando volvieron a Grecia todos se sentían aliviados, así hayan tenido tiempo para descansar el estar en el Olympo si había alterado sus nervios, ahora podían dedicarse a sus actividades diarias, Seiya apenas llegó se duchó y se fue a acostar, o por lo menos eso le dijo a Aioros, pero lo cierto es que estaba subido en el techo del templo de Sagitario mirando las estrellas y pensando en su hermana a la que desde hace tanto tiempo que no veía, sin saber que todo en el Olympo estaba cambiando, sin saber que nuevas alianzas se estaban formando, sin saber que el futuro de la tierra pendía de un hilo y que ese hilo dependía de cierto Dios que ahora estaba de vuelta en sus dominios mirando las almas que iban ingresando esperando su turno para ser juzgadas

 

Notas finales:

Quería publicar algo hoy porque es justo hoy hace un año que publique mi primer fic "Hazme olvidar", entonces queria aprovechar la oportunidad para agradecerles a todos ustedes por su apoyo en este año, por leer mis historias, a todos los que las leyeron, las comentaron, no las comentaron, a todos a todos un sincero agradecimiento y un abrazo a lo lejos

Muchas gracias por leer nos vemos en la continuación, saludos, besos, abrazos y apachurramientos, bye


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