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Because of you por Niki Snark

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Notas del capitulo:

Esto es lo que creo mi mente tras escuchar una canción, como siempre los personajes son de Marvel, mío es solo la historia. Espero que la disfruten ^^

Mi visión era borrosa, y mi cuerpo dolía a rabiar, me costaba respirar, hacerlo era como si miles de agujas se clavaran en mi, el aire rasgaba mis fosas nasales, y mi pecho parecía que iba a explotar. Intenté incorporarme pero una mano me empujó levemente hacia a bajo, mi cabeza tocó la almohada, gire la cabeza hacia mi izquierda y aunque mi visión había mejorado aun seguía un poco borrosa, aun así pude distinguir perfectamente a Banner y al resto de los vengadores.

- Aun no debes - oí que me decían, pero no sabría decir quien, aturdido, así se encontraba. Odiaba los hospitales, y por mi estado era más que obvio que era en uno donde me encontraba. Así que volví a cerrar los ojos y me deje llevar por el cansancio.

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- Su comida señor Stark - Abrí los ojos, no quería comer, las comidas de los hospitales siempre eran repulsivas, quería una buena hamburguesa, eso si que era comida. - ¿Señor Stark? - pero que persistente podía llegar a ser esa enfermera, mira que estaba bastante buena, buenas curvas, pechos generosos, y rasgos faciales bonitos, no muy llamativos, pero su actitud la hacia una plasta - Le he oído la primera vez - por no escucharla más, me elevé y me acomodé en la cama, el día de hoy el menú tenía una pinta pasable, un poco de puré de papas, unas habas cocidas, un poco de carne y de postre gelatina de limón.

Tras cerca de una media hora ya había terminado, la habitación era cómoda y luminosa, se nota que ser Tony Stark era un privilegio y sin contar que no era un hospital cualquiera, si no que tenía que ver con SHIELD, llevaba cerca de una semana y quitando alguna visita del Dr. Banner ninguno de los demás habían venido a visitarme, ni si quiera Pepper, cosa que me intrigaba mucho, ya que después de nuestra pequeña relación seguíamos estando muy unidos, y lo que más me extrañaba era la falta del Capitán de hielo, el nunca me hubiera dejado solo en un momento así. Y claro lo único que podía ocasionar su falta es que estuviera también en el hospital, porque por mucho que estuviera en una misión, hubiera recibido una carta o una simple llamada. Aunque siendo Steve, esto último le costaría más pues se le dificultaba aun la tecnología, ¡ojo! No estoy diciendo que en ningún momento fuera torpe, un poco si, para que nos vamos a engañar. El caso es que decidí que en cuanto pudiera pediría que alguien me diera información sobre él.

Dos semanas y aun seguía aquí metido en cama, esto era una tortura, ¡se aprovechaban de que no podía enfundarme en mi traje y patear culos! ¡Quería una buena hamburguesa, correr con mi audi y follar con el capitán de hielo hasta que no pudiera moverme de la cama! Hablando de Steve aun no sabía nada de él, el martes pasado, me vinieron a visitar la agente Romanoff y Banner, me preguntaron por mi estado y divagamos un poco de cómo estaba el exterior, de mi pronta salida, aunque yo no la veía tan pronta, y después de todo eso, pregunte acerca de Steve, pero evadieron completamente mi pregunta. - ¿El Capitán paleta tan importante se cree que no viene a visitarme? - - Tony creo que ya es hora de que Natasha y yo nos retiremos, Fury nos requiere en la agencia, volveremos muy pronto, lo más seguro que sea para tu salida de aquí- y tras esto los dos se despidieron y se marcharon.

Desde entonces tenía la mosca tras la oreja, algo pasaba y me habían excluido, ahora más que nunca tenía ganas de abandonar ya este hospital.

Faltaba un día para que me dieran el alta, estaba completamente recuperado, solo tenía molestias al hacer algunos movimientos, pero nada que no pudiera solucionar un buen masaje tailandés, estaba mirando la tele, aunque no había nada de noticiario, parece ser que todo los programas que tenía noticiarios los habían vetado, así que solo había dibujos animados o series para adolescente. El caso es que más aburrido no podía estar, en eso que la puerta se abrió, pensando que sería alguna de las enfermeras no le eché cuenta, pero cuando hoy mi nombre giré la cabeza y pude ver a Banner con Natasha y Pepper. La verdad es que me pareció extraña la combinación de esos tres. - Vaya, por fin se dignáis en venir a visitar a este pobre desvalido - - Vaya, el mismo Stark de siempre - - Gracias Srt. Potts - tomaron asiento las dos mujeres, sin embargo Banner se acerco junto a mi cama, ahora que lo miraba bien se notaba que estaba cansado, pareciera que había envejecido en estas últimas semanas, mire a las dos mujeres, y ellas también tenían ese aura de cansancio, y también de tristezas, pero esto no lo podía asegurar, los ojos de Pepper empezaron a enrojecer y a humedecerse, la agente Romanoff tenía cara seria, más de lo habitual, y Banner me miraba con cara de pena - ¿Se puede saber a qué viene esas caras? Ni que vinieran de un funeral - reí , y fue en ese momento cuando Pepper soltó un gemidito y empezó a llorar , que podía haber dicho para que le molestara tanto para que llorara, pero no solo ella reacciono al comentario, Natasha giro la cabeza en señal de que la había cagado y Banner suspiro y me puso la mano en el hombro - Tony, tenemos que darte una mala noticia - Sus palabras habían sonado muy solemnes.

- ¿Qué ocurre? Espera, espera, no me lo digas, Thor se casa! - mi sonrisa estaba de punta a punta en mi rostro, pero aun así el tenso habiente de la habitación no disminuyo, ya estaba empezando a incomodarme, ¿qué es lo que pasaba para que estuvieran así? Intente hablar de nuevo cuando Natasha me interrumpió - Steve a muerto, así que deja de decir chorradas - las palabras de Nat viajaban por mi cabeza, Steve a muerto, alrededor de mí, Banner discutía con Natasha y Pepper lloraba más fuerte, pero no aun así no entendía que pasaba en la habitación, solo podía concentrarme en que Steve estaba muerto, ¡ESO ES IMPOSIBLE! Grité, no se si en mi mente o verbalmente, ya no era consciente de mis actos, todo se nubló, no sabía si aun estaba en esa cama de hospital, o estaba en mi casa teniendo una pesadilla, solo se repetía la misma frase en mi cabeza, Steve a muerto. - Tony - Steve a muerto - Tony- Steve a muerto- TONY - me grito por tercera vez Banner, mire desenfocadamente hacia él, su cara era de circunstancia. - ¿Muerto? - no podía decir nada más, noté como Pepper aminoraba su llanto y se levantaba, se acercó a mi, y me dijo - Oh Tony - y me retiró las lágrimas que viajaban por mis mejillas, ¿lágrimas? Hacia muchos años que no lloraba, desde que era un crío, y ahora lloraba y no me daba cuenta.

Empecé a híperventilar, mi pecho subía y bajaba rápidamente sin control aparente, mi corazón dolía como si me lo hubieran exprimido, mi cabeza martilleaba, solo quería salir corriendo hacia la torre y encontrarme a Steve allí golpeando al saco de boxeo como solía hacer, tener la certeza de lo que me habían dicho era mentira, que se equivocaban.

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Desperté y por lo visto había dormido bastante, pues se veía por la ventana que debería ser ya el medio día, giré la cabeza y divisé a Banner dormido en el sillón, así que no hice ningún ruido, y pensé en la pesadilla que había tenido, ¿Por qué soñaría que Steve había muerto? Estaba seguro que era por la discusión que tuvimos durante la batalla, y me puse a recordar esas palabras - Deja de hacerte el héroe Stark, o acabaras muerto - lance un misil a la espalda de Steve - deja de hablar o serás tu el fiambre- le dije riéndome , aunque claramente no podía verme por el traje - Tony, lo digo muy seriamente, casi mueres cuando llevaste esa nave fuera de la tierra y caías sin control, no quiero perderte, hazme el favor de dejar de ser tan capullo - me dijo tan seriamente que abrí mi casco y mirándole fijamente le dije - Steve esta noche te esperaré en la azotea de la torre - él sabia que esa era mi forma de decirle que me importaba - Te quiero Tony, recuérdalo - y se giró para seguir la batalla, yo cerré mi casco y emprendí el vuelo para ayudar a Hulk por el aire. Pero esa noche no llegó, me habían dicho que Hulk al golpear a unos de los enemigos éste impactó en mí y caí y me estampé contra un edificio y quedé como una calcomanía. Tan perdido estaba en mis recuerdos que no advertí que Banner ya estaba despierto y que tenía su mirada clavada en mí. - Buenos días, ¿a qué debo que te hayas quedado a pasar la noche? ¡Oh! ¿Tu y yo no…? - insinuaba graciosamente - - ¿No recuerdas nada de lo que paso ayer? - - ¿Cómo? O bueno no importa, sabes he tenido una pesadilla horrible, soñé que veníais Pepper, la loca pelirroja y tu a decirme que Steve había muerto, ja ja ja ja , ¿Te imaginas a Steve muerto? - no podía parar de reír, pero mi risa se apagó cuando vi que Bruce no reía conmigo - ¿Por qué ha sido una pesadilla verdad? - pregunté angustiado - Me temo que no Tony - y en ese momento vino a mi mente todo lo sucedido ayer, la noticia, mi entrada en Shock y como los médicos vinieron a estabilizarme. - Lo siento Tony, no sabes cuanto, Steve para mi siempre fue como un hijo, su perdida nos a derrumbado a todos - quedó uno segundo en silencio y después continuo diciendo - puedes contar con todos nosotros para lo que necesites - pero yo no sabía que contestar, porque Steve estaba muerto, no había sido una simple y tonta pesadilla, era real, ya no tendría nunca más al capitán paleta entre mis brazos, no podría oler esa fragancia tan varonil que me volvía loco, ni tener nuestras estúpidas discusiones de por las mañanas.

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Llevaba tres día fuera del hospital y aun no me atrevía ir a visitar la lapida de Steve, tenía la sensación de que si me plantaba delante de ella, todo se haría más real aun. Me pasaba todo el tiempo en el taller, reparando el traje de Iron Man, ni siquiera había entrado en mi habitación, ya que la compartía con él, así que me mudé a otra, donde nada me recordará a él. Al cuarto día Rhodes me hizo una visita a mi refugio, - Dios Stark, estas fatal - - Vaya un cumplido muy bonito coronel - y es que las pintas que tenía eran lamentables - Vengo ha hablar contigo por pedido de los vengadores, de Pepper, pero sobre todo porque me preocupas amigo - seguía atornillando el brazo de mi traje - Stark, habla conmigo - - No hay nada de que hablar - sentí como se movía, supuse que daba un vistazo al taller, todo estaba destrozado pues el primer día que llegue a casa, me encerré aquí, y empecé a destrozar todo, gritando preguntas que nunca me serían contestadas, lloré como un niño esa noche, acurrucado en un rincón con el escudo medio destrozado del capitán en el suelo delante mía. - Tony, tu pareja a muerto, es normal que no estés bien, pero no es bueno para tu salud ni para tu corazón que te encierres aquí - ¿Corazón?, un día pensé que tenía uno, ese día fue cuando Steve tomó mi mano y me dijo - mira a tu alrededor Tony, tu has contribuido a que las familias puedan estar tranquilas en sus hogares, así que no digas que no tienes corazón - y después de eso me besó. Pero ahora ya no tenía corazón, porque había muerto, murió con Steve, pues el era mi corazón - Yo no tengo corazón - - Mira Tony ahora mismo te estas comportando como un adolescente que piensa que nadie le entiende, pero si te entendemos, solo deja que te ayudemos - Seguí a lo mío, subí un poco más la música, esa fue la señal de que no quería seguir con la conversación y gracias a Dios que Rhodes captó la indirecta y se marchó.

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Cinco meses habían pasado ya, desde su muerte. Mi vida era de una persona autómata, hacia las cosas por evadirme de la falta de Steve. Al mes, pedí ver el informe de su muerte, tardé dos semanas en poder leerlo, pues cada vez que empezaba a leerlo las piernas me temblaban y los ojos se me aguaban, lo peor fue ver las fotos, ver a Steve en la mesa de la morgue, con la sabana tapándole sus partes, su cuerpo con un tono levemente morado, con las cicatrices de la autopsia, no pude quitarme esa imagen de mi cabeza durante varios días. Mi mayor frustración era que no podía hacer pagarle al culpable ya que la Viuda Negra lo había matado tras caer Steve. Tras eso, volví a hacerme cargo de mi empresa, volvía a la cabeza de Industrias Stark , parece que eso le gustó más a mis amigos, pero cambiaron de idea cuando vieron que solo me refugiaba en el trabajo y que no tenía vida personal, decían que querían de vuelta al antiguo Stark, pero yo no quería que volviera, no, si no estaba Steve para que me contradijera, es increíble como él me había cambiado la vida.

Llegaba las fechas donde todo era paz y amor, Navidad, mi primera Navidad sin él, ya empezaban las primera nevadas, recuerdo la primera nevada tras la vuelta del capitán América. Caminábamos por Central Park, Steve decía que teníamos que ir a por los regalos, que no valía que diera el dinero y que se compraran lo que quisiera, que tenía que ser algo elegido por mi mismo, así que me arrastró hacia las tiendas, y tras varias horas , de clara tortura para mí, terminamos en Central Park comiendo perritos calientes y con un montón de bolsas de regalos, me quejaba de todo lo que habíamos hecho cuando un copo de nieve me callo en la punta de la nariz, Steve me miro y dijo - Tu deseo se hará realidad - torcí mi boca en gesto de incredulidad - ¿crees en esas cosas? - solo limitó a estirar los labios en una linda sonrisa y miró hacia el cielo - ¿Has pedido que nevara? - cada vez esta más incrédulo - ¿para que iba a desear que nevara? - - Por que me encanta la nieve - tras eso me beso en la comisura de los labios. Desde ese día me encantaba las nevadas, pero esta vez me producía desazón, es como si echaras sal en la herida, escocía, y mucho.

Caminaba hacía el centro comercial, tenía que comprar los regalos, y tras unas cuantas horas decidiendo que comprar, he de decir que me resultó muy complicado sin la ayuda de Steve, caminaba por Central Park, como aquella primera vez, sentado al lado del lago que estaba helado, miraba como los niños jugaban a las guerras de bolas de nieve, todos con las narices rojas, al igual que los mofletes, y pensé que si el estuviera aquí se abría quedado observándoles durante horas, Steve amaba la vida, y no pude evitar pensar que era una injusticia, que alguien que amaba tanto la vida, hubiera muerto, no se lo merecía, él más que nadie se merecía estar vivo, ya había “muerto” una vez, ¿Por qué le arrebataron esa segunda oportunidad?, sentí que algo caía sobre la punta de mi nariz y al mirar al cielo, ví como empezaba a nevar, y entonces deseé que no parara de nevar, porque aunque su recuerdo me doliera, era una forma de que él estuviera conmigo.

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Todos reunidos alrededor de la mesa, todos parecían felices, todos lucían sus galantes trajes, el pavo en medio de la mesa, esperando a ser devorado, por Thor y el Dr. Banner, Loki bebía mientras mantenía una conversación con Clint, Pepper hablaba sobre los vestidos con Natasha, algo que me sorprendió, pues no me imaginaba a una asesina despiadada hablando de simples vestidos, Fury le echaba miradas a María, Rhodes pidió la atención de todos nosotros, y se levantó. - Cof Cof, ante todo, gracias por haber venidos todos - y me echó una mirada, se que lo decía especialmente por mí - Este año a sido un año duro, hemos tenido una gran perdida para todos nosotros - me enfurecí, ¿porque tenia que recordármelo? - Hemos perdido a un gran hombre, amigo de muchos, pareja, de otro gran hombre, y héroe de todo un país, pero como amigo de él que me considero, quiero que hoy más que nunca no nos olvidemos de él, quiero que este brindis sea por Steve Rogers, ese gran hombre que amaba a la vida, así que alzad vuestras copas y brindar por la vida y por él, por Steve - por Steve contestamos todos, bebí hasta la última gota, pasaban las horas y puedo decir que no me estaba disgustando tanto como había pensado, eso si, bebí más de la cuenta, desde que él ya no estaba no había vuelto a beber hasta emborracharme, pues se que eso le molestaba en demasía, así que por él, empecé a cambiar mis hábitos, nada de beber, nada de fiesta, ser más saludable y hacer ejercicio y sobre todo trabajar, refugiándome así de todo lo demás.

Había llegado la hora de los intercambios de los regalos, parece ser que acerté con todos ellos, a mi me regalaron unas vacaciones por parte de María y Fury, de la pareja de dioses una fina pulsera de un mineral de Asgard, que era realmente preciosa, los espías me regalaron un buen vino, un detalle que les agradecí, ya que era un gran vino que aun faltaba en mi colección, Bruce me regaló el informe de un avance del suero del super soldado, algo en lo que trabajaría nada más que me leyera el informe, Rhodes me regalo un día en la base donde trabajaba para experimentar con todos mis juguetitos como él los llamaba, he de decir que le habría costado mucho conseguir ese permiso, y por último Pepper me regalo un gran cuadro pintado al óleo donde salíamos Steve y yo montados a caballo en una de mis fincas. Se podía ver como el sol bañaba la imagen de Steve, mientras a mi ya me bañaba la luz de la luna, pero la imagen de Steve era única, era muy fiel a como había sido él, como ese cabello espeso y suave, que me incitaba a pasar la mano por él, de hecho pasé la mano por esos labios pintados, ¡Oh Dios! ¡Cuanto echo de menos besar esos labios! , miré a Pepper que tenia los ojos enrojecidos al igual que yo y solo pude decirle - muchas gracias -

Tras esto todos nos sentamos en la sala, alrededor de la chimenea, podía observar el ambiente, era hogareño, y eso me recordó a lo bien que me sentía con Steve, cuando estábamos sentado en el sofá sin hacer nada, simplemente disfrutando con la compañía del otro, y pensé que ya era la hora , Natasha pegada al cristal del ventana susurró - Nieva - levante la mirada y podía ver como los copos caían, tan blancos, tan fríos, tan hermosos…..
Me levante del sofá, puse la copa en la mesilla y salí por la puerta.

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Tras salir de la fiesta, tomé la moto de Steve y me dirigí al cementerio, no importaba el frío o la nieve que estaba cayendo. Llegué a la altura de su lápida, podía distinguirla por la estatua homenaje que la presidía, de pie, parado delante de ella, la mire fijamente, esto hacía que el último tiempo que había vivido se hiciera realidad y no un sueño como tantas veces desea.
- Aquí me tienes Steve, ….delante de tu tumba - pasaron ya bastante horas y aun seguía en la misma posición desde que llegué, solo que mi cara roja, por el frío rodaban gruesas lágrimas, me había pasado ese tiempo llorando, necesitaba soltar todo lo que sentía, - Te amo Steve - y la rosa tan roja como la sangre, cubierta de blancos copos de nieve y cálidas lágrimas calló sobre su tumba. Suspiré y me senté en el suelo, no me importaba mojarme, no más de lo que estaba, - ¿Sabes? Me ha costado mucho esfuerzo aceptar que no estas más conmigo, que no podré llevarte a todos esos lugares que te prometí, pero esta noche, me he dado cuenta, que todos te echaban de menos, a su manera, pero te echaban de menos, me ha hecho pensar que tengo que vivir, vivir como tu querías, como tu amabas la vida. ¿Te acuerdas ese día que paseamos a caballo en la finca? Pues Pepper me a regalado un cuadro gigantesco de ese momento, y entonces todo a tomado sentido, ese día hablamos de formar una familia en el futuro, y yo me reía como un desquiciado de tu idea, pero ahora no me parece tan absurda. - Los copo seguían cayendo copiosamente, mi cuerpo ya temblaba por el frío y lo empapado que estaba, pero seguía importándome un reverendo pepino - Voy a pillar un resfriado por tu culpa - reí, ya no lloraba, mis ojos estaban rojos e hinchados, pero ya no había lágrimas en ellos - Steve, creo que voy a adoptar a un crío, si no pongas esa cara, … veras te cuento, hace unos días paseaba de casa al trabajo y me tope con un crío de no más de 12 años, es castañito, bajito , menudito y con unos impresionantes ojos azules, esos ojos me recordaron a ti, pero los suyos se veían opacos, tristes, unos idiotas se estaban metiendo con él, pero aun así se enfrentó, eso me lleno de orgullo, me recordó tanto a ti, que quise ir a abrazarlo y decirle que no temiera, que estaba ahí para lo que le ocurriera. Por la noche busque con Jarvis de quien se trataba, se llama Peter Parker y es huérfano, vive con su tía a la que le queda muy poco de vida, así que he estado tramitando los papeles, he estado hablando con la señora y está de acuerdo, con Peter he podido conversar un poco, y te puedo asegurar que es como si hablara contigo – Me levanté del suelo con dificultad por los temblores del frío - Creo que muy pronto seremos una familia Steve, gracias - mire la rosa - Gracias por hacer que quiera vivir, gracias por hacerme saber que tengo corazón - Sonreí y eché andar, sabiendo que empezaba otra etapa de mi vida, una en la que Steve Rogers era mi guía.

 

Notas finales:

Gracias por leer y dejen comentarios que alegran a una y además se aprende. Hasta la próxima.


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