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Key of life. por Obfuscation

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Notas del fanfic:

Un pequeño regalo para una amiga a la que quiero mucho.
¡Feliz cumpleaños, Nerly!. Hoy es tu día y pensé en escribir algo cortito pero lindo(?) con motivo de eso... Además, sé que te gusta el MaruDa.
Espero que te guste, entonces, esta historia<3.

Notas del capitulo:

El suceso está narrado por Hideaki Takizawa, algo así como la mano derecha de Johnny y a la vez, 'padrino' de KAT-TUN. En este caso, Takki es el ¿cómplice? y luego relata la historia.

Hacía poco más de una hora desde que los chicos habían decidido adelantarse al lugar de la celebración. Todos se encontraban entusiasmados y a la vez agradecidos por tener la oportunidad de tomarse una noche libre después de tanto trabajo.
Kamenashi, liderando al grupo, les indicó el lugar de la reunión con anticipación y ante todo, pidió discreción. Akanishi, dijo que no era su problema y permanecía indiferente ante la iniciativa de su compañero.
—Vale, no diré nada. Sólo espero a las chicas y el alcohol... ¡PARTY! —Alegaba cada que el otro le pedía en tono suplicante su silencio pues bien sabía que dejar a esos dos solos aunque se tratara de un minuto, sería equivalente a arruinar la sorpresa puesto que Jin, quizá por molestar a los demás so pretexto de que no había podido evitarlo ante la insistencia del festejado o tal vez por el mismísimo placer que le provocaba escuchar una más de las rabietas de Nakamaru.
En definitiva, era un peligro y por ello, el pobre Kamenashi le recordaba cada que tenía oportunidad, lo enojado que estaría con él si no se comportaba frente a la situación.
Caso aparte era Koki, ya que al menos él sabía guardar un secreto de tal índole y respetaba a los demás pues incluso Taguchi a menudo ponía cara de diversión... Esa misma que en automático se dibujaba en su rostro cada que iba a hacer una broma o a iniciar alguno de sus habituales juegos de palabras. Su expresión y ojos de pillo lo delataban indicando sólo una cosa: La tentación de no decir nada era demasiado grande y provocativa.
Quedaba Nakamaru que evidentemente no podía más con tantos secretos, sesiones de fotos, grabaciones y sesiones de fotos para las revistas. Era una bomba de estrés, por lo tanto, todo el tiempo se le veía nervioso de un lado a otro.
Solamente Kamenashi se mantenía actuando casualmente, inyectando de energía y motivación al grupo.
Justo como cada día.

Así pues, el programa de radio había llegado a su fin exitosamente tras haber pasado lectura de aproximadamente 29 cartas en diez líneas de diversas fans dispersas por todo Japón (pedido así específicamente por Junnosuke) con motivo de la celebración de cumpleaños de uno de los miembros.
El ambiente era agradable y fiestero.
—¡Muchas gracias por haber pasado y celebrado tan importante acontecimiento a nuestro lado! —Dijo Maru antes de cerrar.
—Ya escucharon. Nakamarad el cobarde está muy agradecido con todas ustedes —se sintonizó la voz de Jin sobreponiéndose a la melodía que anunciaba el cierre del programa.
—¡Hey! —Se quejaba Nakamaru.
—¡Gracias de verdad! —Sonó la dulce voz de Ueda.
Enseguida, se cortó la transmisión y dio inicio el nuevo programa de Ikuta Toma.
Todos corrieron a buscar sus pertenencias alegando que tenían que irse ya o les darían sus reservaciones a alguien más.
Todos excepto Nakamaru y Ueda a los que retuve antes de salir.
—Ah, ¿ustedes también iban con ellos? —pregunté inocentemente ante la cara de fastidio de ambos.
—No tengo modo de irme —Respondió Ueda. —Hace poco perdí mi licencia de conducir y Alfred no toma mis llamadas al móvil.
—Yo te puedo llevar... —Se ofreció Nakamaru. —Eres el festejado después de todo. —Dicho eso, asió al castaño del brazo y literalmente, se lo llevó arrastrando por los pasillos.
Ueda se sentía avergonzado, podía notarlo pero después de todo, yo también era parte del plan.
Poco a poco, se fueron perdiendo en la dirección contraria al estacionamiento. Iban directo a la sala de ensayos. Probablemente, Nakamaru le había dicho algo estúpido como que se había dejado las llaves ahí o cualquier excusa tonta pero que sin duda, Ueda creería.
Los seguí a una distancia prudente.

La sala como era de esperarse, se encontraba desierta y debido a ello, lucía mucho más amplia que de costumbre. En el centro, yacía el piano que Ueda tocaba para algunas canciones del grupo y sobre él, estaban regadas algunas partituras.
Nakamaru se aproximó hasta el instrumento y comenzó a carraspear. También su vista iba de un lado a otro. Sin duda, sentía que estaba a punto de desmayarse.
—Eh, ¿qué sucede? —La voz del cumpleañero era totalmente incrédula.
—Escucha con atención. —Respondió el otro tras un breve instante. Tomó asiento y se posicionó como un maestro (quizá en un intento absurdo por imitar los movimientos de Ueda) frente al piano. Comenzó a tocar con dedos temblorosos una melodía lenta y suave. Tras una breve introducción, comenzó a cantar:
«Me alegro de haberte conocido (...)». Estaba atento a sus dedos y las teclas previamente memorizadas una a una. Ni siquiera intentaba mirar al otro o hubiera advertido que se encontraba conmovido hasta las lágrimas y eso hubiera hecho que el nerviosismo de apoderara de su cuerpo haciéndole así, olvidar toda la canción y comenzar a titubear.
Una vez que terminó y entre los aplausos de Ueda, era mi momento de entrar en acción. Bajé la iluminación de la sala y aparecí por el cuarto continuo llevando conmigo un enorme pastel lleno de fresas y crema batida.
Solamente tenía una velita con la forma del número 29.
Se la pasé a Nakamaru y entre los dos, cantamos la canción de cumpleaños a nuestro amigo y compañero.
Ahora Nakamaru se notaba más seguro.
—Pide un deseo y sopla a la velita —Le indiqué a Ueda. Él obedeció y con una expresión infantil, cerró los ojos y sopló.
De la figura de cera emergieron chispitas multicolor a modo de bengalas y enseguida se apagaron.
Nakamaru tomó una cajita color vino amarrada con un fino listón de encima del piano. Le pidió al festejado que la abriera.
Dentro, había una pequeña llavecita de metal simbolizando el mensaje de la canción. Ueda mostraba una amplia y encantadora sonrisa.
—Eres la llave de mi vida —Confesó Nakamaru.
Los dejé solos.

En alguna otra parte de la ciudad, en algún club exclusivo, sin duda ya se encontraban los demás bebiendo cerveza y jugando con la licencia de conducir de Ueda Tatsuya sobre la mesa. El chofer, Alfred estaba con ellos disfrutando de la libertad.
Todo había sido parte de un plan. Y para Ueda, el mejor regalo de cumpleaños.


¡Feliz cumpleaños!

Notas finales:

¿Te gustó? ~ ¡Feliz cumpleaños!

// Aclaraciones del fic para personas no tan allegadas al fandom:
- "Key of life" es un solo de Nakamaru.
(La letra es muy bonita también).
- Nakamaru se ganó el apodo de "Nakamarad/Nakamaru el cobarde" a pulso.

Espero que les haya gustado.


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