Su sobrino estaba en problemas y su hermana que estaba trabajando le pidió que fuera en su lugar para hablar con el profesor de este. Y Joey como era buen hermano accedió a sus ruegos.
Al llegar al colegio su sobrino le dijo donde encontrar a su profesor. Golpeo la puerta indicada y esta se abrió dando lugar a unos mágicos ojos azules que dejaron al rubio sin palabras. Los ojos de mar se quedaron fijos en la figura que se le presentaba.
--Yo… eto… vine… por…--dijo torpemente Wheeler. Los ojos lo siguieron mirando torpemente.—Yo soy el tio de…--añadio.
Mientras hablaba los ojos azules que tan nervioso lo ponían se acercaban mas y mas hasta que la boca que les hacia compañía toco sus labios no tuvo verdadera consciencia de lo que sucedía.
--¡Espere!Yo vine…--logro decir entre beso y beso.
Los brazos del otro lo apretaron contra si esclavizando su consternado cuerpo y arrastrándolo consigo dentro del recinto del aula.
--Ya se porque vino pero por ahora eso no importa—dijo el castaño de ojos azules.
--¿Qué no importa?—preguntó Joey mientras era colocado sobre el escritorio y6 el profesor de su sobrino comenzaba a desvestirlo.
--No. Ahora solo deseo tenerte—dijo la grave voz de barítono del profesor al pasmado tio.
--Pero es que…--dijo Joey pero fue cortado mientras le eran arrancados tanto los pantalones como los bóxers.
--¡Ahora no! Yo se que tu también quieres. Puedo sentirlo en tu piel—le dijo al oído el castaño y acto seguido lamio la piel de su cuello bajo el oído haciendo que el rubio se estremeciera de pies a cabeza y, perdiendo el control de si, lanzara un suave y espasmódico gemido.
Los labios se enredaron en una pelea sin freno, mientras las manos buscaban algo remotamente conocido y los cuerpos se reconocían de una forma muy especial.
Jamas ninguno de los dos sintió tal deseo por otra persona . Sus pieles quemaban, el aire de la habitación no les era suficiente. Fuera cual fuera el enlace que los había unido ningún caos de la naturaleza hubiera sido suficiente para separarlos.
El mcastaño era el mas posesivo y cruel mientras el rubio era la dulce criatura que sufria los embates furiosos de una bestia apasionada y deseosa de someterlo de todas las maneras posibles.
El climax llego en un espasmo conjunto que peligro con detener ambos corazones por su violenta llegada. Ambos quedaron sobre el escritorio , agitados y cansados.
Media hora después que le dejara su tio regreso y le dijo—Vas a tener media hora de castigo todos los días después de clase por dos semanas--.
Su sobrino se quejo--¡Pero tio!¿No hiciste nada por mi con el?—
Lo que su sobrino no sospechaba era que su castigo seria compartido todas esas semanas por su tio que era ardientemente atendido en otra aula por cuenta del profesor de ojos azules muy dado a explorar cierta tersa figura de ojos mieles que parecía esculpida por los romanos.