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Tu aroma, travesuras y un perdón. por mOny-san

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Notas del fanfic:

Los guitarristas y todo eso no me pertenecen y todo eso. 

bla, bla~!

(?

Notas del capitulo:

Que decir...

Estos tres Drabbles ya los tenia publicados en otro lugar y asi~ pero quise ponerlo aqui, para ver a cuantas les gusta esta pareja. ¡Yo la amo! y muchas la odian, en fin...

Espero que les guste porque me diverti al escribir.

Nos vemos abajo ^^

AROMA

 

Aquel aroma dulce que el viento fresco le regalaba, poder percibir esa loción mentolada que el otro utilizaba, la amaba, estaba más que claro que con solo olfatearla desde la distancia sabría quien era el que precisamente la portaba. Sus manos se colaron rápidamente por la cintura del otro, rodeándole desde su espalda hasta entrelazar sus propios dedos por sobre su vientre, jalándolo hacia atrás, pegándolo a su pecho con fuerza.

 

– ¿Qué pasa? – rio despacio, poniendo sus manos por sobre las otras que le tenían preso.

 

– Me encanta como hueles, solo eso…

 

El pelirosa solo hecho una risita, echando su rostro hacia adelante para que pelinegro no se diera cuenta de su acto. Suspiro sin que el otro le escuchara.

 

– ¿Solo eso? – pregunto con enfado fingido.

 

– Me encanta más quien la porta.

 

Le giro despacio, aprisionándolo una vez mas entre sus brazos, le miro a los ojos con completa atención, perdiéndose en aquellos posos completamente oscuros como si de alguna manera le encantasen. Repartiendo besos lentos y cariñosos a los labios ajenos sin cerrar sus parpados.

 

– Cariño, estamos en la compañía…  – volvió a  reír – pueden vernos… –

 

– No me importa.  – Respondió rápidamente  – Además, ya no puedo detenerme. ¿Sabes porque? –

 

– ¿Por qué?

 

– Porque tu aroma me envuelve… – Aoi se sonrojo ligeramente, negando sus labios a aquellos que le buscaban – Shiroyama Yuu, si me niegas un puto beso, juro que te besare frente a todos, mañana en esa maldita junta. –

 

– Si haces eso Amano, juro que utilizare ese maldito perfume que me regalo Reita el día de mi cumpleaños.

 

– Huele asqueroso. – comento con voz recelosa.

 

– Asi, no oleré a dulce de menta, no me tocaras en ningún momento, no te dejare entrar a la recamara, dormirás en el sofá  y no te permitiré hablarme.

 

– Yuu, solo bromeaba. – se alarmo – cariño, sabes que si no quieres no lo hare… –

 

A pesar de sus peticiones, de sus gritos innecesarios, Aoi trato de no tomarle importancia a aquellos “Te amo” que el otro le gritaba, a aquellos “Lo siento” que casi le suplicaba, aun asi, sabia que le era imposible resistirse a los pedimentos de su pelinegro, Tora, siempre sabia como convencerle a que cuando le hiciera el amor, utilizara esa colonia dulce que el, le había regalado.

 

 

TRAVESURAS

 

Aquella mano masajeaba firmemente su pierna por debajo de aquella mesa, escritorio o como se llamara esa maldita tabla. Aun no podía creer como es que el otro estaba casi durmiéndose, o mejor dicho, despistándole a que estaba callándose de aburrición recostado sobre su otra mano. “La junta” estaba casi a por la mitad de todo lo que tenían que hablar, pero aunque no se explicaba por qué el pelinegro estaba ahí, no se había negado a que le acompañase.

 

– Entonces, Ruki-san, Aoi-san… que opinan sobre la sesión de fotos.

 

– B-Bueno, yo… Ruki, mejor dilo tú…

 

A pesar de que el vocal le había mirado de una manera un tanto “extraña” no tuvo otra opción más que negarse a hablar y tratar de quitar aquella traviesa mano que ahora se colaba sobre su entrepierna, encima, el tacto comenzaba a elevarle la temperatura. El pelirosa hizo todo lo posible para que el pelinegro le dejara en paz, pellizcos, jaloneos o hasta patadas le dio sin llamar mucho la atención. ¿Y que sucedía? ¡Nada! Más que aquella risita divertida en su pareja.

 

– ¡Ahh P-Por dios! – elevo la voz poniéndose algo mas que sonrojado.

 

Aoi había abierto los ojos de par en par, bajando ambas manos para apretar “aquella” zona. Tora había alcanzado a colarse dentro de su pantalón, había bajado la cremallera sin que se escuchara y rápidamente le había apretado su ahora erección. Aoi estaba de todos lo colores cuando las miradas y hasta la fingida mirada de preocupación del mismo Tora, se posaban sobre si, no hizo nada mas que agachar la cabeza y salir rápidamente de ahí.

 

– P-Perdón, yo… tengo que ir al baño.

 

Tora había salido detrás de el con una enorme sonrisa, alcanzándolo antes de que se le escapara, abrazándole por la espalda y entrar ambos a los baños. Aoi al girar había visto esa mirada en el otro que le encantaba, una que se dibujaba cada noche que tenía ganas.

 

– ¿Qué te pasa? – Dijo enojado – ¡C-Como se te ocurre tocarme de esa manera cuando estamos en una junta importante! –

 

– Solo fue una pequeña travesura, cariño…

 

– Ya veras la travesura que te esperara llegando a casa. – advirtió con el seño fruncido, elevando la voz como cuando estaba realmente enojado. Saliendo del baño seguido del portazo de la puerta.

 

Tora se había quedo con esa sonrisa traviesa marcada en lo labios. Su Aoi era tan voluble, que siempre al final, solo por hacerlo enojar, se ganaba las mejores noches con ese hombre y ese cuerpo que tanto le encantaban.

 

 

PERDÓN

 

Ahora que lo recordaba, se suponía que debería de mandar al diablo a aquel maldito que estaba encima de su cuerpo restregándose como si la vida dependiera de ello. Pero es que esos besos eran inevitables de no saborear, esos labios del pelinegro eran simplemente hechizantes, tan suaves, tan rudos y deliciosos que le impedían separarse.

 

– Déjame respirar… idiota. – regaño.

 

– No quiero.

 

Aquellas manos habían ido rápidamente a su pecho, empujándole una vez mas al colchón, adentrándose a su camisa tocando cada parte de su pecho. Se retorcía, ¡demonios! si Tora seguía tocándole asi se olvidaría de que estaba enojado con el. Pero, momento, ¡Aun no lo perdonaba!

 

– ¡Que me dejes! – y de un movimiento pateo aquellas partes bajas y nobles del otro – T-Tora, ¿estas bien? – Pregunto alarmado al ver el estado fetal del otro sobre la cama – Amor yo no quería… -

 

– P-Pero… pero lo hiciste… – se quejo.

 

Aoi no podía estar más preocupado y avergonzado con Tora porque en realidad ya no se podía. Ahora mismo no sabia que hacer, no tenia idea de como comportarse por lo ocasionado. Tora solo se quejaba, solo rodaba por la parte sola del colchón, con los ojos cerrados, con, una mueca en el rostro.

 

– Y-Yuu, me duele. – volvió a quejarse, abriendo los ojos y mirando al otro. Pudo ver su arrepentimiento en ellos, su escondido “perdón” que estaba seguro trataba de decir. Vio como los ojos del pelirosa comenzaron a cristalizarse, y ahí se dio cuenta de que Aoi si que era voluble. Se acercó despacio recibiendo los brazos que rápidamente rodearon su cuello.

 

– Perdón…  – susurro aferrándose.

 

– Descuida, fue mi culpa. Yo no quise detenerme cuando me lo pedias.

 

– ¿No estas enojado?

 

– No puedo enojarme contigo, cariño. – sonrió leve, acomodo los mechones rosas del otro dándole un fugas beso a sus labios - Ya tonto, no pasa nada. -

 

– Idiota…

 

– Pero asi me amas.

 

Aoi sonrió haciendo un puchero gracioso, besando despacio los labios ajenos antes de que sus lenguas pelearan dentro de su cavidad bucal. Sabia que se había pasado y que había sido algo rudo pero, se lo merecía, todo porque siempre le jodia con lo del perfume que le habían regalado, con las malditas “travesuras” que siempre le hacia y ahora por hacerle comportarse de esta manera, pero no importaba porque así le quería, porque así al igual que Tora, podía ganarse una de las mejores noches de la semana.

 

 

Notas finales:

¡Ya~a! ¿Que les pareció?

 

Díganme que por lo menos estuvo pasable y que les gusto tantito...

Pues nada mas que decir mas que espero ya les haya gustado. No he descuidado lo que tengo publicado, solo que voy con lentitud XD

Besos a todas~!!!


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