Capitulo 1: Mentiras
Él era el dios del la mentira y el engaño, sabia cuidarse perfectamente solo, si quizás perdió aquella batalla, pero no por eso necesitaba que cuidaran de él como si fuese un pequeño indefenso, entonces que alguien le dijera por que le pasaba aquello.
Nunca deseo enterarse, al menos no de aquella manera, sobre su naturaleza, lo que implicaba ser un gigante de hielo, y es que simplemente no quería culpar al hecho de que por esa razón su padre lo odiaba, sonrió al darse cuenta que aun lo llamaba Padre al menos en sus pensamientos.
No, si no que por que el ser hijo de aquel ser despreciable lo convertía en el trofeo de guerra del gran padre de todo, por eso detestaba la idea de ser lo que era, un mostro, siempre lo supo pero no lo admitía.
Azoto nuevamente los puños cerrados sobre la pared, maldiciendo intensamente su suerte, sabía que al ser capturado le esperaba una pena muy grande pero jamás creyó que el idiota grandulón rubio que se hacía llamar su hermano pudiera cometer aquella locura.
Debía escapar, el jamás se rebajaría a ser en palabras sencillas la ramera del rey.
Y lo detestaba por eso, por tomar su destino en sus manos sin consultarle, por preferir atarlo a su lado a ser encadenado al pie de aquellas canteras y permitir que el veneno de aquella víbora gotera sobre su cabeza a ser el “consorte del rey”.
“Mi reina” así lo había llamado aquel rubio idiota cuando le informo que para evitar el castigo que le habían impuesto mintió al Padre de todo diciéndole que se amaban y por su condición de gigante de hielo podría darle herederos, además que el tener un hechicero tan habilidoso como lo era él lo hacía más que calificado para reinar juntos aquel reino.
Pero el era muy orgulloso, y le odiaba demasiado como para responder agradecidamente al sacrificio de su hermano, sabía que el amaba a aquella Midgardiana y que solo por salvarle había inventado aquella locura.
Salvarle, se repitió una y otra vez el no dejaría que nadie le salvara, el podía hacerlo solo, eso se dijo cuando se encontró en aquel calabazo donde minutos antes el dios del trueno le explicaba su sentencia, donde le grito lo mucho que le odiaba, donde ahora tomaba aquel cuenco lleno de agua y recitaba un hechizo, solo tenía una oportunidad, solo una para escapar.
Y así lo hizo, Loki Laufeyson escapo de su condena dejando a su lugar a un incauto Midgardiano, cambia su lugar, sin darse cuenta que aquello solo le causaría más problemas.
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Era su culpa, no encontraba otra manera para explicar lo que sucedía, mas que culparse, después de todo era por el odio que le tenía su hermano que todo aquello había sucedido, aun recordaba las palabras de su pequeño hermano antes de la coronación, la cual fue interrumpida por el mismo ser que minutos antes le había ofrecido todo su apoyo para terminar con aquellas palabras que quedaron en su corazón grabadas con fuego.
“nunca dudes que te amo”
Le había afirmado para después caminar donde le coronaria, y el jamás lo dudo, no lo hizo cuando lo engaño para ir a Jotünheim, no lo hizo cuando le mintió sobre la muerte de su padre, tampoco cuando pelearon en el puente, ni cuando le grito que no son hermanos.
Tampoco lo dudo cuando él se dejo caer soltando el cetro al vacio.
“nunca quise el trono, jamás lo desee solo quería ser tu igual”
Aquellas palabras resonaban en su memoria y por días le lloro, lloro por qué le creyó muerto, lloro por que si él hubiera prestado mas atención se hubiese dado cuenta de lo que le sucedía a su hermano, pero no lo hizo siempre creyó que estaba bien, que el hecho de que siempre le acompañara a sus aventuras, aun cuando a sus amigos no les agradaba del todo seria suficiente.
Pero se equivoco, y volvió a hacerlo cuando descubrió que estaba con vida atacando a Midgar.
Se equivoco al no convencerlo de regresar a casa con el, a no insistir en lugar de dejarle a merced de aquellos que le derrotaron, se equivoco cuando él le suplico que pidiera piedad a Padre en cuanto regresaran a Asgard a su hogar.
“ese jamás fue mi Padre ni mi hogar”
Dijo sin siquiera mirarle dándole la espalda durante todo el tiempo que estuvo cautivo en aquella celda antes de regresar a su mundo.
Se equivoco, por eso ahora cuando regreso con el no se opuso al castigo pasajero dejándolo en las mazmorras del palacio. Claro que no él se opondría al castigo real, a aquel que sabia muy bien que Padre le daría.
Por eso mintió, tan bien como él lo haría, por eso invento aquella historia tan poco creíble, por eso creyó que hacia lo correcto, que así evitaría aquel castigo tan grande que le darían, por que el podría ser todo pero el jamás olvidaría lo que una vez le dijo su preciado hermano.
Por que lo amaba, quizás no de la forma en la que le mintió a su padre, claro que no él siempre lo vio como algo frágil a quien proteger, como a su amigo, su hermano, su confidente.
Para el Loki era la persona más sabia que conocía, y le quería, le amaba demasiado como para dejarle correr aquel destino.
Por eso mintió, y esperaba que él lo comprendiera.
- Loki - le llamo desde los barrotes de aquella húmeda celda – hermano – pero no consiguió respuesta. – se que debí venir antes – trato de disculparse por que durante aquellas dos semanas que trato de convencer a padre de cambiar su castigo no pudo visitarle – eh logrado convencer a padre para que tu castigo no sea severo, solo tienes que quedarte aquí durante un mes más, hasta que se prepare todo para la ceremonia.
El al fin le dirigió una mirada quería preguntarle a que se refería pero era demasiado orgulloso para hacerlo, así que el prosiguió a contestar la pregunta muda de sus labios.
- Escucha hermano no tuve opción… yo no podía dejar que te castigaran de aquella manera… tu eres mi hermano… y aun que lo dudes te amo… - siguió apretado el metal de los barrotes – escucha yo jamás lo dude…
- Cállate – al fin le hablo ya se había hartado – acaso no te lo dije antes no somos hermanos, no llevamos la misma sangre y el no es mi padre – le dijo levantándose frente a él – no me importa lo que pase conmigo así sea un mes un año o miles, no me interesa, por que en cuanto salga de aquí te matare a ti y a ese hombre – termino con su acostumbrada frialdad.
- Quizás no lo seamos de sangre, pero compartimos nuestra infancia, peleamos juntos, jugamos juntos, vivimos juntos… y lo seguiremos haciendo…
- Estas sordo – lo empezaba a sacar de quicio – eso solo fue una mentira Thor, y ten por seguro que en cuanto salga de aquí te matare con mis propias manos.
- No podrás – decía llenándose de valor para decir aquellas palabras.
- Ilústrame ¿Por qué no podre?- le sonrió con malicia.
- Por que…. Loki escucha tenía que hacerlo no había otra opción.
- Habla de una maldita vez – si ya se estaba exaltando.
- Tú y yo nos enlazaremos, en un mes te levantaras como mi reina para juntos gobernar Asgard, mientras tanto te quedaras en el calabozo esa ha sido la sentencia.
- ¿Queeeeeeeeeee? – ok ya estaba exaltado – ¿qué mierda dices?
- No casaremos.
- Estás loco somos hombres un rey necesita descendientes – le grito.
- Eres un gigante de Jotünheim Loki, para ellos no existe algo como el género, acaso no notaste que cuando fuimos a ese reino no había ni una sola mujer – el solo le miro callado, se sentía estúpido al verse educado por su hermano el idiota.
- Podría asesinarte mientras duermes – le susurro.
- No lo creo en cuanto digamos nuestros votos tu lealtad a mi te lo impedirá.
- Lo sabía todo tenía que ser a tu manera, verdad, no querías perder a tu sombra, a tu juguete para presumir ante todos, claro como no lo pensé antes si lo único que siempre vieron en mi fue eso alguien en quien burlarse – le reclamo ya con ira.
- No lo entiendes, le mentí a padre, le dije que nos amamos para que no te castigara de forma cruel, Loki eres mi hermano yo te amo jamás dejaría que nada malo te pasara, quiero protegerte.
- Mentir, protegerme, nadie te pidió que lo hicieras Thor y desde ahora te lo digo yo jamás aceptare esto jamás me abriré de piernas para ti, no voy a ser tu ramera, oíste así que búscate a otro prefiero cualquier castigo a este.
- Ya está decidido – trato de tranquilizarse el – te veré mañana descansa y piénsalo, solo quería protegerte por que te amo, siempre lo hice.
- Te odio – le grito - te odio, siempre lo hice Thor jamás te eh querido ni siquiera un poco – termino riendo de manera tan característica suya, aquella riza que se esparcía como agua entre aquellas celdas gracias a la humedad y el eco mientras aquel dios le dejaba diciéndole, convenciéndose de que había hecho lo correcto, por eso cuando escucho como un cuerpo caía regreso corriendo para levantarle, le sacudió pero no respondía, temió lo peor, no sería la primera vez que su preciado hermano prefiriera morir a dejarse salvar por él.
Y aquel sentimiento le llego de golpe, aquel temor de perder al ser que por mucho tiempo quiso, un sentimiento un tanto diferente.