LOS PADRES DE MISAKI
By Mónica Misan
En la sala del gran departamento se encontraba el hermano mayor de su amado Misaki, mostraba una actitud realmente seria, una faceta que pocas veces se le veía. Por la mente del escritor pasaban toda clase de pensamientos, como: [¿Por qué se aparece tan de repente?, ¿se quiere llevar a mi Misaki?, ¿se habrá enterado de lo nuestro?, ¡¿a qué vino?!]. Akihiko no mostraba ninguna expresión, el primero en hablar fue Takahiro:
-Usagi-san eh venido hasta aquí para tratar algo verdaderamente serio.-Akihiko se sorprendió, temió lo peor.
-Habla de una vez Takahiro.- No le gustaban los rodeos.
-…esto no es fácil de decir, veras… ¡los padres de Misaki vienen por él!- Dijo al fin el pelinegro. Akihiko no pudo evitar reírse.
-¿Acaso te has vuelto loco?, ¿Cómo es eso posible?- decía entre risas.
-Es la verdad, los padres de Misaki no están muertos.- Dijo con mucha seriedad y tristeza. Akihiko se quedó callado, su amigo no era la clase de personas que bromearía con algo así, decidió ponerse serio.
-Explícame Takahiro, sinceramente no te estoy entendiendo.-
-Jamás imagine que algún día el pasado regresaría…- El pelinegro miraba hacia algún punto desconocido, su voz reflejaba tristeza y cansancio.-Presta atención Usagi, lo que te voy a contar es muy importante para el futuro de Misaki- Esas palabras pusieron frío al escritor.
-Habla de una vez, todo lo que tenga que ver con Misaki me interesa.- Dijo secamente el peli plata.
-Mi madre tenía una hermana una hermana menor de 15 años, era muy rebelde, por eso cuando anuncio a mis abuelos que estaba embarazada de su tutor de inglés quien era un alumno universitario de intercambio de Estados Unidos decidieron encerrarla en casa hasta que diera a luz. Mis abuelos consideraron que era una vergüenza para la familia, así que decidieron que cuando naciera él bebe lo darían en adopción, pero mi madre se opuso totalmente así que decidió que ella se quedaría con él bebe y lo criaría como si fuera propio, por supuesto mi padre no se opuso, los abuelos aceptaron pero a cambio mandarían a la menor de sus hijas al extranjero. Ella dio a luz un varón, pero lo alejaron de su lado antes de siquiera mirarlo por primera vez. Aún recuerdo la primera vez que vi a Misaki, era tan pequeñito, yo tenía 10 años y a esa edad tenia conciencia de que mi madre no había estado embarazada, por eso cuando le pregunte que como era eso posible me dijo que había sido enviado por Dios para hacerme compañía como hermano y que yo debía de cuidarlo muy bien. Después ese tema quedo enterrado en la familia, y pues luego vino la muerte de mis padres y para todos ahí murió el secreto del menor de los Takahashi.- Takahiro había confesado la verdad del origen de Misaki al reconocido escritor quien estaba más frio y sin expresión que una estatua. Su mente no podía aun procesar todo lo que el pelinegro le había dicho, Misaki, su tierno Misaki, era un hecho de que iba a sufrir cuando supiera la verdad y era lo que menos quería.
-Aun no puedo procesar todo lo que me has dicho… simplemente me es imposible aceptarlo… Misaki es tu… primo… no tu hermano… ¿sabes lo mucho que sufrirá Misaki cuando se entere?- Decía un angustiado Akihiko, quien no podía creer la verdad.
-Es la verdad. Yo lamento más que a nadie en el mundo lo que Misaki sentirá cuando se entere. Pero eh venido a decírselo todo, hoy mismo.-
-¡No lo permitiré Takahiro! ¡No si eso hace sufrir a Misaki!- Dijo levantándose de golpe del sillón.
-¡Es que no entiendes Usagi! ¡Sus padres están de regreso!- Dijo imitando la acción del peli-plata quien se paralizo ante esto con un monton de sucesos terribles en su mente.
-¡¿Cómo que están de regreso?! ¡Explícame!- Decía con ira ante la posibilidad de ser alejado de Misaki.
-Primero tranquilízate.- Ordeno el pelinegro, Akihiko a duras penas se sentó y se contuvo.-Mi tía, la madre de Misaki ha regresado a Japón y me ha buscado y encontrado… hace una semana llego a mi casa para presentarse y preguntarme por su hijo, pero no llego sola… vino con el papa de Misaki… ambos quieren conocerlo y decirles la verdad, pero yo me eh negado, pero me han dicho que si en una semana yo no hablo con él ellos lo harán… y por eso estoy aquí…- Dijo entristecido.
-¡¿Y es que acaso no piensan en el dolor que sentirá Misaki al enterarse de la verdad?! ¡Le destruirán la vida Takahiro, y eso no lo voy a permitir!- Grito enojado el escritor seguro de que nadie haría sufrir a su Misaki, ni siquiera aquellas personas que decían ser los padres de su novio.
-Usagi, yo tampoco quiero hacer sufrir a Misaki, pero tampoco quiero seguir ocultándole la verdad, y no le puedo negar la oportunidad de que conozca a sus padres, él tiene que conocer la verdad de su origen.- Dijo decidido Takahiro, quien observa a su ahora callado amigo.-Piénsalo Usagi-san… es lo correcto para Misaki.-
-Solo digo que no voy a permitir que hagan sufrir a Misaki. ¿Cuándo vienen esas personas?- Dijo sin expresión.
-Mañana, por eso hoy le voy a decir todo a Misaki.- Dijo entristecido.
-Misaki, sale en media hora de la universidad, voy a buscarlo tú puedes esperarlo aquí…- Dijo tomando las llaves de su automóvil y dirigiéndose a la salida.
-¡Misaki, estoy aquí!- Grito el escritor mientras le hacía una seña al chico para que lo notara.
-¡Silencio! Puedo notarte a lo lejos, tu auto no pasa desapercibido.- Comento el chico mientras subía al auto, su novio lo imito. Una vez adentro el escritor lo sorprendió con un beso.
-¡¿Por qué hiciste eso?!- Se quejó sonrojado.
-No me saludaste como se debe.- Sonrió el peli-plata.
-Baka…- susurro mientras veía hacia otro lado y se daba cuenta de que ese no era el camino hacia el departamento. –Usagi-san ¿A dónde vamos?... ¡No me digas que este es otros de tus viajes de improviso!- dijo preocupado por la respuesta de su pareja.
-Tranquilízate Misaki, solo quiero que platiquemos en un parque antes de llegar a casa.- Dijo con una melancólica sonrisa. Misaki sintió un nudo en su estómago al ver esa expresión del escritor.
Llegaron a un parque que poseía una hermosa laguna, mucha vegetación y juegos infantiles, casi solitario por ser día entre semana y la hora de la comida.
-¿Para qué hemos venido aquí Usagi-san?- pregunto el castaño tratando de adivinar los planes de su seme. El mayor se sentó en la banca más alejada y oculta del parque, Misaki lo siguió, el otro le hizo seña para que se sentara junto a él, el castaño tímidamente lo hizo. El peli-plata paso su brazo por los hombros de Misaki atrayéndolo más cerca, el otro no opuso resistencia solo se limitó a sonrojarse por la acción.
-Sabes que te amo ¿verdad?- Dijo mientras suspiraba en su oreja.
-¿A qué se debe eso?- pregunto tímidamente y con el corazón a mil.
-Tú solo respóndeme…- dijo depositando un beso en su mejilla y tomando su barbilla para que lo mirara fijamente.
-Si Usagi-san, sé que me amas, me lo has dicho muchas veces, ¿pero a qué se debe todo esto?-
-Sabes que yo lo último que quiero es verte sufrir, ¿verdad?- Dijo mientras besaba sus labios dulcemente.
-Usagi-san… me estas asustando… ¡¿paso algo malo?!- Usagi-san no le respondió solo lo beso, como queriendo gravar la suavidad de sus labios, el sabor de su boca, mientras delineaba con su lengua los labios de su novio y pedía permiso para tocar la suya mientras lo apretaba contra su cuerpo y sentía como su castaño ponía sus manos en sus hombros. Cuando el aire se acabo pudo notar lo sonrojado y nervioso que había puesto a su chico. Misaki queriendo ocultar su mirada abrazo y poso su cabeza en los hombros de su escritor, este correspondió a su abrazo y lo hizo todavía más fuerte.
-Usagi-san… ¿qué pasa?, cualquier cosa dímelo por favor… puedes confiar en mi… es algo que hacen los novios…- susurro con suma vergüenza y un gran sonrojo.
-Misaki… hay algo que tienes que saber…-