Es difícil entender el por qué de las cosas, uno simplemente no comprende por qué todo es tan desastroso, tu única reacción es llorar.
Hoy es un día lluvioso, desde muy temprano veo que las gotas caen desproporcionadamente sobre el pavimento, sin viento, sin truenos, solo lluvia.
Veo al tiempo robarme otra vez el día, uno más que se resta a mi vida, mirar desde mi ventana como todo cambia, como la nieve cubre la acera, como las hojas caen de los arboles, como las flores saludan a la primavera, pero aun así eso no me importa, solo me siento frente al televisor, para sentir que algo oprime mi destrozado corazón, mis lagrimas caen sin pausa, es imposible olvidar que nadie se escapa del dolor.
Aun así tengo un poco de fe y esperanza en mí, pero me pregunto yo, qué pasará si alguien no salva mi alma.
Como nunca me decidí a salir de la casa, ya no recuerdo la última vez que puse un pie fuera de ella, no me importo el hecho de no tener paraguas, solo quería sentirme vivo, sentir un bello sentimiento.
Y veo como la lluvia golpea el asfalto gris, entonces bellos recuerdos me hacen sonreír, pensamientos de cuando era joven, de mi primer amor, de cuando tenía a mi familia y a mis amigos, aquellos que me ayudaron a aceptar mi situación, aquellos que ahora no están.
Voy yo solo por las calles, caminando sin destino, sin rumbo, solo distingo aquellos rostros sin expresión, esos ojos vacios, así es, esos que resignaron su fe en el amor, los mismos que estarían dispuestos a comerte el corazón, cuidado con sus brazos, cuidado con sus dientes, solo puedes escapar, es la única forma.
¿Qué pasará si alguien no salva tu alma?
Dios, solo puedo ver la lluvia como golpea ese asfalto gris, como las gotas mojan mis prendas, como el agua cae por mi largo cabello y me ayuda a confundir aquellas lagrimas que caen sin parar, y sin motivo, río, no puedo evitar como aquellos fugaces recuerdos me hacen sonreír, no quiero hacerlo, pero es verdad, a perdidos tesoros me aferrare, aunque sepa que nada ganaré mirando atrás, se que así es.
Solo veo la lluvia que cae en el asfalto gris, a mi mente llegan aquellos fugaces recuerdos que me hacen sonreír, a perdidos tesoros me aferrare, aunque sepa que nada ganaré mirando atrás.
Entonces mire a mi alrededor y logre ubicarme, me hallaba en la plaza central de la ciudad, había caminado mucho, pero qué más da, simplemente estoy aquí.
Me senté en una de las bancas de madera de las que allí están, hay algunas que están protegidas por arboles, pero no, yo quiero una en donde el agua me siga mojando por completo.
He perdido la noción del tiempo, no me importa enfermarme o morir por esta causa, mejor aun eso me ayudara a sentirme vivo, a finalizar mi penoso viaje.
Recuerdo hoy, mirando atrás aquellas cosas que se llevan dentro del corazón,
No sé muy bien, qué sucedió, en estos tiempos solo importa ser un buen jugador,
El valor de mis amigos, el amor que no se va,
Hoy me ayudan a sobrevivir, aquellas cosas en que no creí,
Hay un lugar, hay un lugar, que lo encuentras muy dentro de ti,
Hay un lugar, hay un lugar, desde donde podemos sentir, solo sentir.
Entonces un hermoso recuerdo llega a mi mente y me hizo sonreír, fue cuando ame por primera vez, lo recuerdo muy bien, se llamaba Andrés, un chico alto, de ojos azules y de un hermoso cabello ondulado de color castaño. Estuvimos dos años juntos, fueron muy hermosos, todavía llevo en mi corazón aquellos viajes que realizamos ambos, aquellas experiencias de vida, esos días donde todo era diferente, pero hay un detalle, nada es eterno.
Un día él cambio su actitud, le pregunté en varias ocasiones el por qué de su forma de ser, pero siempre eludía, eso me puso triste, poco a poco me destrozo el alma. Un día me enteré que amabas a otra persona, pero me querías tanto que estabas dispuesto a sacrificar tu felicidad con tal de verme sonreír, ese día me paralice por completo.
Recuerdo el momento en que te confronté, en instante en que me miraste asustado, el abrazo que te di, el último. Te dije claramente, “se feliz”. Fui fuerte, no lloré frente a ti, me aleje de tu vida, sabias que yo era un buen jugador.
Salí de tu casa, camine por varias cuadras sin sentido y en un punto me detuve a expulsar todo aquello que se había quedado en mi ser, jamás había llorado tanto.
En la calle me encontré con un ángel inesperado, su nombre Sara, mi mejor amiga, recuerdo como ella me ayudo a confundir a mis padres diciendo que eras mi novia, reíamos mucho leseando con ese tema, pero recuerdo aun mejor ese día en el que le conté a mis padres sobre mi homosexualidad, fue en plena cena de navidad, ellos se enojaron, pero tú te armaste de valor y los confrontaste, recuerdo tus palabras:
-El sigue siendo su hijo, sigue siendo el mejor amigo del mundo, el mejor pololo que alguien podría tener, la mejor persona que conozco, ustedes ahora solo saben un pequeño detalle extra y debo decirles que eso no cambiara absolutamente nada-
Gracias a ti todo salió bien, ellos me aceptaron tal como era, te estaré eternamente agradecido.
Fuiste tú la que me ayudo a sobrevivir a ese vacío que quedo en mí corazón, pensé que estaba perdido, pero me hiciste entender que todavía tenía cosas por las que luchar.
Gracias a vos, hoy puedo ver, que lo mejor en este juego es ser un perdedor,
Que ganare, si hay que aplastar el sueño de alguien porque solo me interese triunfar,
Cuando beses a tus hijos, quizás lo comprenderás,
Que la vida tiene mucho más que los millones la ambición y el maltrato
Hay un lugar, hay un lugar que lo encuentras dentro de ti,
Hay un lugar, hay un lugar, desde donde podemos sentir, solo sentir.
Desde pequeño fui criado con principios vasados en el amor y la justicia hacia el prójimo, siempre supe que el que siembra y cuida, cosechara grandes cosas en el futuro.
Seguí siendo correcto en todo esto, jamás puse mis intereses por sobre el de los demás, recuerdo a mi jefe, un hombre que siempre me miraba, sabía que Joaquín estaba enamorado de mi, al principio creí que él era una buena persona, pero no, poco a poco (sin ser su pareja) vi que era un hombre adicto al alcohol, a la mariguana y al sexo, pero aun así te llovían los pretendientes, eras adinerado, siempre usando tus automóviles últimos modelos, tus trajes excéntricos, visitando esos restaurantes caros, por eso jamás te acepté.
Recuerdo que te comprometiste con un hermoso chico, solo para tratar de sacarme celos, fue un poco después de eso que abandone ese trabajo, a los años volví a saber de ti, estabas quebrado, te había estafado, te había robado todo, te había dejado en la calle, después de destruir los sueños de los demás, ahora recibes lo que te mereces, aun así me das pena y espero que lo entiendas, antes de que sea demasiado tarde.
Prisionero sin saber, que es perder o ganar,
La locura nos arrastra aquí, en avalanchas de ambición,
Que asfixian la razón.
Unos dos años después de esos hechos encontré a una nueva persona, lo conocí un día en un restaurante, tú te me acercaste, fue algo que nació en un momento.
Su nombre era Sebastián, fuiste mi segundo amor, te quise más que a mi vida, vivimos tres años juntos, años felices según yo, pensé que por fin era un ganador, que por fin sería feliz para toda la vida, pero creo que no había entendido la lección.
Un día te encontré besándote apasionadamente con otro chico, no te encaré, estaba demasiado asustado, destruido, sin fuerzas. Regrese a nuestra casa, sabía que llegarías tarde, por lo que arme mis maletas, te deje una nota y me fui, nunca más volví a saber de ti.
Para esas fechas Sara se había ido a vivir a otro país con su familia, por suerte mis padres fueron mi apoyo fundamental, ellos me recibieron en su casa con un fuerte abrazo, algo que me salvo en ese momento.
Pero cuando las cosas comenzaron a mejorar todo cambio, todavía recuerdo ese fatídico día, íbamos los tres en el automóvil felices conversando de cosas chistosas, fue en un semáforo, dio la luz verde y un chico en motocicleta se nos cruzo en el camino, él nos choco, mi padre perdió el control y nos estrellamos contra un negocio que estaba en aquella esquina, en ese momento perdí el conocimiento.
Desperté tres meses después del accidente, unos días después me enteré que mis padres habían muerto, en ese instante se me destruyo el mundo, todo se fue por la borda, se me quitaron las ganas de vivir, solo quería saber quién era el desgraciado que me destruyo la vida, la rabia me invadió.
Estuve cerca de un año en tratamiento, rehabilitación, en observación, durante ese periodo me encariñe con el chico que estaba al lado de mi cama, él se llamaba Saga, me conto su historia.
-Yo me enamoré de un chico, de hecho fue una hermosa historia de amor, su nombre era Dohko, estuvimos varios años juntos, fueron los más hermosos (entonces vi que las lagrimas comenzaron a caer por sus mejillas), pero un día una chica me conto que me estaba engañando, por su puesto yo no le creí, pero la duda comenzó a molestarme, a veces él no llegaba, o me ponía escusas, no sé, cosas raras, entonces decidí seguirlo y pues, grande fue mi sorpresa, él estaba besando al desgraciado de Afrodita (la verdad es que yo no sé quiénes son ellos, pero es fácil entender lo que este chico dice), lo encaré, pero fue inútil, sus palabras me destruyeron, solo pude salir corriendo, tome mi motocicleta, no me aguante y mientras andaba me puse a llorar, estaba totalmente destrozado, fue cuando no vi el semáforo y choque a una familia (en ese momento se puso a llorar, obviamente él no sabía quién era yo), no fue mi intención, pero soy culpable (fue cuando cayó al suelo), (entonces yo lo levanté y lo mire a los ojos con compasión), por mi culpa murieron dos personas y un joven quedo huérfano, (su llanto se incremento, de verdad estaba carcomiéndolo la culpa), soy un asesino-.
Y fui claro, -Mira Saga, estoy seguro que si ese joven supiera sobre lo que has tenido que pasar, él te comprendería y te perdonaría por tus actos-.
Entonces acerque mi cuerpo al suyo y lo abrace con todas mis fuerzas, fuimos amigos.
Él era raro, de vez en cuando hablaba solo, en otras ocasiones hablaba con el chico que estaba al otro lado de él, creo que se llamaba Gabriel, creo que algo nacio entre ellos, pero aun más extraño fue el día en que él desapareció del hospital sin explicación alguna. Solo deseo que en donde quiera que esté sea feliz.
Hay un lugar, hay un lugar que lo encuentras dentro de ti,
Hay un lugar, hay un lugar, desde donde podemos sentir, solo sentir.
Hay un lugar, hay un lugar que lo encuentras dentro de ti,
Hay un lugar, hay un lugar, desde donde podemos sentir, solo sentir.
El frio ya había inundado mi cuerpo, me siento solo, sin fuerzas, sin ganas de vivir, mirando como la lluvia cae en el asfalto gris, pero esta vez no existe un recuerdo que me haga sonreír. De un momento a otro unas zapatillas oscuras se paran frente a mí, siento que el agua dejo de golpear mi marchitado rostro, entonces levanté mi cara y dirigí mis ojos a la persona que estaba allí. Tenía un paraguas, el cual usó para protegerme.
Fue esa la primera vez en la cual me cruce con esos hermosos ojos verdes, fue el comienzo de mi verdadero final.