Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Inconsciente por Abyss

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Disclaimer: Yu Gi Oh Zexal! no me pertenece en lo mas minimo, esto esta hecho sin fines de lucro.

Nota: Todo esta contado desde él punto de vista de Kaito.

Advertencia: Esto es Yaoi, es decir relacion hombrexhombre, si no te gusta entonces no lo leas.

Lamento si algo me sale OC, esto esta situado en la NADA, solo queria una excusa para escribir sobre ellos.

Tú no sabes cómo fue que todo termino como se encontraba. No tienes idea de quien lo ato o le puso esa mordaza en la boca, y puedes apostar –por la expresión en su rostro- que él tampoco sabe cómo llego ahí, por qué o quién lo llevo es algo que tampoco circula por su mente, y mucho menos por la tuya.

Le sigues mirando y escaneando, tú te encuentras sentado cómodamente en un sillón viéndolo directamente, él se encuentra sentado en una esquina con una pierna extendida y la otra con la rodilla alzada, sus manos atadas por las muñecas por encima de su cabeza, y como ya habías notado antes lleva una mordaza en la boca lo que le impide soltar alguna frase en tu contra o quejas o sea lo que sea, mas sin embargo notas como traga su propia saliva repetidas veces, ¿Se estará ahogando?

Le miras un poco más, y entonces notas como su respiración ha cambiado, aun cuando el mantiene sus ojos cerrados –probablemente para no mirarte- es imposible mantener su respiración oculta, notas como su pecho sube y baja en un vano intento de tranquilizarse, sabes que aparte de atarlo y amordazarlo debieron de haberle dado algo más, sigues sin comprender por qué y no tienes mente para pensar en eso… No tienes mente para nada.

Por un instante sientes como tu mente se bloquea y solo retienes la imagen que captas al verlo, el comienza a sudar muy levemente y su rostro se ha vuelto rojo. Ahora fijas tu mirada en sus muñecas, rojas por los intentos desesperados –que ignoraste- por liberarse de aquella atadura, sin conseguir nada más que lastimarse, no te importa si le duele, él no es tu problema.

Tu Tenjō Kaito te sigues preguntando mientras le miras, ¿Cómo fue que el "gran" Kamishiro Ryōgapudo haber acabado así?

La duda te ronda por minutos, pero después te desconciertas y lo olvidas, al oír un extraño sonido proveniente de aquella persona de cabellos morados, lo escaneas para encontrar la razón de aquel sonido, y entonces notas que cambio sus piernas de posición…

Como si fuese algo extraordinario, notas como una gota de sudor recorre parte de su mejilla –aunque luego te preguntas, ¿Fue sudor o una lagrima?- hasta llegar al inicio de su cuello, por donde baja y se pierde entre la ropa, gruñes con molestia por lo que desvías la mirada a otro lado de la habitación, sonríes complacido al notar unas tijeras…

Te alzas de tu asiento y tomas las tijeras con tu mano diestra, y te le acercas.

El escucha los pasos, el sonido que haces al alzarte es lo primero que lo alerta y te mira con algo parecido a odio, aparentemente su mirada te toma como el culpable de lo que le esté pasando, pero a ti eso no te importa, alzas las tijeras y el tiembla al ver como las acercas, tal vez el piensa que harás "algo" distinto a lo que tú tienes en mente con aquella arma blanca.

Te preguntas entonces si lo que vas a hacer no sería más fácil si le desataras las manos… No, si lo haces te golpeara, lo sabes, por eso no lo sueltas.

Así que ignorando su miedo y los leves sonidos que oyes debido a la mordaza, comienzas a cortas las mangas de su chaleco ante su ahora sorpresiva mirada, el entiende que es lo que ocurre, tu simplemente vuelves a sonreír al comenzar a quitarle –o cortarle en este caso- aquella molesta tela que no te permite apreciarlo por completo.

Finalmente le quitaste aquella tela morada que cubría sus brazos, y ahora queda únicamente con su camisa negra, él te mira e intenta hacerse hacia atrás para huir, pero ambos notan y saben que es inútil, no hay a donde huir.

No entiendes porque intenta huir, así que usas tu mano zurda para que mire a los ojos –la diestra sostiene las tijeras que no deseas soltar- él lo hace, intentas buscar una respuesta a su huida pero no la encuentras, lo únicas que encuentras es tu reflejo y su sonrojo junto a su respiración que parece haber aumentado de velocidad.

Te acercas un poco más y comienzas a respirar su mismo aire, el entrecierra los ojos al sentir tu cercanía, ninguno de los dos comprende que es lo que está ocurriendo pero al parecer a ninguno le importa, ves como Ryōga mueve sus manos levemente y tú, Kaito de forma inconsciente mueves tu rodilla y diriges tu mirada hacia sus manos, tu rodilla lo roza en una parte que se encuentra demasiado sensible, al ver sus manos notas que estas se hicieron puños, así que bajas la mirada nuevamente y mueves tu rodilla –de forma intencional- y notas como un leve espasmo pasa por todo su cuerpo… Sonríes divertido ante lo que le causas, y te das cuenta que aquella parece haber sido planeado, pero poco te importa cuando comienzas a lamer y chupar su cuello, no oyes nada debido a la mordaza que usa, peor eres capaz de notar como saliva comienza a salir por la comisura de sus labios y también notas como batalla en tragar saliva.

Decides entonces apiadarte de él y retirar la mordaza, ves cómo te lo agradece girando el rostro y dejando salir saliva –con la intención de no mancharte, ¿O acaso es para ocultar su rostro?- una vez terminado continua respirando por la boca más sin embargo él no se gira a verte nuevamente, te enfada eso… Quieres verlo, quieres continuar, así que –con tijeras en mano- decides darle una lección.

¿Que más te estorba? "Su camisa"

Ni siquiera lo pensaste ni reflexionaste, solo reaccionaste al oír algo parecido un gritillo de su parte debido a que te encontrabas cortando la tela de su camisa negra, pero no dijo nada, ni hizo nada, un paso en falso y su piel podría ser cortada o atravesada por las tijeras… Sonreíste ante este hecho, y cuando finalmente acabaste de cortar aquel trozo de tela, te encargaste de arrojar por ahí las tijeras y segundos antes de que él pudiera quejarse te encargaste de ocupar su boca con la tuya, obligándolo a mantenerla abierta y jugando con su lengua libremente, tus manos de igual manera, se encargaban de tocar sus costados, podías sentir como temblaba ante tus caricias y como pequeños suspiros escapaban de su silencio.

Al separarte dejaste un hilo de saliva que conectaba tu lengua con la de él, le miraste por última vez y dirigiste tu boca hacia su cuello, el cual comenzaste a lamer y besar mientras oías sus débiles gemidos…

Por un instante pensaste y reconociste que aquella actitud no era común en él, no estaba en su naturaleza ser sumiso ni dejarse hacer… Pero ya habías cortado su ropa, lo habías besado, aun no lo desatabas y muy probablemente estaba siendo víctima de una droga que le obligaba a estar excitado… Sumando todo eso, no había razón por la que te pareciera raro que estuviese siendo sumiso.

Finalmente dejaste esos pensamientos cuando un grito y el sonido de sus pies intentando empujarlo lejos de ti, te hizo reaccionar y ver que le habías mordido fuertemente uno de sus hombros, estando consciente-inconsciente lo chupaste fuertemente y lo soltaste, dejando una gran marca rojiza… Aquella marca sería un moretón al día siguiente, y no te lamentabas de eso.

Te separaste nuevamente y esperaste a que dijera algo.

En sus ojos leíste que él estaba esperando lo mismo, pero esperaba a que tú hablaras.

Sonreíste con superioridad y susurraste algo… O lo dijiste o simplemente moviste los labios, no lo sabes, lo que sabes fue que le diste a entender algo de alguna forma y antes de "dejarlo" lo besaste de nuevo jugueteando con su lengua, él te respondió con la misma necesidad que tu no habías notado lo habías estado mirando… Sin que lo notara desataste levemente sus muñecas y te alejaste de nuevo de él, con la diferencia de que ahora te alzaste de ahí y regresaste al sillón desde donde lo podías seguir viendo.

Estabas consciente de que en lugar de hacerte caso, podría huir… Pero no iría tan lejos, todo estaba cerrado así que era imposible una huida de su parte.

Tu sonrisa aun no desaparece mientras esperas pacientemente a que el continúe lo que has empezado, sabes –y él también lo entiende- que haga lo que haga saldrá perdiendo y tu ganaras… Para su estado solo hay dos opciones que elegir, ambas te incluyen Tenjō Kaito así que continuas sonriendo mientras notas como él se soba las muñecas y respira con dificultad…

No falta mucho así que te acomodas en tu asiento y lo continuas viendo, el siente tu mirada y el sonrojo en su rostro se hace aún más evidente.

Sabes que lo hará

Él sabe que debe de hacerlo.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).