Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Reaviva la llama que llevo dentro, ¿quieres? por namidatagani

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola aquí Namida Tagani con mi primer fanfic en pot !!! Y dado que es mi regreso a éste bello lugar después de 2 largos años espero no haber perdido el toque y que el fanfic sea de su agrado.

 

Los fantásticos personajes de pot no me pertenecen, porque si así fuera tendrían todas sus noches ocupadas lol.

 

Amo pot no tiene mucho que lo terminé de ver y me ha gustado tanto que estoy aquí ^^ !!! Gracias a kimiko_hime y a Eiji por haberme enviciado y porque gracias a sus bellos fanfics **y al de muchos otros aquí en ésta sección** me decidí a regresar a éste bello mundo con nada más y nada menos que con un fanfic de la strongest pair ^^.

Notas del capitulo:

Yeeei en éste primer capítulo será un total POV de Fuji ^^ él los llevará a conocer cómo está su vida en estos momentos, acompáñenlo en su POV ^^

Ya han pasado varios años desde nuestro primer beso, aquella tarde se reproduce en mi mente como si de una película recién vista se tratase, realmente sabes cómo dejar fuertes impresiones en mi mente. Éramos unos jóvenes enamorados del amor jugando a quererse, ¿dónde ha quedado ese ser que tanto amor me profesó y a quién correspondí con entrega y pasión?

 

+.+.+.+.+.+.+

 

Mi nombre es Fuji Syusuke, mi apodo “el genio”…supongo, mi vida una no muy larga aún me encuentro en los bellos años veinte, mi pareja es nada más y nada menos que el ex capitán del Seigaku, Tezuka Kunimitsu; o por lo menos eso es lo que aparentamos.

 

 

 

Comenzamos a salir cuando estábamos por graduarnos del Seigaku, si bien es cierto que yo me enamoré a primera vista de tu porte, de tu seriedad, de tus profundos y abrazadores ojos. Fui el que dio el primer paso y tú me seguiste la corriente; supongo que fue debido a mi alto grado de insistencia o por mi eficacia al seducirte. Después de todo nadie se ha podido resistir al encanto de mi sonrisa o a la sensualidad de mis ojos, tuve toda la confianza en que serías mío para siempre; sí, la tuve.

 

 

 

Cuando por fin comenzamos a salir y te diste el valor para pedirme nuestro primer beso ya como pareja oficial ante la mirada atónita de todos los presentes; aún no sé si fue para molestar a Saeki que llevaba más de un año tratando de conquistarme sin resultado alguno; pero la verdad eso no me interesó, pues para mí en ese momento sólo existías tu y nadie más.

 

 

 

Nuestra primera noche juntos fue realmente magnífica; todo tu cuerpo rodeando al mío, empapados en sudor, gimiendo como si el mundo se nos viniera encima y fuera nuestra última vez juntos; recuerdo que cuidaste todos y cada uno de tus movimientos con el único fin de no dañarme, me tomabas con sumo cuidado como si de una pieza invaluable se tratara, besabas son suavidad mi piel, cada centímetro de mi cuerpo respondía a tus caricias, me mirabas con éxtasis en los ojos, repetías sin ton ni son mi nombre, decías que me amabas más que a nada en el mundo y que sin mi simplemente no había razón para continuar el camino en ésta vida.

 

 

 

Así llegamos a nuestra graduación y dejaste al equipo en buenas manos; o por lo menos eso pensé que “hacías” pues después de entrar a la Universidad lo ÚNICO que repetías todo el tiempo era “Seigaku” y “tenis”. Sé muy bien que el Seigaku fue muy importante para ti pues yo también estuve ahí y di mucho de mí en cada partido; aunque tal vez eso para ti no fue suficiente.

 

 

 

Todos y cada uno de los días de tu existencia en la Universidad asistías a los entrenamientos del equipo de Tenis, los regañabas, analizabas y calificabas el rendimiento de Kaidoh como nuevo capitán pues para ti eso era “el nuevo capitán”, sabiendo de antemano que él era sólo el “capitán”; él único que se olvidó de quien había dejado ese puesto eras tu.

 

 

 

Cada vez te importaba menos, por más que me esforzaba para que eso no me afectara, tratando de sobrellevar tu completa devoción al tenis, por más que intenté hacer que te dieras cuenta de que existo, no lo conseguí. Simplemente te alejabas más y más, nuestros encuentros íntimos se reducían a mis caprichos y sólo cuando llegabas temprano, de otra manera sólo te negabas debido a tu cansancio y… ¿por qué no decirlo? tu falta de apetito sexual.

 

 

 

Para mí, el chico que siempre tuvo a más de uno tras de sí, el tener que admitir eso no fue nada fácil, al principio sólo lo vi como una alucinación mía o como un exceso o exageración de mi parte. Sin embargo tu confirmaste todas y cada una de mis sospechas: te habías cansado de mí. Lo habría aceptado si hubiera hecho las cosas mal, si me hubiera equivocado; pero cada vez que intentaba charlar de ello contigo simplemente me decías que todo estaba bien, que yo no cometía ningún error, me besabas con tanta ternura que terminaba empapado en lágrimas de la emoción, sin dejar de pensar en la tortura que vendría después, porque sabía a la perfección que siempre que hacías eso era porque pensabas tomarme entre tus brazos, llevarme hasta nuestra cama y en ese lugar me harías el amor, me repetirías mil veces que me amas hasta perder la conciencia para que al otro día volvieras a ser el mismo, frío, obstinado y sobre todo indiferente.

 

 

 

Así es más fácil, ¿no? Me ignoras, me das la vuelta y terminas por llenarme la cabeza con ideas que no son, ¿qué me amas? ¿qué soy todo para ti? no sé desde cuando esas palabras son basura ante mí, no tienen sentido, no valen nada. ¿Valor? Creo que eso es lo que ya no tengo para ti, verdad ¿Tezuka? ¿Mitsu? ¿Me escuchas? ¿Escuchas como grita mi corazón pensando en que ya no valgo nada para ti?

 

 

 

Si por alguna razón uno sólo de mis pensamientos llega hasta ti, te pido que lo escuches y que le des alivio, abrázalo con esos fuertes brazos, cálmalo con esa personalidad que tanto me enamoró, y por la cual no he sido capaz de abandonarte; sí, porque por más que la idea ronde mi mente sencillamente no puedo; soy un amante de tu tortura, soy un amante de tus arranques de pasión y locura, soy un amante de estas risas secas que me dan a entender que te he perdido, ¿no crees que todo tiene un límite?, cuéntame, Tezuka ¿cuándo fue que el amor que sentías por mí llegó a su fin? ¿Hasta cuándo planeas torturarme con tu actitud?

 

 

 

Por las mañanas sin más te marchas, procuras despertarme antes de irte muy temprano a las canchas de tenis; me regalas un beso todas las mañanas para después partir a realizar tu rutina diaria… ¿te das cuenta? He llegado a un punto en que un simple beso tuyo es ya para mí un regalo. No tienes idea de cuantas veces me he despertado pensando en cómo fue que llegué a éste punto, cómo fue que perdí esa emoción que sentía al tenerte a mi lado y presumir que era la persona más feliz de éste mundo pues tenía a quien más amaba a unos cuantos centímetros de mí todas las noches brindándome cobijo y velando mi sueño.

 

 

 

“Ya…basta…” me repito constantemente, incluso Eiji, mi mejor amigo al que tanto quiero y a veces torturo, bueno sólo un poco; él me ha dicho que debo platicar lo que siento con Tezuka, sin embargo yo de ingenuo le dije que él lo entendería pues nuestras almas estaban conectadas por lo que sentíamos, qué ingenuo ¿o no?

 

 

 

Sin embargo, quiero seguir siendo ese sádico que se tortura todos los días creyendo en esas palabras, pues no es algo que yo haya inventado, son palabras que me dijiste en nuestra primera cita cuando tembloroso tomabas mi mano y me conducías hasta la entrada de aquel parque de diversiones, que según tu y tu libro “mágico” de primeras citas era el lugar idóneo para tener una; no sabes cómo adoré tu rostro en ese instante, hasta tomé muchas fotos a escondidas ya que de haberlo sabido de seguro me reprimías y me obligabas a borrarlas.

 

 

 

Después nos subimos a casi todas las atracciones, yo quería subirme a los caballitos pero te morías de vergüenza y no quisiste acompañarme; aún recuerdo que ingenuo me llevaste a la casa del terror pensando que sería una buena oportunidad para vengarte por lo del carrusel, pero nunca imaginaste que terminarías en mis brazos y con la mirada en blanco, vaya que me divertí mucho ese día; fue entonces que con tus grandes manos tomaste las mías y me confesaste tu amor nuevamente, me dijiste que lo más grandioso de tu vida fue haberme conocido, que no había nada mejor en éste mundo que estar a mi lado; me susurraste que muchas veces habías soñado con tenerme entre tus brazos y que pasabas días enteros planeando que decirme o de que platicar conmigo para no aburrirme.

 

 

 

Recuerdo que te miré con tanta dulzura pues tu rostro no buscaba el mío, sentías tanta penita que no te animabas a mirarme de frente; al verte de esa manera no pude evitar el colgarme de tu cuello y darte un beso pues tus labios temblorosos ya no sabían que más agregar; sin pensarlo más me separaste y me tomaste en un tierno abrazo, te inclinaste hacia mí y me dijiste “Es un gran alivio que me hayas besado, pues no podía articular palabra alguna después de tenerte tan cerca, aunque muy dentro de mí sabía que entendías lo que me pasaba porque nuestras almas están conectadas por lo que sentímos.”

 

 

 

Al recordar todo eso de pronto llegó a mí la nostalgia, si éramos tan felices ¿qué nos pasó? dime, Tezuka, ¿te aburrí? ¿te hice daño? ¿fui muy cruel con mis bromas domingueras? dime, ¿cómo fue que me dejaste de amar?

 

 

 

****************Continuará. 

Notas finales:

Bien, así llegamos al final del primer capítulo, quería escribir comedia pero lo primero que llegó a mi mente fue esto, espero que no esté muy choteado, traté de leer lo más que pude antes de publicar pero la emoción me ganó y no pude contenerme a escribir y subir esto, si se llega a repetir espero me perdonen, juro que seré mucho más original en mis próximos trabajos ^^.

 

Muchas gracias por haber leído hasta acá ^^ y de no ser molestia dejen algún review que me ayude a continuar C:

 

Ja ne ~~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).