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Toxic's Lights por Pepper

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Notas del fanfic:

¡Hola!

 

Después de una prolongada ausencia por estos lares, vuelvo con una nueva historia que está en proceso. He tenido una crisis de inspiración de las gordas, y esto que os voy a enseñar es un intento de salir de ella. Narrativamente hablando no es gran cosa, aviso. Aun y así, espero que os guste; es lo primero que he podido escribir en meses.

 

Notas del capitulo:

¡Primer capítulo!

Si has decidido entrar a leer esta historia ¡quédate! Estás a punto de conocer a Mike Heister y su banda. Sin más dilación...

 

¡TOXIC'S LIGHT!

 

I - El Error.

 

Mike Heister se consideraba alguien difícil de impresionar. Eran muy pocos los que lograban prender en él la llama de la curiosidad, y aún menos los que conseguían mantenerla encendida más de unos escasos minutos. Mike era de los que se quedaban con la primera impresión, de los que juzgaban con una sola mirada y se valían de una ensayada mueca de desdén para dictar su sentencia.

Esa tarde de otoño, repantigado de cualquier forma sobre su vieja silla recostable, estaba batiendo todos los récords. El cásting que él y sus amigos habían organizado para buscar cantante estaba siendo un completo desastre, y Mike no tenía ningún problema en dejar por los suelos a todos los candidatos. Al principio, animado, había tratado de ser amable, pero tanta ineptitud lo estaba poniendo de los nervios. Llevaba ya medio paquete de tabaco, y si todavía permanecía en la sala era porque Teresa así se lo había pedido.

Teresa, o Tessa era algo así como la manager del grupo, una de las pocas personas a las que Mike respetaba. La chica estaba haciendo grandes esfuerzos para que todo saliera bien, y a él le sabía mal dejarla colgada cuando se estaba tomando tantas molestias por ellos. Aunque ganas no le faltaban.

— ¿Cuántos candidatos quedan? — preguntó Fred, el guitarra, dándole un trago a su coca-cola.

— Cuatro o cinco, se han presentado un montón — respondió Tessa. Mike no entendía cómo podía seguir tan animada.

— Es que eres la mejor, Tessie.

La chica sonrió cuando Fred le revolvió el cabello con cariño, y Mike decidió que si no salía de acabarían contagiándole la gilipollez.

— Voy a fumarme un piti, ahora vengo.

Fuera estaban Justin y Nick, los dos con cara de haber chupado un limón agrio. Nick lo saludó con un gesto en cuanto lo vio, pasándole el cigarro que estaba fumando para que le diera una calada. Mike aceptó de buena gana, dejándose caer junto a ellos en el bordillo.

— ¿Cómo va la cosa? ¿Te ha gustado alguno?

— Qué cojones, son todos malísimos, Just.

— El tal Gary, o Erik, o como sea no cantaba del todo mal… — intervino Nick — En el peor de los casos nos lo quedamos.

— En el peor de los casos mandamos el grupo a la mierda.

— Joder tío, no digas eso — Justin lo miraba con espanto — El concurso es dentro de dos meses, tenemos tiempo para encontrar cantante.

Mike le dedicó una mirada desdeñosa.

— ¿Tú crees? Mira a los idiotas que quedan — señaló con un gesto a los cuatro chicos que aguardaban su turno un poco más allá — El pringado de Finn y su amigo Jack, de puta madre.

— ¿Y los otros dos?

— ¿Les has visto la cara? Llevan escrito ‘perdedor’ en la frente.

Nick soltó una carcajada.

— Tío, como te pasas, a lo mejor cantando son la hostia— los defendió Justin, siempre tan buenazo él.

— Espero que no. Joder, ¿te imaginas que lo hacen bien y Tessa se empeña en que los metamos en el grupo? — fingió un escalofrío — Qué asco. Voy a ocuparme del asunto.

Ante la atónita mirada de sus colegas, Mike se levantó y echó a andar hacia los cuatro chicos. Sentía los ojos de Justin clavados inquisitivamente en su nuca, pero eso no le impidió acercarse a los dos desconocidos con una sonrisa depredadora pintada en los labios.

— Ey — saludó — Venís a la prueba, ¿no?

— Sí, llevamos dos horas y media esperando — respondió uno de ellos, bajito y con gafas.— ¿Es nuestro turno?

— Me parece que no. Me han mandado a deciros que os podéis ir largando.

— ¿Por qué? ¿Habéis decidido entre los que han entrado ya? — parecía consternado.

— No, lo que hemos decidido que no queremos a un pringado en el micro. Así que venga, capullitos, echad a andar que aquí no se os ha perdido nada.

— Pero nos habían dicho que…

— Que te largues. Solo has dicho dos palabras y ya tengo tu jodida voz de pito clavada en la cabeza. Piraos ya, coñ…

Antes de que pudiera terminar la frase, un certero puñetazo impactó fuertemente contra su nariz, haciéndole soltar un alarido de dolor. Desconcertado y aturdido, Mike retrocedió un par de pasos antes de ser capaz de enfocar al autor del golpe. Había sido el otro chico, que hasta ese momento había permanecido callado y ahora lo miraba con una mezcla de pena y asco.

— Soy yo el que se va a presentar, cabronazo.

Mike estaba demasiado sorprendido como para reaccionar. Él tenía una reputación. Joder, él era el malote del barrio, el que ladraba en vez de hablar y llevaba la oreja llena de pendientes. Todo joven entre quince y veinte años le conocía, sabía lo que era capaz de hacer y retrocedía asustado si él se acercaba de más. ¿De dónde había salido aquel niñato que, por las buenas, le había roto la nariz?

Se limpió la sangre que le resbalaba hasta los labios con la manga de la camisa, dedicándole al chico una sonrisa llena de dientes.

— ¿Sabes con quién estás hablando?

— ¿Debería? ¿Sabes acaso tú quién soy yo?

— Un capullo que se va a quedar sin dientes como diga una palabra más.

— ¿Sí? Estoy temblando.

Si Justin y Nick hubieran tardado un segundo más en aparecer, el chico habría acabado usando dentadura postiza el resto de sus días. Sus amigos lo sujetaron justo cuando se disponía a cumplir su amenaza, apartándolo del idiota que se había atrevido a desafiarlo.

— Mike, ¿qué cojones te pasa colega? ¿Te has vuelto loco o qué?

— Me pasa que este gilipollas me está tocando las pelotas — gruñó, enfadado— Podéis soltarme, ¿eh? No voy a matarlo.

Nick obedeció en seguida, palmeándole la espalda con camadería. Justin suspiró con pesadez.

— Perdona a Mike, eh…

— Christian.

— Perdónalo, está un poco… nervioso esta tarde.

— Las drogas, que lo han dejado mal de la cabeza — aportó Nick, muy sonriente.  

Justin y Mike lo fulminaron con la mirada.

— Si todavía quieres hacer la prueba puedes entrar, los demás ya han acabado.

Christian tardó apenas un par de segundos en asentir con la cabeza. Tras preguntarle algunos datos básicos tales como la edad, el tiempo que llevaba cantando y sus razones para presentarse, Justin lo condujo hacia el interior para que hiciera la prueba. Mike entró también, dejándose caer en su sillón del trono con aire dramático.

Tessa y Fred pusieron la misma cara de espanto al verlo, y Mike se limitó a observarlos con helada indiferencia. Sabía que debía ofrecer un aspecto cuanto menos inquietante, que la sangre que empapaba su camisa inspiraba de todo menos confianza y que debía tener la cara hecha un cromo, pero le daba igual; había pasado por cosas peores.

Tessa le dedicó una última mirada y le dijo a Christian que cuando quisiera podía empezar. El chico pidió una guitarra, porque decía que sin ella no podía subir a un escenario, y Justin le dejó la suya. La afinó en cuestión de minutos y, a la señal de Fred, empezó la prueba.

A Mike se le atragantaron las palabras y el orgullo cuando el chaval comenzó a cantar. Lo hacía bien, jodidamente bien. Tenía una voz de gamberro que habría logrado hacer sonar obscena la más inocente de las canciones, y la sonrisa de niñato que exhibía mientras se dejaba el alma en el escenario no hacía si no incrementar esa sensación.

Christian era alucinante, justo lo que estaban buscando.

‘Y él lo sabe’, comprendió Mike. El aspirante había encontrado su mirada, y al mismo tiempo que con su voz le decía al mundo que era el mejor, con sus ojos le decía a él que la había cagado.

Cuando finalizó la actuación, Mike pudo comprobar que el resto de sus compañeros parecían casi tan sorprendidos como él. Se instaló un silencio denso, casi reverencial, las últimas notas todavía vibrando en el aire.

— Bueno… — empezó Fred pasado un rato — Lo normal sería que deliberáramos entre todos, pero creo que todos aquí entendemos de música y… joder tronco, eres una máquina.

Christian sonrió con cierto embarazo ante el murmullo de asentimiento general, hundiendo perezosamente las manos en los bolsillos.

 — Gracias, he estado ensayando bastante.

Tessa se puso en pie para ir a su encuentro, encantadora como solo ella sabía serlo.

— Pues, cielo, ¡sé bienvenido a los Dirty Dogs!

 La sonrisa del chico adquirió cierto matiz malicioso, y Mike supo lo que iba a decir segundos antes de que las palabras salieran de su boca.

— Lo siento, pero no voy a quedarme.

— ¿Qué? ¿Cómo que no?

— Paso. Tenía pensado decir que no desde que el punky capullo — señaló a Mike con un ademán — me ha invitado amablemente a largarme y me ha llamado pringado en mi cara, pero…

— Pero tenías que demostrar que eras una puta máquina para luego dejarme mal delante de mis colegas, ¿no? — lo interrumpió Mike, arrastrando las palabras — ¿Qué quieres, tronco? ¿Qué me arrastre? ¿Qué te diga lo genial que eres y lo equivocado que estaba?

Christian se encogió de hombros con estudiada indiferencia.

— Tú verás. Ya sé lo genial que soy, aunque no está de más que te lo repitan.

— Pírate, eres bueno pero no tanto como para que me dé por aguantar tus sobradas.

—  ¡Mike!  — lo reprendió Tessa— No le hagas caso, Chris, ha tenido un mal día…

— Y una mierda. Quiero que se largue ya. Venga, fuera. Fuera, joder, ¿quieres que te devuelva lo de antes?

Christian ya había abierto la boca para responder, molesto, cuando Nick intervino:

— Venga, tío, te acompaño a la salida.

‘Tres, dos, uno…’

En el mismo momento en el que se cerró la puerta, las voces de sus amigos le martillearon los tímpanos.

— ¿En qué estabas pensando, idiota?

— ¡Tenemos que conseguir que entre como sea!

— Mañana mismo vas y le pides perdón.

— Joder, ¿soy el único que ha pensado que si fuera tía se lo follaba? Qué voz.

Mike les dejó despacharse a gusto, sin decir nada, y solo cuando Nick volvió consintió alzar la vista del suelo.

— La has armado buena, chaval — le dijo, sentándose a su lado. Los demás guardaban silencio.

— ¿Te ha dicho algo, Nick?— preguntó un ansioso Fred  — ¿Crees que podría cambiar de opinión?

— Nada, solo que sentía el espectáculo, que normalmente no era así. Le he dicho que no se preocupara y que se lo pensara bien.

— No sé por qué cojones le dais tantas vueltas — Mike se levantó de la butaca, harto de unos y de otros — Yo no lo quiero en el grupo. Podemos encontrar a otro, triunfar y luego restregarle nuestro éxito por la cara.

— Eres idiota, tío — Justin estaba a punto de estallar — Si lo que nos estás pidiendo es que elijamos entre él y tú, yo lo tengo muy claro.

Mike se había temido que algo así sucediera, que le escupieran en la cara el mismo 'Pírate, eres bueno pero no tanto como para que nos dé por aguantar tus sobradas'  que él le había soltado a Chris, pero no esperaba que fueran a reaccionar tan pronto.

De reojo, se fijó en las reacciones de sus amigos. Tessa se había llevado las manos a la boca, y Fred negaba con la cabeza. Nick parecía querer estrangular a Justin con la mirada.

— Que te jodan, Brooks.

Y sin más, salió de allí dando un portazo. ¿Cómo se le habían podido torcer tanto las cosas?

Notas finales:

¿Y bien :3?

 


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