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Fotos en la pared por Ocbssesed

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 Baekhyun era de esos chicos a los que les gusta escuchar música mientras camina, mover los labios a medida que la canción avanza, el sol en la cara al caminar. Le gusta tener todo en orden. Tiene buenas notas, buena relación con sus profesores y con su madre, y una novia a la cuál adora, quien es mayor que él y mucho más de lo que él esperaba para sí mismo. Byun Baekhyun tiene todo lo necesario para vivir y sentirse pleno. Excepto que no se siente de esa manera.

 

+

 

Las horas pasaban muy lento en la clase de historia. Estaban repasando para el último examen del año, para el cuál Baekhyun ya había repasado. Su compañero de escritorio ya estaba dando cabezazos, quedándose dormido. Baekhuyn dio un resoplido de risa, reposando su barbilla en una de sus manos y observando por la ventana como las nubes grises cubrían todo el cielo. Suspiró, pensando en la ropa que no había recogido antes de salir de su casa.

 Suspiró mientras observaba como las hojas del árbol más viejo del patio de su colegio caían tras una fuerte ráfaga, seguidas luego por el vuelo de unas aves que reposaban allí. Quizás también hubiese sido bueno haber traído una sombrilla.

 Salió de su transe al sentir algo enterrarse en su costado. Se volteó brindándole una mirada molesta a Kyungsoo, quién solo se dedicó a mirar al frente con el rostro impasible. Baekhyun frunció el ceño aún más y dio un vistazo al frente, encontrándose con la propia cara exasperada de su profesor. Sintió como sus mejillas comenzaban a arder de repente.

– Disculpe, profesor, ¿Preguntó algo? – dijo tentativamente, brindándole la misma sonrisa que usaba con su madre cada vez que necesitaba más dinero. El profesor entrecerró sus ojos con recelo, y Baekhyun se encogió en su asiento.

 – Así es, acabo de preguntarle si es tan amable de brindarnos la fecha en la cual comenzó la batalla en Incheon. – el toque sardónico en la voz del profesor era un poco irritante.

–  Mhmm – el chico pensó lo más rápido posible, sabía que lo había leído en algún punto la noche pasada. – Las tropas estadounidenses, al mando del general Douglas MacArthur, desembarcaron en el puerto de Incheon el quince de septiembre de mil novecientos cincuenta. – contestó, denotando una seguridad que no sentía. El hombre frente a él sólo hizo un mohín de disgusto con sus labios y se volteó, siguiendo con la clase sin prestarle más atención al estudiante. Escuchó como Kyungsoo, a su lado, daba un resoplido de risa.

Baekhyun sonrió, sin sentirse realmente contento.

 

 +

 

– ¡Baekhyunnie! – el susodicho rodó los ojos, dejando sus libros en su casillero y cerrándolo para prestar atención a la chica que lo llamaba.

– Sunkyu–noona – saludó Baekhyun con una gran sonrisa, recibiendo una sonrisa juguetona en respuesta.

– Te veo algo apurado, Baekhunnie – comentó con tono cantarín Sunkyu en el momento en el que Baekhyun comenzó a caminar.

 Baekhyun solamente le sonrió con simpatía en respuesta, y creyó vislumbrar una sombra de pena en la mirada de la chica, que pasó rápidamente desapercibida debido a la gran sonrisa que le dedicó después. De todas maneras no le prestó atención, ya que al abrir las puertas de la cafetería una gran sonrisa y unos ojos brillantes se encontraron con los de él.

 Sonrió aún más al sentir el agarre de Taeyeon en su propio brazo, y el rose de los labios de la chica sobre su mejilla.

– ¿Por qué has tardado tanto? Joonmyun–oppa ha estado hablando acerca de que le han ofrecido ser el asistente del profesor de música por más de quince minutos – recalcó la chica, a lo que Sunkyu soltó una resoplido de risa, golpeándola en el hombro. Baekhyun rió también, reconociendo que tan pesado podría ser su amigo cuando algo le gustaba.

– Mmhm. – murmuró con una mirada condescendiente – Pobre niña, nadie salió a su rescate. – dijo luego, fingiendo un mohín de pena mientras le pasaba una mano por el cabello suavemente. Taeyeon frunció la nariz y Baekhyun sintió como una calidez cubría su pecho.

– Baekhyun, necesito hablar contigo. – dijo de repente Taeyeon, y Baekhyun sintió como Sunkyu, a su lado, soltaba un sonido de sorpresa a su lado, escabulléndose a la mesa donde estaban los demás.

 Baekhyun abrió los ojos,  tomado un poco por sorpresa, soltando un suave – Si, claro.

– No aquí. – Taeyeon le brindó  una sonrisa de medio lado. Baekhyun sintió algo moverse intranquilo dentro de él. – ¿Tienes clases de canto hoy? ¿No? Entonces, acompáñame a casa. 

 

 + 

 

– ¿De qué crees que se trate? – preguntó  Zitao, caminando junto a Baekhyun, ambos rodeados de apresurados estudiantes. 

Baekhyun pensó un momento, viendo la silueta de Taeyeon apoyada en las verjas del colegio cada vez más cerca. Llevaba su corto cabello atado en una media coleta, su maletín balanceándose al compás de su cuerpo, y el chico estaba seguro que estaba tarareando una canción mientras lo hacía. Sunkyu estaba a su lado, luciendo cabizbaja. Algo dentro del chico se encogió dolorosamente.

Sintió la mirada insistente de Zitao, a quién sólo le dedicó un sincero encogimiento de hombros. No tenía idea, o mejor, no quería tener idea acerca de porqué Taeyeon quería hablar con él. Zitao lo miró expectante unos segundos más, Baekhyun sólo sonrió.

– ¿Te vas a encontrar con Wufan hoy? – preguntó éste, cambiando de tema. Zitao alzó una ceja, pero luego volteó hacia el frente, dándose por vencido.

– Así es. – Respondió este  – Lo obligaré a llevarme de compras. Me lo debe por tener que haber visto un partido completo de basquetball el viernes anterior. – a pesar del tono irónico con que lo dijo, Baekhyun vio como los ojos de Zitao brillaban con entusiasmo por un segundo.

– Eso suena divertido – se rió – Espero que se diviertan. – se despidió, dirigiéndose hacia donde una ansiosa Taeyeon lo esperaba. Creyó escuchar de Zitao un susurró que parecía suerte, pero no le prestó atención.

 Los ojos de Taeyeon brillaban con ansiedad, y Baekhyun no pudo evitar seguir sintiéndose inquieto sin ninguna razón aparente.

 

 +

  

Los tres caminaron un par de calles hasta llegar a la casa donde vivía Sunkyu, quién se despidió de ellos con un fuerte abrazo – Baekhyun no pudo evitar soltar una carcajada ante la efusividad de la chica – dejando a la pareja seguir su camino con pasos lentos y en un constante pero cómodo silencio. En algún punto los brazos de Taeyeon rodearon la cintura del chico, y éste encontró un cómodo lugar de uno de los suyos sobre los hombros de la chica.

 A pesar de que la distancia entre la casa de Sunkyu hasta la de la propia Taeyeon no era muy larga, Baekhyun y ella se las arreglaron para alargar el momento lo más que pudieron. Pero entre risas, burlas y juegos la puerta del hogar de la chica se hizo presente.

– ¿Podrías parar ya? ¡No es mi culpa ser tan pequeña, está en mis genes!

– ¿Tus genes son tan pequeños como tú? Deben tener una vida muy corta.

– Eso no es gracioso. No eres gracioso. No me caes bien.

– ¿Puedo besarte ya o tengo que seguir haciendo de payaso? – unos labios presionados sobre los suyos le dieron la respuesta.

 Había algo cuando ellos se besaban. La timidez y delicadeza con la que Taeyeon lo besaba siempre estaba allí, pero también en cada beso siempre se sentía algo distinto, por eso Baekhyun podía estar seguro de que nadie podía hacerlo sentir de esta manera. Tan ligero, tan libre y tan feliz. Sólo con un beso de la chica a él le bastaba para estar de buen humor el resto del día.

 Pero en este momento algo le hacía sentir un sabor amargo dentro en la boca. Se separaron del sólo unos segundos después.

– Taeyeon–ssi ¿Puedes decirme qué te pasa o también tengo que seguir haciéndome el tonto con esto? – preguntó él, dando un paso hacia atrás, tratando de encontrar la mirada de la chica. Cuándo sus ojos se encontraron con los de él, estaban brillantes.

– Siempre siendo tan dulce – bromeó sin muchas ganas la chica, para luego dar paso a un gran suspiro – ¿Sabes? Siempre había pensado que mi vida iba ser como hasta ahora. Así de simple, me graduaría, haría algún curso de pastelería o algo así, y ayudaría a mi madre en la tienda. Me casaría con un chico menor que yo, tendríamos dos hijos y él trabajaría en el restorán de su padre – Baekhyun sonrió de medio lado, recordando cómo habían armado esa historia hace algún tiempo ya.

– Y tendríamos dos gatos. – apuntó él, sintiendo como su estómago se retorcía en un doloroso nudo.

– Y  una casa con un gran porche y un jardín horrible porque ninguno de los dos recordaría regar las plantas. – la voz de la chica sonaba nostálgica, cansada. Baekhyun tomó una de sus manos, pero la chica se zafó rápidamente y le dio la espalda, elevando su cabeza, observando el cielo.

– Taeyeon–ssi… Vas a romper conmigo, ¿no es así? – cada palabra hacía que su garganta se cerrara más y más. Se acercó un poco más a la chica, rodeando sus hombros con ambos brazos, y apoyando su barbilla en la cabeza de la chica.

– ¿Recuerdas la audición que había hecho hace un par de meses para esa agencia que vino de visita aquí? Sunkyu y Sooyeon también lo hicieron, como muchos otros de mi clase. Cuatro de nosotros fuimos llamados. – Baekhyun cerró los ojos, su respiración se hacía cada vez más dificultosa. Escuchó como la chica resoplaba una risa forzada. – ¿Puedes creerlo? Cuatro personas. Entre ellas yo.

– Tae… – intentó parar Baekhyun, pero fue rápidamente interrumpido por un grave suspiro.

– Así que Sunkyu me dijo que podíamos hospedarnos en la casa de sus tíos. Tienen una gran mansión, tu sabes, ridículamente grande y yo le dije que no quería incomodar a nadie, y que además por bien que le vaya a mi madre en el negocio, con mis hermanos y mi padre a cuestas tiene que tener ayuda y yo no podría faltarle y además… además–

– Es el sueño de tu vida, Taeyeon–ssi. – Baekhyun dejó caer sus brazos a los costados. Ella se volteó lentamente, y él chico noto que sus ojos, a pesar de estar enrojecidos, no dejaban ver  ninguna señal de lágrimas. Sonrió una vez más y acarició la mejilla  de la chica, sintiendo como se formaba un gran hueco en su pecho – Y no soy quién para impedir que no lo cumplas.

 – No quiero dejarte.

– Y yo no quiero que te quedes por mi – Baekhyun cerró los ojos con fuerza, tratando de ignorar el ardor de sus ojos – Si te han llamado es porque vieron algo en ti, ¿No es así? Siempre supe que tenías talento.

– Baekhyun, yo…

– ¿Cuándo te vas? – interrumpió una vez más el chico, alejándose un paso más de la chica, sintiéndose vacío.

– Aún no lo sé – respondió con voz suave – Pensábamos que si llegara a darse el caso de poder ir, lo haríamos después de la graduación.

– En una semana, entonces. –  dijo Baekhyun, dando después un pesado suspiro. Tomó la cara de la chica con ambas manos, y se inclinó para rozar sus labios con los de ella. No fue más que eso, un roce, pero Baekhyun sintió como quemaba el lugar donde se habían apoyado sus labios. –

– De verdad no quiero dejarte. – dijo la chica un segundo después, ahora con la voz un poco ronca.

 – Es mejor así. Y es mejor que entres ahora a tu casa, tu madre seguramente estará preocupada. – con esto, Baekhyun se volteó. – Es mejor así – repitió al sentir una de las manos de la chica tratar de tomar una de sus muñecas – No te preocupes por mi. – dijo mientras se encaminaba hacia su hogar, por el lado contrario a donde había llegado, tratando de omitir un pequeño sollozo a sus espaldas.

 Es mejor así.

 

 +

 

 La semana anterior al final de clases pasó casi desapercibida por la mayoría de los estudiantes. Baekhuyn y Kyungsoo pasaron el examen de historia, como era de suponer. Zitao no lo hizo, como era de suponer. Joonmyun siguió con entusiasmado relato de cómo estaba creando un nuevo programa de estudios que quería presentarle al titular de la clase de música – con el que todos estaban de acuerdo, a pesar de no prestarle atención la mayor parte de las veces – con la esperanza de que pudiera modernizarlo un poco más. Las quejas de Sehun y Jongin acerca de que tan lento pasaba el  tiempo crecían en cantidad y creatividad.

 Taeyeon y Baekhyun actuaban como si nada raro estuviera pasando, aún cuando todos sus amigos daban cuenta del ánimo apagado del chico, y de cómo la chica ya no aparecía en la misma mesa de la cafetería.

 Un día antes de la graduación, la noticia de que ella y Sunkyu partían a la capital a perseguir sus sueños se hizo oficial. Nadie hizo comentario alguno al respecto, lo que Baekhyun agradeció profundamente. 

                                            +

  

 Al tomar el diploma de la mano de la directora, felicitación incluida, Taeyeon buscó los ojos del chico entre la multitud. La encontró acompañada de una cálida sonrisa. La chica sonrió aún más, y Baekhyun jamás pudo saber si las lágrimas que cayeron de los ojos de ella eran de felicidad o de tristeza. Quizás era mejor así.

 Las chicas se despidieron de todos ellos, y al día siguiente a las seis de la mañana Baekhyun se encontró a si mismo siendo el único en la estación de trenes, a unos pasos de donde se encontraba Taeyeon.

 La chica abordó el tren sin saber de esto, encontrándose con la mirada del chico sólo cuándo el vehículo comenzaba a moverse. Baekhyun la saludó con una mano, sonriendo de nuevo. La chica abrió sus ojos con sorpresa, y pareció murmurar su nombre. Pero el chico no dio tiempo a saber que era lo que le decía, volteándose y encaminándose hacia la salida, ignorando la mirada de los curiosos que observaban el rostro del chico cubierto de lágrimas.

 

 +

 

 Al llegar a su casa mucho tiempo después, el sol del mediodía en todo su esplendor, el chico no notó el camión de mudanzas estacionarse en la casa de al lado. –

 

 +

 

– Luces terrible. – fue el saludo que recibió de Zitao a primer hora de la mañana.

– Déjame en paz. – replicó Baekhyun en tono cansado.

– Has estado encerrado durante toda una semana. Ya es tiempo de que vuelvas en ti. Eres un asco. ¿Hace cuánto tiempo no te bañas? Hueles horrible.

– Me ducho todos los días, muchas gracias. Y estoy bien aquí. Hace frío afuera.

– Para de ser una reina del drama, ese es mi trabajo.

– Simplemente quiero estar aquí, ¿si? – dijo con un tono ya abatido. Se volteó de su cómodo lugar en la cama, dándole la cara su amigo quien estaba apoyado en el gran armario al otro lado de la habitación. Se sorprendió al encontrarse con la mirada preocupada del joven chico – Estoy bien. – le informó, ahora un poco más comprensivo.

– Joonmyun–hyung está preocupado. No ha parado de preguntar por ti. Sabes cómo se pone cuando se preocupa. Me ha obligado a venir para ver si seguías vivo. – dijo Zitao evitando su mirada, con tono irónico. Aunque para Baekhyun no era necesario mirarlo para saber que estaba mintiendo. No importa cuán pesado Joonmyun podría ser a veces,  cuando Zitao no quería hacer algo, no había amenaza que lo forzara a hacerlo.

– Lo siento – contestó sinceramente con una suave sonrisa. Zitao sólo lo observó a los ojos un momento, y dos segundos después Baekhyun estaba haciendo espacio en su cama para que el cuerpo del otro chico pudiera caber. –

– Eres un idiota – fue lo único que dijo el joven, enterrando su cara en el hueco entre el cuello y el hombro de Baekhyun – Me tenías preocupado, idiota. Te llamé, trece veces.

– Lo sé. Lo siento. – reconoció sinceramente Baekhyun, abrazando al chico. Recibió un golpe en el hombro como respuesta, cosa que sólo le hizo soltar una pequeña risa.

– Está bien – aceptó Zitao luego de unos segundos, el otro chico solo se rió un poco más fuerte. – Ahora cuéntame, ¿qué tal es el gigante nuevo de al lado? – preguntó el chico. Bakehyun frunció el ceño, y el otro joven desenterró su cara del lugar en donde se encontraba para enfrentarlo – ¿Ni siquiera te has dado cuenta de que tienes vecinos nuevos, verdad?

 Baekhyun tuvo la decencia de lucir avergonzado. Recordaba haber visto estacionado un camión bastante grande durante toda la tarde, hacía ya una semana atrás, pero después se había dedicado a revolcarse en su propia miseria como para brindar mucha atención a lo que ocurría alrededor. Zitao lo miró con condescendencia, para luego rodar los ojos y darle un pequeño golpe en la cabeza. En ese momento la puerta se abrió, dando paso a una mujer que llevaba una bandeja en sus manos.

– Baekhyunnie – llamó su madre, quedando en silencio un momento al contemplar el escenario frente a ella – Disculpa, Zitao–ssi, pero ¿no eras tú el que tenía pareja? – preguntó la mujer, elevando una ceja con expresión divertida. Ambos chicos rieron.

– Sé cuánto quiere que me enredé con su hijo, noona, pero no creo que pueda llegar a pasar nunca. – rebatió el menor de los dos con una sonrisa socarrona, levantándose del lugar en donde estaba para echar un vistazo a la bandeja que la señora había depositado en el escritorio pegado a la cama – ¿Es tarta de frutilla? – preguntó ahora el chico, totalmente radiante.

– Con crema. – asintió la mujer, sonando satisfecha consigo misma. Baekhyun sonrió, observando como la cara de Zitao parecía radiar al dar el primer mordisco al postre.

– Gracias, mamá. – se dirigió el chico a su madre, acomodándose contra la cabecera de la cama.

– Vaya, has vuelto a hablar – dijo medio en serio, medio en broma la mujer, recibiendo una sonrisa de disculpa en respuesta. La mujer suspiró, negando con la cabeza, pero el chico pudo vislumbrar como uno de los costados de sus labios se torcía un poco hacia arriba. – Bueno, me voy. Oh, Baekhyunnie, vístete para ir a saludar a los nuevos vecinos, ya se han establecido y creo que sería de mala educación no darles una buena bienvenida. – le dijo antes de cerrar la puerta, sin darle tiempo a réplica.

 Zitao, quien estaba degustando el postre, elevó la mirada hacia él.

– Vas a tener que salir a la luz. – dijo luego terminar con el último trozo que quedaba de su porción. Comenzó con la parte de Baekhyun cuando escuchó a éste tratar de ahogarse con su almohada.

 

 +

 

 Baekhyun bajó las escaleras con pesadez, aun gimoteando en protesta mientras era casi arrastrado por Zitao al piso inferior. Sus quejidos callaron al dar cuenta de su madre y la mirada de reproche que le dirigió. Zitao soltó un bufido de risa antes de empujarlo por los últimos escalones.

 Al salir y enfrentar la fría brisa de invierno que lo golpeó, bufó otra vez, sintiendose inmaduro al respecto y no dandole importancia en lo más mínimo. Su madre y Zitao lo empujaron levemente por los hombros y Baekhyun caminó, sin quejarse pero con pasos arrastrados y expresión gruñona. Al llegar al pequeño porche de la casa de al lado, trató de fingir un poco de integridad. 

 Después de todo, no quería quedar tan mal.

 

 La mujer al lado de ellos estiró un brazo, golpeando gentil y segura a la puerta. Zitao trató de ocultar una pequeña risa que soltó al vislumbrar a Baekhyun inconcientemente acomodando los rebeldes mechones de su flequillo.

 Luego de unos segundos, escucharon unos pesados pasos del otro lado. 

  La sorpresa de Baekhyun al ver a la persona que los recibió con una cortés - y quizás demasiado animada - sonrisa, fue inevitable. 

 El chico en realidad era grande. Quizás no un gigante, como lo había descripto su amigo, pero si grande.

 - Uhm.empezó la madre de Baekhyun - Hola. Nosotros vivimos al lado, y quisimos venir a darles la bienvenida. Sé que quizás es un poco...

 - ¡Oh, tú eres el que canta en las noches! - exclamó el alto, sin darle tiempo a terminar, apuntando directamente a Baekhyun, quien se sintió enrojecer - Y usted debe ser la madre, supongo. Y tu. No sé quién puedes ser tú, no parecer ser su hermano - dijo observando con grandes ojos a Zitao, quién sólo elevó una ceja - Bueno, no importa, por favor, ¡pasen! A mi madre le gustará el gesto.

 La reacción de los tres fue simplemente quedarse observando al otro chico con expresión sorprendida. La madre de Baekhyun atinó pestañar un par de veces y asentir con la cabeza, pero aún así quedó estática en el lugar.

 - Oh, lo lamento, olvide presentarme. - dijo el chico, dando cuenta de que los otros tres no pensaban hacer mucho más - Mi nombre es Chanyeol. Park Chanyeol. Viviré aquí desde ahora, espero que cuiden bien de mi. - dicho esto, el chico hizo una reverencia, y sonriendo resplandeciente después. 

 Baekhyun creyó que quedarse dentro de sus mantas y hacerse pasar por enfermo si habría sido la mejor opción. 

 

 

Notas finales:

EL FIC ES BAEKYEOL SE LOS JURO >.> Espero que les guste


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