Prologo.
28 de Julio de 2005
.-“En la orilla norte del río Han, unos jóvenes pescadores encontraron el cuerpo sin vida de un menor de no más de 12 años. Su cuerpo presentaba señales de tortura y presunto abuso sexual. Cerca de 20 minutos después la policía…” – la voz de la mujer resonó por la espaciosa sala, casi retumbando entre las paredes.
Minho observo la pequeña pantalla con atención, dejando que sus ojos vagasen en las figuras uniformadas que cuidaban el perímetro de la orilla al río. Entrelazo sus manos sobre su regazo esperando oír su nombre en algún momento de la nota informativa pero las imágenes seguían pasando y la mujer seguía hablando.
.- “La policía ya a dado su parte sobre la identidad del menor. Al parecer se trata de Lee…” – pero la imagen se corto de un momento a otro y el sonido ceso mientras su madre apagaba del todo la televisión.
.- Minho, cariño – comenzó a hablar la mujer, ganándose la mirada seria de su hijo menor – Tu padre esta aquí y quiere decirte algo.
Sus ojos se quedaron fijos unos segundos más en la pantalla negra del televisor mientras se levantaba de su lugar y caminaba hacia la entrada. Donde su imponente padre le esperaba, con su uniforme de la policía puesto en perfecto orden pero con su severa mirada transformada en un pozo de nervios.
Choi YunGyum observo al menor de sus dos hijos con toda la seriedad que pudo reunir. Minho le observo serio, con aquella faceta cerrada tan característica del niño y él tembló. Por qué estaba por destruir parte de la inocencia de su hijo.
.- Minho – su pesada mano callo sobre el hombro del niño – Se que esto es duro pero creo que debes saber de mi parte…
.- ¿Es él, cierto? – fue todo lo que Minho, de 13 años, se delimito a decir- ¿Es Taemin?
Y el hombre se limito a asentir, tratando de descifrar algo en los ojos vacíos de su hijo.
Pero solo encontró eso: Vacío.
…
Kim Kibum mordió su puño con ferocidad mientras escuchaba las palabras que provenían del televisor, donde la imagen del pacifico río Han iluminaba la pantalla. Gruño para si mismo mientras se tragaba las lágrimas.
.- “Al parecer se trata de Lee Taemin. Un joven de 12 años que desapareció hace más o menos 15 días. Del joven…” – Kibum no pudo más.
Coloco el silencio en el televisor mientras la imagen del río era reemplazada por una imagen de Taemin. Su pequeño Taemin.
Ahogo el sollozo mientras enterraba su rostro en la almohada, sin poder contenerse más. Por qué habían sido los 15 días más dolorosos y largos de toda su vida y por qué sentía que aquel cierre no podía ser verdad.
El timbre del teléfono lo sobresalto mientras aceptaba la llamada sin ver quien marcaba. No tenía ánimos ni respirar.
.- Dime que no es cierto, Kibum – la voz de Kim Jonghyun inundo sus oídos como un martilleo constante - ¡Dime que no es él!
Pero Kibum no se sentía capaz de mentirle al otro chico. Por qué era mejor aceptarlo de una buena vez.
.- Es él, Jong – y ambos lloraron por la línea telefónica.
…
Minho se dejo caer en la cama mientras sus ojos se perdían en el techo de su habitación. No supo en que momento las lágrimas comenzaron a descender por sus mejillas o en que momentos se encontró tirando al suelo todos sus trofeos y desinflando su propio balón de fútbol.
Lo único de lo que fue consciente durante aquellas eternas horas fue del dolor de su corazón, de su palpitar acelerado y de los gritos preocupados de su madre al otro lado de la puerta.
Para cuando la noche llegó, Minho estaba en el suelo; abrazado a un viejo marco donde sonreía un pequeño niño pelinegro; llorando. Sintiendo que la vida se acababa para él, por qué acaba de perder para siempre a uno de sus mejores amigos.
.- No es justo – murmuro mientras su mano se cerraba entorno a una pequeña caja de terciopelo negro, donde descansaba una cadena de plata con un dije de letra ‘T’ – No es justo.
…
Jonghyun golpeo su guitarra contra la pared de su sala, una y otra vez. Mientras el sonido de la madera astillándose y las cuerdas templándose era lo único que inundaba su solitario apartamento. Donde sus padres nunca estaban.
Gimió de frustración mientras lanzaba entonces sus carpetas de composición a la pequeña chimenea, viendo como la llama se incrementaba por el papel. Eran años desde que había comenzado a escribir música y ahora, a los 14, dejaba que el fuego consumiera lo que consideraba su única pasión en la vida.
Se dejo caer entonces en el sillón mientras recordaba las risas, los momentos e incluso las lágrimas que en su momento derramo junto a la persona que consideraba un hermano menor.
.- Solo – murmuro ya calmado – De nuevo solo.
…
Kim Kibum dejo que el tinte se escurriera por su cuello mientras terminaba de enjuagar su cabello. El tono rubio pálido lo saludo desde su reflejo mientras comenzaba a pasar el cepillo por su enredado cabello.
Odiaba ese color más que cualquier otro. Nunca había soportado el reflejo amarillo pero ahora… en su cabello, le parecía un color común y corriente. Casi como si fuese en realidad su cabello natural.
Tomo los polvos de su madre y los echo en sus mejillas mientras su tono de piel tomaba diferentes tonalidades a medida que experimentaba con los productos de su madre.
Tal vez si concentraba su mente en verse bien, en nunca dejar de ser perfecto, podría dejar ir el pensamiento de que Taemin ya no estaba y que era… su culpa.
.- Nunca existió – murmuro mientras se echaba más polvos, casi con furia desmedida - ¿Quién es Lee Taemin? Nunca lo conocí.
…
23 de Septiembre de 2012
Choi Minho se miro por última vez al espejo mientras acomodaba su ropa y su cabello. Su mano se cerro por un momento entorno a la pequeña cadena que colgaba de su cuello. Respiro hondo y la soltó. Sintiéndose un poco renovado para vivir ese día.
Necesitaba todas las fuerzas para hacerlo. Por qué durante los últimos siete años las había necesitado cada mañana al abrir los ojos.
.- Un día más – murmuro mientras salía de su casa y manejaba en dirección a la universidad – Un día más y una batalla menos.
…
“Las cosas no han cambiado nada en 7 años. Seguimos siendo los mismo y aún no podemos superarlo” pensó con cierta resignación Jonghyun mientras se dejaba caer en la misma mesa de siempre, junto a Key y Minho.
.- Feliz cumpleaños, diva presumida – murmuro con voz alegre mientras le tendía un paquete a su amigo, ese que desde siempre le había parecido demasiado especial – Espero disfrutes mi súper regalo.
.- Son solo dos bonos de descuento para un día de Spa, Jong – respingo Key mientras agitaba los pequeños papeles frente al rostro del más bajo, resoplando molesto – Y ni siquiera son por el precio completo, solo cubren un porcentaje.
.- ¿Y? Son dos… ¡Dos súper bonos de descuento! – Contraataco – Acéptalos, disfruta tu día y paga el excedente. Además, la caja fue bastante costosa y eso que es un poco más grande que los dos bonos.
Key se cruzo de brazos mirándolo enojado por tal regalo. Aunque si era sincero, aquellos detalles olvidadizos y espontáneos de Jonghyun era algo que le gustaba mucho de su amigo.
.- Venga, vamos – hablo él más alto de los tres mientras colgaba su mochila en su hombro – Tenemos tiempo de ir a tomar un café antes de que empiecen las clases. Yo invito, por el cumpleaños de nuestra diva – su voz sonó monótona y cualquiera que lo hubiese escuchado podría haber asegurado que ese chico solo mostraba desinterés. Pero Jong y Key notaron el temblor en su voz. Por qué ellos eran los únicos que conocían al verdadero Minho.
Al niño asustado de 13 años que se escondía bajo corazas de tempano. Ellos eran una prueba de eso también.
Se habían quedado en el pasado, por más que se empeñaran en asegurar que habían progresado.
…
Miro por última vez las tres fotografías mientras mordía su labio inferior, trataba de memorizar todo lo que podía sobre esas tres personas y no podía evitar comparar aquella nueva información con lo poco que recordaba del pasado.
Nuevas aficiones y actividades y un cambio drástico de personalidades.
.- Kim Kibum – murmuro mientras observaba con cierta reticencia la imagen de aquel chico colorido y algo extravagante – Kim Jonghyun – una sonrisa incrédula afloro en sus labios al leer la especialidad del chico; lo números – Y Choi Minho – su voz tembló un poco al murmurar su nombre y sus ojos se clavaron escépticos el perfil perfecto del joven, su mirada vacía en aquella fotografía.
.- ¿Estas listo? – Jinki asomo la cabeza por la puerta, con una sonrisa iluminando su rostro – Vamos a llegar tarde al primer día si seguimos así.
El joven se levanto con elegancia y guardo las tres carpetas en su mochila mientras se daba una rápida mirada al espejo. Una sonrisa tenue apareció en su níveo rostro.
.-Estoy listo – murmuro – Nunca he estado más listo.
(…)