Capítulo 1
El terrible día de Halloween de la perdición tenebrosa.
Parte uno.
Se había preparado para ese día con un año completo de anticipación. Había guardado provisiones y armas. Había mejorado las defensas de su base e incluso había visto los documentales informativos sobre Halloween (1) que mostraban en televisión y sin embargo él, Zim, el mejor invasor del Imperio Irken esperaba atrincherado en su base contando las horas para que esa espantosa fecha que transformaba a los niños en zombis sedientos de sangre dulce llegara.
Odiaba Halloween
Lo detestaba con todo el PAK
Era una fecha terrible donde horribles cosas ocurrían; las asquerosas larvas humanas mutaban para convertirse en monstruos espantosos sedientos de dulce, dulce sangre dulce ¡Y GIR! Su SIR estaba allá afuera con ellos ahora, contagiado de la mutación terrícola-humana con unos colmillos en su boca y una capa negra en su espalda
¡El horror!
-Zim tienes que...
-¡AAAAAHHHHHH! –grito el irken espantado al escuchar la voz del otro lado de la puerta y corrió para mover su sofá y trabarla sin embargo, esos pocos segundos de nula vigilancia permitieron que el recién llegado entrará a la base. Zim coloco el sofá y se sentó en el sin darse cuenta de que otro lo observaba en silencio, con los brazos cruzados sobre el pecho y el ceño fruncido-
-¿Qué estas haciendo?
-¡AAAAAAAHHH! –grito de nuevo, completamente asustado- ¡NOCHE BRUJO! ¡YA ERES UN NOCHE BRUJO! ¡ALEJATE DE MI SANGRE!
-Cada día estas más demente, lo juro –el irken no pudo evitar pararse de un salto y gruñirle en la cara... O al menos eso intento; el otro era al menos una cabeza más alto que él-
-¿Vienes por mi dulce sangre de dulce para satisfacer a tu gruñona barriga no muerta Dib? –el chico lo miro con cansancio y descruzo los brazos-
-Vine por ti para ir a la sekundaria –Zim negó con la cabeza de inmediato-
-No. No voy a salir y exponerme a los noche brujos ¿Y si me contagian de su mutación? –por un segundo le pareció que Dib iba a gritarle pero luego el chico lo tomo de los hombros y lo obligo a sentarse en el sofá-
-Tenemos que ir a clases. Y cuando la escuela termine te explicare el día de brujas
Dos años atrás el Dib y él habían terminado siendo lo que los humanos denominaban "amigos". Fue justo después de que se enterará de que sus Altos lo enviaron a la Tierra para deshacerse de él y evitar que arruinara sus planes... Estuvo a punto de ejecutar el comando de Autodestrucción y lo hubiera hecho si Dib no hubiese llegado en el momento correcto y lo convenciera de no hacerlo "Después de todo" había dicho "¿Qué hare yo sin mi enemigo?" Eso le hizo recordar cuando el Dib dejo de perseguirlo por dedicarse a la ciencia real y decidió que no podía dejar que el humano pasara por el mismo sufrimiento que él
Y pasaron a ser amigos; iban a la sekundaria juntos, estudiaban juntos, hacían proyectos juntos, comían juntos... Cuando Zim no estaba en la casa de Dib el humano ya-no-tan-cabezón estaba en su base. Estaban todo el día juntos, y un buen día Zim se encontró compartiendo con él cosas y recuerdos que jamás le hubiera dicho a nadie
Lo más extraño que le había pasado con el Dib había sido una cosa que ocurrió un mes antes de noche de brujas... Como ahora Dib se sentaba detrás de él en la escuela normalmente siempre estaba dándole la espalda a la pizarra, charlando con el humano. Ese día la Letra M (que se sentaba detrás de Dib) había empujado la ya-no-tan-enorme-cabeza del humano haciendo que ambos chocaran, pegando sus labios con los del otro y provocando que Dib se sonrojara terriblemente.
Zim no supo lo que habían hecho hasta una semana después; Tuvieron clase de biología y de reproducción animal y entre la película educativa, los cuadernos y las charlas de Zita y Brian termino por entender que se había besado con el Dib, y que esa era una acción afectiva anterior a la acción reproductiva humana. Y al entender eso comprendió por que el Dib lo había estado evitando
Intento decirle que estaba bien, que no le importaba (aunque la sensación le había gustado) y que no tenía que evitarlo por eso pero Dib le dijo (completamente sonrojado) que le había gustado besarlo.
Su primer error fue decirle la verdad. Que a él también le había gustado
Y ahora estaba allí, siendo el novio del Dib humano que lo sobreprotegía como si fuera un humano débil igual que él. Y apenas llevaban tres días de relación
-Yo sé que es noche de brujas. Es el día en que los humanos apestosos mutan y se convierten en monstruos sedientos de...
-En serio Zim, necesito explicarte lo del Halloween –No. Ni de broma iba a salir de su base-
-Oye Dib-cosa... ¿Por qué no le muestras a Zim como besar? –el chico lo miro sorprendido antes de sonrojarse y el irken sonrió internamente. Al Dib le gustaba besarlo y tocar su cuerpo por culpa de sus instintos animales de reproducción- Porque desde el día que somos novios no lo hemos hecho porque has estado con tu padre... –el Dib sonrió tontamente y se acercó a él, haciendo que sus labios se tocaran un instante antes de separarse-
-Se lo que intentas Zim –lo reprendió- Vamos a ir a la sekundaria
-¡NOOOOO! –se levanto del sofá usando sus patas biónicas para quedar por encima del Dib, intentando intimidarlo pero el humano lo miro con cansancio y se levanto también, busco en su gabardina y luego saco una deliciosa y enorme paleta humana- ¡Quiero!
-Guarda esas cosas y hablaremos sobre tu paleta –Zim obedeció de inmediato. Las paletas terrestres eran realmente deliciosas- Bien, ahora vamos
-Yo no... –el Dib le metió la paleta a la boca y estuvo a punto de derretirse ¡Era deliciosa! ¡Y dulce!-
-Vamos –y la paleta de la horrible perdición lo obligo a seguir al Dib. Estaba seguro que había sido eso y no que el quisiera acompañarlo de verdad-
En la sekundaria había ya pocos chicos que se disfrazaran para día de brujas sin embargo los que si lo habían hecho mostraban sus atuendos a sus compañeros y a todos aquellos que quisieran observarlos lo que solo empeoraba los nervios de Zim, haciendo que el irken temblara ligeramente, esperando a que se le fueran encima para beberse su sangre
-Por Júpiter, tranquilízate ¿Quieres? –le dijo el Dib con molestia y estuvo a punto de gritarle pero Zita (que había mutado en algo rosa con alas) se acercó a ellos y Zim sujeto el brazo de su novio, intentando escudarse con el-
-Hola Zim –saludo la chica con una sonrisa plástica- Tendré una fiesta de Halloween esta noche y estas invitado –le dijo al irken que la miraba espantado- Y tu Dib, aunque seas el novio de Zim, no estas invitado –el adolescente le gruño con molestia ¡Como si le importara en todo caso! Pero, por alguna razón que no entendía Zim se había convertido en un chico popular y seguía siéndolo a pesar de no asistir a ninguna de las reuniones o lugares a donde lo invitaban- Nos vemos después Zim. Piérdete Dib –se despidió la chica-
-¡Aléjate de mi jugo de vida! –le grito Zim con pánico-
-Está bien. Ya se fue –lo tranquilizo Dib- Vamos a clases
Siendo honestos realmente no le molestaba que Zim se comportara de ese modo. En realidad le parecía realmente lindo; resultaba curioso verlo espantado, con su carita asustada y -sobre todo- que se abrazara a él cuando alguien lo espantaba.
Las clases terminaron con Zim todavía abrazando su brazo izquierdo (que se había dormido hacía ya horas)
-Ahora vamos
-¿Uh? ¿A dónde?
-A mostrarte lo que ocurre realmente en Halloween
El Dib lo llevo por las calles hasta una tienda extraña y en el camino se encontraron con pequeñas larvas mutantes a las cuales alejo lanzándolas por los aires con los tentáculos de su PAK. Dib lo dejo esperando y luego de unos minutos ambos salieron de la tienda, cargando una bolsa de papel
-Toma
-¿Qué es esto Dib-cosa? –una vez dentro de su base el chico le entrego unas ropas extrañas-
-Tu solo póntelas –Zim obedeció algo dudoso y termino con una capa parecida a la que GIR estaba usando. Además de un broche en el pecho de la camisa y una banda en la cabeza- Genial. Ahora abre la boca –el irken lo miro con sospecha pero hizo lo que el Dib le dijo y se dio cuenta de que el humano había colocado algo parecido a dientes filosos sobre sus propios dientes- Ahora mírate en el espejo. Esta es la manera en que los humanos se disfrazan en noche de brujas
El irken se observo atentamente, revisando cada detalle y se sorprendió al ver que se parecía a los humanos mutantes
-¿Así es como se convierten en noche brujos? –le pregunto al chico-
-Si. Son solo disfraces ¿Qué te parece? –Zim se giro a verlo con un puchero-
-No me gusta
-Vamos. Te ves muy bien
-Pero... –el Dib sin embargo no lo dejo terminar y se acercó a besarlo, aunque esa vez introdujo su lengua a su boca, causándole una sensación nueva, extraña y agradable a su squeedly-spooch-
-Ahora iré a ponerme el mío –le dijo cuando se separaron y fue por la bolsa de papel. Zim suspiro resignado viéndose al espejo. No le gustaban las ropas pero hacían feliz a su Dib-gusano- No tuve tiempo por buscar el tuyo pero creo que este funcionara bien -¿Y si inventaba algo que convirtiera a los humanos en babosas klionitas gigantes? Mejor no; demasiado asqueroso- ¡Listo! ¿Qué tal?
-¡AAAAHHHHHHHHH! –grito Zim espantado al ver una cosa blanca noche brujo con los lentes de su Dib- ¡¿QUÉ HICISTE CON MI DIB-COSA?! –exigió saber, apuntando al extraño con todos los laser de su base-
-¡Soy yo, Zim! ¡Soy Dib! –le grito la cosa y se quito la tela blanca que llevaba encima-
-¡Dib-Humano! –suspiro Zim y se lanzo a abrazarlo, haciendo que el chico se sonrojara- Por un momento te convertiste en noche brujo ¡No te alejes de mi o te convertirás de nuevo! –Dib estuvo a punto de gritar y de darse de golpes en la cabeza contra la pared pero el irken parecía tan preocupado por él y lo abrazaba con fuerza, como si temiera que al dejarlo algo pudiera pasarle... Eso lo hizo sentir un "algo" cálido en su pecho. Zim se veía... lindo… pensó-
-Esta bien –pero el irken lo miro con duda- ¿No quieres ir a pedir dulces? –el azúcar siempre lo motivaba pero Zim levanto su rostro para verlo y negó con la cabeza, con una expresión tan... linda...-
-No quiero que te conviertas en noche brujo Dib-cosa
-Estaré bien
-Pero... ¿Y si te dejo solo y comienzas a mutar de nuevo? –Dib lo pensó un momento y luego lo tomo de la mano-
-Si vamos juntos nada me pasara –era imposible que Zim entendiera lo que era Halloween realmente así que decidió mentirle un poco, al menos para que no viviera aterrorizado cada año- Ahora que ya estas disfrazado todos creerán que ya eres uno de ellos y no te molestaran. Y mientras no me sueltes nada me pasara tampoco. Y podemos ir a pedir dulces ¿Qué te parece? –Zim lo pensó un momento-
-Bien... Pero no te alejes de mi Dib-larva –le advirtió y apretó su mano con fuerza-
Todo iba muy bien luego de un rato. Zim estaba extasiado con el hecho de que los humanos regalaran dulces a sus congéneres mutantes y cargaba una enorme bolsa de dulces en su brazo izquierdo mientras que su mano derecha seguía sujetando la suya tercamente. Le había sugerido sentarse para comerlos en paz pero el irken no quería que se transformara, así que tuvo que decirle que bastaba con que estuviera cerca de él para estar a salvo
-Las festividades humanas son muy extrañas... Son la primera raza que conozco que tiene que mutar para celebrar algo –Dib suspiro internamente y rescato una paleta de uva antes de que Zim se lo terminara todo-
-Si, mutantes... –de pronto recordó algo- Oye Zim... –el irken lo miro con la boca llena de dulces- Yo... quería decirte, que...
-Tienes la cara roja ¿Estás enfermo Dib-cosa?
-¡N-No! -negó Dib completamente sonrojado-
-Pero estas rojo y... ¡Tienes gérmenes! –Zim lo apunto acusadoramente con el dedo-
-¡No! ¡Escucha!
-¡Gérmenes!
-¡Zim! –el irken lo miro con enojo-
-¿Por qué le gritas al gran Zim?
-Escúchame. Escúchame con atención... –el irken asintió con la cabeza y puso cara seria, la misma que usaba para pensar en planes que (increíblemente) funcionaban- Yo, quiero decirte que te... Que te qui...
-¡Dulce o truco! –interrumpieron un grupo de niños de primero de primaria disfrazados como el cast de una película de piratas-
-¡AAAAHHHHHHH! ¡NOCHE BRUJOS! –grito Zim espantado y comenzó a arrojar niños a todas direcciones con los tentáculos de su PAK- ¡NOCHE BRUJOS DIB! ¡NOCHE BRUJOS! –chillo abrazándose a su pecho y casi destrozándole los tímpanos-
-Esta bien Zim, ya se fueron –el irken se tranquilizo un poco luego de un rato y se sentó entre sus piernas, todavía recargando la cabeza en su pecho-
-¿Qué ibas a decirme Dib-cosa? –el chico parpadeo un par de veces y cuando finalmente recordó lo que quería decirle le sonrió casi con dulzura-
-Que te quiero