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SOMOS TRES por crystalwall

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen, que mas quisiera yo

Notas del capitulo:

Hola, este fic es todo romántico y dulce, espero que les guste

SOMOS TRES

 

Capítulo único.- Tengo noticias para ti 

 

Era tarde en la noche, en el Santuario de la Diosa Atena la luna brillaba con fuerza, el caballero de bronce Shun de Andrómeda estaba sentado en las escaleras que conectaban a los templos de Leo con Virgo, su primera reacción al confirmar sus sospechas era buscar a Seiya, necesitaba hablar a su mejor amigo, el problema era que eso representaba ir al templo de Leo y la verdad el joven peliverde no estaba de humor para enfrentar a su hermano, demonios…, bueno ya no aguantaba más y tenía que ver a su mejor amigo, él ciertamente sabría que hacer

 

Shun se puso de pie armándose de valor y fue escaleras abajo, cuando llegó al templo de Leo se asomó por las ventanas vio a su amigo solo en la sala mientras paseaba a su bebé, el pequeño Ryo parecía que estaba renegado por algo porque Seiya le estaba cantando suavemente y lo mecía pero el bebé no se tranquilizaba y lloraba, Shun entró al templo y Seiya sonrió al verlo

- Mira Ryo… el tío Shun, rayos… su llanto se escucha hasta Virgo? – Seiya intentaba distraer a su bebé con lo que sea pero el pequeñito no le hizo el menor caso a Shun y lloró con más fuerza

- No… no quieres que te ayude un ratito

- Me encantaría pero está con papitis crónica, ni a Ikky le hace caso por eso ya se fue a acostar, querías hablar con él?

- No… quería hablar contigo, mejor que mi nissan no esté por aquí, pero estará dormido?

- Ikky?... seguro que si, a él nada lo despierta, pobre Aioria él si se despierta con los escándalos que hace mi pollito, pero que te pasa?, qué te preocupa?

- Se me nota?

- A leguas, ven… vamos a la cocina, ya casi es hora de su biberón ojalá quiera comer

Seiya y Shun fueron a la cocina, Shun cargó a su sobrino que no dejaba de llorar hasta que Seiya haga su biberón, luego cuando lo tuvo todo listo se lo devolvió y el castaño hizo muchos intentos hasta que Ryo por fin lo tomó y empezó a comer

- Pobrecito mi bebé, tiene el carácter de su padre… lo bueno es que se parece a mi – dijo Seiya con una sonrisa mientras acariciaba la cabeza de su hijo y lo mecía suavemente, Shun sonrió, Seiya tenía razón, el pequeño Ryo era muy parecido a él pero tenía los ojos azules

- Lo bueno es que está sano

- Eso dijo el pediatra, tuvimos cita ayer, son las vacunas… eso lo tienen así de renegado, pero ya dime que es lo que te pasa

- Es que… Seiya… yo… pues… tú también vas a ser tío – dijo finalmente el peliverde y sonaba derrotado al decirlo

- What???, pero cómo??, ok… ya se cómo, con quién?? – esta noticia si le cayó como bomba al castaño, Shun no estaba saliendo con nadie, por lo menos que se supiera

- Mi maestro – dijo el peliverde en un susurro y todo avergonzado

- En serio? – Seiya no se lo esperó, Shaka era un hombre todo serio, nunca lo había visto en nada con Shun pero… ya a puerta cerrada en las noches quien sabe lo que pasaba en el templo de virgo… bueno… ahora el aprendiz de Sagitario ya sabía lo que hacía su peliverde amigo con su maestro

- Si… nadie lo sabe y… ahora que voy a hacer?, Seiya… me quiero morir… - dijo el joven con una cara de desesperación única

- Pero por qué estás tan angustiado Shun?, ya se lo dijiste a Shaka?

- No… no se lo he dicho, lo que pasa es que… él no quiere hijos, lo he escuchado decir muchas veces, y yo… ahora… qué voy a hacer? – Shun hablaba con mucha tristeza, se le iban las lágrimas y en verdad deseaba que se lo tragara la tierra

- Bueno Shun… eso depende, qué quieres hacer?

- No se… por eso quería venir a hablar contigo – Shun miró expectante a Seiya que solo suspiró, la verdad él no estaba en posición de dar consejos, su pequeñito fue un muy inesperado accidente

- Bueno… lo único que yo te podría decir es que un bebé te cambia la vida, el cómo tu lo afrontes es lo que cuenta, puede ser la experiencia mas maravillosa del planeta o no, todo depende de ti, lo que si te puedo decir es que es un tipo diferente de amor, tu bebé es totalmente indefenso ante ti y depende 100% de tus cuidados, es una parte de ti, mira… yo amo a tu hermano con toda el alma pero si te vas a embarcar en esto necesitas el apoyo completo de tu pareja o todo se va a ir al diablo muy rápido, si Ikky no fuera como es ya todo hubiera tenido un muy mal final

- Si… yo veo cómo eres tú con él, y mi nissan también – Shun suspiró, en el carácter que tenía Ikky varias veces Shun lo había encontrado acostado en el césped jugando con su bebé, paseándolo a la media noche hasta que se duerma, masajeando los pies de Seiya cuando estaba al final de su embarazo, preparando el almuerzo para todos, entreteniendo al bebé para dejar dormir a un exhausto Pegaso, Ikky en verdad que había sorprendido a todos al tomar su papel de padre y esposo con tanta naturalidad, se le notaba a leguas que amaba a Seiya y a su pequeñito

- Ryo cambió mi vida en muchas maneras pero todo vale la pena cuando me sonríe, el otro día me dijo papá… Ikky dice que solo balbucea pero según yo me dijo papá, pero bueno, volviendo a lo turo… en mi opinión muy personal yo no creo que Shaka lo tome mal, me acuerdo cuando me di cuenta que estaba de encargo y me entró el pánico, pensé que Ikky me iba a botar, que mi maestro de echaría del templo, que Saori me botaría de la orden y tantas burradas mas pero ya vez?, nada pasó, me casé con Ikky, Aioria nos dio cabida en su templo aunque Aioros ofreció hacer lo mismo, yo sigo entrenando, nada ha cambiado tan drásticamente a manera general, solo Ryo llegó pero mi vida no se derrumbó como pensé, habla con Shaka antes de que tomes cualquier decisión

- Tú crees?

- Claro… es el padre, tiene derecho a saber no?, y… de cualquier manera lo que sea que decidas él tiene derecho a saberlo, tu sabes de lo que estoy hablando…

- Lo se… si lo pensé pero no lo podría hacer, es una de esas cosas que no me dejarían vivir, no Seiya… no puedo hacerme un aborto – dijo el peliverde muy  triste abrazándose a sí mismo, Seiya apretó su mano y sonrió

- Eso es lo mismo que dije yo, y aunque hay noches como esta en las que mi pollito me hace desear ser virgen… no lo cambiaría por nada, este es mi chiquito, mi sol… - Seiya sonrió dulcemente a su bebé que estaba ocupado comiendo y jugando con el dije que Seiya llevaba en el cuello (regalo de Ikky)

- Tienes razón, gracias Seiya

- Cuando quieras

- No le digas nada a mi nissan todavía

- No te preocupes, es un asunto tuyo y se lo contarás tú mismo cuando lo estimes conveniente, mira… ya se está durmiendo el terremotito, lo voy a pasear un rato mas y lo voy a acostar – el bebé estaba ya cerrando los ojos aunque se continuaba quejando, Seiya se puso de pie y le golpeaba la espalda suavemente por lo de los gases mientras le shusheaba

- Me regreso a mi templo, voy a ver que dice Shaka

- Suerte y cualquier cosa me cuentas si?

- Claro, gracias Seiya…

 

El castaño continuó paseando al bebé por la cocina sin sorprenderse que al poco rato de lo que se fue Shun, Aioria entró a la cocina mas dormido que despierto y besó la cabeza del bebé para luego servirse un vaso con leche, el León Dorado tenía el sueño liviano y siempre se encontraba con el joven padre y su revoltoso retoño en las noches, Seiya agradecía a todos los dioses que el dueño del templo nunca se lo tomaba a mal, él quería mucho al niño también y decía que el pequeño tenía derecho de quejarse si sus desnaturalizados padres no lo trataban bien, ya con todo el ajetreo el pequeñito se quedó dormido luego de un rato mas, ahí el Pegaso fue a su habitación, la que compartía con Ikky, y puso al bebé en la cuna con mucho cuidado de no despertarlo, el poderoso Fénix estaba dormido y Seiya muy cansado se acostó a su lado, le levantó el brazo y se acurrucó en su pecho para calentarse, Ikky se movió y lo abrazó de mejor manera pero no se despertó

 

Shun entró al templo de Virgo y tomó aire, su maestro ya estaba acostado pero estaba leyendo un libro el que puso a un lado al ver entrar a Shun al cuarto

- Dónde estabas pequeño?

- Fui al templo de Leo

- Tan tarde?

- No es tan tarde, Seiya estaba paseando al bebé que no se dormía, fui a hablar con él un ratito

- Seiya… no me gustaría estar en sus zapatos – dijo Shaka tomando nuevamente su libro y meneando la cabeza

- Por qué lo dices?

- Es muy joven, Ikky también, y ahora con un bebé a cuestas?, no no no…

- Ryo es muy hermoso – dijo Shun tratando de hacerle ver el lado positivo de un bebé en sus vidas, sin duda un hijo de Shaka sería muy hermoso también

- No estoy diciendo que no, solo digo que es complicado eso es todo, ellos tienen que hacer malabares para no renunciar a las cosas que tienen que hacer, te apuesto que a esos dos les hace falta dormir una semana por lo menos, si lo que dice Aioria es cierto… ese bebé los tiene como locos, además está el asunto de los entrenamientos, las prioridades cambian, no no no… la verdad no pensé ver a Ikky de padre abnegado, me ha sorprendido, ojalá le dure… - dijo despreocupadamente el rubio y volvió a tomar su libro

- No has pensado en tener hijos Shaka?

- Ya hemos hablado de esto Shun y no he cambiado de opinión… la verdad no… por lo menos no aún, en algunos años tal vez, yo no me veo con niños la verdad

- Ohh…

- Qué te pasa Shun?

- Nada, solo… estoy cansado – el joven lo disimuló lo mejor que pudo, esto era lo que le asustaba, Shaka no iba a querer tenerlo…

- Pues ven a la cama, ve a cambiarte

- Si… ya vengo

 

A Shun se le salían las lágrimas y tuvo que usar todo su autocontrol para que Shaka no se diera cuenta, rápidamente buscó su mochila, tomó alguna ropa y bloqueó su cosmo totalmente antes de salir sigilosamente del templo de Virgo, bajó a toda velocidad las escaleras y se fue para el pueblo, necesitaba pensar lo que iba a hacer y en el templo de Shaka no lo podría hacer, el rubio guardián del sexto templo se preocupó un poco porque Shun no volvía, será que se quedó dormido en su habitación?, no… eso no podía ser, con esa duda se levantó y se dio cuenta que no podía sentir el cosmo de su aprendiz, salió de la habitación y lo fue a buscar por el templo pero no lo encontró por ninguna parte, esto era por demás extraño… qué había pasado?

 

A la mañana siguiente la noticia se regó como pólvora, Shun había desaparecido, su armadura estaba en la casa de Virgo y nadie sabía nada de él, Seiya creía que la conversación de su amigo y el padre de su hijo no había salido del todo bien y Shun había huido pero al ver la desesperación de Shaka el castaño mas bien empezaba a pensar que Shun se acobardó y no le dijo nada a su maestro, Ikky estaba desesperado y no sabían por dónde empezar a buscar, Seiya no sabía si decirle a su esposo lo que sabía de Shun, su posición era por demás delicada, traicionaría a alguien de cualquier manera, a Shun si se lo decía a Ikky y a Ikky si no se lo decía y lo dejaba sufrir… complicado la verdad

 

Shun había tomado un autobús en Rodorio que lo llevaría a Atenas, de ahí iría al primer destino que saliera en tren, no le importaba a dónde, aún no sabía lo que haría, solo necesitaba aclarar sus ideas y pensar, en la primera parada pensó en llamar a Ikky pero… que le decía a su hermano?, debía hablarlo en persona no así, además no sabía a donde iría, el joven acarició su vientre y arrimó su cabeza a la ventana mientras veía el paisaje y pensaba en lo que dejó atrás.

 

Las semanas iban pasando y nadie sabía nada de Shun, Seiya e Ikky estaban en verdad preocupados y el ambiente era tenso en todos los templos del Santuario, el pequeño Ryo una mañana estaba sentado en su sillita alta balbuceando tranquilamente mientras mordía una ruedita de hule, Seiya no se dio cuenta que se le había caído el juguete a su hijo hasta que el mismo se prendió en llamas acompañado del grito del pequeño, Ikky estaba sentado en la mesita de la cocina concentrado en su desayuno pero fue el que se dio cuenta primero y a punta pisotones apagó el fuego mientras el bebé que a la primera señal de peligro ya estaba en brazos de Seiya señalaba el humo y reía

- Ikky por todos los dioses ten más cuidado, Ryo estaba muy cerca – dijo el castaño abrazando protectoramente a su pollito que no dejaba de reír

- Yo no fui Seiya, yo no prendí el fuego – dijo Ikky un tanto molesto por el reclamo de su pareja

- Si no fuiste tú entonces… no… Ryo? – Seiya separó un poco a su bebé de su pecho y lo miró a los ojos, el pequeño volvió a señalar el piso y aplaudió

- Ohhh… ese es mi muchachito – Ikky sonrió como no sonreía hace semanas (desde que Shun estaba desaparecido) y tomó al bebé de los brazos de Seiya y lo empezó a lanzar al aire y a atraparlo entre las risas del pequeñito y la mirada preocupada de Seiya

- Anímate amor, Ryo es Leo, es lógico que haya heredado mis habilidades mas que las tuyas – dijo Ikky luego de besar al castaño suavemente en los labios pensando que él estaba todo triste porque su bebé se parecía cada vez mas a Ikky

- Eso no es lo que me preocupa Ikky, y si un día le prende fuego al templo entero?

- Bueno… no te estreses, ya cuando pase ahí nos preocuparemos, ese método nos ha funcionado bastante bien no crees?

- Pues si… - Seiya tomó a su hijo que se le botaba a sus brazos y algo se le ocurrió, ya sabía cómo localizar a Shun…

 

La noche estaba toda tranquila, Shun caminaba por los pasillos del hospital con un poco de prisa, estaba allí por su chequeo de rutina y estaba un poco atrasado, su pancita no necesariamente le molestaba pero tampoco le facilitaba las cosas, ahora estaba de casi seis meses de embarazo y estaba un poco distraído mientras avanzaba al consultorio de su doctor pero casi se muere ahí mismo al ver a Ikky que estaba de pie junto a la ventana con el pequeño Ryo en brazos, ambos estaban señalando algo por el vidrio, Shun tuvo el irrefrenable impulso de salir corriendo pero al voltearse se topó con Seiya que no le dijo nada y solo lo abrazó con fuerza, Shun no tuvo tiempo de decir nada y sintió otro cuerpo en su espalda que igual lo abrazaba aunque sea con un solo brazo

- Nissan… pero cómo?... Seiya?

- Cómo demonios te fuiste así?, debiste confiar en mi ototo, no sabes lo preocupado que he estado, no tienes una idea de las noches que pasamos en vela sin poder dormir pensando en ti, por todos los Dioses!!!, estás bien? – Ikky hablaba con alivio y furia, alivio de ver a su hermano y furia porque no le dijo lo que le estaba pasando

- Si nissan… estoy bien, qué hacen aquí?, cómo me encontraron?

- Tu bebé, te encontramos por tu bebé – explicó Seiya

- Cómo?

- Tiene el cosmo de Shaka así como el tuyo, le pedimos ayuda a Docko y él nos ayudó con un ritual un poco extraño que permitía localizar un cosmo distintivo, le dijimos que era un experimento que estábamos intentando por si acaso alguien secuestrara a Ryo o algo así, ahí le dijimos que si podíamos probar con alguien mas y propusimos a Shaka de ejemplo, lo que queríamos ver era si te encontrábamos a ti, no te preocupes no le dijimos nada aunque Docko no estaba muy convencido que digamos y nos miraba todo sospechoso, pero no creo que le diga nada a Shaka – dijo Seiya un tanto incómodo

- Es que si fue todo extraño encontrar dos cosmos de Shaka, y al ver que el otro estaba aquí pues, la llamé hoy en la noche a lo que llegamos y me dijo que tú ya habías venido a tu chequeo y nos dio la dirección, el nombre del médico y todas esas cosas, lo que no entiendo ototo es cómo rayos viniste a parar con Pandora?

- Me la encontré a los pocos días que llegué aquí, mi idea era buscar un empleo o algo, compré el boleto del tren al único destino disponible y que salía lo antes posible, la verdad ni me acordé de ella pero me la encontré una tarde al poco tiempo que estuve aquí y me invitó un café, le conté mas o menos lo que pasaba y me llevó a su casa, se ha portado muy bien conmigo nissan, me ha ayudado mucho, no pudo venir hoy conmigo porque tenía no sé qué problema con una de sus empresas

- Y cómo te sientes?, ya sabes lo que es? – Ikky puso su mano en la pancita de Shun y lo llevó hasta los asientos de la sala de espera y ambos se sentaron, Seiya seguía caminando con su pollito que estaba balbuceando y señalando todas las cosas que veía, el pequeño Ryo estaba por cumplir un año y aún no hablaba, Seiya estaba un poco preocupado pero Ikky decía que su hijo hablaría cuando tenga algo importante que decir y no se preocupaba, su hijo era un niño sano y fuerte

- No nissan, aún no sé, no se ha dejado ver, para eso es esta ecografía, quieres… quieres entrar conmigo?

- Claro ototo… claro

 

Cuando Shun estaba recostado en la camilla y le estaban poniendo el gel en su barriga para pasarle el aparatito aquel, Ikky estaba a su lado y apretaba su mano, Shun estaba asustado pero las palabras del médico lo tranquilizaron

- Todo está en apariencia normal, su desarrollo va muy bien, tiene un buen tamaño de acuerdo a su tiempo de gestación y… quieres saber lo que es?

- Si doctor…

- Ok., es una niña

- Nissan… una niña… ohhh… una niña – dijo feliz el peliverde, la verdad a él le daba igual lo que hubiera sido su bebé pero el escuchar que su desarrollo era normal lo tranquilizó totalmente

- Genial ototo, mi Ryo va a tener con quien jugar y a quien cuidar – Ikky besó la frente de su hermano y le sonrió, la verdad nada de esto le hacía mucha gracia pero como le había dicho Seiya hasta el cansancio, él ya no era quien para decir nada si igual tenía un hijo pequeño, Shun ya era mayor de edad y pues… si estaba involucrado con Shaka ahora ya era tarde como para armarle escándalos u oponerse, a regañadientes el peliazul había aceptado todo lo que su esposo le había dicho cuando Seiya lo amenazó con mandarlo a dormir en el sofá del templo de leo permanentemente

 

Esa noche Shun habló con Ikky y con Seiya hasta muy tarde en la casa de Pandora, la joven no se había opuesto a que Ikky y Seiya llegaran en su casa, es más había insistido en ello, Pandora ya libre de la influencia y el control de Hades era una joven muy dulce y se portó muy bien con la pareja, estaba fascinada con el pequeño Ryo y a la final tuvieron una velada muy interesante, llena de plática y risas, eso era justamente lo que necesitaba Shun que aún no decidía si regresar o no, pero por lo menos Seiya lo convenció de llamar a Saori y eso el peliverde si lo hizo, habló por largo rato con su diosa la que no se mostró molesta, mas bien sonaba aliviada de saber de él

 

Shun decidió que no volvería hasta que nazca su bebé, no sabía que decirle a Shaka y no sabía cómo enfrentarlo, todo este asunto hacía que le doliera la cabeza y el corazón, pero esa noche el joven aprendiz de virgo se llevó una sorpresa, a lo que se fue a dormir cerró la ventana de su habitación como siempre lo hacía y todo estaba en calma, el peliverde no sintió o despertó cuando una figura que se movía cual sombra entró a su habitación por esa misma ventana, la luz de la luna dejaba ver a un hombre encapuchado que al entrar cerró la ventana y se sacó la capa que lo cobijaba mostrando sus rubios y largos cabellos, Shaka de virgo estaba de pie en la habitación de Shun, no estaba vistiendo su armadura y su rostro siempre con expresión serena ahora demostraba rabia al ver la barriga de Shun que se delineaba bajo las sábanas, el rubio cerró los ojos y respiró profundamente para calmarse un poco, lo que menos quería ahora era discutir con Shun, por lo que empezó a caminar por la habitación y se detuvo frente a un cajón del armario que estaba abierto, en él habían muchas cosas y ropita para el bebé, el rubio tomó uno de los monitos y al mirar de cerca un patito bordado no pudo evitarlo, sonrió…

 

Shun se movió entre sueños y despertó como a veces le pasaba en las noches, no se podía acomodar bien por su pancita pero al darse cuenta que no estaba solo de un salto se sentó en la cama al ver al padre de su hijo al otro lado de la habitación, el rubio sostenía una jirafa de peluche y la estaba oliendo (era un peluche hipo alergénico que tenía aroma frutal), Shun no sabía que hacer o dónde meterse, no atinaba a hablar y el silencio era aplastante, Shun sabía que Shaka lo había sentido despertar pero su maestro no le estaba tomando en cuenta, o por lo menos esa era la idea que tenía el joven peliverde que iba a decir algo para romper el silencio pero fue Shaka el que habló primero

- Fue muy cruel de tu parte Shun… muy cruel… - dijo finalmente el rubio posando sus azules ojos sobre la frágil figura de su aprendiz que estaba pálido

- Shaka…

- Cómo pudiste Shun?, cómo pudiste? – el mayor puso la jirafa donde la encontró y se volteó para encararlo de mejor manera

- Shaka yo…

- Cómo pudiste alejarme de ti?, cómo te fuiste así sin decirme que llevabas a mi hijo en tu vientre?, por qué me hiciste esto pequeño?, por qué?

- Shaka… - Shun no lo pudo aguantar y se le fueron las lágrimas, escondió su rostro con las manos, esto era más de lo que pudo soportar, el rubio fue hasta la cama y lo abrazó con fuerza y desesperación, Shun lloró con más ganas al sentirse otra vez perdido entre esos poderosos brazos que tantas noches lo acunaron

- Lo siento Shaka… lo siento… tu … dijiste… que no querías y yo… no sabía que hacer…

- Shun… tu no me dijiste que un bebé ya venía en camino, tú me lo preguntaste de modo general, pero cómo rayos se te ocurre que yo no podría querer a un hijo tuyo y mío???, yo te amo Shun, te amo por sobre todas las cosas, un hijo tuyo es una bendición, te amo Shun y al bebé también, yo te quiero de vuelta en mi vida, donde perteneces, en tu lugar que es a mi lado – Shaka dijo todo esto mirando a los ojos a Shun que no paraba de llorar y cuando acabó de hablar el rubio lo besó, Shun abrazó al mayor que lo abrazó de vuelta pero una de sus manos fue hasta el vientre de Shun y lo acarició

- Es una niña – dijo el peliverde poniendo su mano sobre la del mayor cuando el beso se rompió

- En serio?

- Si… hoy fui al médico y me lo dijo, la captura de la ecografía está en la mesita – el rubio se levantó y fue hasta allá, Shun encendió la luz de la lámpara y vio como Shaka tenía una sonrisa muy especial en su rostro al ver la primera foto de su hija

- Esto es genial Shun… - el rubio volvió a sentarse junto a Shun en la cama y lo abrazó otra vez, el joven respiraba con un poco mas de tranquilidad, todo se arreglaría… todo se arreglaría…

- Shaka… yo no sabía cómo decírtelo, tenía miedo, lo siento…

- Mi amor… se supone que eres mi pareja, que me tienes confianza, cómo te pudo haber dado miedo?

- No lo sé… es que tu dijiste…

- Lo se… yo sé lo que dije de Ikky y Seiya pero… lo mismo no se aplica para ti y para mí, yo nunca podría alejarme de tu lado, era solo una opinión, tú te la tomaste muy a pecho

- Pero…

- Mira Shun… ya no importa, ya nada importa, solo tú y yo y la bebé, ahora somos tres…

- Ohhh Shaka, te amo… te amo tanto…

- Y yo a ti pequeño, y yo a ti, ven acá…

 

Shaka buscó los labios del joven y se unieron en un suave beso, Shun ya estaba más tranquilo y atraía a su amante a su cuerpo el cual no se hacía del rogar y recostó al más joven sobre su espalda mientras continuaban con sus besos y caricias, Shaka levantó la camiseta que Shun estaba puesto y besó su abultado vientre con devoción, su hija… tendría una niña…

- Shaka?...

- Mmm?

- Qué vamos a hacer ahora?

- Aurita la verdad quiero hacerte el amor… mañana podemos volver a Grecia y si tú quieres podemos planificar nuestra boda, yo me quiero casar contigo, Shun… te quieres casar conmigo?

- Por el bebé?

- También por eso pero no… no es la razón principal, todo este tiempo que hemos estado separados pues yo… lo siento Shun, me he dado cuenta que no te lo he dicho lo suficiente y por eso dudaste y huiste, pero yo te amo con toda el alma, me hiciste una falta horrible y me sentía vacío sin ti, no sabía que estabas de encargo, eso nunca se me cruzó por la cabeza, lo que yo pensé es que huiste de mi pero no sabía por qué, como no podía hallarte al no sentir tu cosmo me dediqué a observar a Ikky y a Seiya, ellos estaban igual de desesperados que yo, cuando ellos armaron viaje pues los seguí, yo sabía que tu hermano me llevaría a ti… eventualmente…

- Seguiste a mi nissan?, vaya…

- Cómo crees que llegué aquí?, casi me muero cuando te vi salir de su brazo del aquel hospital, cuando ellos llegaron allá pensé lo peor, pensé que estabas enfermo y me alejaste de tu lado, pero al ver tu barriguita lo entendí todo, ahí tomó sentido la última conversación que tuvimos, lo triste que estabas y lo tonto que fui, debí darme cuenta de tus indirectas

- Lo siento…

- Ya no importa y bésame, solo bésame…

 

Shun sonrió y acarició el rostro de Shaka para luego acercarlo lentamente y reclamar sus labios, con mucho cuidado el rubio le hizo el amor a su pareja esa noche, lo hizo sentir amado, protegido, deseado y el joven aprendiz de Virgo durmió en los brazos del amor de su vida y ahora empezaría su nueva familia

 

***

Shaka estaba sentado en la cima del risco adyacente al templo de virgo, estaba meditando y todo lo que le rodeaba era paz, el sonido del viento era arrullador y fue roto por una leve queja, el rubio sonrió y abrió los ojos, a la sombra del árbol a su lado estaba la cesta en donde había estado dormida su pequeña Isis, la bebé estaba despertando se quejaba suavemente, el rubio zafó los broches del cesto y la cargó con mucha naturalidad mientras la pequeñita se frotaba los ojos con las manitos

- Shhhh… deja dormir a papito princesa – dijo el rubio besando la cabecita de su niña y mirando a Shun que estaba cómodamente recostado sobre el suave césped y profundamente dormido, Shaka sonrió y haciendo gala de sus habilidades de padre experto cambié el pañal y la ropita de su retoño y luego la acostó junto a Shun sobre una manta, el peliverde al sentir la manito de su hija en su mejilla abrió los ojos y sonrió, Shaka también estaba recostado a su lado, la pequeña tenía seis meses y ya gateaba, era una niña muy hermosa, muy parecida a Shun y tenía sus ojos verdes pero era rubia como su padre

- Cuánto me dormí?

- No lo suficiente, me gusta verte dormir, te ves tan tranquilo que me da pena despertarte pero a la princesa no le gusta verte dormir

- Es cierto… tienes hambre?

- Un poco… ya quieres volver?

- No, me quiero quedar aquí, me gusta estar aquí, es nuestro lugar especial

- Todos los lugares son especiales si ustedes están a mi lado, te amo  Shun

- Y yo a ti… yo a ti…

 

Luego de un rato de que la pareja estuvo recostada en el césped disfrutando de una deliciosa brisa y de la naturaleza lo recogieron todo y se fueron para su templo, caminaban lentamente entre risas y charlas, Shaka no esperó que su vida cambiara de la manera en que lo hizo pero si era sincero consigo mismo podría decir que no conoció la verdadera felicidad hasta que Shun entró a su vida, su familia lo llenaba y lo hacía feliz, la paz y la tranquilidad que sentía ahora no tenía nada que ver con las meditaciones, era su realización personal lo que lo tenía así, en el pasado había estado equivocado con respecto a muchas cosas y fue su aprendiz el que le enseñó lo que le hacía falta para ser feliz.

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado, muchas gracias por leer y nos vemos pronto, saludos, bye


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