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Trail of Tears por koru-chan

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Trail of Tears

[Oneshot]

ViViD

Reno&Shin

Después de clases y como todos los días nos dirigíamos a ensayar al sótano de uno de los amigos de Reno.

Ensayábamos con sumo entusiasmo, ya que, para el festival de primavera tocaríamos en nuestro primer concierto. Los nervios se nos hacían presentes pero sólo porque no teníamos experiencia en plantarnos arriba de un escenario, que aunque sea uno pequeño, de escuela, era bastante para nosotros; unos chiquillos de no más de 15 años.

–Chicos, ensayemos  KAKERA que se me olvida algunas partes. – dijo Iv rascándose la nuca.

 –Ok. ¡Vamos con esa! –habló Ko-Ki golpeando sus baquetas dando la cuenta inicial. El ritmo envolvente sonaba fuerte y claro rodeando todo la cuadra de aquella calle.

–Wow ¡excelente! Tomemos un descanso, ¡voy por bebidas!– dijo Reno dirigiéndose hacia una escalerilla. – ¡Reno! ¡¡Quiero malteada de chocolate!! – habló el pequeño Ke-chan emocionado.

– No creo que haya, peque…– habló un tanto dudoso el castaño guitarrista mientras llegaba al primer piso. – ¡Reno! ¡Tráeme malteada!– insistía el castaño de mechitas fucsias.

– ¡Que no hay!–Gritó desde arriba. Los cuatro, que nos manteníamos abajo sentados algunos en el suelo y otros en los sillones, nos morimos de risa por la reacción que tomaba siempre el pequeño al no conseguir lo que deseaba.

–Oh… – se cruzó de brazos amurrado mientras se sentaba en un mullido sillón junto a su novio.

–Amor, no te pongas así, ¿bueno?–abrazó a su quisquillosa pareja. –pero Ryo, yo quería–infló sus cachetes infantilmente. –mm… ¿y si vamos por unas malteadas? Así quitas esa carita, ¿sí?–  la cara de nuestro pequeño se iluminó a más no poder. Casi corriendo salieron de la salita. Ko-ki llevaba a tirones a Ryoga para que se apresurara mientras el tímido chico se despedía con su mano dirigiéndose a IV y a mí.

– Bueno, creo que el ensayo llega hasta aquí, no creo que vuelvan esos dos y yo tengo que ir a buscar a mi hermanito pequeño– habló desganado IV tomando su chaqueta de cuero, la cual estaba posada en un pequeño sofá. – ¿Tú también te vas? No te vayas, Iv ¡no me dejes solo!– dije un tanto histérico. Aun no podía controlar los nervios que me provocaba estar a solas con Reno. Nuestra relación se tornaba un tanto incomoda después que le confesé que sentía lo mismo por él.

– Lo siento Shin, je. Nos vemos. Estuvo genial el ensayo – se despidió corriendo hacia el segundo piso.

– Demonios…– bufé molesto. 

–Bueno, si todos se marchaban yo no me iba a quedar aquí solo, bueno… solo con Reno, ach se me eriza la piel de sólo pensar en estar a solas con él. – pensé nervioso cerraba los ojos mientras sostenía un cojín entres mis brazos. Mis mejillas empezaban a arder. – ¿hasta cuando me seguiré comportando tan tonto al estar asolas con Reno? ¡Por dios! ¡es mi amigo! ¿Qué tanto cambió entre nosotros…? Bueno… se me confesó he ahí la primera razón de mi nerviosismo, se me insinúa a cada momento, me toquetea y demás, ¡¿cómo no estar nervioso?! ­– pensaba intranquilo.

– ¿Por qué estas con el ceño tan fruncido? Te he dicho, Shin, te volverás ancianito antes de tiempo. – 

– ¡Ah!– me asusté. – ¡¿Hace cuanto estaba a mi lado?!– pensé.
–Ten, encontré unas cervezas, no creo que el amigo de Zuki se enoje. – me giñó un ojo mientras bebía el contenido de aquella lata.

– ¿No había refresco o algo por el estilo?, ya sabes que estas cosas no me hacen muy bien, me mareo rápido. – le tendí la lata para que la cogiera.

–No te va a pasar nada, es sola una lata, amor. – se acercó y se sentó junto a mí en aquel sofá de colores terroso. Tomó la lata y la abrió. – Bebe. – me miró mientras se acercaba y besaba mi mejilla. Resignado comencé a tomar el contenido de aquel embace. Sentía como al alcohol recorría mi cuerpo haciéndome sentir un tanto acalorado. –Shin… –me quedó mirando de pies a cabeza, su mirada me cohibía asique aparté mi vista de la suya mirando hacia cualquier parte.

– ¿q-qué?–

–Nada. Los chicos se fueron y nos dejaron solos. – suspiré aliviado. Pensé que me iba a pedir cualquier cosa indecente, con suerte aun estoy asumiendo esto de ser Gay, me cuenta pensar que lo soy, ¡¿cómo cambie si me gustaban las niñas?! O eso creía. Quizá estaba actuando como mi familia quería, como la sociedad quería, como lo que era bien visto, temía asumir mis sentimientos, temía ser yo.

–S-si. – dije dándome cuenta de la situación. Con Reno a solas… cualquier cosa podría pasar.

– Estas como tímido. – se acercó y me besó sutilmente en los labios. –cambias mucho cuando nos quedamos solos. – se rió levemente mientras me acariciaba una de mis sonrosadas mejillas.

–No es cierto, baka.  –me sonrojé apartando mi mirada.

– Mmm… ya sé, ¿y si ensayamos un poco? Qué te parece si cantas para mi TRAIL OF TEARS? – Reno había escrito esa canción y tontamente no me daba cuenta, o no quería dar cuenta que era para mí…

En aquel tiempo estaba inmerso en mis problemas, sölo quería buscar a alguna chica para quitarme cualquier rastro de sentimientos hacia mi castaño amigo. Decía que era hetero, sin importar si dañaba o no el corazón de mi querido guitarra. Fue en ese tiempo que escribí varias canciones, y le dije a Reno que igual lo hiciera, para tener más repertorio de donde elegir, para así hacer más música.

Reno escribió TRAIL OF TEARS esa canción me puso más que triste, pero luego entendí lo que me quería transmitir. Me enterneció que sintiera tanto por mí, tanto  así de ser capaz de alejarse para no interferir en mi vida. Amo esa canción, más que nada.

– Va a sonar extraño si no están los chicos. –lo miré.

– Anda, vamos que hacemos una versión más lenta. ¿Va?–tomó su guitarra, la cual estaba junto al sillón marrón en el que nos encontrábamos.

Me levanté de aquel mullido mueble y me aproximé hacia mi micrófono. –Cuando quieras…– le di la espalda a Reno mientras sentía la melodía envolverme. Entoné cada letra, cada palabra, con sentimiento, como queriendo demostrarle que aquella canción es tan o más importante y significativa para mí que como para él…

Sentí que se aproximaban a mí, apoyó su frente en mi hombro; él sin dejar de tocar y yo sin dejar de cantar.

Me giré chocando con su rostro, mis mejillas se sonrojaron y bajé la mirada apeando. Continuaba cantando…
Reno dejó de tocar y se quitó la guitarra cogiéndome de la cintura, atrayéndome hacia su cuerpo. –cántame… solo a mí. – me susurró. Solté mi preciado micrófono dejándolo sobre una silla. Me acerqué a sus rojos y dulces labios mientras entonaba la letra de esa linda pero triste canción. Rozaba sus labios la cuales no tardaron en atrapar los míos.

Era un beso cargado de todo sentimiento, de todo el cariño y amor que en nuestros corazones estaba naciendo. Con miedo y nerviosismo llevaba el control de aquel beso lento pero apasionado. Reno no tardó en adentrar su experta lengua hacia mi cavidad volviéndose un beso lujurioso.

Mi castaño amigo me acariciaba la cintura de una forma que me hacia derretir mientras yo lo cogía del cabello.

El beso llegó a su fin,  bajábamos el ritmo de este. Reno comenzó a besar mi cuello haciendo que de mis labios se escapasen sonoros suspiros.

Mi guitarrista me llevó hacia aquel sofá tumbándome en este mientras él se acomodaba entre mis piernas. –R-Reno… n-no…– hablaba con dificultad cegado con aquellas embriagantes caricias.

Me desabotonó mi camisa dejando expuesto una de mi rosada tetilla. La lamió, mordió hasta dejarla roja y erecta. –mm…y-ya para…–dije con dificultad.

Abrió por completo mi camisa acariciando mi blanquecino pecho, con lentitud, como observando cada detalles, grabándose en la retina cada poro de mi piel. Respire con dificultad, me sofocaba, sentía mis mejillas arder, mi bajo vientre se sentía cada vez más necesitado y mis ajustados jeans no ayudaban mucho.

Reno se acercó a mi  cuello repartiendo pequeño y húmedos besos. –Shin… eres hermoso...– dijo moviéndose sutilmente entre mis piernas enloqueciéndome,  torturando mi prisionero pene quien yacía bajo todas esas molestas prendas, clamando por ser atendido.

Lo tomé por el cuello de su camisa para que me mirara, nuestras respiraciones estaban igual de agitadas, nuestros alientos de mezclaban… nos necesitábamos el uno al otro. Demandante lo besé y él me correspondió de la misma forma.

No sabía lo que hacía, seguro en el futuro me recriminaría por actuar sin pensar, pero este no era el momentos de ser lógicos, a veces… es mejor dejas que los sentimientos fluyan, que el corazón mande y de eso, nadie se puede arrepentir…

Con desespero y las manos temblorosas le quité la camisa de color azabache de llevaba aquella tarde  mientras este me enloquecía con cada lamida, con cada beso, con cada caricia que le daba a mi cuerpo inexplorado.

Observaba aquel chico que hacía estragos en mi. Su dorso desnudo estaba ahí, mostrándose solo a mí, acaricié sutilmente su pecho, deslizando mi manos hasta su vientre. Reno me observaba sin decir nada.

 Mi amigo me cogió de la mano y la posó sobre uno de sus pectorales, no soltó mi mano mientras se sentaba de mejor forma en el sofá. Me tomó, con una de sus manos libre de la cadera en señas para posarme sobre sus muslos, lo hice como me los indicaba, luego soltó mi mano expectante a lo que haría con aquella tetilla la cual poseía un sensual piercing. Lo acaricié con la yema de mis dedos viendo como reno cerraba sus ojos suspirando levemente. Bajé mi rostro  besando con delicadeza su blanco y perfecto pecho para luego lamer y morder aquella tetilla.

–mm…– gimió. Lo cual me hizo sonreír mientras aun mantenía mordiendo aquel trocito de carne ya rojo, pasé a su otra tetilla desatendida, mientras que con mi manos seguía estimulando aquella que poseía aquel  piercing plateado. – ¡a-ah! ¡Reno…!– sin darme cuenta mi castaño amante había desabotonado mi jeans y tocaba descaradamente mi erecto miembro por debajo de mi bóxer.
 Rodee mis brazos en su cuello mientras oleadas de calor viajaban por todo mi cuerpo hasta llevar a mi bajo vientre. Gemía  y suspiraba en su oído. –R-Reno…– exhalé cargado de deseo.

 –m-me… ah!– mantenía los ojos cerrados mientras  sus expertas manos me dejaban sin aliento.

–Re-n- no me… Corro… ¡no pares!– sentí una fuerte descarga eléctrica, la cual recorrió mi espalda y terminó en mi miembro. Mis músculos se contrajeron y en un gemido ahogado me corrí en su mano.  Quedé exhausto intentando calmar mi respiración mientras sentía besos húmedos recorrer mi desnudo hombro. Reno aun mantenía su mano dentro de mi bóxer, me alejé un poco para que la sacara, así lo hizo y mi cara se volvió más roja que un tomate al verla impregnada con mi escancia, la cual sin ningún reparo Reno la lamio. –delicioso…– me sonrió acercándose a mis labios besándolos  posesivamente. Apoyé mi manos en su pecho mientras gustoso nos besábamos sin apuros, saboreándonos el uno al otro. Mi mano, la cual estaba posada en su dorso, se fue deslizando poco a poco sin prestarle cuidado, pasando por su plano abdomen hasta toparte con su pantalón.

–mgr…– gruñó en medio del beso. –L-lo… siento. – dije avergonzado.  –No te disculpes, sigue tocando, me gusta como lo haces, pequeño…– me dejo sensualmente mientras se recostaba él sobre el sofá y yo quedaba sentado en sus muslos. –suspiré a avergonzado. Lentamente desabotoné sus jean oscuros y rasgados. Suspiraba con cada roce que le daba a su miembro. Le deslicé el pantalón, para quitárselo completamente, dejándolo sólo en bóxer. Deslicé aquella elastizada  tela dejando al descubierto aquel trozo de carne duro y necesitado. Me mordí el labio inferior mientras observaba la extensión de aquel pene. Llevé un par de mis dedos a mi boca ensalivándolos levemente para luego tocar la puntita rosadita del miembro de mi amigo. –mgr… Shin…– jadeó. – me dejé de rodeos y rápidamente lo cogí entre mi manos envistiendo lentamente cogiendo un ritmo delirante. Observaba como Reno se retorcía  con aquellas caricias que le daba, pero… quería más. Acaricié con mi dedo aquella cabeza rozada y palpitante aproximándome lentamente a ella lamiéndola para luego engullirme aquel trozo de carne venoso. Subía y bajaba, lamiendo desde los testículos hasta la punta, sacándolo una y otra vez de mi boca provocando jadeos y fuertes gemidos por parte de Reno. –mierda… ¡Shin! Ah…– vi como se alzó levemente apoyándose sobre sus codos, luego cerré mis ojos, mis mejillas estaban rojas de vergüenza y por el calor que nuevamente me estaba recorriendo mi cuerpo.

Reno cogió mi cabello para que mantuviera un ritmo. –mm… – alzó mi cabeza mientras entrecerraba sus ojos y normalizaba su respiración. Lo quedé mirando mientras me relamía mis labios. – ¿l-lo estaba haciendo mal?–pregunté triste bajando la mirada. – ¿ah? Que dices… casi me corro dos veces… – hablaba entre cordado. – ¿Entonces?– lo miré dudoso. Él se aproximó un poco a mí y me besó delicadamente. Sin separarse de mis labios habló: – ¿quieres hacerlo…? – me preguntó mientras se mordía su labio, yo simplemente asentí con mis mejillas sonrosadas.

Reno me acomodó sobre el sofá mientras se quitaba sus bóxers  y me desvestía tranquilamente. Tenía miedo, pero quería, deseaba ser suyo…

Abrió mis piernas y se posicionó entre ellas. –no sabes cuento deseo hacer esto. – me dijo con una sonrisa en sus labios. –yo igual, aunque te haya rechazado anteriormente, igual lo deseaba… no te negaré que me muero de miedo, pero eso, ahora da igual… – me alcé un poco y mientras enrollaba mis brazos en su cuello lo besé en la nariz y luego en los labios. Reno me fue recostando lentamente sobre el sofá mientras besaba mi cuello y acariciaba mi abdomen y mi miembro quien ya estaba bastante despierto. –Mm…lámelos…–dijo. Alzando su manos hacia mis labios. –Lámelos, es para lubricarte– explicó mientras repartía cálidos besos por la extensión de mi cuello. Tomé aquellos dedos y le los llevé a mis boca lamiéndolos, dejándolos bien ensalivados. Reno se incorporó  arrodillándose frente a mi entrada producto de esto su erecto pene rozó aquella zona lo que me hizo gemir levemente cerrando por inercia mis piernas. –Tranquilo…– me mordí mi labio mientras sentía sus largos dedos tocar mi estrecha y rosada entrada.

Introdujo un dedo, haciendo que mi respiración se agitase. Con su otra mano cogió mi miembro el cual estimulaba mientras con la otra me dilataba. Poco a poco me fui relajando, sintiendo molestia  por aquel dedo intruso a quien rápidamente se le sumó un segundo.  – mhg…– se sentía incomodo, extraño y más cuando los empezó a mover como buscando algo… – ¡a-ah!– gemí muerto de deseo retorciéndome sintiendo oleadas de calor cada vez más fuertes. –Re-no…­– gemí otra vez, mientras la vista se me nublaba producto de aquel nuevo y desconocido placer. –Lo encontré– dijo mirándome lascivo manteniendo sus dedos en aquel punto, asiéndome vibrar. Sentía que la boca se me secaba. Mi cuerpo sudaba, estaba sofocado.  Reno me cogió de mis caderas con una de sus manos, quitando los dedos de mi interior mientras intentaba por todos los medios calma mi agita respiración.

Con lentitud comenzó a acercar su palpitante miembro hacia mi virgen entrada. gemí un tanto adolorido sintiendo como poco a poco se introducía. –R-Reno… duele – se detuvo unos momentos mientras yo me cubría la cara con mi ante brazo y me calmaba un poco. – ¿estás bien? Si quieres yo…–lo interrumpí.

–e-estoy bien… solo que duele un poco, ya está pasando. – lo miré son una sonrisa en mis labios tocando uno de sus muslos.  – s-sigue… muévete – dije con las mejillas sonrosadas. Lentamente continuó introduciéndose, hasta que toda su extensión entró por completo. Se acomodó y yo enredé mis piernas en su cadera. El vaivén comenzó lento sacándome uno que otro quejido, y mientras las envestidas iban aumentando yo gemía más y más.

Tanto la cara como el cuerpo  de Reno se perlaban de sudor, aun más que la mía. Llevé mi mano a su frente y le retiré aquel sudor mientras él acercaba sus labios a los míos bajando el ritmo de las envestidas.

Salió de mi interior mientras lo miraba extrañado. –Ven aquí–se recostó e hizo que me subiera a sus caderas. Tomó su miembro y lo acercó a mi entrada mientras poco a poco me introducía. Me senté moviéndome de adelante hacia tras lentamente. –n-no sé cómo hacer esto. –hablé sonrojado.

–tranquilo, tu solo muévete. –  Me afirmé de su pecho mientras movía mis caderas, hacia delante y hacia atrás, ambos gemíamos extasiados.

Comencé a botar sobre él mientras Reno me masturbaba enloquecedoramente, no aguantaría mucho, y al parecer, él tampoco. En un movimiento rápido me volvió a recostar en el mullido mueble mientras me penetraba salvajemente. – ¡AH! Mgr…– me corrí arqueando mi espalda mientras manchaba nuestros abdómenes. Reno me penetró una cuantas veces más para luego terminar dentro de mí gruñendo sensualmente. 

Nuestros cuerpos sudorosos y agitados intentaban calmar aquel ritmo acelerado. Abracé y besé el cuello de Reno mientras este salía de mi interior.

–Te amo… –me dijo. Yo simplemente le sonreí y lo besé. –yo también te amo. – hablé sobre sus labios.

–Quieres…–

–Reno, los chicos…–vi como la silueta de un chico bajaba corriendo la escalerilla.

– ¡Mierda!– dije avergonzado cubriéndome con el desnudo cuerpo de Reno, el cual aun yacía sobre mí.

El amigo de Kazuki había llegado, encontrándonos desnudos en aquel sótano, ¡su sótano!

–lo siento, ¡lo siento! Perdón. – subió corriendo las escalerillas y luego se escuchó que serraban la puerta estridentemente.
–Ya se fue– habló Reno riéndose divertido mientras su vista se volvía nuevamente hacia mí. No entendía como era tan descarado que ni siquiera le daba un poco de vergüenza. –Ya, no te enojes, fue divertido. –se rió a carcajadas bajando levemente sus rostro. Suspiré. –Qué vergüenza– dije sonrojado. – Ya… –me acarició la mejilla con dulzura. Adoraba sus caricias.

–me interrumpió el muy baka– frunció el seño divertido. – ¿Que me ibas a decir? – lo miré expectante. –Te quería preguntar si querías ser mi novio – lo miré sorprendido unos segundo, terminando por abrazarlo mientras ocultando mi rostro en su cuello.  – ¿No quieres?– lo miré mientras hacia un lindo puchero. – ¡Claro que quiero!–ambos sonreímos nerviosos pero luego nos besamos tiernamente sintiendo la calidad de nuestras bocas las cuales se acoplaban perfectamente.

Le estaba entregando por completo mi cuerpo y mis sentimientos.  El “qué dirán” del cual tanto temo lo dejé en el olvido al entregarme a él, por primera vez estaba expresando lo que sentía,  por primera vez experimentaba estos sentimientos: amar y ser amado.

Ya no habrán Rastros de lágrimas…

 

 

 

Notas finales:

~variando un poco con la pareja que siempre leo y que que escribo.

un pequeño oneshot de RenoxShin que es mi segunda parejita yaoi favorita, y de la cual me super emociono *O*)/

 

[inspiracion:Trail of Tears después de ver el concierto de ViViD en el Budokan *-*)/

obviamente la Ukecidad (?) de Shin y el rol, hace mucho tiempo deceaba escribir esto, sólo espero que me haya quedado bien :/ moria por llegar hoy y terminar mi peque fic c: ]

gracias por darse el tiempito de leerme c:

espero que les haya gustado

 

 

 

 

 

 


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