Capitulo I
Tus ojos
Your eyes
Incluso antes de terminar la secundaria, Sasuke Uchiha ya tenia completamente desidido y planeado irse a estudiar en otra ciudad mas grande, en una buena Universidad. Al poco tiempo resolvió irse a la Capital, coincidiendo con el lugar donde, desde hacia varios años su hermano mayor Itachi, estaba viviendo. Por lo tanto, el tema de vivienda estaba completamente resuelto. Cuando llamó a su hermano, éste había permitido con gran facilidad e incluso entuciasmo la idea de Sasuke. Gustoso Itachi lo reciviria en su hogar. Claro estaba que el menor pensaba buscar algun empleo pertime y en cuanto pudiera se iria a vivir solo. Quería independizarse lo antes posible.
Las cosas se hicieron rápidamente. El último mes de secundaria se le hizo eterno, pero teniendo tiempo despues el titulo, Sasuke no perdio tiempo y se inscribió en la Univercidad. No habia tiempo que perder, la ansiedad era inmanejable. Como todo joven, el momento de dejar la casa era de sierta forma emocionante. Sasuke no era un muchacho sentimental, no solia mostrar sus sentimientos, pero su interior era un mar revuelto.
En tan solo dos días sus ropas y pertenencias estaban perfectamente empacadas en dos valijas de viaje. Y con el pasaje en mano, Sasuke estaba listo para partir.
-Mi bebé ya no es mas un bebé. -Decia su madre emocionada, no solo por el hecho de que su hijo menor ya no estaria con ellos en la casa, sino también porque partía hacia una nueva vida incierta; su futuro. La mujer de sedosos y largos cabellos oscuros acarició la espalda de su pequeño para luego abrasarlo con cariño. -Te vamos a extrañar mucho, Sasu. -La hermosa mujer lo abrasó con un poco mas de fuerza.
-¡Mamá! -Si bien hizo un gesto de impaciencia ante tales palabras y acciones por parte de su madre, solo era una mascara de lo apenado y avergonzado que se sentia. Aun asi, correspondió al maternal abrazo.
-Avisamos en cuanto llegues. -Ordenó con voz masculina su padre sonriendo de medio lado. Su hijo se iba, el tiempo pasaba volando y se sentia orgulloso de él.
-¡No te olvides! Cuando estes con Itachi llamanos, estaremos esperando. -Decia la mujer dandole un pequeño beso en la mejilla. -Tu colectivo ya esta po salir. Sera mejor que subas. -Y otra vez besó a su hijo menor, esta vez en la frente. -Cuidate mucho. Nos veremos pronto. -Los ojos de su madre brillaron con alegria y una cálida sonrisa embelleció su rostro aun más.
-Pórtate bien. - Fueron las palabras del corpulento hombre palmeando la espalda de su hijo. -Que tengas un buen viaje. -El hombre tambien le regaló una corta sonrisa, pero que estaba cargada de emociones. Resultaba ser un hombre muy duro en cuanto a expresarse.
Sasuke le entregó sus equipajes al maletero y luego subió al colectivo de larga distancia. Para su suerte no habia nadie junto a su asciento. Le resultaba incomodo tener que viajar con un extraño al lado. Una vez instalado, miró por la ventanilla y saludó a sus padres con la mano una vez qus el gran vehiculo comenzaba a moverse lentamente. Abajo, la pareja lo despedia de la misma forma, más que nada Mikoto, su madre, que extendia todo su brazo para saludarlo con impetu abrazado a su esposo.
Cinco o tal vez seis horas de viaje le esperaban para arribar a la terminal de la Capital donde su hermano lo estaria esperando para llevarlo hasta su nueva casa. Hacia vastante tiempo que no lo veia. Por asuntos de fuerza mayor, Itachi no habia podido viajar a su ciudad el mes pasado para acudir a su recepcion ni a la fiestas de navidad ni año nuevo. Así que eran ya varios meses desde que lo habia visto.
Siendo las 6:30hs ya estaba oscureciendo. Llegaría de noche, y tras leer unas cuantas hojas de un libro, se dejo llevar por el sueño, acunado por el movimiento adormecedor del vehiculo de dos pisos. Pasaría la mayor parte del viaje con los ojos cerrados, de esta forma el trayecto seria relativamente mas corto.
10:40hs llegó a destino. Por la ventanilla miraba la inmensa ciudad, repleta de vehículos, carteles luminosos, gente caminando apresurada y edificios altos, por ende, en proporción, la terminal era 4 veces más grande que la de su ciudad de origen. Una vez que el colectivo detuvo su marcha, se paró y agarró su mochila. Ya en el pasillo, miró hacia abajo y divisó a su alto hermano, parado junto al colectivo en la plataforma 19, esperándolo. Se lo veía igual que siempre. Bajó y no tubo tiempo de decir nada que recibió un efusivo abrazo por parte del mayor.
-¿Como estas Sasuke? Tanto tiempo sin verte hermanito. –Le decía soltándolo del agarre y regalándole una sincera sonrisa.- ¿Cómo ha ido el viaje? –Le preguntaba mientras caminaban hacia la parte de atrás del vehículo para buscar las maletas del menor.
-Bastante tranquilo por suerte. –Fue la simple respuesta.
Luego, teniendo ya las cosas de Sasuke, fueron caminando a la salida y tomaron un taxi. La casa no quedaba lejos, tranquilamente podrían ir caminando, pero era mejor ir en auto por las maletas pesadas.
Desde afuera la casa se veía grande y bonita, con paredes blancas, una puerta de entrada ancha y de una madera muy rustica, el patio delantero era muy pequeño y solo tenia césped. Entraron arrastrando las valijas, y ahí, Sasuke pudo comprobar que efectivamente, la casa era muy bella, tanto de afuera como adentro. Al entrar debían cruzar un pequeño pasillo de unos dos metros de largo que desembocaba en un living amplio y completo.
-Te mostraré donde será tu cuarto, así dejas las cosas ahí. –Sin perder tiempo pero inspeccionando la casa a su camino, el hermano menor siguió al mayor. Atravesaron la sala en línea recta y tomaron otro pasillo, esta vez mas largo. Itachi abrió la primera puerta a la izquierda.- Este será. La habitación de enfrente es la mía. –Ambos pasaron y dejaron las cosas sobre la cama ya tendida y el suelo de alfombra. -¿Quieres bañarte? El viaje fue un poco mas largo de lo habitual. –Sasuke asintió, y con una sonrisa en el rostro, el mayor salió de la habitación y le indicó que al final del pasillo se encontraba el cuarto de baño. –Prepararé algo para comer.
Sasuke estaba aturdido por la magnitud de la casa, esa era la primera vez que iba a visitar a su hermano. Al fin estaba en lo que seria su nuevo hogar por un tiempo. Pensando en todo los cambios que vendrían un su vida, comenzó a sacar la ropa de una de las grandes maletas, separando pantalones, remeras y ropa interior y medias. Eligió un pantalón de jogging cómodo de color gris y una remera mangas corta blanca, un bóxer negro y un par de medias blancas. También saco su toalla de entre la ropa. Y se fue al cuarto de baño únicamente con la toalla y el bóxer.
Era amplio, con cerámicas y azulejos blancos, una barreño grande que tenia como cortina una mampara de vidrio deslizable. Había una sola ventana pequeña. Abrió la canilla de la ducha y dejó que el agua se calentara mientras se quitaba la ropa. Una vez desnudo y el agua lista, entró a la bañera. Estaba cansado pero no tenía ganas de esperar a que la tina se llenara, por ende se estaba bañando con la lluvia de la ducha. Se tomó su tiempo para limpiarse.
Cuando salió con la toalla envuelta en sus caderas, se encontró con la figura de su hermano que justo salía de su dormitorio.
-Me daré un baño rápido. Ya hice una salsa, si quieres puedes ir haciendo los fideos. –Y con la ropa en la mano, ingresó al baño del cual aún salía vapor.
Se vistió en su nuevo cuarto y salió en medias, buscó la cocina y entre las alacenas una olla para poner agua a hervir.
La cocina también era grande, tenía un desayunador con banquetas altas, y tras la barra estaba el comedor. Se dirigió a la sala principal y se tomo el atrevimiento de encender la tele para luego sentarse en el sofá.
El sonido de un celular lo sobresaltó. Miró a su alrededor, pero de allí no venia el sonido, así que caminó de regreso a la cocina, en la mesa del comedor estaba el celular de Itachi, lo cogió y sin mirar el nombre de la persona que llamaba, atendió.
-Hola.
-Hola… ¿Itachi?- Cuestionó la voz de un hombre del otro lado.
-No, habla el hermano. –Respondió con simpleza, mientras se fijaba el agua de la olla. El sujeto se quedo en silencio por un buen rato. Ante esto, Sasuke prosiguió diciendo. –El se esta bañando, ¿quiere que le deje algo dicho? –Buscó la sal, y una vez que la encontró le echó un poco al agua.
-… No, yo volveré a llamar. –Dijo seriamente, su voz sonaba profunda. –Hasta luego… Sasuke. –Al aludido no le dio tiempo a decir nada más que el sujeto cortó la comunicación. ¿Había dicho su nombre?
En un principió le pareció extraño y por un momento su mente solo pensó en como era que un conocido de su hermano supiera su nombre, pero luego le quito importancia, después de todo lo más probable fuera que Itachi le hubiese hablado de él en algún momento, por esa razón sabia su nombre, no era nada raro que la gente cercana a su hermano supieran esa información. Cerrando esa línea de pensamiento, tiró los fideos al agua hirviendo y volvió al living. Cuando reaccionó en la posibilidad de fijarse el nombre del sujeto en el celular de Itachi, este último apareció vestido en la sala, con los cabellos húmedos cayendo por sus hombros.
-Los fideos ya casi están, hermano. –Le avisó mientras seguía al mayor hacia la cocina.
En dos segundos, la mesa ya estaba lista y los platos servidos. Era una comida simple, fideos con salsa, pero rico. Como bebida tenían agua y vino, pero el menor no probó ni una gota de la segunda bebida.
-¿Como te ha ido en el exterior? –Preguntó Sasuke, luego de tragar un bocado de su comida.
-Muy bien, es un lugar precioso. Cuando pueda, tengo pensado volver. –Contestó y tomó un sorbo de vino. –Mi amigo me mostró lugares maravillosos. El tiempo que estuve logre adaptarme bien. El idioma no fue un problema. –Se lo veía alegre al contar sobre su viaje. –Lo único que lamento es no haber podido ir a tu recepción hermanito, además, también me perdí de las fiestas.
-Fue solo esta vez, todos los años hay fiestas navideñas y de fin de año. Lo importante es que la hayas pasado bien en tu viaje. Por lo que dijiste ¿paraste en la casa de un amigo tuyo?
-Si, un viejo amigo de la infancia. El es abogado, creo que dentro de poco va a venir, lo citaron en la Universidad de abogados de aquí para que de clases por un periodo de tiempo. Según lo que me dijo, le ofrecieron buena plata para venirse. Tal vez en unos días lo tengamos aquí como invitado. –Itachi sonrió y se contuvo de decirle que él lo conocía. Una vez Yahiko le había dicho que si volvía, quería dale una sorpresa a Sasuke. Así que calló y recordó aquella época.
-Hmm…- El menor notó que el otro se veía muy concentrado en sus pensamientos. Terminó de comer y luego recordó el llamado. –Mientras te estabas bañando te llamó alguien. Dijo que volvería a llamar mas tarde. –Al terminar de hablar, se levantó de la mesa y recogió su plato con los cubiertos y el baso.
Ambos lavaron los platos y luego de hablar un rato, Sasuke bostezó y se despidió del mayor. Fue directo a cepillarse los dientes y luego a su cuarto. Se acostó y en cuestión de segundos se durmió.
***
Se levantó temprano para desayunar con su hermano, quien debía irse a trabajar enseguida. Cuando el de cabellos largos se fue apurado, Sasuke juntó la mesa y ordenó la cocina. No tenia sueño así que aprovecharía para acomodar su ropa en los placares y cajones. Se sentía bien estando así, con su hermano. Le resultaba algo raro, pero eso era porqué hacia mucho tiempo que no compartían tiempo juntos como cuando eran pequeños.
La mañana paso volando, su habitación ya estaba decorada con sus cosas y ordenada su ropa completamente. El timbre de la casa, que no conocía, hizo que se sobresaltara. Caminó en medias hasta la puerta de entrada vestido únicamente con los pantalones grises y abrió solo un poco la puerta para mirar hacia afuera.
-Hola Sasuke. –Lo saludó un hombre alto. La voz del sujeto resonó en la cabeza del menor, resultándole extrañamente familiar.
-¿Quién eres? –Preguntó confundido abriendo la puerta completamente sin dejar de mirar al alto sujeto, abriendo de par en par sus ojos reconociendo de inmediato esa melena de anaranjado cabello. Su corazón se aceleró y sintió un cosquilleo en su interior.
-¿No me recuerdas?… -El hombre se inclinó unos centímetros y fijó su mirada en los ojos oscuros del menor. –Es comprensible, después de todo hace mucho que no voy a visitarte. –El ahora reconocido sonrió levemente y acarició los cabellos negros del otro.
-¿Yahiko? – ¡Claro! ¿Como no lo había reconocido desde un principio? Estaba muy cambiado, la vida y los años le habían quitado su mirada infantil y sus rasgos pequeños. El hombre era un amigo de Itachi, que desde pequeño jugaba con él y lo cuidaba tanto como su hermano lo hacia.
Recordó de golpe todos aquellos momentos de juegos y diversión junto a aquel, ahora, adulto. Su corazón palpitó con fuerza nuevamente y se ruborizó al alcanzar un recuerdo en particular, uno muy intimo y secreto. Uno que hacia mucho había escondido en lo mas profundo de su ser…