Ocaso
…l sabía que esto iba a ocurrir tarde o temprano. Un día u otro, era de esperarse.
No era el destino – era simplemente algo inevitable.
Porque, no era como si él hubiera podido aferrarse a los sueño por siempre.
Nada es eterno, nada en lo absoluto, eso Duo lo sabe mejor que nadie.
Y ahora el final se acerca, porque es el último ocaso del invierno.
Silenciosos pasos se acercan a él.
…l posa sus ojos en el suelo, pero los levanta al ver los pies de esa persona frente a él y un abismo azul cobalto invade su visión. Sus ojos se quedan fijos en los del otro.
Solo por un momento, un instante-
Pero no pasa mucho antes de que desvíe la mirada. Su corazón esta herido, su alma cansada.
Por su parte Heero no puede recordar la ultima vez que vio una expresión tan seria en el rostro de su compañero. Ya ha dado la noticia, ahora solo le resta esperar.
Y esperar y esperar y esperar.
No hay gritos de felicidad. No hay bromas de que ya era tiempo. No hay nada.
Nada.
Solo—silencio. Un silencio vacío.
Porfavordialgosolo...dialgo.
Algo.
Sigue sin haber respuesta.
Sus ojos se cruzan nuevamente.
Y por fin Duo sonríe con suavidad, tristemente. Ojos violeta se posan en la puerta, su único escape.
De sueños rotos.
Heero no comprende su reacción, puede notarlo en sus ojos. Duo no quiere que comprenda, quiere sonreír con alegría, pero no puede, la melancolía lo sofoca terriblemente.
Pasos pequeños.
Se dice a si mismo.
Pasos pequeños.
Hacia la puerta. Hacia el final. Hacia cielos grises y un futuro sombrío y amargo, Duo lo sabe. Pero no puede hacer nada para evitarlo.
Mientras lo ve Heero se pregunta, si su decisión fue la correcta.
Pero Duo sabía que esto iba a ocurrir tarde o temprano. Y ocurrió.
Ya en la puerta, Duo se vuelve. Y esboza una gran sonrisa.
Heero corresponde el gesto, algo aliviado mientras su mente le susurra "Fue lo correcto."
"Genial. Esto hay que celebrarlo. ¡Hey, hay que reunir a los chicos y avisarles!"
Heero asiente.
Porque nada es eterno, nada.
Porque Heero va a casarse con Relena.
Porque Heero es su ocaso...
... en el frío invierno de la vida.