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Mundos diferentes. por Angel_Chan

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Notas del fanfic:

Serie: Saint Seiya.

Pareja: Shun-Leda.

Clasificación: Romance-AU.

Advertencia: Lemon.

Notas:

Fecha: 23/10/2007.

Beta Reader: Pleasy Stay.

Disclaimer: Todo lo referente a Saint Seiya pertenece a Masami Kurumada y a la Toei.

 

Notas del capitulo:

 

 

Mundos diferentes.

 

Prologo.

 

Había sido un gran suplicio para él, ni siquiera habían pasado unas horas en que había bajado del avión y ya estaba invitado a una fiesta. Aun ni había sacado la ropa de su maleta. ¿Cómo había hecho su madre para conseguirle un traje en menos de dos horas?.

Las luces del gran salón daban un ambiente ideal al ritmo de la música, nada anormal, puesto que el compás era melodioso en cada acorde. Veía a la gente dar vueltas de un lado al otro como si lo que tuviera en frente fuera una especie de calesita medieval, con muñecos de tamaño natural, estúpidamente adornados, pero muy bonitos.

Era la mejor fiesta que se podía dar en el de fin de año, organizada por la siempre ‘amable’ señora Strouch; pues siempre era un buen lugar para conocer a su siguiente marido, ya que de esa forma había conocido a os cuatro anteriores. Era un magnifico festín, al que solo las personas más importantes recibían una invitación, ya sea porque su familia era poderosa o adinerada, o por tener alguna clase cargo diplomático y jerárquico.

Shun, lamentablemente, estaba entre ellos, no por gusto propio; pero al ser el segundo hijo de un agregado diplomático japonés, no le quedaba otra que manejar junto con su padre, los asuntos públicos de su familia.

Realmente no se sentía a gusto con todo aquello, generalmente solía alejarse de las reuniones masivas de gente. Y allí había muchas personas rodeándolo.Aunque esta vez tenía un aliciente, algo menos de que quejarse. La temática de la fiesta corrió a cargo de un organizador, y este convenció a la señora Strouch de que los disfraces estaban de moda; para él era una buena oportunidad de cubrir su rostro, además de no ver a la demás gente. No tenía nada con la gente de la ‘alta sociedad’, pero por muchas razones, no se sentía a gusto entre tanta opulencia.

Maldijo entre dientes, acomodando su máscara, tenía muchas razones para hacerlo. Y una de ellas era por culpa de su hermano; ya que este sehabía escapado demasiado impune de una responsabilidad que generalmente ambos compartían. La segunda: ¡Tenía solamente 19 años! Debería estar festejando con amigos en alguna fiesta hogareña, no allí entre vejetes sin oído para la música de moda.

O simplemente, estar al otro lado de la línea telefónica con aquella persona…

Movió la cabeza negativamente, se sentía que habíafaltado terriblemente a su palabra: “¡Claro que serás quien lo sepa primero, apenas ponga un pie en el aeropuerto!”  Esashabían sido sus palabras antes de irse, no sería como otras veces, pero su familia estaría fuera del país por un tiempo indeterminado.

Poco a poco se fue alejando den centro del salón, alejándose  así también de las miradas.

Jugó con su teléfono móvil en la mano, lo había sacado y abierto sin discar ningúnnúmero, tan solo para despistar a una joven que parecióacercarse a él con intenciones de arrastrarlo al centro de la multitud danzante. Aunque podría fácilmente llamar, lo difícil seria aguantar la tentación de no salir corriendo de la fiesta. Además, pensar que un error de su parte podía delatarlo por completo, lo aterraba; estaba acostumbrado a estar atado a una figura preestablecida y casi publica, lo cual para él era una reverenda mierda. Pero si todo acababa saliendo a la luz, su padre de seguro se moriría.

Iba a volver a llevarse el pequeño aparato al bolsillo de su disfraz, cuando una mano lo detuvo a escasoscentímetros del estuche. Ahogó el gemido que amenazó con salir de su garganta.

—¡Hermosa noche, aunque no tan hermosa como tú! —Los labios finos solo remarcaron la sonrisa pícara y traviesa.

—¡Tú! —Suspiró la palabra, soltando el aire que reteníainconscientemente.

—Sí, mi ‘Louis’... soy ‘yo’ —Ahora la sonrisa se volvió lubrica al ensancharse más aún.

Shun recorrió el salón con sus ojos, temiendo de que alguien los estuviera viendo, pero eran ínfimos entre la cantidad de personas importantes, volvió sus atención a su conocidoángel de perdición. Era tan increíble como inverosímil, justo él estaba… llevaba un disfraz de…

Sonrió, para sí mismo, creyendo que su madre debía estar interpretando el futuro o algo por el estilo.

—Lestat, ¿qué le hiciste a tu cabello? —Ciertamente no fue la primera pregunta que se esperó oír, pero sonriótranquilizadoramente.

—Tranquilo, solo es una peluca... ¡Ni loco me cambio el color de cabello! —Aseguró, tomando la mano esquiva del otro muchacho y jalándolo fuera de allí.

Caminaron, evitando tanto a los invitados como a los mozos de esa noche. Abstraídos en lo que dirían cuando pararan de caminar y pudieran hablar por primera vez en variosaños.

Shun no dejaba de pensar, como hacía poco, que era una especie de traidor, o algo por el estilo. Estaba en una fiesta cuando en realidad debería estar en otro lugar; además, falto a su palabra, y eso era el peor pecado que podía haber cometido. Sin embargo había un pequeño punto que le llamaba poderosamente la atención.

—¿Cómo pudiste entrar? —Shun no pudo evitar que aquella pregunta se formara en su garganta, y preguntar cómo era que había hecho su amigo para entrar a una de las fiestas máselitistas de la sociedad.

—Ah, bien…quizás si te portas bien, luego te lo cuente. —Susurró el joven rubio a su lado, y se dejó caer en un banco cercano a una terraza.

Shun frunció el ceño con disgusto, no podía ocultarle algo como eso. Pero reconoció las ganas de su compañero en la aparente tranquilidad, viendo el acelerado ritmo cardiaco bajo la piel de su cuello.

Deseo saltar hacia él, abrasarlo y estrechar la separación de años, pero se controló, sabía muy bien como guardar una apariencia, su familia se lo había inculcado desde muy pequeño, sabia aparentar algo que no era...

Pero no siempre fue así. Se quitó la máscara sin darle chance a su compañero de que viera su rostro, caminando hacia ningún lado en especial. Era tan diferente ahora, física y mentalmente, su madre desea que había madurado mucho; él, interiormente sabía que algo dentro suyo había muerto.Pero lo que más le inquietaba era saber si ellos: ¿Aún seguían siendo iguales por dentro?

—¿Aun eres tú, no es verdad? —Preguntó, dándose vuelta para enfrentar la cavilación del otro, que lo observaba distante y aprehensivo.

Asintió, quizás sin entender realmente la pregunta, tal vez respondiéndose un cuestionamiento interior, del cual Shun no sabía nada.

Para ambos era increíble pensar que después de tantos años volvían a encontrarse, no como aquella primera vez, pero no por eso igual de inolvidable.

 

Continuará.

 
Notas finales:

 

 

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