Capítulo 1.- La víctima
Las sirenas de la policía inundaron el ambiente, la noche estaba llegando a su fin y se podían ver los primeros rayos del sol que despuntaban en el horizonte, las patrullas de policía ingresaban conjuntamente con una ambulancia a una propiedad bastante grande y elegante, pero… Las apariencias engañan, Pietro Gagliardo se bajó de una de las patrullas y tomó su kit.
Se había ganado el apodo de Death Mask con los años a base de su trabajo en criminalística. Era el jefe del equipo de investigación criminal de la policía de Tokio. Ahora estaba empezando su turno muy temprano y acudió a la escena de un atroz crimen.
- Pietro… vaya, mandaron al jefe, el caso lo amerita? – El que hablaba era el Detective de la policía que estaba a cargo de la investigación, Shura Omori era un hombre de treinta y tantos años, cabello y ojos oscuros, era extremadamente diligente y prolijo en su trabajo y se llevaba bastante bien con Pietro. El jefe de criminalística tenía más o menos la misma edad del detective, tenía los cabellos azules y era un hombre muy atractivo si se podía obviar su expresión siempre seria.
- Todos los casos lo ameritan, la verdad necesitaba salir un poco del laboratorio y me quise unir a mis muchachos, cuéntame Shura… qué me espera dentro? – Dijo el recién llegado caminando conjuntamente con el detective en dirección a la mansión.
- Aioros está ya dentro, un cadáver en el segundo piso, un muchacho bastante joven, por lo que escuché parece que lo estrangularon.
- Lo estrangularon?… que mal… tenemos identificación? – preguntó el peliazul en tono sombrío
- Si… Kido Shun, el mayordomo lo identificó. Es aquel hombre calvo que está allá – respondió el pelinegro mirando la libreta en la que había apuntado los datos
- Él no es el mayordomo, es la mano derecha de Mitsumasa Kido, esta es su mansión – dijo el criminalista en un tono que le pareció por demás extraño a su compañero.
- Kido… espera…, el muchacho es pariente de Mitsumasa Kido? – Shura frunció el ceño, Mitsumasa Kido era un hombre de más o menos 60 años, muy rico y poderoso, tenía contactos con la mafia japonesa además de varios negocios de fachada, se rumoraba que lavaba dinero entre otras cosas
- No… Él solo tiene una nieta, Saori me parece que se llama, los muchachos aquí llevan su apellido porque son adoptados. Si quieres mi opinión muy personal ese tipo es un cerdo, adopta a los chicos, les da la educación secundaria pero apenas cumplen la mayoría de edad, aunque yo creo que es antes, los pone a trabajar en su negocito – Pietro miró la mansión significativamente cuando dijo esto.
- Negocito? – Shura arqueó una ceja
- Esto… No es una mansión ni mucho menos, es un prostíbulo de alto nivel en el que dan todo tipo de servicio chicos y chicas, sus tarifas son obscenamente altas pero… en esta ciudad para todo hay mercado no lo crees?
- Y tu como lo sabes? – Shura era el detective, cómo su amigo de criminalística sabía esos pormenores de su caso?
- El año anterior trabajamos un caso de un robo de un reloj de oro, ahí fue que conocí este lugar, me revuelve todo de solo pensarlo, son chicos inocentes… los ves?, muy jóvenes – Pietro señaló a un grupo de muchachitos que estaban de pie junto a la ambulancia, todos parecían recién sacados de la cama, vestían ropas flojas y parecían muy asustados, había no menos de 20 muchachos entre chicos y chicas
- Bueno, Aioros te está esperando, y tu equipo? – Shura llegó hasta la puerta de la casa, debía empezar con las entrevistas y a tomar datos a todos, este iba a ser un largo día…
- Ya llegan, déjalos subir cuando lo hagan
- Ok.
Pietro entró a aquella mansión y los policías que ya estaban cerca de la escena le señalaron el camino, tubo que llegar al segundo piso para encontrar al médico forense que ya estaba allí en la habitación, Aioros era un hombre castaño muy amable y práctico, de sonrisa dulce pero que ahora tenía una expresión de pena única en su rostro, el médico estaba de pie junto a la cama en la que yacía en una posición algo extraña y desnudo un muchachito de no mas de 18 años, tenía la piel muy blanca, el cabello y los ojos verdes que estaban abiertos e inexpresivos. A primera vista el criminalista notó que no había mayores señales de violencia en la habitación o en el muchacho.
- Hola Doc., tiene un tiempo de muerte de la víctima? – Death puso su maletín en el suelo, lo abrió y sacó los guantes de látex para ponérselos.
- Aproximadamente y según la temperatura del hígado, dos horas – dijo el castaño mirando sus anotaciones
- Oh… y así lo encontró? – DM se acercó a la cama por el otro lado y entrecerró los ojos, el muchacho estaba recostado sobre su espalda, sus piernas estaban totalmente estiradas, su brazo derecho estaba doblado hacia arriba como si estuviera saludando a alguien y su brazo izquierdo descansaba sobre su pecho, su rostro estaba volteado ligeramente hacia la derecha
- Si… no tuve necesidad de moverlo – dijo el médico mirando al joven con pena
- Se fijó en esto?, hay marcas en su cuello y una leve hemorragia en sus ojos – Pietro había sacado su pequeña linterna y la estaba enfocando en el cuello de la víctima en donde se podía apreciar ligeros moretones, luego sus manos fueron hasta su rostro y abrieron un poco mejor sus párpados para ver sus ojos de mejor manera
- Asfixia… como causa preliminar suena lógico, tendremos que esperar hasta realizar la autopsia para saber más – dijo el médico con un suspiro, la muerte de personas así de jóvenes o niños le afectaban a Aioros, él tenía un hermano menor que ahora ya era un hombre pero sus sentidos paternales estaban siempre a flor de piel.
- Vas ya a mover el cuerpo? – preguntó el criminalista
- Si… solo estaba esperando que llegaras.
- Gracias
Pietro sacó su cámara de fotos y empezó a tomar fotografías, del cuerpo y en general de la habitación hasta que los miembros de su equipo empezaron a llegar, Pietro trabajaba con cuatro criminalistas que completaban su equipo, los criminalistas saludaron uno a uno al forense y se dedicaron a mirar la habitación ausentemente hasta que su jefe les diera sus trabajos específicos
- Bien… Mu, necesito que revises el cuarto de baño, Saga tu te encargarás de procesar la habitación, Camus tu entrevistarás a todos los de la casa, Shura ya está en eso pero va a necesitar una mano y Dita necesito que chequees las cintas de seguridad, fíjate muy bien en el registro de clientes, tarjetas de crédito y esas cosas, yo me voy con Aioros a la autopsia.
Luego de un asentimiento general todos los jóvenes fueron a sus encargos. Mu entró al cuarto de baño y estaba bastante limpio, aparentemente alguien había tomado una ducha hace no mucho, la tina y la puerta de la bañera estaban mojadas, habían unas toallas algo húmedas que Mu empacó en fundas plásticas y las etiquetó como evidencia, luego destornilló la trampilla de la bañera y pasó un cotonete, estaba buscando evidencia de sangre la que no encontró. Fue hasta el espejo que estaba sobre el lavabo y lo abrió, era una especie de gabinete en el que halló un frasquito de aspirinas, gasas, alcohol, curitas y demás cosas para atender pequeñas heridas, luego de fotografiarlas apagó todas las luces y sacó su equipo de iluminación. Era una especie de luz azul que ayudaba a distinguir lo que a simple vista no se podía, y en la manija del retrete encontró una mancha que resultó ser semen. Tomó una muestra y la empaquetó, encendió las luces y procedió a buscar huellas digitales. Mu levantó algunas del lavabo, otras de la puerta plástica de la tina, otras de la tina y finalmente del espejo, mas o menos un hora después estaba listo.
Saga esperó pacientemente a que el Dr. Aioros hiciera el levantamiento del cadáver y en una camilla se llevaron a la víctima. El peliazul tomó varias fotografías de la habitación entera, abrió los cajones del closet y fotografió las esposas, las pañoletas y demás juguetes sexuales que allí habían y luego los empaquetó como evidencia. Encendió la luz azul para ver de mejor manera las sábanas y habían varias huellas de fluidos por lo que empaquetó las sábanas para analizarlas en el laboratorio. El piso era de alfombra pero en él no encontró huella de nada, abrió los cajones del velador y sonrió, en uno de los cajones habían muchas cajas de preservativos y tubos de lubricante, frasquitos de aceite corporal, talco y muchas otras cosas mas, Saga se arrodilló en el suelo y sonrió al encontrar lo que buscaba, bajo la cama estaba un pequeño cesto de basura, al revisarlo encontró varios preservativos usados, un tubo de lubricante que se había acabado y kleenex de papel tanto secos como húmedos.
- De rodillas guapo? – Mu salía del cuarto de baño y por la posición en la que estaba Saga podía apreciar su apetitoso trasero
- Muy gracioso pequeño… terminaste ya?
- Uno de los baños más limpios que he procesado, qué tal la habitación?
- Lo mismo, muy aseado el muchacho, pero no me sorprende si es este tipo de lugar – dijo el mayor con un suspiro, él había asistido a DM en la investigación hace un año
- Oye Saga… esta habitación es de ese muchacho o… es de uso común?
- Es de uso común, no he encontrado nada que le pertenezca salvo una muda de ropa que es la que supongo estaba puesto cuando llegó, me gustaría ver su habitación real.
- Nuestra orden de cateo no cubre eso?
- Yo creo que no, pero podemos hablar con el dueño de casa ¿No?
- No está, te acuerdas que su mayordomo nos lo dijo
- Tienes razón – dijo pensativo el mayor
- Bueno… nos vemos en el laboratorio
- Claro… oye espera – Saga se puso de pie y se acercó a su compañero, sin tocarlo porque estaba puesto los guantes y estaba en medio de procesar la escena del crimen se inclinó un poco y buscó sus labios, Mu correspondió el beso y acarició el cuello de su novio, ellos estaban saliendo desde hace algún tiempo pero nadie lo sabía, eso les podía costar sus trabajos
- Nos vemos luego
- Claro
Saga volvió a lo suyo, ahora iba a buscar huellas digitales mientras que Mu salió de la habitación con una pícara sonrisa en los labios, en el piso de abajo Afrodita estaba en el cuarto de seguridad, el encargado del control de video le estaba quemando los discos de vigilancia de toda la noche hasta la mañana, le llevó bastante rato al joven peliceleste, después fue hasta la gerencia, necesitaba los datos de la tarjeta de crédito con la que se había contratado a la víctima, para obtener esta información tuvo que hablar con aquel hombre calvo llamado Tatsumi
- Sr. Tatsumi… ¿Tiene ya la información que le pedí? – preguntó el criminalista
- Si Sr., pero por favor tome en cuenta que el negocio se basa en la discreción – dijo algo nervioso el hombre calvo
- No se preocupe pero necesitamos saber quien hizo la transacción
- Como puede ver aquí, esta en la información de la tarjeta de crédito, una sola tarjeta reservó y canceló tres habitaciones – el mayordomo le entregó al joven un reporte detallado de las transacciones de esa noche de todas las habitaciones de la mansión pero había resaltado la información pertinente
- Perfecto, muchas gracias.
Afrodita tomó los documentos que el mayor le entregó y los revisó mientras caminaba por la mansión, se encontró con Mu que bajaba
- Listo? – preguntó el joven de ojos turquesas
- Ajá, voy al laboratorio a empezarlo todo – respondió su compañero
- Y Saga?
- Aún no acaba, y Camus?
- El no saldrá de aquí todo el día, ves cuanta gente hay aquí?
- Uffff… el jefe la tiene contra él – dijo Mu con una sonrisa la que el peliceleste correspondió
- No lo creo, nos vemos allá?
- Tu no estás listo todavía?
- No… me faltan los videos de las cámaras externas, eso va a llevar una media hora más, más o menos
- Que mal, quieres que lleve algo? – se ofreció Mu
- No… yo lo llevo todo
- Ok
Saga acabó de procesar la habitación y salió con su kit de investigación y varios paquetes que con uno de los uniformados envió al auto, luego se dirigió al calvo empleado.
- La habitación en la que murió la víctima no era la suya ¿verdad? – eso mas que pregunta era afirmación
- No… - respondió el aludido un poco incómodo
- Necesito verla, me puede llevar para allá?
- No necesita una orden de cateo para eso? – preguntó el mayordomo, a él no le agradaba que la policía se inmiscuya en los negocios de su patrón y el que ahora lo hayan cerrado todo era una pérdida en sus negocios, esa mansión funcionaba las 24 horas del día, tenía mas movimiento en las noches pero siempre habían habitaciones ocupadas
- No… para eso no, es la habitación de la víctima, no necesitamos orden judicial para eso, lléveme por favor – dijo Saga hablando con seguridad
- Está bien
Al hombre calvo esto no le agradó pero no le quedó mas remedio y llevó al peliazul hasta la casa de huéspedes, varios chicos estaban por ahí pero al ver al criminalista inevitablemente palidecían y se escondían cerrando las puertas de sus habitaciones. Tatsumi lo llevó a una de las pequeñas habitaciones del segundo piso y abrió la puerta, a Saga esto le pareció la habitación bastante normal para un chico de la edad de la víctima, por lo que agradeció al hombre calvo y cerró la puerta tras de si al entrar, esto no le agradó a Tatsumi pero Saga no quería que nadie revoloteara a su alrededor mientras trabajaba.
Lo primero que hizo el peliazul fue tomar fotografías de todo para luego ir revisando mas detenidamente la habitación, la cama estaba destendida, había ropa por todas partes, un estante con libros, una mochila llena de cuadernos, un cuaderno de dibujo que tenía algunos retratos y paisajes. Se sorprendió al encontrar un retrato a lápiz del que supuso era Mitsumasa Kido, habían dibujos de varios muchachos jóvenes, tal vez sus compañeros de piso, pero eso tendría que cotejarlo con la información de Camus, en el baño encontró muchos frascos de diferentes cosas, pastillas de varios colores que no tenían etiquetas, Saga luego de analizarlas las empaquetó como evidencia y siguió buscando, en el closet estaba la ropa del muchacho, un computador portátil, una caja llena de fotografías y cartas, con un suspiro Saga se dispuso a procesar la habitación, la victima al no presentar heridas de defensa lo mas seguro era que conociera a su asesino, uno de los sonrientes rostros de esas fotografías podía ser el culpable.
En la morgue, Death Mask había recogido muestras de bajo las uñas de la víctima, su cuerpo tenía rastros de lo que parecía ser aceite de algún tipo, especialmente sus manos. Habían fibras sintéticas que podrían ser de las sábanas en las que lo hallaron o de algo mas, tendrían que enviar todas estas evidencias a identificación de rastros para saber a ciencia cierta lo que era, Aioros tomó una muestra de sangre y la mandó a toxicología pues Death había pedido un panel completo, querían saber si la falta de heridas defensivas era por la existencia de drogas en su torrente sanguíneo pero eso tomaría tiempo, encontraron también rastros de actividad sexual poco antes de su deceso pero esto no era raro tomando en cuenta en dónde lo encontraron, de cualquier manera tomaron las muestras y las enviaron a identificación de rastros y al laboratorio de ADN.
Una vez que toda evidencia externa fue tomada, Aioros preparó el cuerpo, lo aseó y lo delineó para la realización de la autopsia, los resultados estarían en un par de horas y así podrían saber a ciencia cierta lo que le había pasado al pobre muchacho, Shura fue el que le tocó hacer la llamada para notificar a la familia, eso era la parte triste y sensible de su trabajo, Shun Kido tenía un hermano, Ikky Kido, él no vivía en la mansión, rentaba un departamentito en la zona obrera de la ciudad y trabajaba en una planta de cárnicos, a Shura no le pareció conveniente soltarle la noticia por teléfono así que en un patrullero fue hasta el trabajo del hermano de la víctima, con su supervisor lo hizo llamar, el detective se sorprendió un poco, a él le habían dicho que este muchacho Ikky, era hermano de sangre de Shun pero no se parecían en nada, Ikky tenía los cabellos azules, complexión atlética y cara de pocos amigos, de cualquier manera…
- Sr. Kido, discúlpenos por hacerlo llamar aquí pero me temo que tenemos malas noticias – empezó a decir el pelinegro detective
- Que pasó?... Shun? – la expresión de Ikky cambió drásticamente al ver las miradas sombrías de los uniformados
- Así es… lamento informarle que el cuerpo de su hermano fue hallado hoy en la mañana en la mansión Kido, está en la morgue y aunque no necesitamos que lo reconozca…. podría venir a la estación?, necesitamos hablar con usted y estaremos más cómodos allá
- Pero… yo hablé con él ayer… no… quién fue?... cómo murió? – al joven se le notaba la indignación y la desesperación en sus palabras
- Aún no lo sabemos – fue la sincera respuesta del detective
- Lo asesinaron verdad?
- Eso es lo que pensamos, por eso nos gustaría que nos acompañara a la estación, usted tal vez pueda ayudarnos a darle sentido a todo esto
- Tienen que atrapar al que hizo esto… ¡No puede quedar impune la muerte de mi hermano! ¡lo tienen que atrapar! – La ira lo embargaba ahora, se podía ver el dolor en sus ojos, Shura tomó el brazo del muchacho y lo apretó en claro gesto de simpatía
- Créame Sr. Kido… en eso estamos trabajando.