Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Eres mío por Yukio x Rin-Cest

[Reviews - 11]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Ningún personaje me pertenece, todos son de J.K.R.  Yo solo escribo esta historia para entretenerme y entretenerlos... Por que todos sabemos que en Harry Potter faltó yaoi(?

Prólogo

 

Han pasado tantos años desde nuestro primer y último encuentro, ¿no es así? Tantos años en los que me he sentido realmente solo, pero nunca arrepentido. Por ti, por tu felicidad, hice todo lo que estaba en mis manos, incluso más de lo que jamás creí. Recuerdo ese día más que nada, esa mirada tuya en ese corto instante, ¿es cierto? Ahora mismo dudo incluso de mí, de mis recuerdos… Todo lo que se relacione contigo, incluso si soy yo quien lo piensa, me resulta demasiado complicado de entender, dime, ¿qué es lo que pasó con el niño que vivió?

 

 

¿Recuerdas ese día, Malfoy? Ese día en que la guerra terminó, y finalmente el-que-no-puede-ser-nombrado fue derrotado, ¿lo recuerdas? Esa tarde, en que todo parecía tener un final feliz, me di cuenta de que mi vida no tenía sentido, hasta que pensé en ti.  Si no hubieses sido mi enemigo seguramente jamás me habría apartado de tu lado, eso es algo que ambos sabemos.

 

El día en que la guerra acabó, murió el odio que sentía hacia ti, y fue entonces cuando me di cuenta de que había algo más que odio… Algo más que una simple atracción, incluso más que una amistad. “No sé si es amor” pensé aquel día “Solo sé que deseo verlo sonreír, siempre…”

 

Desde aquel día las cosas parecieron tomar su verdadera forma… Nada era como yo creía.

 

Ron Weasley, mi mejor amigo, mi hermano, reveló que me odiaba más que a nadie en la tierra, y que, desde ese instante, buscaría la forma de demostrar que él era mejor.

 

Hermione Granger, mi mejor amiga, confesó que me amaba más que a nadie en el mundo, y que lamentaba que el odio de Ron hacia mi persona fuera, casi en su totalidad, por su causa.

 

El resto de mis amigos fueron apartándose poco a poco, queriendo evitar problemas con Ron, todos sabíamos lo cabezota que era, por lo que, en su momento, no me importó. En ese punto de mi vida solo quería… Solo necesitaba de una persona.

 

En ese momento solo necesitaba de ti.

 

Han pasado años, ¿cuántos han sido? No lo sé, dejé de mirar el reloj cuando me enteré de que tú te habías comprometido con una hermosa mujer. Incluso después de que nos habíamos vuelto “camaradas” nada había cambiado demasiado, no hasta ese día.

 

Como cada día llegué a Hogwarts un poco antes que tú (al final preferimos ser profesores capaces de defender a quienes más nos necesitarían si algo volvía a pasar), igual que cada mañana te esperé en el comedor (pues habíamos tomado la mala costumbre de desayunar juntos antes de comenzar las clases) con la única diferencia de que, esta vez, tenía algo importante que decirte.

 

Malfoy, ahora mismo quisiera entender qué es lo que esperas de mí en realidad.

 

Aquella mañana llegaste cinco minutos tarde, y lo primero de lo que hablaste fue de lo bien que te había ido la noche anterior al ir a casa de tu prometida para poner la fecha de la boda. No quise decirte nada sobre lo que pensaba en verdad, y no paso demasiado para que notaras que algo estaba deseando decir.

—Potter, ¿es que te comió la lengua el ratón?—preguntaste con tu tono burlón, desee que aquello fuera cierto, pues no sabía cómo decirlo.

No sé cuánto tiempo pase en silencio, pero imagino que no fue demasiado, tu paciencia no es tanta, nunca lo fue.

—Harry—me llamaste preocupado, usabas solo mi nombre cuando lo estabas de verdad

—Me iré—solté, me miraste confundido y proseguí— Renunciaré a Hogwarts tan pronto como termine el ciclo escolar y me iré lejos, Draco.

Un incómodo silencio se formó entre nosotros durante unos segundos. Te miré de reojo, parecías incrédulo. Me levanté del asiento lentamente.

— ¿Cuáles son tus motivos?—preguntaste, cortante

No respondí. Tus movimientos fueron rápidos, apenas y noté cuando te habías levantado e intentabas tomarme el cuello para encararme.

—Te hice una pregunta, Potter—me recordaste mientras yo te miraba sin expresión

­—No entiendo a qué viene esto, Malfoy—evadí yo

Me miraste con odio, algo que no había visto de ti en mucho tiempo

—No lo estás haciendo porque sí, ¿me crees imbécil?, debió pasar algo para que digas este tipo de estupideces—aseguraste, un repentino enojo me embargó

 

Nunca había mantenido una discusión tan larga contigo, tu repentino enojo me sorprendió demasiado. Los golpes nunca llegaron, pero más de una hiriente palabra salió de nuestras bocas, todas para el otro.

 

 

Un pequeño grupo de estudiantes comenzaban a observarnos, respiré hondo

—Malfoy, cálmate—pedí, aburrido— Estamos llamando la aten…

—Ya lo sé—murmuraste, reconocí aquel tono tuyo, estabas reconociendo la derrota, miraste a tu alrededor unos momentos antes de suspirar, una mano paso por tu cabello, despeinándolo, pareciste dudar un momento— Harry—te miré— ¿no tienes nada más que decir?

—No…  —contesté con seguridad— Draco—murmuré

—Bien, si es lo que quieres… No puedo detenerte—fue lo último que escuché decirte, pasaste de mí en un abrir y cerrar de ojos, los alumnos que antes nos miraban curiosos, ahora parecían preocupados.

Tragué duro un momento, me sentía repentinamente nervioso. Noté que aquella pelea me había alterado más de lo que pensaba. Evité las miradas de los menores y salí del comedor rápidamente, no necesitaba escuchar a nadie, no quería hacerlo.

 

El resto del ciclo escolar fue realmente incómodo para mí. Resultaba algo triste dejar de pronto a la nueva generación que había visto crecer delante de mis ojos. Entre mis alumnos había dos chicos que destacaban sin esfuerzo.

—Solo cállate, Albus—regañaba un rubio de ojos grises, en su momento le encontré un parecido escalofriante con Draco Malfoy, sin embargo no eran familia, o eso es lo que Draco afirmaba cada que alguien sacaba el tema a la luz.

—Pero Scorp, estoy preocupado por ellos—contestaba a su vez un morocho que muchos juraban era idéntico a mi a esa edad, en realidad no le encontraba el parecido.

Observé de reojo a los chicos, a sus 16 años eran un verdadero dolor de cabeza cuando se lo proponían. La clase había terminado hacía un buen rato, sin embargo ellos continuaban merodeando cerca de la puerta de mi salón.

—Tú sigues aquí, yo sigo aquí, todo está en orden, señor me-preocupo-por-todas-las-cosas-innecesarias-que-tú-no-Scorpius—respondía a su vez Scorpius verdaderamente cansado, me reí para mis adentros mientras me acercaba a ellos discretamente

—Hijo del dragón tenías que ser—murmuraba Albus de mala gana

—Igual eres su hijo, idiota—se burló Scorpius

—Hey chicos, ¿no creen que es suficiente?—pregunté yo cuando los alcancé, aunque la curiosidad me había picado cuando mencionaron al dragón, solo pensaba en una persona.

—Profesor Potter—se asustó el morocho

—Buenas tardes, Profesor—saludaba Scorpius con una sonrisa algo nerviosa

—Buenas tardes—respondí yo con cierto recelo, Scorpius era casi siempre una cajita de sorpresas— ¿Qué es lo que los mantiene aquí?

Ambos chicos se miraron el uno al otro unos momentos.

—Eh… Verá, profesor… Lo que pasa es que…—comenzaba el rubio

—Creo que deberíamos decirle y ya, ¿no?—preguntaba un tanto nervioso el otro, los miré con una ceja alzada, ¿decirme qué?

— ¿Podemos pasar?—exclamó Scorpius finalmente

Sin saber por qué, sentí que aquella conversación sería el comienzo de un verdadero dolor de cabeza.

 

Y vaya que tuve razón.

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).