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El piano de cristal por Fullm00n

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Notas del fanfic:

Wenas! Este no es mi primer fanfic, ya me registré antes a fanfic.es donde tengo subidos dos fics originales, pero este es mi primer fanfic! Y mi primer fanfic yuri jeje

Ps seguro se daran cuenta de que es una versión muy diferente a lo del anime. Emm aqui pongo a la princesa neptuno como otra persona diferente a sailor neptune, al igual que la princesa uranus y sailor uranus...

Si! jeje este es otro fanfics de esa parejita tan linda n.n esta contado desde el punto de vista de michiru, y el tiempo es el siglo 30 (el tokio de cristal) donde las sailor scauts ya dejan de tener una vida nromal para acompañarla a la neo reina Serena... 

Una aclaracion mas! jeje en mi historia, las personas normales no conocen al tokio de cristal, ni de la existencia de sailors guerreras. Además aquí intento profundizar sobre como es Michiru, ya que no tiene el protagonismo y no se la pude conocer mucho, jiji me la imgino muy timida =P

Aclaro que Sailor Moon ni sus derivados me pertenecen, solo hago esto por gusto y no recibo nada a cambio n.n

 

Notas del capitulo:

Aww que emoción subiendo mi nuevo fanfic! jeje de veritas espero que les guste! Dejenme reviews si algo no les agredó o le falta algo, o cosas por el estilo n.n cada crítica me ayuda de mucho! graciias! n.n

Empezó a llover, mientras corría sin rumbo. Las gotas de agua comenzaron a borrar mis lágrimas, pareciera que quisieran borrar mis penas y sollozos, pero cada vez que recuerdo lo que yo llamo mi vida, la claridez del día me abandona y me deja sola en este mundo mientras que la oscuridad de la noche me acecha. Tengo miedo de que esa oscuridad me atrape, debo correr más rápido, aun mucho más, pero mis piernas, ya no las siento, no me contestan. Debo levantarme y seguir corriendo, se que debo hacerlo, debo alcanzarlo, ese pequeño rayo de luz que se aleja de mi. Estaba tirada en un bosque, embarrada y totalmente mojada. Tenía frío y más que nada mucho miedo, no quería quedarme allí. ¡Debo escapar! Gritaba, en un débil intento por pedir ayuda. Debía internarlo de nuevo, tengo que levantarme. No me contuve y lancé gemidos de dolor, junto con un mar de lágrimas. Escuché sus pasos, estaban acercándose muy sigilosamente y comenzaron a susurrarse entre ellos. Me habían rodeado, se encontraban tras los árboles, cubiertos por esa tétrica oscuridad tan profunda. ¡Oh no! ¡Mi rayo de luz! ¡Me acaba de abandonar!

¡Nooooo! Grité, extendiendo el brazo hacia el horizonte, donde los árboles ya no eran tenebrosos. Agaché la cabeza, sin importarme que se embarre con lodo mi rostro. Esto ya estaba enfureciéndome, ¿¡por que!? ¡¿Por qué todos mis esfuerzos fueron en vano?! Volvió a tronar aun más fuerte de los que mis oídos hubieran soportado, e hice una mueca de fastidio, sentía demasiado dolor en todo mi cuerpo para levantarme y lanzarme a correr de nuevo. Una nueva lágrima reapareció en mí, era una lágrima de impotencia, de rabia. El rayo cayó, cegándome los ojos por todo su esplendor, no era precisamente mi añorado rayo de luz, pero sentí como me brindaba calor, a pesar de que ya perdía el conocimiento por mi cuerpo que estaba congelándose. No podía distinguir bien, la vista se me tornaba borrosa y la cabeza me daba vueltas. Creí haber visto a ese rayo caer frente mió, levanté la vista nuevamente, entrecerrando los ojos para aclarar mi visión. No era lo que me esperaba observar, ¿acaso ella era uno de ellos? Estaba parada enfrente de mí cruzada de brazos, mirándome con una mirada asesina de desprecio. ¿Quién rayos era ella? Intenté hablarle o inclusive pararme pero ni mi boca ni mis brazos me respondían, solo logré tartamudear cosas incoherentes, sin sentido. Pero estaba desesperada, ya no importaba quien era ella, ¡necesitaba que me ayudara lo antes posible! Creo que tal vez ella entendió mi desesperación por que suspiró con mucha resignación largo rato, sin embargo se arrodilló y acercó su rostro al mío. Recién pude darme cuenta de que seguía lloviendo y ella no se mojaba en lo absoluto, pero no me importó me costaba aun más pensar teniendo su cara cerca de la mía, irradiaba luz como aquel rayo de sol, por que me sonreía demasiado tiernamente de la que alguna vez alguien me sonrió en la vida. Acercó un poco más su rostro al mío, ¿acaso lo que esperaba era un beso? Simplemente me susurró al oído:

_No te preocupes, yo siempre estoy protegiéndote.

Se alejó de mí, y me extendió su mano. Con mucha dificultad la agarré, sabiendo que era imposible que me ayudase a levantarme. Pero de un solo tirón ella me puso en pié, sin soltarme de la mano. No, ella definitivamente no era de ellos, ni un centímetro de su cuerpo delataba oscuridad, era un ángel, poseía mucha mas luz de lo que hubiera podido pedir.

_Michiru, ¡Michiru!_ me gritaba aquel ángel_ ¡¡¡¡¡Michiruuuuu!!!!!

De repente mi compañera estaba a lado mío mirándome extrañada.

_¿Pero que rayos pasó?_ pregunté, como acción de sorpresa._¿Y-y mi ángel?

Se largó a las carcajadas, mientras yo miraba a ambos lados buscándola.

_¡Señorita Kaioh! ¡Señorita Kaioh!

_¿Eh?

_Estamos en clase señorita Kaioh_ protestó el profesor.

Confundida volví a mirar a ambos lados y recién me di cuenta de que ya no era un bosque, desgraciadamente era el salón de clases.

_Oh no_ suspiré. Prefería el bosque tenebroso, definitivamente allí había menos oscuridad que el salón. Luego de pensar un rato, llegué a deducir que solo fue un sueño. Ya se que mis deducciones no eran brillantes, pero aquello lo viví tan real. Recuerdo como sentí el tacto de su mano y su respiración cuando acercó su rostro.

Mi rutina de días de la universidad continuó como siempre, todo tan aburrido. De vez en cuando, en las distintas clases que tenía en ese día pensaba en ese ángel, tan reluciente y bello… ¿Aquel ángel, acaso me quiso besar y se arrepintió? Luego pensaba en lo hermoso que hubiera sido ese beso, pero, el ángel, ¡era un chica! ¿En qué rayos estaba pensando? ¿Besar a otra mujer? Intenté quitarme la imagen de mi cabeza pero muy adentro de mi ser sabía que ese ángel me había gustado.

Caminaba por la entrada de la universidad, para volver a mi departamento, suspirando por lo estúpida que soy en fantasear con una mujer, y quedarme dormida en clases. Pero tenía que sacarme esas ideas de la mente, y ponerme a pensar en lo importante, mañana… ¡Mañana! ¡Mañana es el examen de violín y aun no he practicado! Suspiré de nuevo, imaginando que hoy será un día largo. Pasaba por el campo de deportes de la universidad y vi que alguien me saludaba a lo lejos. Me detuve a mirarlo bien, me pareció no haberlo conocido. Se acercó a mi con una sonrisa ilusionada aun cuando vio mi expresión de confundida.

_Michiru, ¡hola! _Me dijo desde unos metros aún acercándose.

¡Que idiota! ¡Como no me di cuenta!

_Michiru, ¿estas bien?

_Drake… tu...

_No Michiru, ya lo aclaré, tu me gustas demasiado, y pienso luchar hasta que aceptes salir conmigo._Dijo muy seguro de sí mismo. Desde ya el año que comencé a estudiar, un estudiante dos años mayor se me ha declarado, y no me ha dejado de molestar desde entonces. Para mi, es algo molesto, no es que me caiga del todo mal, pero nunca se me ha cruzado por la cabeza ponerme en pareja o inclusive salir. Él se llama Drake Osword, y se destaca por ser un az con la guitarra eléctrica. Definitivamente no somos compatibles, no, mejor dicho, no soy compatible con nadie; me cuesta tanto hablar jovialmente con mis compañeros, es mi problema personal, mi gran timidez. La considero como mi inocencia pero se que me traerá problemas, al menos cuando me quede tiempo para pensar en una pareja.

_Ay, lo siento Drake, tengo que volver a mi hogar para estudiar, nos vemos luego_ intenté cortar la pequeña conversación entre nosotros lo más antes posible. Apresuré el paso, pero muy poco para que casi no se note. Y por fin pude estar aliviada, ¡ahora tengo que enfocarme en los estudios! ¡Nada de distracciones!

Aun más aliviada me sentí cuando salí completamente de la universidad. Mi diminuto departamento quedaba a unas ocho cuadras de allí, pero tenía que pasar por el centro de la ciudad, y eso me llevara media hora por lo menos. Al pasar por los negocios, un gran grupo de chicos adolescentes me observaban muy divertidos, algunos chiflaban y otros solo se dedicaban a gritarme palabras bonitas. Creo que me ruboricé hasta el último centímetro de mi piel, por que sentí como mi calor se concentraba en mis mejillas. Muy vergonzosa apresuré más el paso, mirando hacia cualquier lado. Escuché una risita muy tímida detrás de mí por lo bajo. Giré inevitablemente la cabeza para mirar, pero no había nadie, solo un pareja de ancianos que caminaban muy despacio lejos mío. Sin querer me detuve a mirarlos, por la ternura de aquellos, me preguntaba si ya era tiempo de buscar a alguien que me quiera y me abrase todos los días…

_¡Si solo supiera lo que estoy buscando!_ dije casi gritando ¡Oh no! ¡Se supone que los pensamientos deben quedar en la mente! Pensé en voz alta, otra vez sin querer. Lastimosamente mi intento por pasar de desapercibida no sirvieron, las personas comenzaron a pasar y a mirarme con extrañas muecas. ¡Que idiota soy! Sin embargo, un grito llamó mi atención.

Era un llamado de auxilio de un joven que resonaba por los edificios a unas cuadras de donde me encontraba. ¿Por qué siempre mis impulsos me dominan? Salí corriendo hacia el origen del grito, lo más rápido que pude, sin darme cuenta de que llevaba mi violín tan cuidado en mi espalda. Estaba agitándome mucho, por que pareciera que quedaba aun mucho más lejos que unas simples cuadras. De un instante en mi mente me acordé de mi extraño sueño, de cómo corría por escapar, pero ahora lo veía diferente, esta vez era yo quien corría hacia la oscuridad tratando de alcanzarla. Agité mi cabeza y seguí corriendo para saber que sucedía. ¿Acaso iba de chusmeta? Pero yo no soy así… Si, sabía perfectamente por que iba allí, no se como pero sabía que me necesitaban.

Por fin llegué allí. Era un callejón sin salida totalmente sombrío y oscuro. Una punzada atravesó mi pecho, y me hizo retroceder unos pasos hacia atrás. El hombre estaba en el muro que encerraba al callejón, y estaba totalmente espantado con la respiración muy acelerada. Luego de unos instantes me percaté de a quien miraba. No se si la palabra humano lo describía, era casi imposible que una persona irradie tanto frío a su alrededor. Lo observaba de espaldas, él miraba al hombre. Tenía una gran capa violeta, y su cabello era completamente negro. Sé que tengo que hacer. Dejé el estuche de mi preciado violín apoyado contra una de las paredes, muy sigilosamente. Me paré bien firme y mi mirada se tornó seria. Mi sombra me delataba, por lo que esa “cosa” se volteó a mirarme. Tenía la mitad de la cara con graves quemaduras y unos ojos rojos que miraban con odio. Como supuestamente una persona normal actuaría se espantaría o se largaría a correr bien lejos, escapando. Pero me quedé allí y antes de que trascurriera medio segundo abrí mi pequeña boca…

_¡Maremotooo!_ grité bien fuerte, elevando mis brazos y lanzándolos hacia delante, guiando al agua. Una gran ola de agua, pareciera sacada del mar, golpeó al enemigo e hizo que cayera al piso. Creí que eso sería suficiente, pero estaba equivocada. Él se levantó muy lentamente riéndose a carcajadas.

_Creo que mi víctima del día de hoy será una linda muchachita muy rebelde_ dijo muy seductor y tranquilo. Y fue cuando recién me di cuenta en el problema que me metí. Se me abrieron los ojos del susto. Debí haberlo hecho como en mi sueño, debí haber corrido, o mejor no haber atendido al llamado desde un principio. Estuvo a punto de lanzar algún extraño conjuro, por que comenzó a dictar algunas sílabas pero otro grito lo interrumpió.

_¡Revolución de muerte y renacimiento!

Unas pequeñas cintas moradas comenzaron a surgir de la nada, prolongándose hasta donde estaba él y lo atrapaban muy rápidamente. Esas cintas que lo cubrían se fueron expandiendo y por los huecos comenzó a salir humo, pareciera que las cintas lo quemaban. Comenzó a gritar mientras que de a poco todo su cuerpo se quemaba, en un abrir y cerrar de ojos solo quedaron las cintas tiradas en el suelo que también desaparecieron dejando un rastro de pequeños destellos violetas. Seguí los destellos por un largo camino con la vista. Atrás mío estaba una pequeña adolescente muy linda, con un hermoso y delicado vestido violeta. Le sonreí al creer que lo que llevaba puesto era un disfraz.

Me había olvidado completamente del hombre asustado, le devolví la mirada aun con mi sonrisa, pero como es comprensible, se alejó corriendo de mí.

_Tu… Tu lanzaste un ataque de agua_ dijo la niña mientras se acercaba a mi_ deberías saber que eso no es normal._ continuó con la expresión aun más amable.

_Lo siento pequeña, no se que es lo que hayas visto_ dije intentando aparentar que nada ocurrió.

_No, tu tienes poderes, que no cualquiera tiene, y no necesitaste de alguna transformación previa para usarlo.

_De veras pequeña ni idea de que me hablas, lo siento pero tengo muchas cosas por hacer y ya está anocheciendo.

Tomé rumbo hacia la salida del callejón para ubicarme y seguir caminando hacia mi casa. Pero ella me agarró del brazo con mucha firmeza.

_¡Michiru Kaioh si estoy equivocada con lo que acabé de ver, entonces dime que haces aquí! ¡Dime por que saliste corriendo en ayuda de una persona a la que ni conoces!

Quedé totalmente paralizada al escuchar mi nombre, ¿quién era ella? ¿Cómo sabía mi nombre? ¿Y como sabía que salí corriendo para ayudar?

_La de la risita, eras tu._ susurré algo desconcertada.

_Jiji, ¡lo siento, pero inevitable no reírse viendo tu expresión! ¿Tanta vergüenza te da eso?_ se rió la pequeña. La miré con una mirada asesina para advertirle que pare de reírse. Entonces… ¿ella me estaba siguiendo?

_Me presentaré, pertenezco a la familia real, soy la Princesa de Saturno, y ese es mi planeta guardián, además de mi deber de proteger a Tokio de Cristal.

_¿Que?_ simplemente esa fue la única palabra que logró salir de mi boca.

_Tienes poderes que no son normales en cualquier humano Michiru, y veo que de eso ya te diste cuenta hace rato, hace rato también que te observo muy de cerca. Tu, Michiru así como eres, ¡tienes un gran potencial y un gran corazón! Déjame presentarte a una persona, otra princesa, como yo, la Princesa de Neptuno, su elemento es el agua y es una experta manejándola. ¡Ella puede enseñarte, a como usarlo, a ese poder!

_Oye niña_ dije firmemente, pero tratando de no asustarla_ esto es una broma de muy mal gusto, deberías aprovechar tu tiempo libre en otras cosas que jugándole bromas a los mayores.

Ella suspiró bajando la vista, parecía algo cansada y luego volvió a mirarme mucho más seria de lo que una niña puede serlo.

_No, no es broma. Si esto te parece una broma de mal gusto, dime entonces que si crees lo de aquel monstruo. Dime también que ese maremoto que provocaste era una broma.

_¡Ese no es el tono para hablarle a un mayor!

_Michiru, tampoco ese es el tono para hablarle a una princesa. Cuando decidas creerme, y aceptes que no eres normal solo provoca otro maremoto más, y sabré que me estas llamando. Piénsalo bien, puedes salvar a otras personas como lo acabas de hacer, y se perfectamente que es lo que quieres hacer, proteger a las personas._ Me sonó tan real y serio lo que esa niña me dijo que en un momento hasta creí que esto pueda ser verdadero y que exista una princesa que protege a Saturno. Pero… no, ¡no! ¡Definitivamente estoy loca! ¡Mi vida siempre ha sido tan común y ordinaria, por que yo tendría algo de especial! ¿¡Desde cuando fue que yo acepté tener este poder!? ¿Qué es todo esto? ¡¿Qué es lo que está pasando?! ¡No! ¡No, esto no es real! Debo, debo ir a mi departamento, a estudiar y continuar mi vida. Pensé en que decirle a la niña para que me dejase en paz, pero cuando volteé para cortar la charla, ella ya no estaba. ¿Eh? ¿Dónde se metió? Puff que niña mal educada. Volví a mirar a ambos lados y no había absolutamente nadie cerca. ¡Ay no! ¡No de nuevo! ¡Ya es de noche! Me fui corriendo hacia mi departamento, antes de que se vuelvan las diez de la noche. Estaba tan confundida, ya no se distinguir entre lo real y lo no real. Mi poder, como lo llamó la niña es real, lo se; pero… ¿y ella, y esas cintas moradas? ¿Acaso ella es alguien como yo? ¿¡En qué estoy pensando!? Por fin llegué a la puerta de mi departamento, seguramente cuando esté en mi casa ya me distraería de todo esto. Busqué en el bolsillo de mi saco las llaves y abrí la puerta muy apresurada, me encontraba muy exhausta de mi día tan largo. Arrastrando los pies me dirigí directo a mi cama y me acosté boca abajo. Aun que estaba muy cansada, algo extraño sentía, una sensación… ¡No! ¡Mi violín! ¡Y el examen! Salté de mi cama muy tensa y busqué por donde había dejado mis llaves para ir a buscarlo, pero algo me distrajo. Al costado de la puerta estaba el estuche, negro, mi estuche donde guardo mi violín. Suspiré tan aliviada, por momentos sentí que mi corazón se paraba del miedo de llegar a perderlo. Muy despacio fui hasta donde se encontraba y lo tomé muy delicadamente con mi sonrisa, que solo se la dedico a mi única pasión, mi amado violín. Lo llevé aun guardado en el estuche hacia la terraza, donde tenía una vista hermosa de toda la ciudad de noche. Me encantaba tocarlo, al violín, en mi terraza con la vista de noche, por que sentía que toda la ciudad alumbraba sus luces solo para mí, y era la única forma de que no me sintiera sola. Pero al llegar a la terraza, por fin reaccioné. ¿Cómo es que llegó el violín a mi departamento? ¡Este no es mi violín! Desesperada abrí el estuche, y tenía hacia el lado derecho una “M” marcada muy detalladamente. ¡Si era mi violín! Pero entonces… Volví a suspirar, este día si que ha sido muy extraño. Sin preocuparme comencé a tocar una melodía muy tranquila y suave. Lo necesita, necesitaba relajarme un poco. Estaba en la mitad de la canción pero de repente paré de tocar, algo llamó mi atención, en el estuche, por la parte de adentro, había algo de color blanco que resaltaba. Lo acerqué a la luz para poder ver mejor y era un trozo de papel. Lo miré  de arriba abajo, de costado a costado y no había nada, solo estaba en blanco. Solo unos segundos después se me ocurrió dar vuelta la hoja. Tenía algo escrito, muy hermosamente escrito. Las letras parecían dibujadas tan hermosas y detalladamente, que me quedé observándolas sin leer lo que decía. Una oleada de viento revolvió mi cabello y pude sentir del papel un hermoso perfume, tan delicado y femenino, ¡ese perfume no era mío! Desperté de mi pequeño shock y miré de nuevo el papel.

“No te acerques a la niña, tu no lo necesitas, por favor lleva una vida normal”

¿Eh que rayos es esto? ¡Ya estoy harta! ¡No entiendo nada de lo que sucede aquí! ¡¡¡¿Quién me escribió esto?!!! Con una mirada fatal, me dije a mi misma, al demonio con todo esto, veremos que pasa. Dejé a mi violín en su estuche, y de nuevo me paré bien firme en la terraza. Muy decidida miré al cielo, amaba esas noches en las que las estrellas también parecieran que me alumbraban.

_¡Maremoto!_ grité bien fuerte para que aquella niña pudiera escucharme, y una gran ola de agua arrasó en el cielo, quedándose en la nada.

Volví a escuchar esa risita muy tímida de hoy a la tarde atrás mío.

_¡Sabía que aceptarías! ¡Me hace muy feliz!_dijo muy contenta.

_No te ilusiones, solo lo hacía para averiguar si era una broma_ gruñí ya de mal gusto.

_¡Y ya vez que no es así! Y como me llamaste no desperdiciaré el encuentro, ¡te llevaré ahora mismo!

_¿Eh? ¿A dónde?_ pregunté desconcertada.

_¿Ay no te acuerdas? Te dije que la  Princesa de Neptuno te entrenaría para que puedas salvar a las personas…_ parecía que iba a continuar parloteando pero desvió la mirada hacia mi mano, donde aun sostenía el pequeño trozo de papel_¿Y eso?_ antes de que me diera cuenta lo agarró de mi mano y se lo acercó al rostro, después de que lo leyera, me miró con el ceño fruncido_¿Quien?

_¿Qué cosa?_ pregunté distraída.

_¡Que quién te lo escribió!_ me dijo casi gritándome. ¿Acaso estaba enojada por eso?

_No lo se, cuando vine a mi departamento me olvidé el violín pero lo encontré apoyado en la pared con esta nota.

_Pues seguro alguien estaba jugando, no le des importancia. ¿Lista?_ me preguntó muy ansiosa, mientras me tomaba de la mano.

_¿Para qué?_ pregunté muchísimo más confundida.

_¡Tontita! ¡Te llevaré al planeta Neptuno!

_¡¿¡QUÉ!?!_ grité muy asombrada. Pero no pasaron minutos que terminé de hablar aquellas cintas moradas me rodearon por todo el cuerpo. Antes de que pudiera pensar en algo ya dejé de estar en mi añorado departamento. Lo primero que vi fue el suelo, totalmente de hielo resistente, y brilloso. Atemorizada por saber lo que me esperaba subí muy lentamente la cabeza y la mirada. ¡Era todo de hielo! ¡Absolutamente todo! ¡Las paredes, el suelo, los muebles! ¡Todo! Tan asombrada estaba que ni me di cuenta de que la niña seguía a mi lado, sosteniéndome la mano, seguramente por las dudas de que me desmaye.

Todo, era tan hermoso… Parecía un castillo de los que aparecen en los cuentos de hadas. Era un sueño, pero un hermoso sueño, no quería despertarme.

_¿Dond- dónde estamos?_ pregunté no muy segura.

_En el palacio de Neptuno, donde vive la Princesa de Neptuno.

_¿La princesa?

_¡Si! ¡La princesa! ¡Ahora mismo la conocerás!_Me dirigió una sonrisa de entusiasta. Yo me preguntaba en mi mente que era lo que le emocionaba tanto, pues todas las sorpresas parecían estar dedicadas para mí este día._Rápido, corre_ me dijo mientras empezó a correr hacia una de las grandes puertas del salón, también de cristal. Tuve que empezar a correr por que ella aún no me soltaba de la mano.

Y llegamos hacia donde estaba el trono, pero a un costado se hallaba el centro de la atención. Allí estaba la Princesa de Neptuno, tan o más hermosa que todo el palacio entero…

Notas finales:

Awww medio emocionada la princesa de saturno no creen? xD Pues ella si es sailor saturn, y a la vez la princesa de Saturno n.n Solo que su personalidad no concuerda mucho con la del anime y manga....


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