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Antifaz por mOny-san

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Notas del fanfic:

Los personajes bla bla bla 


La historia 100% mia~ 

Notas del capitulo:

Bien, pues no se porque diablos estoy subiendo esto desde ahora si tengo mucho que actualizar -no ha avanzado nada- ademas, es la primer vez que intento con algo como esta pareja, dios~ ¡¡es la primera vez que escribo de esta pareja!! y gracias a ella ;;

Pero bueno~ todo sea por la maldita de Katy, que porque si ella no me lo pide no lo hubiese esrito asi que si, esto es dedicado a un 100 para ella, para que vea que si la quiero~ ;;)9

Espero les guste a todas las que leen y porsupuesto que espero que a ti tambien Katyha que sino te pegare, y asi~ êwê

Abajo~...

 

Capitulo Unico...

 

“Invitación…”

Una sala para nada calmada, con aquellos músicos ruidosos, con el compañerismo al límite pero con lo más importante, personas tan trabajadoras… en algunas ocasiones. Había estado pensando en como darles a conocer aquella idea que uno de sus amigo le había ofrecido, y no es que no le gustara, sino que aquello no le parecía para nada divertido.

 

Frunció el ceño, si, lo sabia, la ocasión y día lo ameritaban, pero para nada iría de una manera ridícula a aquel lugar y mucho menos cuando se lo habían dado a conocer tan solo hace unos cinco minutos. Chasqueo los dientes mirando una vez más el celular. Diablos, solo a ese guitarrista se le había ocurrido la idea, y bien, sabia que tal vez el no tenia la culpa pero demonios, aquellos dos se las pagarían.

 

- ¿Pasa algo, Kazuki?

 

Kazuki solo negó ante aquella delicada voz. Sus ojos se cruzaron solo regalándole una sonrisa boba, suspirando de tan solo verle y el otro, solo pensaba que aquel suspiro no era nada más que de resignación, como siempre.

 

- Maldito Hitsugi… - suspiro una vez mas, los otros solo le miraron con la ceja alzada – se lo que me dirán pero, bueno, ya le confirme asi que nos vemos a las ocho en casa de Aki de SID. -

 

- ¿Perdón?

 

- Ahh, sé que me mataras pero, es una fiesta de disfraces y hay que ir como tal.

 

- ¡¿Acaso eres idiota?! - El guitarrista solo cerró los ojos al ver aquella cara del vocal – Mira Kazuki, no hay el maldito tiempo para conseguir un jodido disfraz, ¡¡donde piensas que podre rentar uno ahora!! –

 

Kazuki agacho la mirada al ver aquella desaprobatoria de los otros cuatro, y aunque una le mirada alarmado sabia que estaba en problemas. No tuvo más escusa que dejarles salir antes, unas horas solamente para que tuvieran el tiempo necesario de ir a rentar un traje decente y a su medida.

 

Corriendo bajo al estacionamiento después de dejar aquella papelería al manager, pasando casi empujando a algunos que iban con la misma prisa, pero, se detuvo al instante, aquello que veía recargado en el cofre de su carro era de lo más mono, con aquellas gafas oscuras cubriendo sus rasgados y hermosos ojos cafés, mirando su celular con insistencia, moviendo su pierna desesperadamente.

 

Y el, a pesar de que su rostro fingía mirar al frente, realmente sus ojos habían visualizado aquella silueta agitada de Kazuki entrar al estacionamiento. No sabia incluso como rechazar la invitación anterior, como decirle “no” sin que se sintiera tan estúpidamente nervioso y molesto a la vez, porque le molestaban esas fiestas, estaba en contra de que el otro guitarrista fuera a alguna si sabía que los demás eran unos mujeriegos de primera. Y a pesar de que sabía que Kazuki tenía que conseguirse a una buena mujer, no dejaba aquella idea de que alguna vez le fuera a corresponder.

 

- Nabu chan, ah bueno… - rasco su cabellera nervioso – ¿has olvidado algo? –

 

- N-No realmente.

 

Manabu agacho la cabeza mirando al suelo, como decirle que no iría a la dichosa fiestecita sin que su molestia saliera a la luz, como decirle que realmente si quería ir para ver al verdadero Kazuki, para martirizarse observándole como era que tal vez conquistaba a más de dos chicas en una sola noche.

 

Y el más alto no perdía de vista cada detalle del otro, aquel cabello largo completamente lacio, su mano apretando fuertemente el celular. Porque negar que aquellas muecas que hacia Manabu no le encantaban, como quería decirle que fueran juntos a la dichosa fiesta sin escucharse tan jodidamente nervioso. Trago saliva con el simple hecho de ver como los labios del otro comenzaron a moverse.

 

- Kazu, yo, no puedo ir a la fiesta… - desvió su rostro al lado contrario, quitando sus gafas.

 

- ¿Qué? Pero… ¿porque?

 

Como decirle que no quería estar un minuto más cerca de él, como diablos ocultar aquel sentimiento que le embargaba con tan solo escuchar su voz. Solo se dispuso a morder su labio y a negar lentamente con la cabeza.

 

- Si, si no tienes un disfraz no importaría. – su voz sonó tan desesperada que pudo notar la sorpresa en Manabu – Digo, pero pues si no quieres ir, por mi está bien… -

 

Kazuki solo vio como una sonrisa triste se asomo en aquellos labios. Quería rogarle, pedirle, si por el fuera de rodillas que le acompañara, quería realmente ver hasta donde llegaba aquella imaginación de su guitarrista en llevar algún maravilloso disfraz. Sin duda, las palabras que no había querido decir habían hecho sentir mal al otro.

 

No escucho ningún adiós o hasta luego por parte de Manabu, solo vio como es que se alejaba y subía rápidamente al que era su coche.

 

 

“Disfraz…”

Sus manos bajaban por sobre la piel del otro, delineando cada contorno de su delgado abdomen. Aquella entallada ropa no era para nada su tipo y aunque había hecho bastantes cambios en el maldito disfraz no había encontrado uno que le gustara.

 

La modista tomaba una medida exacta con la ayuda de aquella larga cinta métrica, su abdomen, pecho, y caderas, marcando con un pequeño lápiz blanco donde tenía que volver a cocer. Kazuki solo fruncía los labios, ¿Cuánto tiempo tenia que esperar para que aquel maldito chaleco quedara a su medida? La chica solo reía.

 

- No desespere, es cuestión de pasarla por solo unos cinco minutos en la maquina y listo, podrá llevárselo.

 

- ¿Quedara a mi medida? – la mujer solo asintió con la cabeza.

 

Aquel traje no era para nada de su gusto, aquel maldito corbatín blanco lo comenzaba a odiar, pero, vaya, no es que hubiera otra mejor cosa en aquella tienda, y no es que precisamente hubiese pasado a casi todas la que conocía.

 

Se dispuso a esperar aquellos cinco largos minutos, para casi salir corriendo del lugar después de haber tomado su nota. Incluso su coche había quedado mal estacionado. Manejo como le permitieran aquellos neumáticos y en cuestión de minutos se encontraba estacionando el coche fuera de su casa.

 

En todo el camino no quiso abrir el celular, ni a hacerles caso a aquellos miles de mensajes que su vocal de seguro le había mandado. Y efectivamente al abrirle no había más que palabras amenazantes en cada pequeño párrafo que leía.

 

- Maldito Byou…

 

Y con aquello y una bondadosa maldición guardo el aparato dentro de su pantalón, saliendo del coche sin dejar de mirar como era que el sol prácticamente se ocultaba. No pudo reprimir aquellos pensamientos que le habían rondado por unos segundo, viéndose el y el otro guitarrista en la fiesta divirtiéndose de lo mejor.

 

Como quiso que Manabu le llamara pidiéndole la dirección exacta de Aki, que le dijera que se verían haya o que le pidiera que pasara por el. No negaba que tenía la necesidad de verle por lo menos unos segundos, de escucharle aunque fuera por teléfono. Quería disculparse por las palabras anteriores, decirle que verdaderamente le encantaría que fuera con el, como su acompañante, como pareja de baile si es que fuese posible.

 

Trato de olvidar aquello por unos momentos, no quería quedar mal con los demás y mucho menos con Aki o Hitsugi, realmente estaba ansioso de poder verles, ¡llevaba tiempo por el trabajo que no convivían! Extrañaba esos momentos donde todos junto al guitarrista pelinegro de GazettE se perdían en el alcohol mismo, despertando al otro día en diferentes lugares del suelo de la casa del mismo Chiyu, y no es que ese bajista de SuG fuera una perita en dulce, porque prácticamente él era el que tentaba a salir de fiestas los fines de semana.

 

Suspirando dejo aquello de lado, sintiéndose la peor basura, no sabia que era lo que le encantaba del otro, que era lo que hacia que llamara su atención, pero si de algo estaba seguro era que aquel guitarrista le gustaba y mucho.

 

“Cosmetics…”

Prácticamente no sabía como comenzar. ¡No conocía a absolutamente nadie! Si bien, Byou había sido el único que le había llamado para decirle que iba disfrazado del típico vampiro y Jin al ir con el, prácticamente había sido arrastrado a utilizar uno igual. Conocería a sus amigos de parranda, y no es que precisamente el disfraz fuera de lo mas normal, no, si no que aquellos eran unos muy buenos anfitriones en cada lugar.

 

Corrió rápidamente a donde Hitsugi, ese maldito que llevaba el disfraz que había utilizado para Halloween junky orchestra” aquel grupito que de momento a otro Hyde había realizado. Pudo distinguir a ese maldito oso y Hyde con un traje que prácticamente le sacaba unas cuantas risas y que decir de la belleza que presentaba Aki, ese maldito con aquel vestido blanco, entallado y con  bastantes encajes, aquel maquillaje que le hacia ver realmente lindo.

 

- Hey tu, maldito ven aquí…

 

Y si, sabía que se lo encontraría, pero no hubiese querido que fuera tan rápido.

 

- Ya me disculpe contigo. – chillo el guitarrista.

 

- ¿Y tu crees que con eso puedo estar tranquilo?

 

- Vamos Byou, Kazuki te ha dicho que lo siente.

 

- Tu cállate Jin, además tu deberías de estar de mi lado y no de la de ese maldito.

 

- No entiendo como es que puedes salir con el… - comento el guitarrista – eres mi ejemplo a seguir, Jin chan…

 

- Byou es un amor, solo que tiene sus días insoportables.

 

- ¡Jin! – regaño.

 

- Ya, ya, esta bien, me callare.

 

Kazuki solo rio ante aquel abrazo que Jin le daba a su vocal. Realmente le admiraba, y es que Byou no era de esas personas que fueran los más fieles ni los más cariñosos, pero Jin había sido el único que ocupaba la cabeza del rubio, y eso todos lo podían notar, absolutamente estaban seguros que Byou no vería a nadie mas que no fuera al baterista.

 

No vio a su amigo bajista por ningún lado y es que era de esos que no les gustaba tanto el tumulto y que precisamente era de lo mas seguro el que no le viera ni por un segundo en la dichosa fiesta.

 

- ¡Hey Kazuki!

 

Y solo sintió como un oso gigante se arrojaba a su cuerpo en un abrazo.

 

- Pesas, pesas~…

 

- Oh vamos, ni que fuera tan gordo.

 

Kazuki solo rio ante el puchero que hacia el otro. Se dispuso a dejarle solo y caminar para ver si encontraba a alguien mas, no fue hasta que visualizo tantos maquillajes, tanta gente que sintió desmayarse, mujeres enseñando tanto atributo y hombres mas que bien disfrazados. No iba a mentir, pero cada que giraba a ver a algún lugar se encontraba con cada mujer hermosa, típicas invitadas del vocalista de L’arc en ciel.

 

La música de un momento a otro comenzó a sonar, reventándole los oídos. Era maravilloso como a pesar de que no era un lugar muy grande se viera bastante espacioso, que cada pareja pudiera moverse al ritmo de la música sin chocar. Su antifaz no le permitía ver muy bien y las luces apagadas mucho menos.

 

Solo sintió como varios cuerpo chocaban contra el suyo y como uno de ellos le enviaba un aroma bastante conocido. Tratando de recordarla giro hacia varios lados, buscando aquel perfume, no hasta que sus ojos se toparon con aquel que caminaba despacio, evitaba a la gente de la “pista” y salía del lugar hacia donde pudiera tomar aire fresco.

 

Dios, reconocería esa afilada cara a pesar de que aquellos ojos estuviesen cubiertos con la mascara completamente llena de polvos dorados y platinados.

 

- ¡O-Oye! –Kazuki aclaro su garganta, a pesar de estar fuera su voz se escuchaba distorsionada.

 

Por supuesto que giro, y aunque tal vez el llamado no era para el, atendió. Sus ojos se cruzaron con unos grises, con un cuerpo alto y aquel cabello largamente castaño amarrado en una coleta descansando en su hombro. No dudo en pensar que aquello que llevaba aquel traje antañero en colores café y azul fuera de lo más perfecto, que aquella espada que llevaba en la cintura le quedara de maravilla.

 

Manabu solo opto por quedarse parado, por esperar a aquel que se acercaba. Y es que Kazuki no podía distinguir muy bien entre aquel traje y esos cabellos largamente rizados acomodados a lo alto y de medio lado. La altura era tan parecida, pero la plataforma de las botas le hacia dudar. Sus labios eran idénticos pero esos ojos verdes le decían que no podía ser. Su maquillaje era impecable pero incluso no distinguió ni sus manos a causa de los guantes en color blanco.

 

- ¿M-Manabu?

 

El guitarrista solo se quedo intacto, sorprendido, sabia que lo que llevaba puesto era perfecto para que no le reconocieran, incluso había pasado frente a su vocal y el muy maldito ni una mínima palabra, vaya, le había mirado, sintió esa maldita mirada recorriendo su cuerpo por completo, pero estaba tan ocupado con el baterista que incluso ni este cuando levanto la mano le saludo.

 

Solo se limito a negar lentamente con la cabeza confundiendo a otro guitarrista.

 

 

“Sin negaciones…”

Había logrado zafarse de aquella situación algo incomoda, había hecho una inclinación disculpándose. No conocía a aquel que le había llamado, vamos, el sonido de la música no le permitía distinguir el tono de voz, pero, su nombre había sonado tan claramente, ¡había escuchado perfectamente como era que le llamaban! Pero es que no podía creerlo.

 

Se dispuso a no mirar a aquella persona directamente a los ojos, le había notado muchas cosas como el disfraz y largo cabello, la altura y como era que reflejaba una ansiedad de acercarse, pero no importo. Se dispuso a hacer una inclinación cordial y alejarse rápidamente para no levantar sospechas. Se apartó una vez más de la gente y comenzó a mirar hacia cualquier lugar.

 

- Donde estará…

 

Vaya, si, no lo negaría, estaba en esa maldita fiesta ocultándose de las personas con el simple hecho de torturarse, de asi poder ahora, darse por vencido. Un suspiro se le escapo de sus labios. ¿Dónde estaría su Kazuki? Porque diablos le buscaba si no se quería dar cuenta que Kazuki no era la persona que esperaba.

 

- ¿Buscabas a alguien?

 

Manabu se giro rápidamente, tragando saliva al ver a aquella persona tan de cerca. Tenia sus manos sobre sus hombros una vez mirarle de frente, tenia un ligero aroma a licor cuando intento acercarse más. Manabu trato de quitarlo de encima, desviando su rostro al sentirse algo intimidado.

 

- No, no buscaba a nadie – el guitarrista por fin quito las manos de aquel hombre de un jalón – si me disculpa… -

 

- ¡Espera linda! Que te parece si nos divertimos juntos. – El castaño largo abrió los ojos considerablemente al tener sus caderas ocupadas con las manos de aquella asquerosa persona, le empujo abruptamente logrando zafarse una vez más.

 

- Soy hombre, pedazo de imbécil. - Logro escapar, caminar rápidamente hasta estar algo alejado, pero cuando estuvo algo distraído, un tirón en su brazo le impidió cualquier movimiento.

 

Odiaba la terquedad de aquellas personas y no dejaría intimidarse más con aquel que anterior mente le había “acosado”.

 

- ¡Pero que…!

 

Todo había pasado tan rápido para el guitarrista. Había elevado su mano y estampado en la que suponía era la mejilla de su acosador, pero, nunca se imagino que aquel “hombre” caminara a lo lejos y que quien había recibido el golpe había sido aquella persona que anterior le había conocido.

 

No supo que hacer ante aquello, tal vez lo merecía pero no recordaba haberle hecho algo como para que aquella bofetada le doliera horrores. Manabu no sabía qué hacer, no sabía cómo reaccionar, incluso sin siquiera pensar que aquello molestara al otro, roso su mejilla con la yema de los dedos.

 

Su rostro, si no es por aquel antifaz, se vería completamente rojo, aquel carmín en sus mejillas le hubiese dejado en ridículo. La cercanía de Manabu, su mano, sus dedos, aquella caricia delicada que ejercía en su mejilla le impedía controlarse.

 

- L-Lo siento, yo… - Manabu tartamudeaba, si, era estúpido, pero de verdad que le había dado una inmensa pena al haber hecho eso y que decir de aquellos nervios que aquella mirada grisácea le provocaban – Yo pensé que era… dios, lo siento tanto… -

 

- Idiota, no te disculpes…

 

Manabu se quedó perplejo ante aquellas cuatro palabras, solo abriendo la boca sin decir completamente nada. Porque era que aquella mueca en los labios del otro se le hacía tan conocida, porque era que aquella manera suplicante al mirarle se le hacía tan parecida…

 

Negó rápidamente con la cabeza, agachando su mirada, no podía ser, no, aquel hombre no traía aquellos piercings que el alto guitarrista debería de llevar, esos ojos, aquel maquillaje. Porque era que ahora se veía mucho más atractivo así, con aquel disfraz que llevaba y aquel antifaz que le quedaba a la perfección. Kazuki solo le miro con una semi-sonrisa en los labios, completamente contento al otro haberle reconocido.

 

- Pensé que no vendrías.

 

- Y-Yo vine porque Byou me lo pidió. – Desvió la mirada – no es que quisiera venir, fue una orden.

 

- Pero yo soy tu líder. – Kazuki rio despacio.

 

- Pero Byou es el vocalista y es el…

 

Que hacer o cómo reaccionar. Había sido tan rápido, tan repentino que no sabía si corresponder a aquel abrazo que el más alto le daba. Por supuesto que ahora pudo distinguir su perfume al igual que Kazuki, por supuesto que escuchaban como el corazón de ambos trataba de salirse de su pecho, por supuesto que a partir de ahí ninguno de los dos sabría que decir realmente.

 

Y así fue, Kazuki no quería soltarle, necesitaba tenerle así aunque fuera por unos momentos más, a solas, entre sus brazos como desde hacía mucho lo deseo. Y qué decir de Manabu, este estaba que temblaba, sentía que si en cualquier momento que el otro le soltaba caería de rodillas haciendo el ridículo más grande de su vida.

 

- Perdón… - pronuncio de repente el más alto.

 

- ¿Eh…?

 

- Dije las palabras contrarias a lo que quería decir, en el estacionamiento…

 

Su voz la podía escuchar en su oído, su respiración chocar en la parte de su mejilla y cuello, sentía que sus labios se pegaban cada vez más, que incluso podía sentirlos rosar su piel. Kazuki no podía aguantarlo, ese olor de aquella colonia dulce del otro simplemente le hacía perder la razón, le hacía incluso, inimaginablemente desesperarse.

 

- De verdad quería que vinieras… - termino de decir finalmente.

 

- ¿Para qué?

 

- B-Bueno, como decirlo…

 

Esta vez fue Manabu quien roso sus labios sobre la mejilla izquierda del otro, quien dejó plantado un ligero beso en ella sin siquiera llegar a besarle realmente. Kazuki se apartó despacio, cerrando los ojos, controlando aquellas reacciones que aquello había logrado despertar en su cuerpo, principalmente en su rostro.

 

El más bajo pudo notar aquel temblor en el otro al separarle, pudo notar como era que sin querer Kazuki desviaba su mirada y rostro aparentemente como si nada hubiese pasado. Se quitó aquel antifaz dejándola caer al suelo, acomodando su peluca rápidamente de nuevo a un lado con una sonrisa. Le había descubierto.

 

- Quita tu mascara. – ordeno en voz ligera el más bajo con una sonrisa radiante. Kazuki negó rápidamente dando pasos hacia atrás cada que el otro se acercaba. – Anda Kazu~ quítala… -

 

Sus miradas se cruzaron. Kazuki estaba dispuesto a dejarle e irse de ahí rápidamente, por supuesto que le había puesto nervioso y más que eso, sin ninguna palabra coherente a la que pudiera contestar su pregunta. Como decirle que quería que fuera con él para estar por más tiempo juntos, para poder mirarle a cada segundo, para tenerle a su lado sin dejarle escapar. Eran estupideces cursis y estaba más que enterado de ello, pero realmente así lo sentía, y no lo iba a decir, era tan vergonzoso que pensaba además del rechazo del otro, saldría riendo por completas estupideces.

 

Pero Manabu le había detenido tomándole de la mano, se había dado cuenta de una reacción insignificante pero que le daban ánimos de ahora ir actuando poco a poco. Sabía que iba a incomodar al otro, que incluso tal vez recibiría un fuerte y certero golpe como el que él le había dado al más alto, pero no dejaría perder aquella oportunidad al descubrir que le había puesto realmente nervioso y colorado.

 

- ¿Para que querías que yo estuviera aquí?

 

- Y-Yo bueno…

 

Porque putas Manabu le hacía esto. Dios, no podía tenerle más cerca porque a decir verdad sus cuerpos se encontraban realmente unidos. Podía sentir la respiración del más bajo sobre sus labios, y aquella mirada contemplando la suya como si en ella fuera a encontrar la respuesta de todo. Pudo sentir los brazos de Manabu sobre su cuerpo, abrazándose poco a poco a su cuello.

 

Era inevitable, solo no podía dejarle ir en estos momentos.

 

- Yo quería que, bueno… toda la noche la quería pasar conti…

 

- ¡Hey maldito! Aquí estas.

 

Aquel grito interrumpió abruptamente las palabras de Kazuki, logrando que el más bajo le soltara de aquel abrazo con rapidez por el susto. Odio con toda su alma a aquel que le había gritado. Pero cuál fue su sorpresa de ver que aquel era ese maldito con disfraz de oso junto a una de sus tantas conquistas, si, suyas y no del guitarrista de Nightmare.

 

Manabu miro la escena sin entender nada, Hitsugi junto aquella hermosa joven quien llevaba tal vez uno de los disfraces más atrevidos. Los miro, a los tres y al notar el estado tenso de su guitarrista lo entendió todo. Aquella mujer debería de ser una de las tantas novias de Kazuki, de esas de las que tanto hablaba Byou.

 

- Kazuki kun, estuve buscándote… - aquella ligera y femenina voz asqueo al castaño.

 

- Michiru chan…

 

Por qué negar que Kazuki no sabía qué diablos hacer, porque negar que aquella mirada asqueada de Manabu le ponía más nervioso de lo que estaba. No iba a negar tampoco que se alteró al ver como el más bajo tenia las intenciones de irse.

 

- Nabu chan, espera.

                                                           

- Tu novia te llama…

 

- ¿Kazuki? – le llamo la chica.

 

El más alto no sabía qué hacer, ¿dejarla e ir detrás del otro y quedar como un verdadero patán? O quedarse con ella como debería de ser. Pero, tenía que averiguar porque aquella mirada de odio en Manabu hacia sí y a la chica. Simplemente no reacciono hasta que Hitsugi pidió a la chica que los esperara un momento para hablar, ella simplemente asintió y se fue.

 

- ¿Qué pasa contigo? – regaño a lo bajo al ver la frustración del otro.

 

- Manabu…

 

- Si lo sé, acaba de irse, ¿discutieron? – el más alto negó lentamente con la cabeza.

 

- Me gusta… - susurro, Hitsugi le miro sin entender, haciendo una mueca al comprenderlo después de unos segundos – Realmente le quiero… -

 

- ¿Qué diablos estas diciendo? Es un hom…

 

- ¡Lo se maldición! – Interrumpió con un grito negando con su cabeza repetidas veces – pero no puedo evitarlo. Cuando lo tengo tan cerca me pone tan nervioso, cuando me abraza ciento que muero, me tensa, me estresa tanto no poder decirle nada. Lo quiero… demonios, lo quiero tanto… -

 

La cara de Hitsugi era un verdadero poema, y no es precisamente porque el que el fuera uno de esos tantos homofóbico enfermos a casi querer matarle o discriminarle. Dios, dos de sus amigo eran pareja, Ruka y Yomi salían ¿y aun no podía acostumbrarse a ver dos hombres juntos? Sin siquiera dudarlo sonrió espléndidamente dando un golpe a la espalda del más alto.

 

- Yo me encargare de Michiru, solo ve y dile lo que sientes.

 

- ¿Perdón?

 

- Eso idiota, que vayas y le digas “Te quiero, me gustas” y esas cosas de novios. – Hizo ademanes con las manos - Yo le diré a Michiru que tu no le convienes, que eres un maldito mujeriego y que se busque a otro. –

 

- Pero yo no…

 

- Hay ya no seas niña y ve de una puta vez, ya verás que todo saldrá bien.

 

- Pero y si no…

 

- ¡¡Joder que te vayas de una puta vez a decirle!!

 

Kazuki solo le miro horrorizado, odiaba que el otro guitarrista gritase, y sin decir nada más se dispuso a caminar a tropezones, notando al frente aquel antifaz de diamantina, levantándolo solo le contemplo por unos segundos. Tal vez Hitsugi tenía la razón, tal vez era bueno el que le dijera de una vez por todas aquel sentimiento que embargaba por completo su cuerpo, sabía que un rechazo de su guitarrista le dolería, le mataría si fuese posible, pero ya no podía ocultarlo más, ya no podía estar negando aquel amor que sin duda sentía.

 

 

“Antifaz”

Estaba más que furioso, aquella rabia dominaba su ser por completo.  Aquella mujer era el tipo perfecto para Kazuki, alta, delgada, con una figura excepcional, con aquella mirada única. Se estaba odiando por esto, pero así debería de ser, para eso había asistido a la dichosa fiestecita, para conocer a la persona especial de su guitarrista, para darse cuenta que desde este momento no podía tener ni la mínima oportunidad de siquiera que el otro le mirase.

 

Paso a un lado de Byou y Jin, y por supuesto que lo conocieron ya que no llevaba el maldito artefacto que ocultaba parte de su cara. Le habían llamado, incluso había sentido como su vocal le agarraba de la muñeca. No tenía nada en contra de sus amigos y compañeros, pero tampoco quería estar con ellos ahora.

 

Salió rápidamente de la casa y camino unos metros adelante para encontrar su coche, todo se veía tan hermoso en la soledad de la calle, tan oscuro, solo notaba como algunas personas entraban y salían de aquella casa, el solo se dispuso a suspirar con frustración.

 

- Nabu…

 

Sin dudarlo siquiera un segundo giro rápidamente, topándose con la mirada del otro a pocos paso de su cuerpo. Con fuerza sobre humana se hizo el desinteresado, sellando por un momento aquellas ganas de arrojarse a abrazarle y golpearle a la vez.

 

- Tu novia es muy linda.

 

- ¿Por qué estás tan enojado?

 

Y ahí estaba esa faceta directa del más alto, aquella que en estos momentos Manabu odiaba. Como había sido posible que notara aun su molestia si sabía que su sonrisa era de lo más creíble, sin duda Kazuki le conocía muy bien. No dudo en sonreír realmente ante sus pensamientos.

 

- Hitsugi san me cae algo mal.

 

- No mientas Manabu. – esta vez Kazuki había notado como las palabras del otro habían sido tan mentirosa, como desviaba su mirada al suelo ocultándola. - ¿Solo quiero saber porque estás enojado? Yo necesito decirte muchas cosas pero, si no lo contestas no me ayudaras en nada. –

 

- No tenemos nada que hablar – dijo serio – además, un hombre no debe dejar esperando a su pareja, ella la debe estar pasando mal esperándote. –

 

- ¿Por qué sacas el mismo tema?

 

- ¿Acaso hay otro? – Manabu le miro con enojo – y si me disculpas, necesito ir a mi casa. –

 

El más bajo estuvo a punto de abrir la puerta de su coche, de entrar y largarse de una vez por todas, pero Kazuki se lo había impedido, había puesto su mano sobre la suya cerrando una vez más la puerta posicionándose detrás de su cuerpo.

 

El más alto quito aquello que cubría sus ojos posicionándolo en una de las manos del otro junto con aquel otro antifaz. Manabu no entendía completamente nada, aun le daba la espalda, aun no sabía cómo voltear y verle directamente a la cara sin que se notara su tristeza.

 

- Ella no es tu tipo Kazu… - pronuncio entrecortadamente bajando mucho más su rostro.

 

- ¿Eh..?

 

- Que ella no te puede gustar…

 

- ¿Porque…?

 

¿Por qué sentía que su corazón dolía? Que sus manos temblaban de solo tenerle tan cerca y no poder girar y abrazarle con fuerza. Porque era que decía tanta estupidez y mentiras, pero es que quería que cada una de sus palabras fueran verdad, que ella no fuera el tipo de mujer que el más alto necesitaba, que su belleza no fuera exacta justo como a Kazuki le gustaban. Negaba lento con su cabeza, cerraba los ojos fuertemente.

 

- Si ella no me puede gustar… - pronuncio el más alto despacio – si ella no es mi tipo, entonces dime quien si lo es, dímelo… -

 

Manabu giro lentamente decidido, rosando sus dedos en la mejilla del otro, mirándole con tanta ternura que ambos se enternecieron.

 

- Alguien que te trate como mereces… - susurro despacio – que vea por ti a cada momento, que te bese con delicadeza, con delicia, que te amé tanto como... – negó despacio mordiendo su labio - Que te haga el amor con todo su ser y fuerza… -

 

- Esas personas no existen Manabu – le tomo de la cintura abrazándole delicadamente - nadie puede amar de esa manera… -

 

- Te demostrare que si las hay.

 

- Son tonte… - no termino de completar su oración, Manabu se había abrazado a su cuello dejándolo completamente sin palabras, uniendo sus labios en un solo beso.

 

- Bésame y lo demostrare, yo veré por ti a cada momento... – Una de las manos de Manabu se dirigió a abrir la puerta trasera de su coche, y de un tirón llevarse al más alto dentro  justo encima de su cuerpo – Hazme el amor y te entregare todo lo que tengo… -

 

Cerró la puerta con dificultad abriendo las piernas y posicionando al otro en medio de ellas. Le jalo hacia si besándolo como hacía mucho lo había deseado, tocando parte de su pecho cuando el otro correspondió rápidamente deteniéndose de sus caderas.

 

Kazuki hizo una fricción contra su entrepierna y la del otro, tallando con su pantalón logrando sacarle un fuerte jadeo, logrando que sus uñas se aferraran a su espalda y casi perforaran la tela. Hizo un vaivén arremetiendo al otro con brusquedad, danzando y logrando que la espalda de Manabu chocara contra la otra puerta.

 

Quito el cinturón del otro rápidamente bajando su pantalón, ayudándose con sus mismas piernas a bajarlo por completo. Y es que aquel estrecho lugar no le permitía hacer miles de cosa, tantas como las imaginaba cada noche, tantas, de las cuales nunca más podría hacer en su vida.

 

Manabu estaba desesperado, tanto que no sabía si era por el tiempo en que estarían así, o porque sabía que al terminar con aquel acto los dos se tenían que hacer a la idea de que no había pasado nada. No sabía si esto iba a ser la primera y la única en la que tendría a Kazuki de esa manera, besándole, succionando partes de su cuerpo hasta dejar marcas notorias.

 

- Kazuki… - suspiro – Te necesito tanto… -

 

- Yo te he necesitado desde hace bastante.

 

Y con aquellas palabras que le dejaron sorprendido solo dejo escapar un gemido cuando la mano del otro masajeaba su miembro, le tomaba con fuerza y comenzaba a bombearle con rapidez. Tantos movimientos sobre el asiento, tan poco espacio el que le permitía retorcerse a cada tacto.

 

Su cuerpo quemaba, la ropa que aun traía puesta le quemaba de sobremanera, estaba tan empapado en sudor que incluso pesaba.

 

- Puedo… - pidió Kazuki sobre su oído, lamiéndolo para bajar por su mejilla besándola, besando sus labios y seguir lamiendo hasta su cuello – necesito terminar dentro de ti… -

 

- Ha-hazlo…

 

Desabrocho su pantalón bajando el cierre por completo. No había tiempo para quitarse por completo la ropa, para arrojarla y desvestir al otro. No había tiempo para que su erección explotase y terminara por ensuciar aquellas vestimentas rentadas. Sintió la mano de Manabu sobre su miembro, como el mismo le bajaba su ropa interior y sin dudar a que doliera le guiaba a su entrada sin preparación.

 

- M-Manabu no quiero lastimarte…

 

- Te dije que… te entregaría todo – suspiro – la persona que te ama debe de hacerlo… -

 

- Nabu…

 

- Cuando… - Manabu levanto sus caderas abrazando con sus piernas las caderas del más alto, adentrando aquella hombría en una estocada certera al ayudarle con sus pies y empujarle, jadeó - cuando entenderás que me vuelves completamente loco, que te amo más que a nada. -

 

Kazuki respiro agitadamente, deteniéndose por completo, quedando en shock momentáneo al escuchar aquello. ¿Le amaba, realmente lo hacía? Un “Muévete” le saco de sus pensamientos, envistiendo ligeramente aquel cuerpo que se movía al lado contrario, elevando la fuerza y rapidez a cada gemido ahogado acompañado de un “Kazuki, mas”…

 

El más bajo sentía que moriría en cualquier instante, ni el mismo sabia como era que pudo haber llegado a decir aquello, que había actuado sin siquiera ponerse nervioso. Ahora mismo sentía que su cuerpo se convulsionaria de tanto placer, de tanta delicia que el otro le regalaba. Sentía sus manos recorrer cada parte de su cuerpo, cada milésima de su piel bajo la tela de la camisa. Sus cabellos completamente húmedos y sus labios rojos como el carmín gracias a sus besos. Sus gemidos roncos, sus movimientos certeros y precisos dentro de su cuerpo, llegando hasta aquella parte donde sin exagerar podía llegar a tocar las nubes, el mismo cielo si fuera posible.

 

- Mas Kazuki… dios, dame más…

 

Su voz la amaba, comenzaba a amar más aquella lujuria en ella cuando pronunciaba a cada segundo su nombre, cuando le hacía retorcer y maldecía por lo bien que se la estaba pasando.

 

Tocaba su próstata a cada momento, sentía aquella descarga en su espina y espalda completa, contraía su cuerpo, su entrada al no querer terminar, al no querer que el otro llegara sin que le hiciera el amor nuevamente. Pero, no fue posible, maldijo otra vez al sentir un orgasmo como nunca, al sentir completamente caliente aquella esencia del otro dentro de sí.

 

- Te amo… - envistió una vez más, sintiendo temblar el cuerpo del otro por el orgasmo – tanto que me estaba volviendo loco… - Kazuki no dejaba de moverse, no dejaba de envestir hasta llegar a un segundo “clímax” dentro de aquel vehículo completamente cubierto en paño.

 

Manabu se corrió por segunda o tal vez tercera, recibiendo aquel cuerpo con gusto hasta quedar completamente cansados, abrazándole y siendo abrazado mientras se cubrían de besos

 

- ¿Dejaras a tu novia después de esto? – pregunto Manabu tragando saliva con dificultad cuando dejo de recibir aquellas caricias abruptamente – Yo solo… -

 

- Nabu… - el mencionado suspiro al escuchar cómo le hablaba, no estaba molesto – si hubiese sabido esto desde antes, hubiese dejado a quien fuera por ti. –

 

- ¿De verdad?

 

- Lo juro por el amor que te tengo. No estaré con nadie a partir de ahora, no lo are si no eres tú al que tenga que amar con locura.

 

Sus labios se buscaron interminables de veces importándoles incluso seguir abrazados dentro del vehículo. Al diablo quien pasara y les miraran mal desde afuera, a la mierda quienes llegaran a interrumpirles, lo único que deseaba el más alto era seguir así como estaban, abrazándole y repitiéndole a cada momento que con o sin disfraz, con o sin un antifaz, su colonia, y aquella voz que le hipnotizaba, le diría que él, era la persona a quien buscaba, necesitaba y por supuesto amaba…

 ~ F I N ~

 

 

Notas finales:

¿Les gusto?

Diganme que si y no me hagan sufrir. De verdad que espero les haya gustado, que miren que es verdad y es la primera vez que escribo algo de esta pareja, incluso nunca la habia metido ni mensionado en otro DDD:

Espero que me dejen sus critas que yo acepto de todo...

Gracias por leer y por tomarce el tiempo para hacerlo.

Katy, si no te gusto, no me importa (?) ;; lo hice con cariño, y perdon por el intento de "lemon" pero espero comprendan que esta pareja no es mi fuerte ;;

Bye~


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