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Zorras pelirrojas. por nezalxuchitl

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Notas del fanfic:

Época: actual.

Lugar: Finlandia.

Protagonista: Juha.

Cooprotagonista: Jari (este es nuevo :D)

Con la actuacion especial de: Jarmo, el hermano de Juha, Mikko y Ville, sobrinos de Juha, Vreth y Mathias, exnovios de Juha y la aparicion sorpresa de Marco, admirador de Juha, haciendo algo que seguramente las sorprenderá.

¿Que esperar? Situaciones cómicas, alocadas, eróticas y hasta un toque detectivesco.

*

Tengo enjuhado el cerebro. En verdad he tratado de escribir con otro personaje pero no puedo. Lo amo unica y verdaderamente, como diria la gran Perla Shumajer.

Notas del capitulo:

Estreno este fic hoy para conmemorar la última fecha con los tres números iguales del siglo, 12/12/12.


Enjoy it.

Zorras pelirrojas.

 

Jarmo entró en la página de videos pornográficos. Se sentía solo, lejos de los suyos, en especial de su hermano pequeño Juha. Meterse de instructor de combate cuerpo a cuerpo del ejército finlandés parecía mejor cuando lo contaba el comandante Leminkainen que cuando ya estaba ahí. Golpear novatos enclenques en la base de la montaña de Impaviraa resultaba monótono luego de tres meses.

Tenía un hermanito que cuidar, precisamente por él estaba ahí. El ejército le pagaba muy bien por apalear novatos, además de renovarle el guardarropa. También le renovaron el celular: en esos momentos se conectaba desde un modernísimo Nokia que todavía no salía al mercado civil. Tenía tantas aplicaciones que Jarmo no sabía para que servían la mitad de ellas.

La primera que había aprendido era la de descargar: Jarmo era un recolector nato, un previsor de la naturaleza más parecido en carácter a una ardilla que recolecta para el invierno que al oso que lo duerme de un tirón, si bien en lo físico tenía más o menos la altura de un oso y una fuerza superior.

Curioseó entre las categorías de videos porno: tetas grandes, venidas en la cara, sexo anal, con shemales, con gays… estos últimos no eran de su agrado. No era homofóbico, era simplemente hermano mayor de un chico bellísimo, tan hermoso que frecuentemente era tomado por chica, y entonces, él y su puño derecho ponían las cosas claras y los ojos morados.

Ayudaría bastante si Juha dejara de pintarse el pelo de rojo, de delinearse los ojos y de contonearse como bailarina de belly dance en cada presentación, pues lo que presentaba era gothic metal, pero cada que tocaba estos temas, en especial el del pelo, su adorable hermanito se convertía en una bestia capaz de matar y morir antes de permitir que uno solo de sus largos cabellos regresara a su tono castaño natural.

Entró en la categoría de zorras pelirrojas y ahí estaba. Sus pupilas se dilataron como si se hubiera inyectado diez miligramos de heroína. Su corazón se aceleró como el gran acelerador de hadrones. Puso el cursor sobre el video y al mostrarse diferentes capturas del clip no le quedó duda de que se trataba de su hermanito usando un corsé rojo, un tutu de bailarina y unos tacones altísimos, todo rojo, como su cabello cuidadosamente peinado.

Un hombre menos hombre que él se habría traumado cuando paso fugaz una escena donde su hermanito estaba chupando una polla. Quitó el cursor del video. No podía ser. No podía ser. ¡No podía ser!

Debía tratarse de una confusión. De un caso de sosias, como en la comedia griega. Una chica con un parecido asombroso con su hermano incursionaba en el porno, eso era todo. Se lo comentaría a Juha y ambos reirían juntos del malentendido.

Sí, era solo eso. Saldría de dudas mirando el video. ¿Por qué no le daba clic para reproducirlo de una vez?

Porque… si se trataba de Juha… ¡Ira! ¡Vergüenza! ¡Ver porno de tu hermano, por dios! Eso te convertía en un incestuoso, que horror. Pero no había otra manera de salir de dudas. No iba a pedirle a ningún conocido que mirara el video, si se trataba de Juha no iba contribuir con otra vista a las 6759 que ya llevaba y contando.

Sintiéndose mareado como nunca en su vida puso a reproducir el video. Parecía casero. Juha se contoneaba en una habitación muy lujosa. Corrección, la zorra pelirroja con un increíble parecido a Juha se contoneaba en una habitación muy lujosa. Por dios, incluso agarraba la lámpara como Juha la base del micrófono, usándola como su tubo.

Cuando la cámara se acercó a la pierna de la persona en corsé y tutu vio la cicatriz que Juha tenía cerca del tobillo como recuerdo de su primera cacería de osos en Laponia. Awww! Tenía solo diez años y era tan pequeño que podía llevarlo sobre sus hombros todo el día, como en efecto había tenido que hacer cuando, antes de que apareciera el oso, Juha tropezara con una raíz saliente y se lastimara el tobillo.

Con sus remedios campamenteros había quedado una cicatriz que Juha se había encargado de volver casi invisible a base de cremas. Justo como la de la zorra: casi tenias que saber donde estaba para verla.

El camarógrafo del video era el coprotagonista. Le decía el tipo de cosas que un actor del género suele decir a la protagonista de la película… en finlandés.

De acuerdo: estaba alarmándose. Porno con suecas, era común, pero estas solían hablar en inglés… si era que hablaban algo. No recordaba haber visto un solo video porno en finlandés en internet.

Peor aún, la voz masculina se le hacía conocida. Aunque no tanto como la manera de abrir la boca y acercarla al micrófono, en este caso, pitofono.

¡Oh no! ¡Que asco! Ahí estaba, lengüeteándolo todo, un enorme y erecto pene. El tipo estaba rasurado y hasta su pubis llegaba una línea pintada de negro, como una ramita, que terminó de hacer luz en su memoria. Claro. Cuando el tipo se enfocó el abdomen vio las otras líneas, pintado igual que cuando salía al escenario.

El asco dio paso a la furia cuando “ella” le contestó. Maldito fuera el día que había venido al mundo para ver a su hermanito haciendo eso. Era Juha. ¿Dónde se ha visto un caso de sosias vocales?

Fue tanta su furia que estrujó el teléfono, convirtiéndolo en basura no reciclable. Lo apretó en su puño hasta que el ácido de la batería escurrió, quemándolo. Lo apretó más y un grito ronco, de venganza, resonó en la montaña de Imvapiraa.

 

***

 

El fluido rojo, denso, salió disparado, manchando el espejo y la pared, dejándolos como una perfecta escena del crimen.

Juha estrujaba el tubo de tinte para el cabello y jadeaba, furioso, sin razón aparente. Se miró entre las manchas, rojas como sangre, del espejo, y tuvo un mal presentimiento. Jarmo. Jarmo estaba furioso. No era la primera vez que algún sentimiento que experimentara su hermano fuera tan intenso que llegara a él, o viceversa.

A juzgar por cómo había reventado el tubo de tinte para el cabello Jarmo estaba más furioso que el Orlando de Ludovico Ariosto.

El fluido rojo resbaló lentamente sobre su reflejo, lucía como sangre manando de su cabeza… un escalofrío lo recorrió.

-¡Jari! – gritó a su novio - ¡¡¡Jari!!! – gritó aun más fuerte, pues su novio estaba practicando con la guitarra eléctrica.

-¿Que quieres? – gritó sin interrumpir la melodía.

-¡Ven a sacudirme algo! – respondió, pues sabía que si le decía específicamente ven a prepararme otro tubo de tinte para el cabello Jari no iría.

-¡Cuando termine esta canción! – respondió.

Juha oyó que iba en el minuto cuatro de los trece y medio que duraba la canción que estaba ensayando, la más larga de su futuro disco, y ya se había puesto el retoque en la raíz hacia cinco minutos, así que solo tenía otros cinco antes de tener que aplicarse el tinte en el largo del pelo. No podía preparar el mismo el tinte con las manos enguantadas rebosantes de tinte.

-¡Ven ya! – usó su voz más sensual – Me urge mucho…

Sonrió al escuchar silencio. Seguía sonriendo cuando su rubio novio entró al baño. La peste de amoníaco y fenoles lo hizo dar un paso atrás.

-Sacúdeme un kit para teñirme el pelo.

Jari avanzó hacia la ventana y la abrió.

-Joder Juha, ya te he dicho que abras la ventana cuando te pongas eso, y enciendas el ventilador, se te va a quemar el cerebro.

-Se me va a pasar mi tinte, mezcla otro kit, por favor.

-Me hiciste trampa. – se quejó Jari mientras vaciaba el tubo del colorante en el del revelador.

-No te olvides del suero multivitamínico.

Jari agregó el contenido del jodido tubito a la mezcla y la sacudió.

-Sacudir esto no es nada erótico. – volvió a protestar.

-Sacúdelo como sacudes tu polla cuando no estoy contigo. – sonrió.

-Me la sacudo aunque estés.

-Awww! Ya te he dicho que yo quiero ver. – A Juha le excitaba bastante ver a un seme masturbarse.

-Muy bien, te levantaré a las seis de la mañana para que me veas hacerme la paja antes de irme a trabajar.

Juha hizo mohín, las seis de la mañana debería ser una hora ilegal para levantarse.

-¿Ya está? – preguntó el rubio. Le urgía regresar a ensayar su canción, había algo que no terminaba de convencerlo… luego de cuatro años.

Jari era un genio musical que había fundado su primer banda de metal a los catorce años, luego la había dejado a los diecinueve para fundar otra y esta otra la había dejado a los veintisiete para fundar otra, con la que aun seguía, pero llevaba ocho años trabajando en su segundo disco, que nunca terminaba de satisfacerle.

-No, sacúdela más, tiene que verse roja como la sangre.

-Limpia esa de las paredes, va a corroer los azulejos…

-Es tinte Jari, se cae a la décima lavada…

-Te pondré a lavar los azulejos mientras me hago la paja a las seis de la mañana. – amenazó, con lo que Juha cogió papel de baño y limpió las manchas lo mejor que pudo, que no fue muy bien.

-Ya esta, dámelo. – pidió malicioso.

-Tómalo. – respondió con malicia.

Desafortunadamente la prioridad de Juha en aquellos momentos era el cabello, no el novio. Ni modo. Juha también aceptaba que a veces la prioridad era la guitarra, no él. Regresó al estudio y retomó la melodía en el segundo exacto en que la había dejado.

 

***

 

Jarmo descargó el video en su laptop, que estuvo a punto de sufrir el mismo final que el celular. Luego desertó del ejército para matar al infeliz bastardo que se cogía a su hermanito. Claro que primero tenía que visitar a su hermanito, para preguntarle si lo había forzado (una persona en su sano juicio no se habría planteado tal posibilidad), en cuyo caso, la muerte de Mathias “Vreth” Lillmans, sería más lenta y dolorosa.

En la bota llevaba un cuchillo apropiado para arrancar cortezas de arboles y pelotas de gays que volvían gays a los inocentes hermanos menores.

Condujo sin descanso hacia el sur, hasta su natal Oulu, hasta la casa del amigo con el que Juha se quedaba ya que no le gustaba estar (o no era capaz de sobrevivir) solo.

-¿Dónde está Juha? – preguntó con una cara y una voz que casi hacen desmayar a Mikko Uusima.

Siempre había sabido que ese momento llegaría. Jarmo descubriría que Juha no vivía con el sino con su novio en Helsinki, y lo mataría por complicidad en la homosexualidad de su adorado hermano menor, cosa que lo llenaba de pesar pues además de que la vida tiene un no sé qué que hace desear vivirla, el preferiría ser un cómplice más cercano en la homosexualidad de Juha, digamos, el novio.

Morir por ser novio de Juha le parecía más elevado y poético que morir por ser su alcahuete. Sobre todo, más satisfactorio. Mikko estaba enamorado de Juha como un borrego desde sacaron su primer demo, allá por los años del segundo milenio, cuando Juha llevaba el cabello permanentado además de teñido (que su cabello aguantara tanto era un misterio que interesaba hasta a reconocidos científicos).

-¡Juha! – gritó Jarmo con voz estentórea.

-No está aquí. – dijo Mikko mirándolo para arriba. Muy arriba. Él era hasta más bajito que Juha.

-¿Dónde está?

-Él… no… Juha… - el pobre uke temblaba.

Jarmo Kylmanen ocupaba todo el ancho de la puerta.

-¡Dónde está!

-En apartamentos Parvoinen #8, Pohjoisesplanadi, Helsinki.

Jarmo se dio la vuelta, subió al jeep del ejército que tomó prestado y condujo derecho a los apartamentos Parvoinen, Pohjoisesplanadi, Helsinki.

Mikko se apoyó en el dintel de la puerta, respirando hondo mientras lo veía perderse en el camino. Dicen que cuando vas a morir toda tu vida pasa enfrente de tus ojos, y como él solo había visto el rostro de Juha, se sintió a salvo.

Por qué Jarmo no le reclamó que fuera el prestador de un domicilio falso estaba más allá de su imaginación. De hecho, la causa de cualquier actividad de un finlandés esta más allá de la comprensión de otro finlandés. Del resto del mundo. Importantes científicos se han afanado por entender que es la materia, como se condensa la energía, como actúa el poderoso bosón de Higgs, pero nadie, jamás, ha emprendido la tarea de entender porque están locos los finlandeses. Esa tarea se deja por imposible.

Mikko llamó a Juha para avisarle de que su hermano seguramente había descubierto que le gustaban los hombres, que vivía conyugalmente con uno y que iba en camino, pero la llamada se desvió al buzón. Juha debía tener el teléfono sin batería, perdido y olvidado en algún lado, y no lo buscaría hasta que lo necesitara. Dejo el mensaje, rogando que lo escuchara antes de que fuera demasiado tarde.

 

Continuará...

 

Notas finales:

Como quiza algunos de ustedes (que me han leido antes) sepan, mis personajes suelen estar inspirados en un metalero real en base al cual (sobre todo apariencia fisica) he elaborado mi personaje. Les comparto la foto, como una sugerencia de look, pero si ustedes prefieren imaginar otro personaje por mi esta bien ^^

Jari:

http://i1026.photobucket.com/albums/y326/NezalXuchitl/jarimaenpaa.jpg

Vreth y Mathias (mismo cuerpo, dos personalidades, descubralo en el próximo capitulo):

http://i1026.photobucket.com/albums/y326/NezalXuchitl/vrethymathiaslillmans.jpg

Kiitoksia!

 


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