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Y En Soledad Me Lamento por DasHerz

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Notas del fanfic:

ADVERTENCIAS: Violencia/Homicidio/Suicidio.

 

PAREJA: ZADR [Zim and Dib romance]

 

CONSIDERACIONES: La edad que se maneja en esta historia para Dib y Zim es de 16 años.

Notas del capitulo:

Debería estar dibujando en estos momentos… pero ya que estamos de un humor apocalíptico me pareció oportuno subir esta historia. Me parece se trata de un Song Fic y en ese caso… mi primer Song Fic que sin lugar a dudas debía tener ZADR involucrado. Espero les agrade y le den una oportunidad a esto.

-¡ZIM!- Gritó el pálido joven enderezándose de golpe.

 Su grito retumbó en el lugar haciendo eco, sus orbes amatistas recorrían su cuerpo, se revisó con rapidez aún presa del pánico; brazos, piernas, estómago, pecho, incluso palpó su rostro y cuello con cuidado buscando alguna herida por muy pequeña que fuera pero no encontró nada nuevo. Cuando al fin logró asimilar que se había tratado de un sueño más, se relajó un poco, pero  sólo fueron unos instantes, con cautela se levantó de su improvisada cama que consistía en  pedazos de cartón de lo que antes fueran cajas, una vieja, rota y agujerada chamarra de invierno que usaba como almohada y su gabardina negra que le servía para cubrirse del frío por las noches.

No hay sentido, en lo que queda por llegar,
estoy perdido, sigo cautivo en lo irreal…

Vistió su gabardina y de debajo de la improvisada almohada sacó una pistola que estaba lista para usarse de ser necesario. Estaba nervioso, incluso sus manos temblaban; temía que su grito hubiera sido escuchado y vinieran por él, de ser así esa arma definitivamente no aseguraría su vida, de hecho no era nada contra las armas de aquellos seres avanzados, pero aun así daría pelea, no sería tan fácil, acabaría por lo menos con las vidas de dos o tres de ellos. Rodeó algunos escombros para acercarse a la pared más cercana, esta tenía una grieta lo suficientemente ancha que le permitía tener una excelente visión del exterior, esperó en silencio y alerta por lo menos una media hora, cuando comprendió que nadie vendría, se convenció de salir.

Caminó a través de lo que sería la habitación de una casa, la casa en la que se había refugiado los últimos 6 meses al menos, estaba prácticamente derrumbada, era casi escombros. Salió por el hueco de una de las paredes dañadas, aún sostenía el arma en su mano con mucha fuerza, finalmente se encontró afuera y miró el panorama. Sólo había escombros de lo que antes fueran casas, no veía más, ni un perro, ni un ave y mucho menos una persona.

Miró hacia el cielo, era de día pero no estaba seguro de la hora, era imposible saberlo con certeza, sólo podía ver ese cielo rojo, rojo como la sangre, rojo como los ojos de aquél ser que recordaba con amargura. En el ambiente se apreciaba una constante y espesa niebla de un color amarillento que hacía que respirar fuera cada vez más difícil y tortuoso.

Quiero volver a respirar
donde aún el aire está vivo
… y la codicia muda está.

Hace 1 año que la pesadilla había comenzado, lo recordaba muy bien, Zim no había acudido a clases los últimos 3 días, estaba seguro de que planeaba algo y como siempre él se encargaría de arruinar sus planes de conquista. Saliendo de la escuela se dirigió a la base de su eterno némesis y al llegar su sorpresa fue enorme al no encontrar rastros del Invasor, su base había desaparecido.

Pasó meses en vela esperando su regreso, a ninguno de sus compañeros le pareció extraño que desapareciera sin dejar rastro alguno, lo mismo con sus profesores ¡Lo llamaron loco! ¿Acaso eran estúpidos? Por qué no podían ver lo que era tan obvio.  Al final abandonó la espera y comprendió que Zim ya no regresaría… se había ido, lo había dejado sólo en ese mundo lleno de porquería… de porquería humana.

Uno de esos días despertó temprano a consecuencia de un extraño coro que provenía del exterior, eran voces, muchas voces que gritaban y sollozaban con desesperación. Se levantó a duras penas aun adormilado y aturdido por aquél coro que estaba lejos de sonar angelical. Cuando bajó las escaleras notó  que la puerta de su casa estaba abierta, al salir lo recibió su padre quien con desesperación lo tomó por los hombros y lo sacudió con violencia mientras le gritaba  que aquello no era posible, que era simplemente imposible, su padre estaba en completo pánico.

Entonces se enfocó nuevamente en la gente que gritaba y corría, aún no entendía muy bien lo que pasaba hasta que el sonido de una casa vecina que voló en pedazos atrajo su vista hacia el cielo; que espectáculo tan hermoso y aterrador el que veían sus ojos, cientos de naves sobrevolaban los cielos, cientos de naves que portaban con orgullo la insignia del Imperio más poderoso del espacio exterior, el Imperio Irken. Su padre cayó al suelo de rodillas mientras balbuceaba cosas sin coherencia.

-Mi pobre y loco padre- Dijo Dib en voz baja.

Recuerdos de un tiempo inicial
cuando aún no estábamos locos,
quedaban sueños por llegar...

Entonces una brillante luz lo cegó, escuchó un fuerte “Boom” y voló varios metros por los aires, cayó abruptamente al suelo casi inconsciente. Se forzó a sí mismo a no cerrar los ojos, a no entregarse a ese sueño abrazador que le prometía la inconsciencia. Se levantó haciendo uso de  su escasa fuerza, veía pequeños incendios por todas partes, ya no escuchaba los gritos, en su lugar había un zumbido ensordecedor a consecuencia de la explosión. Gritó aterrado al observar el enorme hueco en la tierra donde segundos atrás se encontraba su casa, corrió con desesperación hacia el lugar pero resbaló con algo cayendo al suelo; al girarse para mirar aquello con lo que había resbalado casi vomita por la fuerte impresión, era la mano de su padre, aún tenía el destrozado guante colocado, no veía el brazo, no veía otras extremidades, tan sólo trozos de carne sin forma esparcidos por la acera.

-¡Ahhhhhhhhh!- El grito estalló desde el fondo de su garganta, un grito lleno de tristeza, coraje, impotencia… terror. Después de eso su audición fue regresando poco a poco, pero ya no había gritos, no había más gente corriendo, tan sólo estaban esos trozos de carne que decoraban grotescamente las aceras.

-Se acabó Dib-gusano… no grites… no llores… porque tú no eres como ellos. Sabías que esto sucedería, les advertiste de mi presencia y nadie te escuchó, te dije que conquistaría la sucia bola de Tierra y como ya te habrás dado cuenta, así fue… ¡YO SOY ZIM!

Su arrogante sonrisa de Zipper, su pose victoriosa… esos brillantes ojos rojos… el infierno en sus ojos.

Cómo explicar lo que está mal,
si giro inmerso en la espiral,
si grito y nadie escucha ya
...y en soledad, me lamento.

Sí, hace un año que la pesadilla… que el infierno había comenzado. De todos los finales que había imaginado sobre la extinción de la humanidad, ese era el más difícil de asimilar.

El son del rio hoy te atormenta al despertar,
estáis vacíos, vivís en mundos de cristal…

No sólo la humanidad estaba casi extinta. Decir que quedaban 500 sobrevivientes quizá era demasiado. También los animales y la vida vegetal agonizaban, la purga orgánica no sólo había acabado con las grandes ciudades y la mayor parte de la población, también había dejado los suelos estériles, era imposible cultivar las tierras, además los ríos y mares se habían evaporado casi por completo dejando tan sólo charcas malolientes y aguas contaminadas. Los bosques se habían quemado y las pocas plantas que habían sobrevivido morían poco a poco a causa de las tóxicas lluvias que se precipitaban de vez en cuando. Los sobrevivientes se dedicaban a eso, a sobrevivir. Así es, el planeta Tierra estaba muriendo rápidamente.

Quiero volver a respirar
y oler la tierra mojada,
donde el invierno llora en paz…

En cuanto a Dib…vivía atormentado, si es que acaso a eso se le podía llamar vivir. Se mantenía encadenado a sus recuerdos, a los recuerdos de su padre, su hermana e incluso de su madre aunque de ella recordaba muy poco. A pesar de  jamás haber sido comprendido, a pesar de haber sido tachado de lunático incluso por ellos; no les guardaba rencor… tan sólo una profunda lástima que se mezclaba con cariño y le rasgaba el corazón.

Recuerdos de un tiempo inicial,
cuando aún el mundo era libre
y hoy encadenas con tu yugo al mar…

 
No podía decir lo mismo respecto a los demás sobrevivientes. Debía admitirlo, de hecho ya lo había aceptado y aprendido a vivir con ello… los odiaba, los odiaba tanto. Tiempo después de la purga orgánica, después de vagar tanto tiempo sin señales de vida humana… cuando al fin había encontrado un pequeño grupo de sobrevivientes formado por algunos conocidos…

¡Idiotas! Lo culparon por lo sucedido, lo acusaron de haberse quedado con los brazos cruzados mientras el mundo se derrumbaba, él que sabía que Zim era un alienígena, él que desde un principio había tenido la razón ¡La razón sobre todo!… lo acusaron por no haber actuado, lo golpearon  por no haberlos salvado de aquél final.

¡Malditos Imbéciles! Después de haberlo tachado de loco, después de tantas burlas y maltratos ¿Cómo se atrevían a darle la razón ahora? ¿Cómo se atrevían a acusarle de lo sucedido? ¿Qué acaso no les advirtió desde un principio? ¡Ellos lo ignoraron! ¡Lo humillaron! Y una vez más la humanidad le daba la espalda ¡Pues que se joda la humanidad entonces!

Si eres capaz de soportar,
ni un solo instante en tu vida…
mirando al cielo, sin pensar... en más.

Había aprendido a arreglárselas solo, no necesitaba de los demás, podía cuidarse a sí mismo. Había aprendido a huir de los Irkens  que últimamente rondaban el planeta conquistado haciendo planes para montar una nueva base de entrenamiento militar para aquellos soldados élite que aspiraban a ser invasores, en algunos sitios incluso ya habían iniciado las construcciones y asesinaban a los humanos que hallaban a su paso. De igual forma él había aprendido a alejarse de los humanos.

Se sentía tan solo, no sabía por qué se aferraba aún a su patética existencia, tal vez lo mejor era desistir y dejarse morir como muchos humanos ya lo habían hecho. Quizá mantenía la esperanza de volver a ver al orgulloso Irken algún día, como hace 1 año que creyó erróneamente que se había marchado para siempre pero había regresado para destruirlo todo, para traer ruina y caos como solo él sabía hacer.

Pero esta vez sabía que no sería así, el Invasor se lo había dejado claro, después de esa conquista Los Altos lo enviarían a otra misión y no volvería  más a la Tierra. Ahora se arrepentía de no haber aceptado la propuesta de Zim en ese entonces…

Cómo explicar lo que está mal
si giro inmerso en la espiral,
si grito y nadie escucha ya
y en soledad...

-… te dije que conquistaría la sucia bola de Tierra y como ya te habrás dado cuenta, así fue… ¡YO SOY ZIM! – Gritó victorioso ante la desencajada cara del humano que le miraba con una mezcla de emociones no descifrables.

-¡Maldita basura alienígena!- Se le abalanzó encima con fuerza descomunal, trató de golpearlo, lo único en lo que pensaba era en destrozar su cráneo, estaba tan lleno de odio. Zim por su parte esquivaba ágilmente los golpes lanzados, finalmente desplegó sus extremidades metálicas y con ellas lo aprisionó contra el suelo. Dib forcejeaba sin éxito alguno.

-¿Por qué estás tan enojado conmigo? Desde un principio te expuse mis intenciones claramente, el grandioso Zim venía a conquistar este mundo… Zim acabó con aquellos que te lastimaron, con aquellos que te llamaron loco y se burlaron de ti.

Dib abrió los ojos como platos ante las palabras del Invasor, no comprendía nada. -¿Por- por qué?-. Preguntó con voz débil y confundida.

-Porque el amo quiere que Mary venga con nosotros- Respondió GIR alegre saliendo de la nave del Invasor. Zim lo miró con enojo por unos momentos pero enseguida suavizó su mirada para observarlo a él de nuevo.

-Fuiste un enemigo digno para Zim a lo largo de estos años. La purga orgánica ya ha iniciado conmigo a cargo como lo dicta la tradición en Irk. Se me permite llevar a un prisionero como trofeo por mi triunfo… y escogí al Dib por supuesto… Ven conmigo humano…

Cómo explicar lo que hay que amar
si vivo en la misma espiral
si grito y nadie escucha ya
... y en soledad, me lamento.

CONTINUARÁ…

Notas finales:

Hasta aquí queda el primer capítulo de dos, nuevamente me ensañé con Dib  siendo que es el personaje con el que más me identifico. En el siguiente capítulo tendremos más ZADR  así que espero sus comentarios, debo saber si les ha gustado esta nueva locura para decidir si continuar con esto o mejor descartarlo.  


Por cierto, la canción que he utilizado es: “Y en soledad me lamento de Stravaganzza”, en el siguiente capítulo utilizaría otra canción del mismo grupo  ¡Saludos!


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