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Te encontré de nuevo amigo. por Kat-tururu

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Notas del capitulo:

Hola owo se que debería estar actualizando mis demás historias pero no me resistí a escribir esto y es que tengo un bloqueo mental con la continuación de mis otra dos historias uwú lo siento, pero les aseguro que tendrán una continuación y un final! solo esperenme <3

por cierto estoy buscando interesadas por rolear a artistas de Rock/Metal para un grupo de rol en facebook yo roleo a Duff McKagan de Guns n' Roses las interesadas contactenme en mi facebook: Sara jennis Hudson

sip es para shippear a estos cantantes y cosas así jaja tematica Yaoi/Slash gracias !

No había sido nada extraño, al final de cuentas pues eso era lo que esperaba, sabía lo que el otro pensaba y sabía que no se hubiera detenido; pero era muy extraño, era sentir ese vacío de que él no estaba, el tiempo que habían compartido juntos había sido el mejor que pudo haber tenido y aunque todo terminara en una desgracia no le tenía rencor u odio, solo tenía decepción, vagamente pensó que su amigo cambiaría de opinión, pero desgraciadamente todo su pasado aún lo atormentaba y lo llenaba de ira irracional y de odio que solo terminaría consumiéndolo, le dolía, le dolía que todo terminara así, por qué solo hasta que ya no estuvo con él se dio cuenta de lo que en verdad sentía por aquella persona.

Cuando lo conoció en aquel rescate improvisado en el lugar donde él estaba tratando de vengar a su madre y todo lo que Sebastian Shaw le había hecho, se dio cuenta de que era una persona muy valiosa, con un oscuro pasado que no lo dejaba ser completamente libre y feliz pero con una personalidad distinguida y muy fuerte, no era de menos mencionar que era un hombre fornido, alto, con unos ojos verdes muy hermosos, con unas facciones rudas y muy varoniles, todo un caballero en la extensión de la palabra y con un poderoso don, controlar el metal.

Él, pues él era un hombre delgado, o solo por decirlo así, no tenía una complexión muy fuerte, la diferencia de estaturas era más que notoria, ojos azules que competían contra los de su amigo, con un fuerte apasionamiento por el estudio de la genética y de una buena postura social, eso era lo que tenía, pero todo eso no importaba, no valía la pena porque le faltaba algo, le faltaba esa persona, a Charles Xavier le hacía falta Erik Lensher.

Sentado en aquella silla de la que no se podía levantar miraba por el ventanal de su estudio como el día pasaba tranquilamente, la mansión no estaba sola, Alex, Sean y Hank se habían quedado en la casa para seguir entrenando y por qué no tenían otro lugar al cual ir, pronto comenzaría a traer más jóvenes mutantes al lugar para que comenzará a enseñarles a usar sus poderes, lo que más quería era poder ayudar a todos esos chicos que no se sentía seguros ahí afuera con su mutación, no dejaría que nadie lastimara a ningún mutante.

No se dio cuenta en que punto de su pensamiento se quedo dormido, no había dormido muy bien esos últimos días pensando en donde podría estar su amigo, al despertar se dio cuenta de que las luces de la casa estaban apagadas.

-no puede ser que ya sea tan tarde- después de intentar prender la luz cayo cuenta que esta se había ido y decidió mejor salir de ahí, pero pronto se percato de la presencia de alguien en el lugar, había sido muy raro por qué nunca antes le había pasado el no darse cuenta de quienes están a su alrededor.

-¿Hank?- no pudo distinguir quién era solo vio una silueta acercarse, era extraño pero no podía distinguir la presencia, solo sintió que se incoó y que luego se recargo en sus piernas acción que realmente le sorprendió, supuso que no era alguien que fuera a hacerle daño, puesto que si eso quisiera hacerle ya lo hubiera hecho, pero era una presencia que ya conocía y que le transmitía mucha calidez, se puso nervioso al pensar que era “él”, fue cuando entonces la luz volvió a la mansión y el cuarto fue iluminado revelando quien era la persona que estaba en su regazo.

-Erik…-susurro apenas audible y sus pupilas se dilataron por ver a la persona que por mucho tiempo había estado esperando, a la persona que perdió y de la que se dio cuenta que estaba enamorado, algo extraño, puesto que el no creía ser homosexual o al menos nunca se lo había planteado pero a la partida de Lensherr era más que obvio los verdaderos sentimientos que se habían formado, y él sabía que era de cierta manera correspondido, no por haber leído la mente de aquel hombre, sino por qué se le notaba en los ojos, en como lo miraba, lo cuidaba y se preocupaba por él discretamente, y más ahora, con esta muestra de arrepentimiento o con el simple hecho de que estuviera ahí, eso era más que suficiente.

-Charles…- pronunció aún sin levantar la cabeza de donde la tenía. –Cuanto tiempo eh esperado por volverte a escuchar- dijo robándole prácticamente las palabras de la mente al castaño.

-Erik…yo…-

-escucha- interrumpió –sé que debes odiarme y es justo, lo que yo te hice jamás me lo voy a perdonar-

-¡Erik!- dijo Charles y trato de levantar el rostro de su amigo pero en lugar de eso solo logro sacarle aquel estúpido casco que llevaba y se quedo mirándole igual que él lo hacía, azul contra verde compitiendo por ver quién desviaba la mirada.

-te encontré otra vez mi amigo- dijo Charles con una sonrisa y se fue encima del alemán el cual lo tomo de la cadera para que no se fuera a dar un mal golpe. –Erik te extrañe tanto- dijo muy feliz pero con las ganas de explotar en llanto, su corazón se lleno de regocijo al tener entre sus brazos a ese hombre que por bastante tiempo había estado esperando, solo eso, volverlo a ver, era lo que quería.

-Charles… yo también te extrañe amigo…-dijo el otro y lo apretó contra su cuerpo en un abrazo muy necesitado, era un idiota, se decía, un idiota por no haberse quedado junto a esa persona que lo salvo no solo de ahogarse, si no muchas otras veces en el tiempo que estuvieron juntos, no sólo físicamente, emocionalmente había calmado el fuego que quemaba dentro de él, como deseaba no haber cometido los errores que ese día cometió, pero ya no podía mirar atrás ni arrepentirse, sólo tratar de enmendarlo.

-¿dónde demonios te habías metido Erik?- se acomodó en el pecho del más grande con una sonrisa en los labios; Erik se levantó con él en brazos y lo vio detenidamente, después negó con la cabeza y lo puso en su silla de ruedas para llevarlo hasta su cuarto

-es tarde debes descansar-

-Erik-

-yo te llevare-

-Erik por favor- dijo Charles girándose para verlo mientras este empujaba la silla por el pasillo que conducía a la habitación del menor.

-no hagas mucho ruido, no soy muy bienvenido en tu casa recuérdalo-

Charles frunció el ceño y suspiro resignada a que él otro lo llevará hasta su cuarto pero estaba decidido que estando ahí, definitivamente hablarían.

El alemán abrió con cuidado la puerta y metió al otro al cuarto.

-Erik escúchame ahora-

-deberías descansar-

-¡Erik!- dijo subiendo le tono de voz un poco más y denotando que se estaba cansando con la actitud de su amigo –quiero que me escuches-

-está bien Charles- se sentó en la cama de frente a él sin mirarle a los ojos, la impaciencia se apoderaba de él, pero no lo externaba, por fuera es como si estuviera en completa calma, seguramente el telepate ya se había dado cuenta de eso, siempre le sorprendió la manera en que lo leía aún si meterse a rebuscar en su mente.

-Erik, no sé dónde has estado, no sabía siquiera si es que pensabas algún día volver, pero todo lo que pasamos juntos no se borrara tan fácil-

-Charles, las cosas son diferentes ahora, sólo vine para saber cómo estabas, y creo que después de esto podre irme-

-¿otra vez? ¿Te alejaras de mí? No te das cuenta de lo egoísta que eres Lensher- replico el otro con una mirada ofuscada y triste –quieres irte de nuevo, después de haberme dejado esa vez-

-yo quería que tu estuvieras de mi lado, somos hermanos recuerda-

-no Erik, tú querías otras cosas, pero eso no importa ahora, no quiero que te quedes por tus ideales, tu sabes la razón- dijo desviando la mirada un tanto apenado, no era fácil después de todo decir, oye, me enamore de ti y espero que tengamos una relación juntos –somos algo más que hermanos- dijo en un tono más bajo.

-Charles sabes que nosotros no…-

-¿qué? Esa será tu excusa siempre, eres un egoísta, vienes a ver cómo me encuentro, esperando que yo acepte que te vayas así como así-

-sé que lo que te hice no tiene justificación-

-¡no me importa! Mírame, mírame en esta maldita silla sin poder hacer nada por ti, o sin poder salir a buscarte- unas lágrimas amenazaban con salir, lágrimas de tristeza, furia y frustración.

 – ¿crees que no había estado esperando que vinieras, aún con el pensamiento de que probablemente nunca lo harías?-

-entonces ¿qué querías? Que viniera como si nada después de lo que paso a decirte hola ¿cómo estás?  Piénsalo Charles, no tiene lógica-

-sólo no te vayas Erik, por favor-

-creo que es lo mejor para ambos- en ese instante el hombre mayor se levanto para salir del cuarto, una parte de él le decía que se quedara y que arreglara las cosas con esa persona a la que irremediablemente había ido a buscar solo por aclarar “eso”.

-Erik bésame- dijo de repente mientras que él otro se quedaba estático tomando la manija de la puerta –Erik vuelve aquí y bésame- su tono mostraba desesperación y ansiedad, algo extraño en el profesor, ya que pocas veces lograba perder todas sus opciones y hacer algo “extremo”.

Pero dudo, magneto dudo después de tener claro su objetivo de retirarse, soltó poco a poco la manija y regreso donde su compañero, lo miro a los ojos, aquellos pares azules brillaban de emoción y ansiedad, probablemente los suyos hacían lo mismo, se inclinó a la altura de él y lo beso, así como él otro se lo había pedido, era inevitable, pensó, era completamente inevitable que él otro no se hubiera dado cuenta de todas las señales que se daban o de los coqueteos de broma que siempre tenía para con él, los cuales él otro siempre contestaba, pero se lo negó así mismo bastante tiempo, ¿por qué? Fácil, él no era gay, o eso se autoproclamaba, pero cuando se separaron esa vez en esa playa, supo que no era sólo amistad, que el sentimiento iba más allá de una hermandad o de una muy buena amistad, estaba enamorado de Charles, y aunque combatió con eso durante el tiempo en que no se vieron, la respuesta siempre fue la misma, y él lo sabía.

La pasión que comenzaban a desencadenar se vio reflejada en ese beso, y en los movimientos apresurados del alemán quien con cuidado cargo al otro hasta pasarlo a la cama, sin dejar de besarlo tocaba su cuerpo, le saco la ropa lo más sutil que pudo, con una mano aseguro a lo lejos la puerta y volvió a su trabajo de desnudar al profesor X, se separo de él por oxigeno, lo contemplo, acarició una de las mejillas que ahora estaban sonrojadas, metió su mano por el cabello castaño de aquel hombre mientras aspiraba su aroma, las palabras no hicieron falta, mucho menos la ropa que en minutos se encontraba en el suelo, una fina sábana blanca los cubría de la parte de la cadera, Charles cerraba los ojos fuertemente, estaba tan apenado que creía que las mejillas le explotarían de lo caliente que se sentía, Erik seguía con su labor de darle placer al otro, besaba su cuello, su pecho, jugueteaba con los pezones rozados del más joven sacándole uno que otro gemido, acariciaba sus piernas con delicadeza, volvió hacía sus labios para susurrarle –relájate, toma aire- Charles así lo hizo y fue cuando tuvo que expulsar todo el aire en un gemido de dolor, una de sus manos se aferro a la espalda de magneto, y la otra a las sabanas de la cama, Erik movía con delicadeza los dedos que tenía dentro de él esperando a que se acostumbrara, mordía su oreja, besaba su cuello dejando marcas rojas que seguro pasarían unas semanas para que se borrasen de ahí, con su mano libre masturbaba poco a poco a Charles sólo para distraerlo del dolor de la intromisión del tercer dedo.

-¿estás listo?- pregunto preocupándose por él, era algo complicado, y lo que menos quería hacerle era daño.

-sí… hazlo…, por favor, te necesito…- dijo con la voz entrecortada mirándolo fijamente a los ojos, Erik asintió y dirigió su miembro a la entrada de este, lo penetró con cuidado y sin quitar la mirada de la expresión del otro, Charles hecho la cabeza hacia atrás mientras arqueaba la espalda, era indescriptible el dolor, era demasiado, pero podía aguantarlo, tenía que aguantarlo, por Erik; su mano se aferro más a la espalda enterrándole las escasas uñas que tenía, mientras que la otra seguía apretando las sábanas.

-Erik sa…calo…- pidió con el poco aliento que le quedaba en los pulmones, una lagrima de dolor se le escapo pero el mayor no le hizo caso, solo era cuestión de tiempo para que se acostumbrara y así fue, poco a poco el dolor ya no era tanto, o puede que sí, pero se sentía de una extraña manera bien, sentía todo el calor del miembro de este dentro de él y eso lo estaba matando, quería que se moviera para sentirlo más, se hundió en los labios de este nuevamente sólo para después mover un poco las caderas lo cual le dio la señal a Lensher de que estaba preparado, de que estaba completamente seguro de moverse, sentía que se iba a desbocar penetrándolo, tenía que ser cuidadoso, era la primera vez que lo hacían.

El vaivén que mecía la cama a ritmo de las embestidas que el mayor daba sobre Charles le daba otro toque a toda la escena, de momentos Charles reía de vergüenza y otra cerraba sus ojos y dejaba salir sonorosos gemidos llenos de placer.

Erik terminó dentro de él dejando salir toda su esencia, derramándola dentro de su amante, lo cual hizo terminar al otro, la experiencia fue demasiada y el orgasmo de ambos había sido probablemente el más placentero que habían tenido.

Para ese momento la oscuridad reinaba el cuarto, solo las respiraciones agitadas de los habitantes se escuchaba.

-te amo…- se escucho al mismo tiempo por ambas personas seguidos de unas pequeñas risas.

A la mañana siguiente Charles despertó en vuelto en las sabanas de su cama el sol entraba por una de las ventanas de su habitación y se incorporó lentamente, sintió una punzada en su parte baja y luego sonrió muy apenado, observo el tiradero que había pero al girar la vista no encontró a Erik, ni la ropa de este, su mirada se entristeció y suspiro un poco, la puerta del baño que estaba en el cuarto se abrió y de ella salió el alemán semidesnudo, con una toalla cubriéndole por debajo de la cintura.

-buenos días- dijo con una sonrisa y Charles volteó enseguida, los colores se le subieron al rostro y se tapo con ambas manos.

-¡ERIK VISTETE!-

Se escuchó en toda la mansión la voz del profesor a lo que Alex se despertó ofuscado y enarco una ceja –seguro que pasaron una buena noche ¿verdad?- dijo mientras movía a su acompañante, el pelirrojo se revolvió entre las sabanas y soltó un quejido –déjame dormir…-

 

 

 

 

Notas finales:

un review? <3


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