Morat miraba como la felicidad de su hermana irradiaba todo el castillo, ella no estaba ni triste ni preocupada porque su prometido la haya abandonado, su mejor amigo y su esposo siempre la visitaban y los tres felices eran ni preocupaciones tenían.
En cambio el triste y solo se sentía ya que vísperas de navidad pronto venia, desolado se quedó desde que su última navidad feliz para el su pareja lo abandono y casándose se alejó. Deseaba salir de aquel hermoso castillo e ir de guerra lo alentaba para huir de su cruel destino ya que solo estaba.
Una tarde caminando solo por el inmenso jardín que su castillo tenia, una persona que se ocultaba en un árbol observo, curioso y enojado rápidamente se acercó. Su sorpresa fue enorme al darse cuenta que uno de sus soldados era.
-Murasaki... ¿Qué haces aquí?- muy bien conocía aquel soldado que en la guerra siempre lo seguí pero al sorprenderlo su cara roja quedo ya que el soldado su mirada lanzo.
-Discúlpeme príncipe Morat pero preocupado estaba, últimamente eh visto su mirada de melancolía – el soldado hizo una reverencia pero el príncipe lo detuvo – No hay necesidad de una reverencia en cambio supongo que podre contigo desahogarme ya que en ti un amigo es lo que veo.
-Yo conozco un lugar donde nadie visita y ahí me puede contar que cosa es la que lo atormenta-el soldado tomo la mano del príncipe entre la suya y lo guio hacia una parte del jardín donde un hermoso lago se veía.
Después de acomodarse el príncipe le conto toda su desdicha y su odio por vísperas de navidad, el soldado no interrumpió y cuando el príncipe acabo Murasaki en un abrazo lo envolvió, dejo que el príncipe en su hombro se desahogara.
-Por eso en batalla quiere ir para salir de este día tan febril- el soldado miro aquello ojos rojos que lo miraban, por el llanto y la tristeza marcaba – No sería tan malo, allá las fiestas no llegan- el príncipe pensaba que se sentía cómodo junto aquel soldado que su amigo era.
Después de ese suceso, pocos días para las vísperas de navidad faltaba, el soldado cada tarde al príncipe visitaba, adoraba el príncipe verle siempre la cara ya que más tranquilo se sentía y menos odiaba aquellos días.
El hermoso lago que siempre veían, tan pacifico era, tanta tranquilidad a los dos corazones daba. El príncipe pensaba que aquel soldado no era tan feo y además al ver la sonrisa en su rostro lo tranquilizaba, amaba la manera en la que su cabello revoloteaba cual mariposa con el viento.
Tan amable y tan tierno el príncipe pensó un día en el que vísperas de navidad a tan solo tres días quedaba.
-Murasaki- quedando solo dos días de navidad lo llamo – Esta misma noche partimos hacia el campo de batalla – aquel soldado solo sonrió de manera tierna- Mi príncipe Morat yo iría con usted por tierra, cielo y mar, atesoraría cualquier lugar en el que me encuentra junto a usted su majestad- ¿Por qué harías tal cosa?- curioso el príncipe pregunto a su fiel soldado – No solo es lealtad lo que siento por usted majestad, disculpe mi atrevimiento pero lo que yo siento por usted es simplemente amor- el príncipe quedo en shock por tal declaración y al no ver respuesta el soldado continuo- Usted puede decidir si me manda a ahorcar , incluso se puede reír de mis sentimientos por usted pero yo aun así lo voy amar, no nací siendo príncipe un simple plebeyo soy, solo un soldado más de miles de cientos que hay y solo puedo pedir al cielo para que usted me quiera un poco de lo que yo siento por usted- el príncipe solo lo miraba y vio con gran horror como aquel soldado se alejaba y por no poder reaccionar el soldado se marchó.
El príncipe confundido estaba , se sentía mal por haber dejado escapar a aquel soldado que le arrancaba sonrisas y que le daba tranquilidad, su corazón sentía marchito y un dolor al ver la cara de aquel soldado abatido. No quedaba más en la noche tenía que marchar y no sabía si aquel soldado lo iba acompañar.
Lamentable suerte al recibir la noticia de que Murasaki no lo iba a acompañar en su larga travesía y solo se tuvo que marchar. En el camino pensó que aquel soldado era su amor, su corazón no mentía al decirle que lo amaba y el sentía lo mismo por aquel hermoso soldado que tenía algunas marcas de batalla.
Vísperas de Navidad llego y el enfrente de batalla se encontraba y su corazón y pensamientos eran para Murasaki que añoraba, una decisión tomo, el marchar ese mismo día para llegar y declararle su amor a su soldado.
Cuando llego al reino Morado , justo enfrente del castillo más soldados marchaban hacia el frente de batalla, solo por curiosidad paso delante de su batallón y gran sorpresa se llevó al ver a lo lejos a Murasaki. Casi por instinto se acercó al soldado que no había percibido la presencia del príncipe y en un arrebato de amor, El príncipe Morat lo beso y grande fue la sorpresa en el rostro del soldado cuando el beso acabo.
-Murasaki cásate conmigo- el príncipe se arrodillo para ver la duda en la cara del soldado y en unos tormentosos segundos este acepto y otro beso se dieron.
Después de vísperas de navidad, el año nuevo paso y al fin la boda se celebró y el príncipe Morat con Murasaki se casó.