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Turkey Dinner por sora-sempai

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Notas del fanfic:

Hola a todos yo aqui les traigo un regalo de navidad que espero les guste,

para mi fue una divertida historia así que espero para ustedes tambien lo sea

...........................

lo de siempre, esta historia, sus personajes y sus personalidades son de mi total autoria, cualquier uso de ellos debe ser consultado conmigo

así tambien esta es una historia de ficcion, cualquier parecido con la realidad es mera casuliadad.

Notas del capitulo:

Hola espero os guste mi fic, tiene referencia a diferentes juegos;

sean felices y a leer:)

La cuenta regresiva iba por la mitad, 30 segundos, de un total de un minuto de preparación, cada individuo portaba una bandera dorada, con el símbolo del equipo, en su espala.
-¿Qué son?-preguntó el Brujo elfo de sangre, llamado Kisslock.
-Druida, mago y paladín- Respondió un caballero de la muerte orco, llamado Deasther.
-Bien chicos, ya saben focus al heal… si es el druida al druida, si es el pala pues a ese- Agregó una sacerdotisa Troll llamada Inui.
Estaban preparados, la tensión era realmente poca, sabían que eran buenos así que no temían perder; la sacerdotisa renovó los buffos, dejándolos listos para la inminente batalla.
Se abrieron las puertas de la arena, dejando entrar los dos grupos en ella, rápidamente se escondieron detrás de una de las columnas.
-el pala es Represión-hizo saber el orco.
-si pero el druida está en “sigilo” aun-agrego la Troll.
-no importa, démosle al mago que es el que más jode la vida y aguanta menos-ordeno el elfo.
Los tres al estar de acuerdo con la idea del brujo, atacaron a aquella humana maga, cuando estuvo a exactamente la mitad de vida, el druida salió a curarla. Como es obvio, para no perder el daño realizado el brujo aplico “miedo” sobre el druida elfo Nocturno, acabando así con los puntos de salud de la humana. Mientras el enano paladín atacaba con fervor a la sanadora Troll.
Con la muerte de la maga, la sacerdotisa usó “control mental” sobre el paladín, mientras tanto brujo como caballero de la muerte, acababan el indefenso druida. El ultimo oponente al ver que estaba solo contra tres, simplemente se rindió; terminando la arena y otorgándoles 200 puntos de conquista a los tres Horda.
-haha Que fácil-se burlaba el orco. A las afueras de la gran ciudad capital de Orgrimar
-¡sí! últimamente, hay mucho noob- le siguió el juego la Troll.

--¡Arthur! Deja ese marico juego y alístate, ya te había dicho que en navidad cenaremos con mis padres—interrumpió Nicolás, lo que hasta ahora había sido una divertida sesión de Arenas, para Arthur y sus dos amigos en línea.
--Amor, ya te había dicho que no iba a ir…--habló el aludido, levantándose ligeramente la diadema con la que escuchaba y hablaba con sus compañeros.
-Kiss ¿Qué pasa amigo? Pon arena que estoy listo pa’ la siguiente ronda-dijo el orco saltando frente al elfo que aparecía en la pantalla como “ausente”.
-Lo siento chicos, es Nico… me está hablando- dijo por el chat escrito.
-Claro…Nicolás, empezamos con las mariconerias- escribió algo molesto el orco.
-Déjalo Javier, ya sabes novio mata wow-escribió la Sacerdotisa.
-Sí, si Carolina, pero yo estaba emocionado… ahora seguro, el tarado de Arthur nos deja aquí solo por estar con su amorcito-se quejo Javier, cuyo personaje en el juego era Deasther.
-Ya, tranquilos chicos, que me ocupo de esto y seguimos con lo nuestro-escribió Arthur.


--¿Qué dijiste cariño?... es que no escuche bien, me pareció entender que no querías ir—siseó Nicolás, intentando reprimir las ganas de saltar sobre la computadora y destruirla.

--no, no oíste mal, no voy a ir a cenar con tu familia en navidad… no quiero y punto—intentó sonar autoritario. De verdad esperaba que no se formara una discusión estúpida por este tema, y es que ya lo habían discutido días atrás; y en ese entonces y ahora, siempre había dicho
que no iría.

--¿es por ese marico juego cierto?—de verdad Nicolás estaba conteniendo la ira.

--No, no es por el juego, es más si quieres que no juegue, ¡no juego! pero igual no voy a ir a casa de tus padres—se volteo para darle al botón salir. No sin antes escribir un “sorry chicos, nos vemos otro día” obviamente Javier protestó, ante lo rutinaria que se estaba volviendo esa situación, siendo consolado por Carolina que le propuso seguir ellos dos solos.

--¿Ves? Ya lo cerré…--levanto las manos señalando la computadora, donde se apreciaba el fondo de pantalla, una foto de los dos en la cual Nicolás miraba al frente sonriente, mientras Arthur le besaba la mejilla--¿Feliz?—pregunto al ver como cambiaba la expresión en el rostro de su chico.

--Si y mucho—sonrió victorioso; en verdad odiaba que su novio se la pasara hasta cuatro horas al día, metido en esa porquería de juego.--¡bien! ahora que no tienes nada que hacer alístate que vamos a llegar tarde a la cena—feliz, junto sus manos a modo de aplauso.

--Maldita sea Nicolás, y dices que tienes 22 años… ¿Qué parte de que no voy a ir a cenar con tus padres no entendiste?—Arthur ya se estaba molestando, frunció el seño y lo miro retador.

--¿y por qué no?...sabes que mis padres nunca celebran estas fiestas, y este año, nos invitaron a los DOS a celebrar con una cena…--hablo mientras caminaba hasta el chico gamer--¿no te parece una gran oportunidad para convivir?—se sentó sobre las piernas de Arthur.

--Amor, lo hemos discutido mil y un veces… tu familia M-E O-D-I-A—retiro a Nicolás de sus piernas, no iba a permitir que el chico le sedujera para ir a la dichosa cena.

--Eso no es cierto…--ni él mismo se creía esas palabras.

--¿no es cierto? ¡No es cierto dices!—Arthur se reía como enfermo mental, asustando un poco a un muy desubicado Nicolás—Nene… Tu hermano, me mira con odio cada vez que me ve… le pone sal a mi café , creo que le puso un laxante a la comida cuando lo invitaste a cenar el mes pasado… y yo de verdad creo que está loco, o tiene un complejo de hermano mayor el incestuoso ese—

--espera yo no creo que—Nicolás iba a replicar algo, pero la mirada de Arthur y el hecho de que él mismo sabia que todo era verdad, le hicieron callar. Arthur lo miro divertido, para luego continuar con su alegoría sobre la familia de Nicolás.

--Tu padre por otra parte no aparenta que me odia, no, él me lo dicen en la cara y lo expresa cada vez que tiene oportunidad, ¡me culpa por volver gay a su hijo!, si supiera que su machito muerde almohada… --rio ante la imagen de Nicolás, en cuatro pidiendo más y más—eso sin contar la infinidad de preguntas como: ¿y qué es lo que hace para vivir? ¿Para qué sirve eso que estudio? ¿Y con eso piensan mantenerse?—Nicolás lo miraba divertido, todo era cierto; y obviamente enojaba a Arthur, pero la forma en que lo dijo simplemente fue divertida para él.

--oh vamos… puede que sea cierto, y digo puede—aclaro ante la mueca de victoria que expreso Arthur—pero… mi mamá, ella te adora—intento salvar a su familia con un último intento.

--oh claro, ella me adora—sentencio con sarcasmo—si no te has dado cuenta, ella cree que soy la NOVIA de su hijo—Nicolás lo miro confundido.

--¿Qué dices? Eso no es así… ¿o sí?—

--jaj mira que a cada fin de semana, me está llamando a que la acompañe a un centro comercial a hacer compras de ropa o maquillaje, o en sus días descarados me dice algo como: “pasemos una tarde de chicas”, creo que ella estereotipa fácilmente… mira hace dos semanas cuando vino de visita, la encontré esculcando entre mis cajones de ropa; cuando le pregunte que, qué hacía, me contesta con un “oye y donde guardas tu ropa de fiesta, es que unas amigas se van a un bar, de esos tu sabes y quieren estar a tono”… creo que ella me cree una locasa o algo por el estilo…--decía desesperado recordando, aquellos muy, muy traumastes recuerdos.

--Exageras, cachorro—

--¿Exagero? Jaj mira—levanto la mano, para mostrar la lista de llamadas de su celular; una en especial llamo la atención de Nicolás. De su madre el día anterior a las diez de la noche—me llamó a pedirme que le hiciera un corte de cabello a la moda, para navidad, porque su estilista estaba muy ocupada… que mierda voy a saber yo de peluquería… en serio esa señora tiene un grave problema con la imagen mental de la palabra GAY—se cruzo de brazos, haciendo un gesto de disgusto que a Nicolás se le torno adorable.

--bueno, todo eso que dices… quizás sea cierto—no le gustaba darle la razón completa a Arthur. Porque de ser así, seguro que se le subía el ego. –Pero por favor, cariño, nene, lindo cachorrito… ¿lo harías por mí?—Nicolás estaba usando artimañas, y la primera de ellas, era llamarlo con palabras dulces… sabia que Arthur se derretía ante estas.

--Se, que intentas… y la respuesta es un rotundo NO—hace tiempo se había levantado de su cómoda silla, y ahora ponía sus dos manos a modo de barrera, para que Nicolás no se acercase más de lo debido —además, podemos aprovechar mejor ese tiempo, para jugar un rato, nosotros dos solos... en lugar de una ridícula cena—se modio el labio inferior, de manera provocativa; con la intención de aplicar la misma táctica que Nicolás usó con él.

--Y si mejor… vamos a la cena... y después venimos a casa a jugar un ratico los dos solos—definitivamente Nicolás no se rendiría, su propósito para esa navidad no era otro que llevar a su novio a la cena familiar y si para eso era necesario, seducirlo, drogarlo o golpearlo hasta dejarlo inconsciente y luego llevarlo a rastras, lo haría.
Arthur iba negarse por milésima vez, pero ver la cara y mirada coqueta de Nicolás, viéndolo fijamente, lo hicieron dudar durante un momento; replanteándose la idea. Pero al igual que en las anteriores veces que se replanteo la idea; la imagen aterradora de la familia de su novio le llego a la mente, dándole una clara y rotunda respuesta.

--¡No!, no, no y mas NO—

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Nicolás estaba feliz, dichoso; quizás hasta eufórico, había ganado y la prueba de ello era tener a un muy aburrido Arthur caminado detrás de él.

--quita esa boba sonrisa de tu rostro, o me regreso ya mismo para la casa—

--¿Cómo puedes saber que estoy sonriendo? Si ni siquiera levantas tu rostro de ese aparato… --dijo a modo de reclamo--¿se pude saber ahora qué carajos juegas?—

--no te he visto… pero te conozco lo suficiente para saber que tienes esa mueca de satisfacción por haber ganado—hablo Arthur enganchado aun en su “Nintendo DS”
Nicolás gruño de disgusto, si era cierto que había ganado y dos veces: primero al obligar al chico a dejar de jugar con la computadora, y segundo al haberlo sacado de casa para ir a la dichosa cena, eso si había tenido que hacer una promesa algo… difícil: “Amor… si vas conmigo a la cena, te prometo ser el pasivo desde hoy hasta pasado un mes… y también prometo que te dejare jugar tranquilo sin interrumpirte, ni reclamar nada”.

Pero aun así, después de todo esto no sentía la victoria total; y es que su novio, ahora le prestaba más atención a un estúpido aparatico de video juegos, portátil, que a él mismo.

--bueno, y se puede saber ¿qué juega ahora el señorito?—

--Pokémon—respondió escueto.

--¿pokémon y esa mierda no la pasaste toda, la semana pasada?—si bien odiaba la mayoría de juegos que, Arthur tenia, bien se sabía la
mayoría de ellos, cuando y como los empezaba o los terminaba. O sea siempre estaba al tanto de todo lo que el chico jugaba, sea en la PC o en alguna consola.

--¿eh?.. si, si pero ese era el pokémon blanco y negro 1, ahora me estoy pasando el pokémon blanco 2, además estoy a punto de derrotar a Iris, la campeona—hablo sin prestarle mucha atención al camino, solo seguía la espalda de su novio.

--Blanco 1, blanco 2, negro 1, negro 2… hace un mes jugaste el diamante y perla… y hace un año no jugaste el zafiro y rubí ¿Cuántos juegos pendejos de esos existen? ¿Qué no son la misma mierda todos?—

--¡estás loco Nico!... como vas a decir tal cosa; claro que no, cada juego cambia…—

--…cambia la rutina, hay nuevos pokémon, diferentes gimnasios y diferentes Alto mando…--completo la frase que iba a decir Arthur.

--y si sabes todo eso, porque preguntas idioteces—

--por que me molesta que pases tanto tiempo en esos juegos… me siento…--iba a decir solo, pero diría una mentira, es cierto que Arthur era un “Gamer” sin remedio; pero el chico trabajaba duro en una farmacéutica elaborando medicamentos, por la mañana, había estudiado Química y farmacia; por la tarde llegaba y jugaba un buen rato, y luego de eso le dedicaba a él todo el tiempo restante; que era básicamente la noche.
Pero Nicolás quería mas, quería de Arthur todo el tiempo libre que este pudiera darle, quería aprovechar todo el tiempo, juntos, mientras la llama de la pasión estaba en su intensidad más alta. Y es que ya llevaban viviendo juntos un año entero, y su apartamento apenas estaba decorado; eso no parecía el hogar que siempre soñó Nicolás, cuando encontrara al amor de su vida y se fueran a vivir juntos.

--Nicolás, se que ya hemos hablado de esto y sé que la calle no es el mejor lugar para hacerlo... pero parece que tenemos que hacerlo—sonrió apagando la consola y guardándola en el bolsillo de su chaqueta—Amor, llevamos 4 años de pareja y uno viviendo juntos… y la verdad no termino de comprender, porque no te gusta que juegue; si cuando estábamos en secundaria hasta me pedias que te ayudara a pasar niveles en algunos de los juegos… recuerdo tanto cuando venias a mi casa, nos sentábamos por horas a disfrutar de una buena sesión de video juegos—hablo con clara añoranza en su rostro.

--aun no entiendes, porque yo hacía eso… ¿cierto?—Arthur negó con la cabeza—pues porque quería estar con tigo… me gustabas y no encontré otra forma de hacerlo—hablo serio mirándolo a los ojos.
--si bueno, pero tú también lo disfrutabas… te emocionabas eh incluso madreaste un par de veces a los “Boss” de los diferentes niveles—quiso aclarar.

--es cierto, no niego que también me gustan tus jueguitos…--Arthur lo miro con el seño fruncido, ante la denominación de “jueguitos”—pero, pero—dudo

--¿pero? Vamos dime—

--pero, me siento un poco solo… ya sabes yo quisiera que saliéramos mas, que usaras ese tiempo libre en, no sé ir con migo a un parque o para comprar alguna linda decoración para el apartamento; o en el mas laxo de los casos, que entre los dos preparemos una cena especial, por no sé hacer un momento romántico—
Arthur lo miro sorprendido, nunca pensó que su amor se pudiera sentir así, él siempre se hizo a la idea de que Nicolás se sentaría a su lado y seria su compañero de juegos, su coentrenador, su heal en arenas. Solo pensó en él mismo, entonces se sintió mal, era pésimo como pareja, había olvidado compartir intereses.

--Yo… no… pensé, lo siento discúlpame nene… vamos a la cena con tus padres es mas no tienes…--iba a decir que no tenía que cumplir su compromiso, pero el hecho de tener a un Nicolás sumiso y tierno, que no molestara mientras jugaba, se le hizo demasiado tentador como para rechazar la idea—prometo estar mas pendiente de esas cosas, y no jugar todos los días—Dura promesa, pero la cumpliría.

--Gracias, y yo prometo sentarme con tigo a jugar de vez en cuando— el corazón de Arthur dio un vuelco y su mirada se ilumino.

--¡Te amo!—Emocionado salto a besar a Nicolás, sin importar la gente que pasaba y los miraba con desprecio.

--Calma cachorro, sabes que a ninguno de los dos, nos gusta dar miel en público—dijo rojo hasta las ojeras, separando ligeramente a un muy emocionado Arthur.

--Oye, pero este no es el camino a casa de los demonios—habló, intentando cambiar el tema.

--Nop, este no es el camino… es que primero tenemos que pasar a comprar la cena—aclaro Nicolás, poniéndose nuevamente en marcha.

--Explícate—

-- Es que, mi padre dijo algo como, “no voy a cocinar nada si viene ese vago con tigo”; así que me toca a mi hacer la cena—sonrió restándole importancia al tema, con un ademan de la mano.

--Ah…--ahora que si no entendía, el por qué de tanta insistencia por parte de Nicolás; si sabía de ante mano que, la invitación no era para dos si no solo para él. Sin embargo no dijo nada, suficiente discusión habían tenido ya por esa dichosa cena.

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Llegaron, a la casa familiar de Nicolás; ambos cargados de paquetes con los diferentes ingredientes para la cena; al entrar la bienvenida fue: dulce, amorosa, eufórica y alegre; besos, abrazos e incluso una lagrima de felicidad, por parte de la madre se hicieron presentes. Pero tal bienvenida tan “familiar” fue solo para Nicolás, el cual además fue desprendido de los paquetes, para que no hiciera un sobre esfuerzo. Entre tanto la bienvenida para Arthur fue, cargarlo con los paquetes que le quitaron a Nicolás y un: “deja eso en la cocina, vago”

--Calma, Arthuro… cálmate solo respira, es solo una estúpida cena que terminara mas pronto de lo que crees, solo tenles paciencia…--intentaba animarse el mismo—recuerda lo haces por él—
Tomo un vaso de agua, y se encamino a la sala, donde sus muy animados suegros le preguntaban a Nicolás, sobre cómo le iba en el restaurante, ya que el chico trabajaba como Chef.

--Nico, ya están las cosas en la cocina… ¿no tenias que hacer algo?—preguntó, con la intención de hacer reaccionar al chico y que se separara de esas lacras, o sea sus queridos suegros.

--¡es cierto!... padre, madre me retiro… voy a poner a cocinar el pavo—se levanto con la intención de ir a hacer su labor culinaria.

--Deja que el inútil ese haga algo, ¿o es acaso que tras de todo no sabe cocinar?— hablo Ignacio, el hermano mayor de Nicolás.

--Nico…--murmuro entre dientes, aguantando las ganas de soltarle mil y un insultos a la familia allí sentada en el sofá, viendo un comercial de jabones.

--No, si es que la vamos a hacer juntos… verán cómo queda deliciosa—y empujando por la espalda saco a Arhur de aquella sala, donde seguramente el Químico cometería homicidio.

--cálmate cachorro, sabes que mi hermano solo quiere sacarte de tus cabales—dijo tomándolo por los hombros intentando bajar la tensión que claramente tenía el chico—Ahora ayúdame a descongelar el pavo y cortar las verduras—hablo, mientas empezaba a prender el fogón de la estufa.

--¿Qué te hace pensar que te voy a ayudar? Tú fuiste el que se comprometió con esto—

--bueno, si no quieres, no ayudes; es cierto yo fui el que se comprometió, pero entonces ve y siéntate en la sala con ellos, a mirar una de las tantas y aburridas películas de navidad—dijo sin mirarlo a la cara, mientras echaba la sal al agua del arroz.
Arthur lo pensó dos segundos, antes de ponerse a cortar las verduras, era mil veces mejor ayudar a Nicolás en la cocina que ir a ver una estúpida película, junto con los demonios; el chef simplemente lo miro divertido, a veces su chico podía ser tan, divertido.
Cerca de cuatro horas después, a eso de las nueve y media de la noche, estuvo por fin lista la cena: pavo ahumado, arroz con pollo, natilla, pan de maíz, papas rebosadas y una ensalada de manzana. Arthur ordeno la mesa y junto a Nicolás llevaron los platillos.

--esto se ve delicioso, ¿pero será comestible?—dijo con cizaña, el padre de familia.

--No se preocupe, Señor Rodolfo… yo nunca atentaría contra la integridad de una persona, poniéndole algo extraño a la comida—respondió con sorna Arthur, mirando a Ignacio, el cual solo desvió la mirada.

--Qué cosas dices amor…--le dio un codazo en las costillas—mejor sentémonos—con la mano derecha lo halo para sentarlo fuertemente.
Todos comieron con gana, disfrutando la deliciosa sazón que poseía el joven chef, manteniéndose en casi total silencio, solo interrumpido por frases como: “pásame la sal” o “pásame la salsa”.
Cuando ya habían acabado y todos los de la familia agradecían por tan especial comida, hablo Nicolás; hastiado de la situación.

--bueno, les he dado tiempo suficiente… pero ya es hora de que vayan haciendo lo que me prometieron—hablo Nicolás, limpiándose la boca con una servilleta.

--Hijo, ¿enserio es necesario?—pregunto casi suplicante el padre. Mirando hacia los lados para pedir apoyo moral por parte de su esposa e hijo mayor; estos por su parte, solo bajaron la cabeza.

--es necesario—sentencio—os dije que venía hoy y ustedes hacían eso… o si no, no me volvían a ver en toda la vida—dictamino serio.
El patriarca de la familia volteo a mirar con odio a Arthur, el cual confundido por la situación solo permanecía en silencio.

--ok… si no queda de otra—suspiro derrotado, intentando coger todas las fuerzas que necesitaba—comienza tu, Ignacio—ordeno el padre al darse cuenta que, aun no tenía la fuerza moral, para llevar a cabo la tarea de que su hijo le exigió.

--¿Por qué yo?—replico cual niño de cinco años, Don Rodolfo y Nicolás lo miraron fijo—ok…Arthuro—el aludido lo miro confundido—nosotros queríamos… pedirte disculpas, sentimos como te hemos tratado hasta ahora…y… yo por mi parte no volveré a alterar tus alimentos—habló, casi ahogándose con sus propias palabras.

--¿Nico?—pregunto queriendo una explicación de tal acto, que seguramente era augurio del fin del universo.

--Calla y escucha… papá tu turno—

El hombre suspiro por décimo tercera vez antes de hablar—Arthuro, sé que mi hijo te ama, aun no sé que vio en ti, en lugar de escoger una linda chica de grandes senos, pero aun así lo hace y yo ya no puedo interferir en ese sentimiento ni en tu relación… no estoy diciendo que te quiera como yerno, pero por lo menos intentare conocerte mejor—

--señor Rodolfo, no sé qué decir—Arthur estaba mas que sorprendido.

--no digas nada, suficiente con lo que ya he dicho yo…no quiero que esta cena se vuelva una fiesta de arcoíris—

--¡papá!—recrimino Nicolás, el hombre solo se encogió de hombros—Ahora tu mamá—

--si querido—Hablo por primera vez la señora Natalia—Arthur yo de verdad solo he intentado, confraternizar con tigo jamás tuve malas intenciones, ni mucho menos ridiculizarte; lamento haberte tratado de ese modo—hablo la mujer, con sinceridad.

--Yo… yo de verdad, agradezco sus disculpas, y también prometo intentar llevarme bien con ustedes. Pero por ahora necesito hablar en privado con este pequeño diablillo… si me disculpan—agarro a Nicolás del cuello de la camisa y lo halo hasta la cocina.

--¡oye! Eso duele bestia, dañaras mi camisa nueva—reclamó, arreglándose de nuevo la ropa.

--¿con que eso era lo que tenias planeado desde el principio? Ahora entiendo el porqué tanta insistencia, si me lo hubieras dicho desde el principio no me hubiera opuesto tanto a venir—

--si te lo hubiera dicho desde el principio no habría visto tu linda cada de confundido—

--Eres, eres un pequeño y diabólico… manipulador—se acerco, para mirarlo de cerca al rostro—pero aun así te amo, como no tienes idea—cerro la distancia con un jovial beso.

--yo también, cachorro—respondió un poco aturdido por las palabras dulces que tan poco le salen a Arthur.

--bien, vámonos a casa ahora… dijiste que jugaríamos los dos solos cuando acabara la cena—Nicolás se sonrojo, ante la idea de una noche pasional junto a su novio—así que nos espera una buena ronda de HALO, ¿sabes jugar, no?

¿HALO?

¡HALO!

Otra vez esos estúpidos juegos se interponían entre él y un tiempo de calidad con su pareja…

¡No lo permitiría!

¡PRIMERO MUERTO!

Notas finales:

como, prodran da cuenta el fic es algo friky así que pues espero les haya gustado, por otro lado no se si aclararlo... pero la primera escena esta basada en algo que me paso a mi; si en efecto juego con un elfo de sangre brujo xD

jejeje

bueno espero sus comentarios opiniones, criticas o lo que sea

bye bye y aunque yo no lo celebre propiamente dicho

se que muchos si...

así que felices fiestas :)!!!


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