Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Háblame de eso por MissCooper

[Reviews - 65]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 


Prólogo



-Bien,¿por donde empiezo? ¿Digo mi nombre como en las reuniones de adictos de las películas?¿O voy directamente a contarle mis problemas?-Me senté en uno de esos sillones de cuero negro que tienen en las consultas como en los que salen en las películas. Era mi primera sesión de ese tipo y los nervios me hacían enredarme unay otra vez un cacho de hilo que había arrancado de mi camiseta sobre la primera falange de mi dedo índice.

-Empecemos por presentarnos. Tu nombres es Jill, ¿verdad?- Afirmé con la cabeza recostandome sobre el respaldo del asiento.-Yo soy Maggie y voy a ser tu terapeuta- La mujer se presentó con una sonrisa muy amable. La verdad es que por un segundo casi me sentí cómoda.

-Encantada,Maggie- le devolví la sonrisa de forma condescendiente antes de encauzar la conversación.

-Bueno, Jill... Hablemos de ti- Oh,oh,empezaba- Cuéntame los motivos por los que has decidido venir a terapia.

Entrecerré los ojos en busca de una respuesta aceptable. No quería que en mi primer día me tachasen de loca,paranoica o cualquier conducta poco saludable. La verdad es que ir al psicólogo no era una práctica muy común en mi entorno, todavía era algo poco aceptado socialmente... quizás por eso estaba tan nerviosa.

-Pues si te soy sincero, creo que vengo por mis amigas- Miré de reojo como iba anotando cosas en una pequeña libreta roja. Recuerdo que me fijé en sus manos, eran unas manos cuidadas y muy bonitas en las que puede ver como lucían una alianza.

-¿Por tus amigas?.

-Cuando digo que vengo por mis amigas, me refiero a que ellas me aconsejaron que buscase algún tipo de ayuda-Resoplé recordando el momento incómodo en el que casi me forzaron a ir a aquel lugar- Me hicieron una intervención, como en las series. - Maggie arqueó su ceja izquierda apoyando el cuaderno encima de sus piernas elegantemente cruzadas.

-¿A qué te refieres con intervención?¿hiciste algo que peligrase tu vida?-Pensé en lo que me iba a costar hacerle entender todo aquello.Recuerdo que me pareció raro que no supiera lo que era una intervención, es decir, no tendría mucho más de treinta.


-¡No!...-Solté una risa nerviosa ante la idea de poder hacerme algo- Una intervención es lo que hacen tus amigos cuando necesitan hablar contigo para hacerte ver que tienes algún tipo de problema....como una fiesta pero sin globos y más drama.

Cada frase que lanzaba ella iba corriendo a apuntar de nuevo cosas en su libreta...lo que había dado por leer que estaba pensando de mí en esos instantes.

-Entonces tus amigos te enviaron porque tienes un problema... Centrémonos en el problema y cuéntame cual es la razón por la que tuvieron que intervenir.


Resoplé sin poder evitar la desgana que me producía toda esa situación... La verdades que había pasado un mal momento, pero podía con ello... o no.

-Todo empezó cuando conocí a Shage- Tomé una pequeña pausa y continué con mi historia


Hace dos años trabajaba de camarera en una cafetería de Brooklyn. No era el trabajo de mi vida, pero aprendí mucho. El sitio era bastante guay, mis compañeros eran amables y podías servir los cafés con dibujos... soy toda una artista-Acompañé esto último con una tímida sonrisa ladeada -Bueno...una tarde apareció una chica bastante llamativa. Llevaba las típicas pintas de mujer rebelde a la que la vida ha tratado mal,¿sabes?. Recuerdo muy bien su pelo de color rosa y cada detalle de como vestía... piercings, ropa rota y oscura, tatuajes...Era tan distinta a mí- Bajé la mirada para enfocarla en el hilo que una y otra vez no dejaba de enroscar sobre mi dedo- Tenía todas esas pintas de chica alternativa y misteriosa que te obligaba a no poder apartar la mirada de ella. Recuerdo que llevaba un estuche con una guitarra y yo me acerqué para ver que quería.




-Buenast ardes ¿Qué vas a tomar?- Por alguna extraña razón el mero hecho de hablar con ella me ponía nerviosa. Me generaba tal curiosidad que quería saber hasta como era su voz. Me la imaginaba ronca y áspera,malgastada por el tabaco y la mala vida...como en las series,vamos.

-Em.-Revisaba la carta con cara de recién despertada-¿Hay algo con cacao?- Casi dí un salto de alegría al ver que su voz era exactamente como me la imaginaba.

-¡Tenemos un frappuccino buenísimo!-Dije demasiado emocionada dándome cuenta de que debía rebajar el tono si no quería hacer el ridículo.

Ella movía los labios de un lado al otro mientras meditaba si era lo que estaba buscando.

-Vale,es igual. Dame un frapu lo que sea.-Mientras apuntaba el pedido pude fijarme en como miraba la hora,parecía inquieta como si llegara tarde a algún sitio. Movía la pierna con un ligero tembleque.- Tengo algo de prisa, ¿crees que tarda mucho?

- Ahora mismo te lo traigo- Intenté tranquilizarla con una tímida sonrisa que no creo que ni reparase en ella.







Corría la máquina y preparé el frappuccino más rápido de toda mi vida laboral. Quería que estuviera buenísimo para que volviese pronto por allí, pero también tenía que tenerlo lo más deprisa que fuera posible, así que no creo que ese fuera mi mejor café. Cuando terminé le hice una clave de sol con leche fría. Como ya le he contando antes, soy una artista en esa materia. Corrí de nuevo para entregárselo y... ahí empezó todo

-Vaya.-Una sonrisa perfecta deslumbraba su rostro- Me encanta el dibujo...ahora me da pena bebérmelo... -Apoyó la taza sobre la mesa para observarlo desde mejor perspectiva.

-Pues si tienes prisa es mejor que te lo bebas...¿Das algún concierto o algo?-Me aventuré a preguntar señalando la guitarra.

La chica miró en dirección al instrumento como confusa antes de poder responderme.

-Sí,perdona- Tomó un sorbo del café haciendo desaparecer la perfecta clave de sol que había dibujado con la leche- Ahora tengo una prueba de sonido, pero esta noche es el concierto-Volvió a beber de su taza y continuó hablándome- ¿Te apetecería venir?

Recuerdo perfectamente el sentimiento de cosquilleo que invadió mi cuerpo cuando aquella preciosa completa desconocida decidió invitarme a su concierto.

-¡Claro!-Paré en seco al darme cuenta de que volvía a contestar de manera extremadamente animada. Rebajé un poco el tono y continué hablando para poder aceptar su invitación de una manera algo más digna- Si me dices dónde es y a qué hora intentaré pasarme.

Sacó un bolígrafo de su cazadora para apuntarme los datos en una servilleta. Todavía guardo esa servilleta,¿sabe?.

-Toma, espero verte en primera fila- Luché con todas mis fuerzas para no ponerme roja como un tomate...con un fracaso descomunal por mi parte...-Puso un billete en la mesa y se levantó del asiento.-Quédate la propina - Apuró el café a toda prisa y se marchó despidiéndose con un movimiento de muñeca.


Me pasé el resto de mi jornada laboral pensando en esa noche, en que ponerme y en convencer a alguien para que me acompañase al concierto. No era plan ir sola para estar rodeada de desconocidos e intentar a ver a una persona que no sabía ni su nombre...No soy tan inconsciente como para hacer algo así...entusiasta sí, desde luego... pero inconsciente... puede.
Al terminar mi turno hice un par de llamadas con las que logré engañara un dos amigas para que me acompañasen. Las famosas amigas de la intervención, para que vaya tomando nota sobre ellas que son personajes habituales en esta historia.

Todavía me río cuando pienso en la cara que pusimos cuando entramos en la sala de conciertos, había un montón de gente alternativa con la que no pegábamos nada en absoluto. Parecíamos tres niñas que se habían perdido en una excursión de su colegio de monjas. La mayor parte de las personas que había en esa sala iban tatuados, con crestas,pendientes en lugares que no deberían ser agujereados, botas altas,cuero negro, rejillas,pinchos... Mer y Jules me miraron con terror, pero aún así no dejé que se fueran.

Pagamos las entradas, pasamos al local y la gente no dejaba de mirarnos. Puede que fuera por la camiseta rosa de Mer o por mi capucha con orejas de conejo. O quien sabe si simplemente nadie nos miraba y me lo estaba imaginando todo dándome más importancia de la que merecía. A veces lo hago...
El caso esque nos colocamos en primera fila. Expectantes... y algo preocupadas por el señor de mi derecha, no dejaba de mirarnos con su ojo de cristal...todavía me da repelús recordarlo. Nos tranquilizó el tatuaje de amor de madre que lucía en su hombro izquierdo, eso dejaba entrever que en realidad era un chico sensible.

-¿Y de que dices que conoces al grupo que toca?- Preguntaba Jules mientras intentaba ver algo por encima del escenario.

-La guitarrista es cliente del café donde trabajo.


-Vaya, no sabíamos que tuvieses una amiga gótica.- Miré alrededor antes de responder a esa pregunta. Estaba tratando de encontrarla, lo más seguro es que se encontrase en algún tipo de camerino tomándose alguna cerveza antes de salir a tocar... pero si había suerte.

-No creo quesea gótica, exactamente... Bueno la he conocido hoy, igual si es gótica.

Ante mi respuesta las chicas me lanzaron una de sus miradas en plan madre. Esa mirada me da mucho miedo, es como cuando descubren que has roto el jarrón hecho de algún material carísimo que te trajo el tío Phil de su viaje por África.

-¿La has conocido hoy y nos traes a este sitio a verla?- Mer a veces puede ser un poco controladora. No quiero hablar mal, no me malinterpretes que yo la quiero con todo lo que puedo querer... Pero necesita que esté todo organizado meticulosamente. Esculpa de sus padres, siempre están con ese rollo de si va a pasar algo seguro que te pasa a ti. Así yo tampoco podría vivir tranquila, que estrés.

-Exacto, me pareció bueno plan ir aun concierto. ¡Así hacemos algo diferente!-Era una vende motos, no voy a negarlo. Pero tenía que amansar a las fieras si quería seguir allí.

-Al menos sabrás si el grupo es bueno, ¿no?

-¿Si te digo que no me chillarás?

-¡Apuesta que sí!

-Pues entonces si que lo sé.- Sonreí a Mer para quitarle hierro al asunto, pero solo conseguí que me golpease con su bolso.

-Chicas-Interrumpió Jules -Ya salen.

Eran cuatro miembros una bajista con el pelo corto de punta y de un color amarillo pollo casi deslumbrante, lo extraño de todo es que le quedaba favorecedor. El batería iba descamisado dejando ver un montón de tatuajes que le cubrían por completo el torso. Tenía un pelo negro largo y liso que casi le tapaba toda la cara. Después me fijé en la cantante, lo cual hizo que un sentimiento de inferioridad muy gordo ocupara todo mi cuerpo. Era una mujer realmente bonita. Rubia como un Barbie con el pelo recogido en dos coletas. Vestida como una colegiala buscando alterar al personal y le quedaba como si de una modelo se tratase. Pero a mi me seguía llamando la atención la chica del café. Llevaba la misma ropa que cuando la vi horas antes en el café pidiendo ese frappuccino...pero ahora tenía algo especial. Estaba brillante, como si toda la felicidad del mundo se concentrara en ella cuando estaba subida en ese escenario... y allí es cuando me di cuenta. Tenía que ganarme a esa chica.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).