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Antojo de amor. por sorasunao

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Notas del fanfic:

¡Hola gente bonita! Haaa se siente bien estar de regreso jeje y es que después de tanto tiempo sin escribir, por fin me he animado a subir ésta idea que ya llevaba tiempo rondando mi loca cabecita.

Notas del capitulo:

Estoy feliz de volver a compartir mis escritos con todos y todas ustedes, aunque  sólo soy una escritora aficionada amante del yaoi, aún así espero cumplir con sus expectativas.



He visto que ya muy pocas personas suben fics, no se cual sea la razón, pero una de ellas según yo es que eso se debe a la poca participación que hay respecto a los comentarios y reviews, créanme es él sueldo por así decirlo, y lo digo en serio cuando digo que es decepcionante para las autoras el no recibir ni un solo comentario u_u

asi que ya saben gente, a apoyarnos unas a otras!!! creanme que las autoras estaran mas que agradecidas n.n

En fin espero que al final puedan darme a mi su linda opinión n.n


El primer capitulo *respira profundo* estoy nerviosa, jeje espero les guste, nos vemos abajo.

 

( gravitation no me pertenece, sino a Maki Murakami)

Capitulo 1 "Esa noche"

 

 

 

Se encontraba en uno de sus tantos paseos nocturnos en busca de algo de inspiración para lo que sería su próxima novela. La fecha de entrega estaba cerca, y él solamente llevaba una cuarta parte de lo que se supone tenía que ser su historia. Tal vez cortara partes importantes para así terminarla pronto, o igual, podía hacer que su protagonista muriera de cualquier tontería y dejar la trama principal volando a imaginación de las lectoras. Si, tal vez eso haría, así que ya con esa placentera idea que se acoplaba a su conveniencia, caminaba tranquilo en la obscuridad bajo la luna y las destellantes luces de lámparas de los postes que había en el parque por el que ocasionalmente acostumbraba pasear.

Mientras disfrutaba el tabaco de su cigarrillo, pasó de largo hasta llegar a una banquita y se sentó, ignorando a otra persona que se encontraba sentada en la otra banca justo al lado en la que él se encontraba. Su cigarrillo se terminó, así que sacó otro y encendiéndolo se dispuso a continuar con su tranquilidad , o eso era lo que pensaba, de no ser porque la otra persona se puso de pie, comenzando a caminar de un lado a otro, o eso era lo que el rubio suponía que estaba haciendo, pues la verdad ni siquiera se digno en voltearlo a ver, simplemente lo ignoró sin prestarle ni las más mínima atención.

 

La brisa nocturna comenzó a hacerse presente al cabo del paso de los minutos, las personas pasaban caminando, y una que otra parejita se detenía a ver las estrellas para después seguir con su paseo.

Pero eso era algo que en verdad al rubio no le importaba, pues él simplemente buscaba despejar su mente, buscar algo de inspiración y disfrutar de un buen cigarrillo, y hablando de eso, el segundo de esa noche ya se le había terminando, así que maldijo por lo bajo al rebuscar en su saco y darse cuenta de que ya no tenía ni uno más. Bueno, al fin y al cabo en su departamento le esperaba otra cajetilla, o pensándolo bien, no le caería nada mal una que otra cerveza.

 

Así que decidido se levantó, y se marchó sin ningún otro contratiempo camino a su casa.

 

 

 

-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-

 

 

 

Un nuevo día, y tal parecía que la musa de la inspiración se había tomado unas largas vacaciones, ya llevaba varios días sin poder escribir nada de nada, no se le ocurría ni una buena línea para comenzar siquiera con su novela, aunque ya tenía algunas ideas, seguía estancado en la idea principal.

 

Esa tarde, tras confirmar con fastidio que nada iba a conseguir si continuaba sentado en su estudio, nuevamente salió a caminar, caminó por la ciudad hasta llegar al parque que frecuentaba, en dónde observó a la gente que disfrutaba de los últimos rayos de sol que regalaba el atardecer.

 

Buscó con la mirada una banca vacía, y encontrándola se sentó en ella, observando despreocupadamente como las personas iban marchándose de a poco en poco con el paso de las horas. Hasta que al cabo de un rato, sólo habían quedado él y otra persona que se encontraba sentado en la banquita de al lado.

Había pasado largo rato todo en completo silencio hasta que...--disculpe -- una vocecita  se escucho rompiendo su preciada paz -- podría decirme la hora por favor -- El rubio ni siquiera miró al que le preguntaba, simplemente se fijó en el reloj costoso que llevaba en su muñeca.

 

--9:45 -- contestó sin interés, y recibió un leve y muy bajito  "gracias".

 

 

Aquella persona desconocida se levantó de su lugar y comenzó a caminar de un lado al otro, después volvió a sentarse y al cabo de algunos minutos, movía sus piernas para después dejarlo y continuar con sus manos, entrelazándolas, cruzándolas, frotándolas.

 

El rubio, simplemente trataba de ignorar esos ruiditos que llegaban a sus oídos, y los cuales ya estaban por colmar su paciencia que de por si era algo con lo cual parecía carecer.

 

--disculpe -- volvió a escuchar esa tímida voz que se dirigía nuevamente a él.

 

--... -- no respondió, no estaba de humor, y tal parecía que todo mundo estaba dispuesto a no dejarlo disfrutar de su adorada tranquilidad.

 

--podría...lamento mucho la molestia pero... por favor volver a darme la hora -- el rubio notó como aquella vocecita temblaba, ya fuera por él frío que embargaba la noche, o por cualquier otra cosa, en fin, lo que sucediera con otras personas era algo que a él no le importaba en lo más mínimo.

 

--12:25 -- ¿12:25?, mierda, el tiempo se le había pasado volando, ya era algo tarde y debía regresar a su departamento, pero antes de que lo hiciera, unos débiles sollozos llegaron a sus oídos.

 

Oh, genial, ahora tenía que soportar el irritable lloriqueo de quien sea que fuera aquella persona que ni se había dignado a mirar, porque la verdad no le importaba ni un pepino.

 

Pero para su buena suerte, los sollozos dejaron de escucharse al cabo de unos minutos, y el frió comenzaba a hacerse más presente, así que consultó su reloj, viendo que eran las 12:40, bueno, sólo se quedaría un poco más y después regresaría a tratar de escribir.

 

Sacando uno de sus amados cigarrillos, se dispuso a encenderlo, observando como una nueva persona llegaba y se dirigía al parecer a la otra que hace algún rato le había preguntado la hora.

 

Después llegaron a sus oídos claros murmullos de la conversación que comenzaban a tener aquellos dos extraños, gracias a que el parque estaba completamente vacío y en silencio, sus voces podían escucharse claramente aunque no trataras de ponerles atención.

 

--tardaste mucho -- escucho decir una voz un tanto conocida, y claro, pues era una voz dulce, aunque se escuchaba muy nerviosa y cortada, la misma que minutos atrás le había consultado la hora, aunque no sabía a quién pertenecía, pues en ningún momento le había dado importancia a su poseedor, pero de lo que si estaba seguro es que esa voz pertenecía a un chico.

 

--fue culpa tuya por llamarme tan de pronto -- contestó otra voz con tono más grave, claramente perteneciente a otro hombre, pero a diferencia de la otra, esta no se escuchaba para dulce ni mucho menos suave, al contrario, esa voz era tan común y corriente como la de un hombre cualquiera.

 

Después nuevamente esa cálida vocecilla.

 

--te llamé temprano, ayer ni siquiera viniste y hoy, ¿sabes el tiempo que llevo esperándote aquí? --

 

--si, si, como sea, no me vengas ahora con tus estúpidos reclamos, además no tengo porque explicarte nada --

 

--estabas con tus amigos ¿verdad?--

 

-- y que si lo estaba --

 

--¡ayer te esperé todo el día! y ni siquiera me contactaste y hoy igualmente ¡llevo horas esperándote!--

 

--mira, cállate de una vez que no estoy de humor, mejor dime que es lo que quieres para poder irme --

 

--...--

 

--¡lo vez, ni siquiera sabes que decir, esto no es nada importante, ¿sabes qué?, me largo!--

 

--e-espera...yo... si es muy importante lo que tengo que decirte -- la vocecita se escuchaba cada vez mas temblorosa.

 

--habla ya, que tengo sueño --

 

--es que yo...yo...--

 

--¿tu qué? --

 

--yo...voy a... es que...--

 

--...--

 

--yo...yo...e-estoy... estoy embarazado--

 

 

El viento soplo mientras el silencio se volvía a hacer presente en ese lugar.

 

--¿qué?--

 

--pues eso, que voy a t-tener un bebé --

 

--no estoy para tus bromas --

 

--no es una broma, ¿crees que bromearía con eso? --

 

--b-bueno pues felicidades, que mas quieres que te diga --

 

--¿como que qué?, pues... ¿dime que vamos a hacer? --

 

--¿vamos? -- se escucho aquella voz con sonido burlesco.

 

--p-pues si --

 

--es tú problema, no el mío --

 

--¿cómo?, espera...no me digas que éste niño se formó por arte de magia --

 

--claro que no, pero ¿cómo se que en verdad es mío? --

 

--¡¿qué?!¡cómo te atreves a insinuar eso!, ¡claro que es tuyo!¡ eres el único con el que yo...! --

 

--bla, bla, bla, si, mira, yo mejor me voy --

 

--espera, como que te vas, y que es lo que vamos a hacer -- sonaba desesperado, como si estuviera a punto de soltarse a llorar.

 

--ya te lo dije, ese problema es tuyo, a mi ni me involucres, y mira, hasta aquí llegamos, lo mejor es que ya no nos volvamos a ver porque contigo no se puede --

 

--¡pero, espera!, ¡yo ni siquiera quería que aquello pasara!¡ni siquiera me di cuenta!-- su voz se quebró en ese instante.

 

--tengo sueño, me voy --

 

 

Después de eso, se escuchó movimiento, y después un hombre joven de cabellos negros pasó caminando frente al rubio, alejándose hasta que sus pasos ya no fueron escuchados.

 

Pero tal parecía que esa noche no iba a ser la noche tranquila que el escritor pensaba, pues ahora unos sollozos inundaban el lugar. Así que ignorando aquellos fastidiosos sonidos, y maldiciendo mentalmente, se levantó de su lugar, dispuesto a marcharse, pero no sin antes voltear y mirar a

aquella persona que había osado interrumpir su amada tranquilidad, así que antes de irse, pensaba en por lo menos dirigirle una mirada de esas que matan y que él sabía hacer muy bien.

 

Caminó hacia esa persona y cuando por fin la miró, se encontró con una extraña cabellera rosa, aunque desafortunadamente el rostro de aquella persona no podía verse ya que estaba entre sus manos, sollozando sin darse cuenta de que era observado por alguien más.

 

 

El rubio vio como aquel cuerpecito temblaba en espasmos causados por el llanto, el frio, y tal vez miedo.

Parecía rendido, con la cara entre sus manos y lloraba desconsoladamente, dejando al rubio un tanto sorprendido.

 

Se escuchaba su voz quebrada bajo todo ese llanto -- porque me pasa esto a mi -- hablaba entre sollozos -- que voy a hacer --

 

 

El viento era bastante helado, ya que pasaban de las 2 de la madrugada, así que un tanto decepcionado de no poder lanzar su mirada asesina, simplemente se limitó a darle el último golpe de la noche.

 

-- mira mocoso -- le hablo-- no eres la única persona que sufre en éste mundo... así que no te hagas la víctima --dio media vuelta marchándose de ahí.

 

 

 

 

 

Continuará...........

 

 

 

 

Notas finales:


Espero que no haya faltas de ortografía, traté de cuidarlas mucho.

 

En fin, nos vemos la próxima. Les mando saludos y sean felices!

Me harían muy feliz si me dejan su preciado comentario para saber que les pareció. ¡Muchas gracias y hasta luego!


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