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MI VIDA SIN TI por crystalwall

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen, solo tomo sus nombres para hacerlos sufrir

Notas del capitulo:

Hola, este fic está dedicado con mucho cariño a Mayte (Shun4ever) por su cumpleaños, yo se que me atrasé mas de un mes pero de cualquier manera espero que te guste

Capítulo uno.- Mi vida contigo…

 

Era una mañana de sol, en uno de los parques de la ciudad habían muchas personas que estaban disfrutando del invitante clima que reinaba, habían muchos niños jugando, perritos y demás mascotas corrían libres jugando con sus amos, así era por lo regular las mañanas de domingo en el parque central

 

Una limosina circuló el parque dos veces antes de encontrar estacionamiento en el lugar perfecto, la ventana del asiento de atrás se bajó un poco dejando ver solo un par de gafas oscuras que escondían un par de ojos negros que miraban ávidos a un pequeño niño jugar con su padre, el niñito no podía tener mas de dos años y estaba muy entretenido con un cachorro que corría de aquí para allá tratando de quitarle al niño un frisbie, el pequeño tenía los cabellos negros y los ojos del mismo color, era algo gordito, tenía la piel muy blanca y era muy parecido a su padre el que lo miraba con una sonrisa en sus labios

- No amorcito... ven acá… - decía el papá del pequeño que era un hombre joven extremadamente hermoso, tenía los cabellos turquesas y los ojos del mismo color, un lunar en el rostro y una sonrisa perfecta, Afrodita… ese era su nombre y la verdad le hacía justicia a su belleza, el ocupante del asiento trasero de la limosina sonrió cuando el pequeño fue hasta su padre y se lanzó a sus brazos y el mayor lo llenó de besos para luego cerrarle el buso que estaba puesto y darle una galleta, el hombre de la limosina sonrió con tristeza, cuánto deseaba estar allí con ellos… recostado en aquella manta comiendo una galleta también… pero ahora ya era muy tarde… antes no lo había notado pero Afrodita no estaba tan esbelto como lo recordaba y no era porque estuviera gordo, no… el joven de ojos turquesas estaba de encargo otra vez… el hombre de la limosina cerró sus ojos y recordó la primera vez que lo vio, ese fue el día que su vida cambió…

 

***

Shura Dalares era un joven ejecutivo que empezaba su primer día de trabajo en una multinacional, era una fábrica de productos plásticos, la mas grande de Japón, el sueño de la vida del muchacho que ahora caminaba algo inseguro junto a su nuevo supervisor era el de convertirse en un hombre importante, quería tener dinero y una vida cómoda para él y su familia, Shura era el hijo de un profesor de escuela, su padre tuvo una muy noble profesión que pagaba muy poco por lo que a través de su infancia y adolescencia el flamante ejecutivo pasó muchas penurias, eso lo había impulsado ya en la edad madura a querer obtener todo lo que el dinero podría comprar

 

Aioros Hyuga era el dueño de la multinacional, Aioros había levantado la fábrica y la había visto crecer a través de los años logrando amasar una de las fortunas las impresionantes del país, ese era el ejemplo a seguir de Shura que era un recién graduado economista y con mucho esfuerzo y suerte fue contratado en la empresa de sus sueños y ubicado en la sección de Finanzas y Contabilidad de la multinacional en donde trabajaría desde aquel día, pero ese día el que consiguiera el trabajo deseado no era lo único que cambiaría para aquel joven recién graduado de la Universidad, esa tarde en la fila del almuerzo a lo lejos vio llegar a un grupo de obreros que vestían overoles, entre ellos pudo distinguir a uno de los muchachos que tenía los ojos mas hermosos que haya visto jamás, el muchacho sonreía mientras conversaba tranquilamente con sus compañeros y no se dio cuenta que su mirada y su sonrisa habían hechizado efectivamente al nuevo y flamante ejecutivo que por días esperaba que sea la hora del almuerzo para poder mirar a aquel joven que le robaba el sueño, Afrodita… así le habían dicho que se llamaba…

 

Fue una de esas tardes en las que Dita, (como le llamaban sus amigos de la fábrica), se había atrasado y llegaba caminando apresuradamente al comedor institucional para no quedarse sin almuerzo en la que sus vidas cambiaron al chocarse con el ejecutivo que ya tenía su bandeja llena con su almuerzo, por el choque la bandeja voló por los aires pero Shura en un movimiento felino atrapó al joven de ojos turquesas para que no se caiga, el ejecutivo de ojos negros quedó maravillado por todo esto, el aroma a rosas que desprendía el cabello del obrero era intoxicante, provocaba besarlo…

- Lo siento… en verdad lo siento…  venía distraído y no lo vi – dijo el muchacho que usaba overol cuando se incorporó y se soltó del agarre del ejecutivo

- No te preocupes… no es nada…

- Por mi culpa se quedó sin almuerzo – insistió acongojado el obrero mirando la bandeja en el suelo

- No te angusties, por un día que no coma no me voy a morir, aunque siempre puedes invitarme a comer no?, todavía tenemos algo de tiempo – Shura sonreía mientras se acomodaba la corbata y la leva del terno lo que tranquilizó al obrero que sonrió también

- Eso sería lo justo… - Afrodita señaló la fila de los empleados para el almuerzo y Shura volvió a ponerse de pie en la fila tras del muchacho que se moría por conocer

- Me llamo Shura por cierto, trabajo en Contabilidad

- Yo soy Afrodita, mis amigos me dicen Dita y trabajo en la planta de producción

- Bueno… es un gusto Dita, pero como hoy me estás invitando a almorzar… me aceptarías una cena?

- En serio?, pero yo…

- Tu qué?

- Yo soy uno de los obreros, tu… uno de los ejecutivos…

- Y eso que tiene que ver?, vamos… solo una cena, yo soy nuevo y no conozco a muchas personas y de verdad me gustaría conocerte, los planetas se alinearon y tu fuiste el que se chocó conmigo, que dices?, una cena?

- Ok., una cena…

 

Y ese fue el comienzo de una amistad que se transformó en amor, al poco tiempo Dita y Shura salían formalmente y con todas las de la ley, el joven economista se había enamorado profunda y sinceramente de aquel obrero que igual lo amaba mas que a su vida, al inicio todo era felicidad en aquella pareja y todos en la fábrica sabían de su relación, el jefe de Shura le había dicho como quien no quiere la cosa que no era conveniente para su carrera dentro de la multinacional, que el involucrarse con un obrero no era una de las mejores movidas que podía hacer, que eso irremediablemente le truncaría su futuro pero al ejecutivo poco o nada le importaba aquello, esta era la primera vez que sentía algo así de fuerte por alguien, Shura nunca se había enamorado antes y estaba seguro de que amaba a su Dita y nada ni nadie interferiría en su felicidad

 

Era muy usual que Dita pasara por la oficina de Shura, el obrero salía antes por lo que se cambiaba de ropa y pasaba a buscar a su novio para ir a cenar o al cine o a donde sea, a veces solo caminaban en la noche por las iluminadas calles o los parques, hablaban conociéndose mejor, los compañeros de oficina de Shura no le mostraban mala cara a Dita, al contrario todos ellos eran muy amables pero nada disimuladamente empezaron a hacer a un lado a Shura, en los días en los que los ejecutivos tenían pensado ir al club campestre de la empresa misteriosamente nadie le avisaba a Shura, nunca invitaban al pelinegro a sus salidas en las noches, nunca lo incluían en las conversaciones o planes, esta situación era un poco molesta para el economista pero como no afectaba a su trabajo no le ponía mayor interés ni le daba mas importancia de la requerida

 

La relación con Dita avanzaba en todos los aspectos, ellos se complementaban super bien, se tenían confianza y cariño, se contaban sus cosas y se apoyaban el uno en el otro, los amigos de Dita pasaron a ser amigos de Shura y cuando profundizaron mas su relación se entregaron mutuamente en cuerpo y alma, sus noches se volvieron cargadas de pasión y amor

 

Seis meses habían pasado desde que la relación entre el obrero y el ejecutivo había empezado cuando el pelinegro le propuso a su novio que se muden juntos, Dita aceptó feliz y armó maletas para irse a vivir con el amor de su vida, Shura tenía un departamentito en el centro, no lo que Dita hubiera esperado siendo su novio uno de los ejecutivos de la multinacional pero el economista explicó que estaba en verdad endeudado, había sacado préstamo tras préstamo para poder costearse la Universidad además de que enviaba dinero para ayudar a mantener a su madre y a su hermano en su país natal, Dita esto lo entendió muy bien y no puso reparos ni objeciones, él era huérfano y su única responsabilidad era la de mantenerse a si mismo y le parecía bastante noble de parte de su novio ayudar a su familia, además como el obrero había dicho, ahora eran un hogar y tenían dos entradas económicas lo que aliviaría en algo la carga sobre los hombros del pelinegro y así fue… por un tiempo todo funcionó muy bien y ellos vivían cómodamente, dentro de lo que cabe claro está

 

Una noche Shura llegaba a casa muy molesto, Dita ya estaba en casa preparando la cena y se preocupó de ver llegar en ese estado a su pareja, Shura era un hombre bastante calmado y racional, muy pocas veces perdía el control como se mostraba ahora

- Amor… qué te pasa? – el obrero intentó abrazar a su pareja que no se dejó, estaba muy molesto para cualquier cosa la verdad

- No me ascendieron Dita… yo contaba con ese dinero… no lo entiendo… que mas quieren de mi?, esto es arghhhhhhhhhh – al pelinegro le salían chispas de los ojos de lo furioso que estaba

- Shura… no te estreses, mañana puedes hablar con tu jefe y preguntarle, no me gusta verte así, respira mi amor… solo respira… - Dita se acercó nuevamente a Shura que estaba de pie recostado en la pared con los ojos cerrados, esta vez no se hizo el quite dejándose abrazar por su pareja escondiendo su rostro en su perfumado cuello aspirando ávido el aroma de su cabello, el suave toque del joven obrero logró calmar a Shura que lo abrazó y besó suavemente sonriéndole para decirle en la oreja

- No se que sería de mi vida sin ti… te amo Dita… tu eres mi hogar… mi refugio… te amo…

- Y yo a ti mi amor, por dinero no te preocupes que es lo que no hay, nos ajustaremos y estaremos bien, son solo cosas materiales mi vida, lo importante es que estamos juntos y nos amamos, nada mas importa – dijo el peliturquesa mirando a los ojos a su pareja que sonrió, le acarició el rostro y luego lo besó nuevamente en los labios con suavidad

 

Los besos de Shura se volvieron demandantes y al poco tiempo se habían invertido los papeles y era ahora Dita el que tenía la espalda apoyada en la pared mientras su novio con impaciencia le quitaba la ropa

- Shura… la cena…

- Al diablo la cena… yo tengo hambre de ti…

- Solo… déjame… apagarlo todo… no quiero… incendiar la casa…

- Vamos juntos… tu no te me escapas

- No me quiero… escapar…

Shura cargó a su pareja hasta la cocina para apagarlo todo y en ese punto ya no pudo esperar nada y luego de apagar el horno recostó al obrero en la mesita del desayunador acomodándose entre sus piernas, en medio de fogosos besos se desnudaron en la cocina de su departamentito e hicieron el amor con abandono, Shura era muy apasionado y Dita en extremo complaciente, se fundieron en un encuentro lleno de pasión y deseo, luego fueron a su pequeña ducha en donde bajo el agua caliente se amaron una vez mas para finalmente llegar a su cama y repetir la dosis, al final de la noche estaban exhaustos y totalmente satisfechos

 

Esa noche Shura no pudo dormir, Dita dormía apoyado en su pecho pero el economista no pudo conciliar el sueño, le reventaba el hecho de que no lo hayan tomado en cuenta para los ascensos, y lo peor es que no lo entendía, nunca se habían quejado de su trabajo, es mas… hasta le habían llevado sus análisis de ganancia marginal al mismísimo Aioros Hyuga el que le había llamado a felicitar por su buen trabajo, Dita tenía razón, mañana mismo hablaría con Saga… su jefe…

 

Saga recibió al economista en su oficina al día siguiente, la verdad el peliazul jefe de oficina estaba esperando esta visita y cuando el pelinegro empezó a hablar Saga lo interrumpió

- Shura… lo se… se lo que estás pensando… pero yo te dije, te lo advertí

- Me advirtió qué?, ha tenido quejas de mi trabajo?, he hecho algo que haya perjudicado a la empresa?

- No… bueno no necesariamente, pero…

- Pero que?

- Bueno… tu eres un ejecutivo y debes darte tu lugar

- No lo entiendo

- Este viernes hay una cena en la casa del Sr. Hyuga a la que deberías estar invitado pero no es posible por tu situación actual

- A qué se refiere?

- Tu pareja… es un simple obrero…

- Pero…

- En esas cenas y reuniones es costumbre que los ejecutivos lleven a su parejas, tu… no puedes llevar a tu pareja, como te dije ese muchacho es un simple obrero sin educación o ambición, es muy hermoso eso es innegable pero el Sr. Hyuga nunca compartiría su mesa con él, nuestro jefe es elitista, entiendes ahora porque no fuiste ascendido?

- No lo puedo creer…

- Shura… tu eres un valioso ejecutivo en esta empresa, eres muy inteligente y me da mucho pesar ver tu carrera estancada, pero… no podemos hacer mas, lo siento muchacho, en verdad lo siento, pero hasta que no soluciones esta situación en tu vida personal no serán ascendido en esta empresa, yo se que no es justo pero es así como son las cosas – Shura ya no supo que mas decir por lo que se puso de pie, se acomodó el saco y con un movimiento de cabeza salió de la oficina de su jefe y se quería morir, no podía creer que esto le estuviera pasando y tan distraído estaba que no vio a uno de los practicantes que venía cargado de papeles y se chocaron en el pasillo, ambos cayeron al suelo en medio de cientos de hojas que volaron por todas partes

- Lo siento… - dijo el pelinegro a un muchacho castaño que se arrodilló rápidamente y empezó a recoger los papeles

- No te preocupes… me ayudas?

- Claro… estaba distraído, te lastimaste?

- No… un poco el orgullo pero nada de que preocuparse, oh rayos… se me revolvió todo y ahora ya  no se en que orden van las cosas, Saga va a matarme – dijo el joven castaño que a Shura se le hizo conocido pero no podía decir de dónde hasta que Saga salió de su oficina y también se agachó a ayudar a recoger los papeles, esto le pareció muy extraño a Shura hasta que escuchó el nombre del muchacho

- Estás bien Seiya?, que pasó? – preguntó todo preocupado el jefe de oficina lo que hizo que el economista arqueara una ceja

- Nada Saga… solo que yo iba distraído y me choqué con… lo siento, no me dijiste tu nombre

- Shura… mi nombre es Shura

- Yo soy Seiya Hyuga, si… Aioros es mi papá, si… empecé a hacer las prácticas hoy, no… no tuviste la culpa el distraído fui yo y tranquilo que no te voy a acusar con mi papito – Seiya dijo esto con una sonrisa sincera mientras se ponía de pie y le tendía la mano a Shura que estaba en shock, ahora sabía por qué el joven castaño se le hizo parecido, practicante era la fiel copia de su padre

- En verdad no lo sabía, lo siento mucho – dijo el pelinegro algo incómodo

- No te estreses… gracias por ayudarme de cualquier manera, y es en serio lo de no represalias Saga, no quiero tratos especiales ni nada, solo soy un practicante mas de acuerdo? – Seiya miró significativamente a Saga que sonrió y asintió, Seiya se refería a no represalias para Shura por el accidente, el pelinegro no tuvo la intención de botarlo al piso y Seiya no se lo iba a tomar a manera personal ni mucho menos

- Si Seiya… lleva los papeles a mi oficina y déjalos en la mesa redonda si?

- Si jefe… adiós Shura y ha sido un gusto conocerte, si eres ejecutivo de aquí nos vemos en la cena de este viernes verdad?

- Cena?

- Si… mi papá está organizando una cena e invitó a todo el mundo, nos vemos allá, adiós…

 

El joven castaño entró a la oficina de Saga que meneó la cabeza y tomó a Shura del brazo, caminó un par de pasos y le dijo en un susurro al economista

- Ahora tienes que ir a la cena… por tu propio bien espero que tengas la decencia de no llevar a tu pareja, es una cena para ejecutivos únicamente, por muchas razones no pueden haber obreros entre los invitados

- Pero Dita es mi pareja, no iría en calidad de obrero sino…

- Es por esto precisamente que no te ascendimos…

Saga regresó a su oficina y se perdió en ella dejando a un muy dolido Shura atrás, el cual volvió a su estación de trabajo y miró ausentemente su fondo de pantalla del computador, era una foto de Dita, esa foto fue tomada el día que se mudaron juntos, Shura meneó la cabeza y siguió con su trabajo, todo se iba complicando… lo que no esperó es que fuera por estas razones…

 

Ese viernes Shura estaba en su casa, se había duchado y había preparado su mejor traje para asistir a la cena en la casa de su jefe, Dita desde la cama lo miraba como se arreglaba, en verdad el joven ejecutivo estaba muy atractivo y se lo veía muy serio con su traje oscuro

- Seguro que no puedo ir yo también?, me muero de ganas por ver la casa del viejo Aioros por dentro, debe ser espectacular – dijo el peliturquesa que se había puesto de pie y arreglaba la corbata de lazo de su pareja que retiró sus manos de la corbata y se volteó de frente al espejo para anudarla lo él mismo

- Ya te dije que no mi amor, cuántas veces te lo tengo que repetir?

- No te enojes… no te enojes, es solo que estas muy apuesto como para salir solo de casa, no lo puedo evitar y me pongo celoso – Dita tomó del brazo a Shura y lo volvió a voltear para acabar de anudar su corbata, luego lo abrazó y besó suavemente sus labios

- Celoso de qué mi vida si yo soy solo tuyo – Shura acarició los cabellos de su pareja y le sonrió

- Ok., diviértete y utiliza todos tus encantos con el super jefe para ver si te dan ese ascenso

- Eso es poco probable, ya te dije que me invitaron por equivocación

- Pero te invitaron que es lo que cuenta, así que ve y encántalos – Dita sonreía lo que hizo sonreir a Shura, la pareja se unió en un suave beso antes de que el pelinegro tomara sus llaves y su billetera

- Te amo Dita… nos vemos mas tarde

El pelinegro dejó su departamentito y salió a tomar un taxi, cuando llegó a la dirección casi se va para atrás, eso no era una casa era una mansión, tenía un extenso terreno al frente en donde estaba el mas hermoso jardín que Shura había visto en su vida, tenía una pileta que estaba iluminada con reflectores de colores, al entrar el piso era de mármol, de las paredes colgaba las mas exquisitas obras de arte así mismo se podía ver hermosos jarrones en pedestales, como Dita había dicho, esa casa era espectacular, al pasar al salón el joven economista vio a todos los ejecutivos de la empresa y a varias personalidades de Tokio, era una cena por todo lo alto, hasta la prensa estaba allí pero Shura no veía cómo se podía sentir su Dita fuera de lugar si era un muchacho muy bien educado y de buenos modales, claro… eso fue hasta que empezó a mezclarse con la gente, todas las personas eran muy adineradas y ese fue el tema de conversación de la noche, Shura estaba como pez en el agua porque hablaba de proyecciones económicas y escenarios de inversión y producción, todo iba tan bien que hasta Aioros se unió a la conversación después de la cena y le dijo que estaba muy complacido de que hubiera asistido, los invitados con los que conversaba le preguntaron que si tenía pareja y Shura asintió y cuando le preguntaron que a que se dedicaba su pareja y el economista respondió que era uno de los obreros en la misma multinacional en verdad deseó no haberlo hecho, los ejecutivos y demás personas que hablaban con él hicieron muecas de sorpresa y algunos mas directos se alejaron simplemente dejándolo solo sosteniendo su copa de vino sin saber que hacer, solo Saga se le acercó y le dijo: “Te lo dije”, antes de marcharse él también

 

Shura en frustración salió al jardín y estaba de pie contemplando la pileta cuando alguien se le acercó con una nueva copa de vino y se la entregó con una sonrisa

- Te vi salir y quise hacerte compañía, estar adentro me abomba, a mi papá le encanta pero a mi no me gusta, disfruto mas del frío de la noche, a ti te pasa lo mismo?

- Seiya… hola… no, yo solo quería respirar aire fresco – respondió el economista tomando la copa que le ofrecían

- Eso también funciona, y dime… por qué tan solito eh?

- Por nada… y tu?, a qué saliste?

- Salí porque te vi salir… odio estas cenas pero lastimosamente no me puedo escapar, mi papá me controla y chequea si sigo aquí, le daría un infarto si me fuera – el joven castaño suspiró, aparentemente este había sido tema de discusión con su padre en el pasado

- Has tenido que asistir a muchas de estas cenas eh?

- Si… odio a los amigos de mi papá, es gente falsa que solo habla de dinero, me exaspera – este era un buen cambio, Shura había conocido a la única persona racional que no estaba totalmente metalizada y coincidencialmente era el hijo del dueño, el heredero de una de las fortunas mas grandes de Tokio

- Vaya… quien lo pensaría de ti, pero mejor cuéntame como están las prácticas?

- Terribles, fue la peor idea de mi papá ponerme a hacer las prácticas en sus empresas, todo el mundo me trata como si fuera de vidrio o algo, el único que se chocó conmigo fuiste tu y eso porque estabas distraído, debí irme a otro lado, no me siento cómodo la verdad

- Pero si son las empresas de tu padre las heredarás algún día no?, por eso sería bueno que te familiarices con todo no crees?

- Eso es lo que dice mi papá, pero yo no quiero trabajar allí, yo quiero viajar y tener una vida separada a la de mi padre, trabajar en donde nadie lo haya oído nombrar, eso es lo que quiero, eso de ser hijito de papá… no va conmigo, por eso me fui a estudiar en el extranjero y todo pero ya vez… con la misma cara me tocó volver

- Me agrada tu manera de pensar, salir por ti mismo, te irá bien en la vida

- Eso espero… oh por todos los dioses… ese tipo no entiende una indirecta, te puedes quedar conmigo por favor?, solo quédate junto a mi y no digas nada si?, me harías un gran favor – el castaño tomó la mano de Shura cuando dijo esto, estaba claramente molesto por algo

- Ok., pero no entiendo…

Shura ya no pudo decir nada mas porque Seiya le apretó el brazo el momento en que un joven de cabellos azules y ojos del mismo color salió al jardín, Shura tenía la impresión de que era uno de esos niños ricos y antipáticos y no se equivocó porque al ver a Seiya acompañado le cambió el semblante de confiado a arrogante

- Seiya… te estuve buscando, no sabía que tenías compañía

- Pues si… no te hubieras molestado, mi copa aún está llena, nos podrías dejar solos Ikky?, estamos en el medio de una conversación – el tono de Seiya era por demás cortante

- No me presentarás a tu amigo?

- No…

- Muy bien… mi nombre es Ikky Takamura, soy hijo de Shion Takamura que es dueño de la fábrica textil mas grande de Tokio, y usted es? – dijo el peliazul haciendo de menos al economista y mirándolo de arriba hacia abajo, claramente este muchacho provenía de una familia adinerada, el pelinegro no se había equivocado en su apreciación anterior

- Su nombre es Shura y mis asuntos con él no son de tu incumbencia, por favor… retírate, no querrás hacer una escena en la cena de mi padre verdad?

- Como quieras - el peliazul todo ofendido se dio la media vuelta y se fue, el castaño suspiró pero le sonrió a Shura que lo miraba confundido

- Ikky no es mi novio, ex – novio o nada que se le parezca, yo se que da esa impresión pero es solo porque a mi padre se le ocurrió que era un buen candidato para mi y ha tratado por todos los medios de metérmelo por los ojos pero si quieres saber la verdad no lo soporto, gracias por quedarte a mi lado

- No tienes por qué darlas pero ya es tarde y debo irme – dijo el pelinegro chequeando su reloj

- Tan pronto?, pero si aún no sirven el postre – Seiya también vio la hora y miró dentro del salón para ver si los saloneros ya estaban pasando con el pastel reglamentario

- Lo se pero… debo irme, ha sido un gusto conversar contigo Seiya

- Igualmente, nos vemos el lunes en la oficina, bye

- Bye

 

Conseguir un taxi a esa dirección fue una tarea titánica por lo que ya era pasada la media noche cuando Shura llegó a casa, Dita le había dejado encendida la luz del pasillo por lo que el pelinegro se desnudó y se acostó en su cama, al igual que las otras noches no pudo dormir en lo mas mínimo, lo que había pasado le tenía desubicado, cómo era posible que esa gente sea tan discriminatoria?, desde cuándo era un pecado ser pobre?, su Dita tenía un trabajo honrado, si es cierto que no tenía educación universitaria pero eso era porque no pudo ir a la Universidad por falta de recursos económicos no porque su inteligencia no le haya dado lo suficiente para cursar cualquier carrera universitaria, esto enfurecía al pelinegro mas que cualquier otra cosa pero no había nada que pudiera hacer, estaba en una encrucijada, todos sus sueños y ambiciones en la vida laboral estaban truncados si se quedaba con aquel dulce obrero que dormía tranquilamente a su lado, por otro lado estaba el amor, Shura amaba a Dita pero eso sería suficiente?, y si en el futuro lo resentía por cortar sus alas?, por culparlo que por él no pudo surgir ni convertirse en el ejecutivo que siempre soñó?, eso le había pasado a su madre que dejó todo por seguir a un maestro de escuela y dejó su carrera a la mitad por cuidar de su padre y de sus hijos… esta situación era difícil

 

Notas finales:

Y ahora que va a hacer Shura????, eso es el lunes, muchas gracias por leer y nuevamente te mando un abrazo May (talla osito)


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