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REQUIRED MALFUNCTION por mOny-san

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Notas del fanfic:

Yo~ (?)

Ninguno de los personajes me pertenece y asi~ 

Two-shot completamente dedicado a Shiroyama Gaby (Twitter)

Notas del capitulo:

Esta es una blasfemia (?) pero me divirtio que muriran absolutamente todas las unicas neuronas que me quedaban.

No es lo que realmente deseaba, osea, ¡¡Yo queria un sol capitulo!! pero por alguna razon, salieron dos...

;;

No dire nada mas, solo que nos vemos abajo.

Shiroyama Gaby esta va por ti~♥

 

Capitulo 1. "instability" Part1

 

Cuanto había tardado para darme cuenta que teníamos un especie de juego peligroso tu y yo. A escondidas como tú siempre lo proponías. Recordaba claramente tus palabras de aquella noche y yo te tachaba de “ebrio”. Había sido inevitable negarme a ti, y tu negarte a mí, porque, tú simplemente habías dado con las palabras exactas, susurrándolas sobre mis labios, era verdad, sin lugar a dudas, ahora...

 

 “Tú eres mi inestabilidad y yo tu enorme virus.”

 

Despertar entre sus sabanas, desnudo, ya no era una cosa tan sencilla. Amaba todo aquello que le hacía sentir, cada una de aquellas caricias que le propinaba. Siempre terminando diciendo que había una y mil posibilidades de volverle loco, que cada una de las palabras eran inevitables no escucharlas.

 

Por supuesto que cada una de las suyas estaban clavadas en su cerebro, cada una de las imágenes provenientes de las nuevas noches se pegaban más y más a sus neuronas.

 

¿Qué era lo que tenía que hacer para darle a entender que no podía más con esto? Que era lo que debía de decir para hacerle entrar en razón que esto dañaba a ambos, porque el si lo notaba, aquella desesperación del más alto, aquella manera de tratarle detrás de todos era simplemente asfixiante.

 

- ¿Sucede algo Ruki? – pregunto el rubio.

 

Su voz le provocaba temblar, su cercanía incluso le volvía más desesperado que lo normal. Habían acordado de verse saliendo de los ensayos en casa del más bajo, habían acordado hablar sobre algunos puntos que estaban hartando a ambos. Pero como empezar a hablar, como podía Ruki siquiera decirle lo que sentía sin que el otro se burlara.

 

Y Reita estaba en una crítica personal mucho más amplia. ¿Cómo podía ser posible estar perdido por aquel? Como era que en una abrir y cerrar de ojos se sentía de esa manera estúpida al verle a cada momento, hablarle o siquiera escucharle. Se golpeaba mentalmente por no haberle conocido de una mejor manera, por haber avanzado con el pie equivocado y llegar hasta donde estaban ahora.

 

Ninguno de los dos se imaginaba que estaban en las mismas circunstancias.

 

- Estoy comenzando a hartarme de esto. – Contesto por fin el vocal girando su cuerpo para darle la espalda – sé que lo nuestro ya es inevitable, vamos, no es tampoco como si pudiéramos decir “lo nuestro”… -

 

- ¿A qué te refieres?

 

- A que simplemente ya no lo soporto…

 

Sus ojos expectantes, abiertos en completa sorpresa extrañaron al vocal. ¿Qué era aquello? No se suponía que Reita debería de estar asintiendo al comprender las cosas, al darse por enterado que esto ya no se podría a partir de ahora. El bajista negaba, no podía, su cuerpo ya no le permitiría estar tan apartado de aquella persona, de incluso alejarse los pocos metros en los que se encontraban.

 

- Esto es enfermizo… - continuo el vocal – estoy consciente de lo que me provocas, de lo que te provoco, porque lo sé, porque me lo gritas a cada segundo, pero ya no lo aguanto más… -

 

- No quiero que simplemente lo “aguantes” quiero que solo te dejes llevar.

 

- ¿Porque todo es tan fácil para ti? Por qué no simplemente me pides que esto sea algo... formal.

 

Sus manos se movieron hacia adelante, cerrándose con fuerza sobre las del bajista, a pesar de querer ocultarlo sus ojos le evidenciaron. Reita no podía con aquello, no podía siquiera mirarle a los ojos si aquellos otros cristalinos le veían de esa manera. Cerro sus parpado desviando su rostro, apartando sus manos con lentitud, provocando que el más bajo sonriera con tristeza.

 

¿Asi se sentía el rechazo? Tan doloroso, tan estúpidamente asfixiante. No permitiría doblegar delante de él, no permitiría que Reita le viera en ese estado en el que cada día se ahogaba, por su culpa.

 

- Sera mejor que te vayas. – pidió el más bajo caminando hacia la puerta, abriéndola y haciendo un movimiento con sus manos.

 

No podía quedarse y Reita estaba más que consciente. Aun no estaba preparado para algo como lo que el más bajo le pedía, aun, no tenía comprendido ese sentimiento que embargaba su corazón. La costumbre no le impidió acariciar la mejilla del más bajo, acercar su cuerpo como siempre lo hacía, acorralándole.

 

Y es que el simple hecho de sentirle tan cerca una vez más, el simple hecho de sentir su respiración pegada a su cabello era algo fascinante. Todo era una dulce trampa como Ruki siempre lo decía, llegándole de aquella manera singular con la que le provocaba delirar.

 

- Vete… - suplico tomándole por el rostro, buscando sus labios sin querer tocarlos.

 

- No quieres que me vaya.

 

Sus labios consiguieron juntarse por unos momentos, fregarse, regalándoles un pequeño roce. Reita le había acorralado una vez más, empujándole a la pared cerrando la puerta. No pudo evitar abrazarle, cargarle cuando las piernas del otro, de un brinco, subían a su cintura. La sensación de que aquellas manos le sostuvieran, de que aquellos labios al llegar a la sala le besaran, no se le olvidaría nunca.

 

- No puedo soportarlo más. – dijo el rubio – de verdad que… -

 

- No sigas. – Pidió – No quiero escuchar nada, solo, bésame y vete… -

 

Le recostó sobre el sillón, subiéndose sobre su cuerpo. Su lengua viajo desde la parte que no cubría la camisa, llegando por fin a los deseados labios del otro. Sus movimientos fueron diferentes, aquellos jadeos de Ruki al sentir aquella experta lengua jugar con la suya, fueron, sumamente diferentes.

 

Como hubiese querido no respirar, que sus pulmones no le exigieran paso al oxígeno, y aunque no quería, aunque se negaba a hacerlo tuvo que separarse.

 

- Ru…

 

- No hay nada Reita… – intervino – mañana no habrá nada, vete por favor… -

 

Se levantó del sillón con la cabeza hecha un caos. Ruki era la persona que podía provocarle infinidad de cosas, quien podía incluso perderle con un solo beso. Se negaba a que aquello de un momento a otro se rompiera, que algo que ni siquiera sabía si tenían, se destruyera por su estúpida confusión.

 

………………………………………………………………………………

 

La noche anterior la había pasado pensando dentro de sus sabanas, acariciando la cabeza de aquella mascotita que quería con el alma. Todo era mejor asi, solo lo único que tenía que hacer era volver a acostumbrarse a su anterior rutina, olvidar que no todos los días despertaría en aquella cama, olvidar incluso que a pasadas las doce de la noche se escucharan aquellos toquidos en su puerta.

 

No había sentido aquel ligero beso en su mejilla cuando la persona que dormía junto a él, despertaba,  simplemente su amanecer había sido monótono.

 

- Estás distante. ¿Paso algo? – negó.

 

- Es algo raro. – contesto el vocal – solo eso… -

 

- Si no es porque te conozco, no estaría tan preocupado.

 

Ruki solo se alzó de hombros, suspirando al notar aquella ausencia en la sala de ensayos. Lo importante faltaba, aquella sonrisa que podía obtener de vez en cuando todos los días, era lo que extrañaba. Reita no llegaba, no daba señas de vida o de si incluso por algún motivo faltaría. Kai estaba histérico, Uruha preocupado y Aoi, este solo le hacía compañía.

 

Estaba preocupado, en todo lo que tenían de conocerse Reita era uno de los pocos que tardaba en llegar y mucho menos sabiendo que los ensayos de esas semanas eran importantes. Estaban a mitad de completar un álbum, y el bajista no llegaba para ponerse al corriente con las melodías.

 

- Por qué tarda tanto… - susurro observando al pelinegro – nunca lo hace. –

 

- ¿Estas preocupado? – sonrió.

 

- Por supuesto que lo estoy.

 

- llámale y pregunta porque tarda tanto.

 

Mordió su labio. No podía llamarle, no podía incluso tener el valor de compartir espacio cuando le viera llegar. Pero demonios, estaba más que preocupado, estaba poniéndose incluso más histérico que Kai, mas enfermo que Uruha y quería golpear al guitarrista que estaba a su lado sonriendo como si nada.

 

El celular de Aoi comenzó a sonar llamando la atención de todos los presentes.

 

- Inestabilidad, Ruki… - le susurro al levantarse – Te escucho… - pronuncio por fin a su llamada saliendo de la sala.

 

Parpadeo varias veces antes de verle salir. Antes de ponerse a pensar. “inestabilidad” por supuesto que había inestabilidad en su vida, en la de todos, pero, que era lo que quería darle a entender, porque no se explicaba con mejores palabras. No dudaba en que Aoi estuviera consciente de lo que sucedía a su alrededor, porque sabía que él se había dado cuenta de lo que sucedía con Reita, consigo mismo, pero, momento, ahora lo entendía…

 

- ¿A dónde vas? – pegunto el líder al verle salir.

 

- Solo hare una llamada.

 

Y sin ninguna palabras más, salió de ahí en busca de, aquella puerta que había iniciado todo.

 

Su sorpresa fue cruzarse precisamente con lo que buscaba, que aquellos ojos completamente rojos le miraran con sorpresa, el rubio aun no creía que el otro le sostuviera la mirada, que incluso apagara el celular y lo devolviera a su bolso trasero del pantalón.

 

- “La vida no era más que una canción cantada con estúpidas estrofas” - Ruki ahora tenía la sensación de que aquellas palabras del pelinegro tenían que decirle algo.

 

- ¿Q-Que? – pregunto confuso el bajista.

 

- Aoi acaba de darme una idea, y te demostrare que puedo alcanzar a descifrar lo que quiere decir, a demostrarte que puedo incluso con ella, llegar a ti. – El rubio no entendía en lo más mínimo nada de lo que decía – Se cuál es mi inestabilidad… -

 

Reita seguía sin entender absolutamente nada de lo que el otro pronunciaba. Había estado hablando con su amigo pelinegro, aquella llamada que se vio groseramente a cortar no era de nadie más que la de Aoi. Había abierto los ojos cuando Ruki sin siquiera avisarle se acercaba y le besaba, se lanzaba a él aun estando en medio de los pasillos. Quiso apartarlo, pero a la vez quiso aferrarse, mas sin en cambio no pudo hacer ninguna de las dos. Ruki se había escabullido.

 

…………………………………………………….

 

Su sonrisa se ensancho cuando le escucho marcharse. Había estado oyendo desde el otro pasillo cada una de las palabras que el más bajo le decía al otro.  No pudo evitar salir de su escondite, aplaudir y llamar la atención de la aun sorprendida persona. Sus labios se curvearon mostrándole el celular aun abierto.

 

- Que descortés de tu parte el colgarme.

 

- ¿E-Escuchaste lo que…?

 

- ¿Lo que Ruki te dijo? – El rubio asintió con miedo – Absolutamente todo. – afirmo.

 

- Yo, bueno, él y yo pues…

 

Como podía decirle u explicar algo que ya era tan evidente, como siquiera mentirle para que las ideas que viajaban por la cabeza del pelinegro se esfumaran. Pero Reita sabía que el guitarrista no era estúpido, que si había escuchado todo aquello era porque los había descubierto. Y Aoi no podía dejar de divertirse con sus dos amigos, que sus personalidades cruzadas, sus miradas le divirtieran a tal grado de hasta hacerle reír en días tediosos.

 

- Takanori va muy enserio. – Dijo por fin el guitarrista – Se lo que les pasa, lo que hacen y más que nada se cómo se siente él. –

 

- N-No lo dirás, ¿cierto?

 

- Divertiría mucho ver sus rostros si lo hiciera… - sonrió al ver como Reita tragaba saliva con dificultad – pero no, no es algo que me importe. Además, ustedes lo harán… -

 

Sus palabras no fueron “sabias” en lo más mínimo, sino, aquella advertencia hacia Reita no era como si fuera a discutirse. El bajista tuvo que seguirle en silencio hasta la sala, tuvo incluso que estar poniendo toda la atención necesaria a lo que el baterista y líder le decía. Su mirada por supuesto que se desviaba al ido vocalista, a perderse en aquella mirada perdida que simplemente miraba hacia el suelo.

 

Ruki sentía su mirada a cada momento, sentía esa necesidad de cruzarla con la suya. ¿Qué tenía que hacer para que les dejaran un momento a solas? Para que los demás salieran a cualquier lugar y dejarles el espacio suficiente para hablar.

 

Pero la extrañeza se reflejó en los ojos de completamente todos los demás presentes. Aoi estaba observando los papeles de las canciones, sacando acordes al aire mientras tarareaba. Un tic despertó al vocal, un solo rasgueo de aquella guitarra preciada por el pelinegro ilumino su imaginación.

 

- Yoin… - dijo Aoi con simpleza mirando a Ruki, sonriendo mientras sus dedos viajaban por las finas cuerdas.

 

- No… - susurro Ruki – vuelve a tocar lo anterior. –

 

Su cabeza comenzó a trabajar cuando la melodía de la guitarra sonó, no quería que su canción se escuchara de aquella manera, que una de sus propias creaciones sonara  tan bellamente melancólica. Le agradaba la música de Aoi, le encantaba esa manera de escucharle sin siquiera envilecerse con él.

 

- Me gusta… - sonrió el más bajo - ¿Podría…? –

 

Aoi asintió cuando el vocal pedía la pequeña hoja donde yacía escribiendo. Sus ojos recorrieron toda ella. Su cabeza comenzó a trabajar, a cantarla en su interior. ¿Cómo algo tan diferente a su música se escuchaba tan bien? Solo pudo notar la sonrisa satisfecha de los demás.

 

Reita seguía sin comprender realmente la manera en que los otros dos se hablaban, en que tocaban y apuntaban las cuerdas para seguir escribiendo, Uruha seguía sacando melodías y Kai revisando cualquier papelería o documentos para la parte final del álbum, porque estaban más que seguros que sería un muy buen álbum.

 

La puerta de la sala se abrió sin siquiera pedir permiso. Los ojos de Kai se achicaron y los de más solo curiosos escucharon. No era nada desagradable ver al vocalista de otras bandas o siquiera alguna persona en especial. Solo, había alguien que llegaría de aquella manera, abriendo sin autorización, entrando como si de su propia sala se tratase.

 

- Yo~ - anuncio con alegría elevando una de sus manos.

 

- Por supuesto, puedes pasar, además no estábamos ocupados. – dijo sarcástico el líder.

 

- Oh, me alegra porque he venido a ver a Reita, solo será un segundo.

 

- ¿Y se puede saber para que lo quieres? – pregunto curioso el pelinegro.

 

- Asuntos entre él y yo, Aoi san…

 

Los ojos de Ruki se achicaron en ese momento, con un deje de molestia curveando sus labios. Quien se creía aquel para venir, entrar y sin siquiera pedir autorización llevarse a su bajista. No iba a negar que estuviera que la sangre le hervía cuando veía como ambos al salir se sonreían cómplices. No estaba tampoco como para entender mucho pero eso era algo que simplemente odiaba.

 

Era una persona especial para el bajista aunque no se notara, eran amigos, más que eso, íntimos, tanto que sus celos se asomaban. Eran tan unidos que desde ahí empeoro aquella “relación”. Ruki no podía aguantar verles juntos, cancelar solo porque tenían algo que hacer ellos dos. Pero solo con un “te lo recompensare” se conformaba, solo con un “solo eres tú” quedaba más que satisfecho.

 

Esto le hartó.

 

Chasqueo los dientes provocando que todos lo notaran. Desde ese momento en que se retó solo junto al bajista todo estaba en sus manos, decidir si seguía soportando o decidir si dejaba todo dejando al rubio consiente de lo que sentía.

 

- No sé qué hacer… - se regañó en susurro al ver como el bajista salía, llamando la atención de ambos guitarristas, del líder.

 

- ¿A qué te refieres? – pregunto confuso Uruha.

 

- Siento algo, aquí… - apunto su pecho – pero no sé cómo decirlo, decírselo. –

 

- ¿A quién?

 

- Uruha, no seas curioso. – regaño Kai

 

- Te lo dije ¿no? – Termino de decir Aoi.

 

- Plasma lo que sientes. – Dijo el batero tomando asiento en su batería – siempre haces eso, hoy no hagas excepción, si algo sucedió escríbelo, si algo necesitas decir, plásmalo… -

 

Plasmarlo… se repitió millones de veces en la cabeza, eso era lo que necesitaba, sacar todos sus problemas, dejarlo salir de la mejor manera, con la ayuda de lo que mejor sabía hacer, cantar. Pero no quería que fuera algo tan sencillo, que solo se escuchara y ya, necesitaba alegría en ella, gritos, baile, brincoteos, un “wow” salir de los labios de las fans. Necesitaba más que eso para una buena y última canción.

 

……………………………………………………………….

 

Reita no se imaginaba que al llegar, el vocal pasara a su lado y sin mirarle saliera de la sala. Kai le había dado una mirada un tanto extraña junto a una sonrisa sincera. Un “no se siente bien” salió de sus labios. El rubio pero por supuesto que se alteró y buscando sus cosas salió antes de que incluso el líder les dijera que se podían retirar.

 

Su caminata incluso fue más larga de lo que hubiese querido. Había quedado con el otro a que irían a un bar, a que saliendo de los ensayos tenían mucho que platicar, sabía que con una llamada el otro entendería pero sinceramente no estaba ni como para despistarse los segundos que tardaría en llamar. Vio de lejos como el vocalista subía a su coche, trato de alcanzarle, pero el castaño simplemente había arrancado.

 

Ruki nunca pensó que en todo el camino, algunas frases rodaran su cabeza, tantas que incluso se mareo. Estaba consiente ahora de que tenía una última canción por escribir, pero simplemente su cabeza y corazón no le ayudaban en absolutamente nada. Al llegar no pudo evitar levantar en brazos a aquel que corriendo le recibía, moviendo su cola enérgicamente.

 

- Me extrañaste Koron ¿eh? – Sonrió al recibir las lambidas del canino – También te extrañe. –

 

Sus manos temblaban, ¿Por qué solo el simple hecho de llegar a casa su cabeza le hacía trabajar en miles de pensamientos? Recordaba la sonrisa de Reita cada que le escuchaba hablar con el perro, cada que le besaba como si de una persona se tratase. Sus manos recorrer sus caderas, pegándole a él como un acto natural.

 

Tan raro era ya llegar a casa solo, que el silencio en aquellas paredes fuera algo torturante. ¿Qué tenía que hacer ahora? Como iba a siquiera olvidarle tan fácil si aún no podía sacar de su cabeza cada beso que recibía.

 

- Maldición…

 

Se dejó caer al sillón, pensando. Todo era ya tan sofocante, había llegado hasta un punto donde ya ni el mismo sabía que hacer o cómo actuar. Había caído en su propia trampa, se había hundido en algo de lo cual, si no salía ahora, se ahogaría.

 

No tardo en que a los minutos el timbre retumbara por todo el bendito silencio de la casa, que incluso Koron se levantara del sillón corriendo hacia la puerta y comenzara a dar vueltas. Fue tan extraño eso para el más bajo, que no dudando al abrir la puerta sus ojos se abrieran en completa felicidad, y extrañeza mesclada.

 

- ¿Q-Qué haces aquí? – pregunto confuso.

 

- Kai dijo que no estabas bien y yo bueno… decidí verlo por mis propios ojos.

 

- Estoy mejor que nunca – mintió – No me pasa nada, y si me disculpas, no puedo atenderte ahora, estoy ocupado… -

 

Estuvo a punto de cerrarle la puerta en la cara, de meterse a la casa, correr a su recamara y esconderse como un verdadero cobarde. El pie del bajista detuvo el cerrón, impidiendo a que la puerta topara prácticamente en su cara, con esfuerzos logro abrirla, empujar al más bajo y sin algún permiso, entrar.

 

- ¿Qué es lo que pasa contigo? – pregunto histérico el rubio – hasta hace unas horas me decías que llegarías a mí, ¿Cómo? ¿Sacándome de tu vida asi como asi? Estoy más harto que tú por todo esto. –

 

- ¡Y entonces qué diablos esperas! Lárgate de una vez y deja de molestarme ¿Harto? Por favor, si tu solo venias y sacabas provecho de lo que yo sentía.

 

- ¡¡Eso es mentira!! Tu más que nadie sabe que…

 

- ¿Qué? ¿Que nunca corresponderás a lo que yo pueda llegar a sentir? – Río sarcástico - Esto fue solo sexo para ti, yo no fui nada más que un simple…

 

- Cállate, no sabes lo que dices.

 

- ¡Sabes que es verdad, maldición! Todo lo que paso no fue nada más que…

 

- ¡Que te calles!

 

Sus ojos se abrieron en suma sorpresa, había esperado una bofetada por el rubio, que después de aquel grito le golpeara por no guardar el mínimo silencio. Pero una vez más había sentido aquella calidez en un rudo beso, en aquel que al Reita atraparle por las mejillas con ambas manos ahora le asfixiaba, derritiéndole, callándolo por completo.

 

Su lengua jugo con la ajena, bajando sus manos hacia su cintura atrapándole entre su cuerpo, en un abrazo. Pensó incluso que sería rechazado, que aquella manera de besar de Ruki no era más que un simple sueño. Con tanta ansiedad, con aquel fervor que ambos podían llegar a demostrarse. Sus ojos se abrieron entre el beso, separándose de a segundos completamente jadeantes.

 

Ruki le miro con enojo, aferrándose al cuello de su camisa, apretándola con fuerza.

 

- Porque no entiendes que no puedo estar lejos ya de ti - Reita rio al ver la confusión del más bajo – Aunque odie decirlo, tu, desde hace ya bastante me has ganado. –

 

- ¿Eh…?

 

- Entiéndelo Takanori, no podrás escapar de mí a partir de este momento…

 

Aun con los ojos abiertos, confundido, se dejó besar una vez más, se aferró al rubio besándole, siendo guiado hacia donde siempre le acorralaba. No entendía sus palabras, no entendió ese sentido con el que el bajista las decía, simplemente, se dejó ser arrastrado una vez más, por aquel que contento, ahora le marcaba como alguien de su propiedad.

 

 

Notas finales:

"Un asco" si, lo se...

De alguna manera no se porque termine cumpliendo tu capricho (?) me quedo pesimo, asi lo siento, realmente esta pareja ademas de ya no gustarme se me hace tan ains~ tipica (?)

Realmente espero les haya gustado a todas las que leen. 

Solo me queda decir que nos vemos en el siguiente y ultimo capitulo, prometo no tardarlo, todo depende de ustedes, queridas lectoras~ *3*

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