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Feliz Navidad señor Hwang - Kwak por Alexander Malfoy Black

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Notas del fanfic:

Traducción autorizada del fanfic en inglés "Merry Christmas Mr Hwang-Kwak", escrito por AngelD

Link al fanfic original: http://www.asianfanfics.com/story/view/344474/merry-christmas-mr-hwang-kwak-yaoi-nuest-minhyun-aron-minron/18

Notas del capitulo:

¡Espero que os guste!

POV Minhyun

 

 

-          Ey, sexy Señor Hwang-Kwak - dice Aron mientras aparece en la webcam.

 

Me río; aún no estoy acostumbrado a mi nuevo nombre, apenas nos casamos hace dos meses.

 

-          Ey, sexy marido - le digo con voz ronca, desesperado por tocarle pero incapaz de llegar a él a través del ordenador.

 

-          Sólo 22 horas más, y por fin voy a estar en casa - dice, sonriendo ampliamente.

 

Yo le devuelvo la sonrisa. La emoción corría por mi cuerpo.

 

-          Lo sé. Ya estoy haciendo la cuenta atrás. No puedo esperar para verte.

 

-          Éstas han sido las tres semanas más largas de mi vida. Nunca vuelvas a salir de casa sin mí - le regaño suavemente.

 

Él pone la mano sobre su corazón, con su anillo de bodas brillando en su dedo:

-          Minnie, me comprometo a nunca salir de casa otra vez sin ti. A pesar de que puede ser difícil cuando tenemos que ir a trabajar - porque estoy seguro de que tus estudiantes se preguntarán quién es el hombre extraño que está en la esquina de la sala de conferencias, y mis clientes se preguntarán por qué hay un marido caliente sentado en mi oficina.

 Los dos se ríen.

-          Sabes exactamente lo que quiero decir. No puedo soportar que estés fuera durante tanto tiempo, y tan cerca de la Navidad. Yo quería que nosotros hiciéramos todas las actividades navideñas  juntos,  pero tuve que hacerlo solo. Fue triste - le digo, con un suspiro.

 

-          Pero no has decorado el árbol todavía, ¿verdad? – sospecha Aron.

 

-          Yeobo, hemos pasado por esto todos los días durante las últimas tres semanas. ¡No voy a decorar el árbol sin ti! Hemos decorado el árbol juntos durante los últimos seis años, ¿Por qué habría de cambiar este año?

 

-          ¿Podemos decorarlo desnudos?

 

-          ¡Por supuesto que podemos decorarlo desnudos!  No voy a dejar que te vistas durante una semana en cuanto llegues a casa.

 

-          ¡Sí! - exclama, agitando el puño en el aire, por lo que yo niego con la cabeza y me río.

 

-          Vale nene, me tengo que ir – dice - tengo que hacer las maletas y terminar algunas cosas de última hora en la oficina.

 

-          Vale Roni-Roo, mándame un SMS antes de subir al avión. Te veré en el aeropuerto. Te amo, señor Hwang-Kwak – le digo.

 

-          Yo también te amo, señor Hwang-Kwak - dice y la pantalla se queda en negro.

 

Yo aplaudo con entusiasmo ante la idea de que venga a casa. Sé que hemos estado juntos durante siete años, pero todavía lo quiero desesperadamente. Y ahora que estamos casados, hace que sea aún más especial. Voy a ir a la cama feliz, sabiendo que esta noche es la última noche que tengo que dormir solo.

 

 

POV Aron

 

 

Llego al aeropuerto justo a tiempo después de haber dejado para última hora las compras de Navidad. Facturo y camino hasta mi asiento. Sólo quiero que  mi vuelo despegue para que yo pueda llegar a casa.

Éste ha sido un viaje exitoso y ahora tenemos dos nuevos aprendices - una chica y un chico - para añadirlos a la empresa. Pero sinceramente, tres semanas sin mi hermoso marido es más tiempo del que puedo manejar. No puedo estar un día sin él, y mucho menos tres semanas.

Tuve que ir a muchas fiestas estúpidas mientras estaba aquí, y siempre ocurría lo mismo. Los hombres y las mujeres coqueteaban conmigo, ignorando de mi anillo de bodas y sintiéndose decepcionados cuando les rechazaba cortésmente. Si vieran a mi marido comprenderían por qué no estaba interesado.

Nadie es tan sexy como él, nadie es tan amoroso como él, nadie es tan divertido como él, y nadie está cerca de ser tan inteligente como él. Él es mi alma gemela. Mi único y verdadero amor. Y cuanto antes pueda llegar a casa y mostrarle lo mucho que lo quiero y lo mucho que lo he echado de menos, más pronto podré ser feliz de nuevo. Pero de momento estoy atrapado en este estúpido avión durante las próximas 12 horas. El tiempo parece haberse detenido.

 

 

 

 

 

 

POV Minhyun

 

 

Empiezo a comprobar  mi lista de verificación de tareas. ¿Champán en la nevera? Comprobado. ¿Cena lista para ponerla en el horno? Comprobado. ¿Lista sexy de música en el estéreo? Comprobado. ¿El muérdago encima de la puerta de la cocina? Comprobado. ¿Decoraciones para árboles de Navidad listas para cuando mi impaciente marido llegue a casa? Comprobado.

Marido. Sonrío, la sonrisa más grande que nunca haya hecho. No puedo creer que estemos casados. Ok, no es legal, pero tuvimos una ceremonia, una bendición y una gran fiesta, y además cambiamos nuestros nombres, así que para todos los efectos estamos casados. Así que él es mi marido. Y eso me hace el más afortunado y el hombre más feliz del planeta. Lo único que me haría más feliz sería que estuviera él aquí de pie ahora mismo, besándome y apretando el culo - como siempre lo hace. Las últimas horas de espera son los peores, porque está tan cerca y a la vez tan lejos. Me dispongo a salir, con ganas de llegar al aeropuerto con suficiente tiempo y sabiendo lo mal que se pone el tráfico por culpa de la nieve y de la Nochebuena.

 

 

POV Aron

 

 

Finalmente, el avión ha aterrizado. Ése se sintió como el vuelo más largo de mi vida. Me bajé del avión, y voy a la larga cola en el control de pasaportes.

-          Vamos, daos prisa – pienso.

¿Por qué siempre me quedo atascado detrás de la persona que de repente ha perdido su pasaporte? Quiero decir, ¿Cómo lo hacen? ¡Deben haberlo tenido para subir al avión! Finalmente paso y voy a conseguir mi equipaje. Prácticamente estoy corriendo para la puerta de  llegada. Estoy tan desesperado por ver a Min. Al pasar por la puerta de repente lo veo correr hacia mí y cogerme. Me abraza y me besa con todas sus fuerzas.

-          Oh Dios, te he echado mucho de menos - le susurro en medio del beso.

La gente empieza a mirarnos cuando él intensifica el beso, pero no nos importa. Dejaría que me tomara aquí mismo si pudiera. Salimos al aparcamiento cogidos de la mano. Necesitamos tremendamente el toque del otro. Pongo mis maletas en el maletero del coche y cojo la mano de Min, tirando de él hacia la parte trasera del coche y cerrando la puerta detrás de mí.

-          Hola Sr. Hwang-Kwak – me saluda sonriendo mientras me empuja hacia atrás, quedándose boca arriba en el asiento mientras yo me inclinaba  sobre él a horcajadas, mi espalda contra la puerta. Minhyun tira de mí hacia él, su cálida lengua bailando con la mía mientras explora mi boca.

Empezamos a sacarnos las ropas - bufandas, abrigos y botas volando por todo el coche. Por último estamos sólo en camisas abiertas y bóxeres, demasiado impacientes para terminar de desnudarnos.

 

He echado tanto de menos su cuerpo… Aunque tuvimos sexo webcam mientras yo no estaba, eso ni siquiera podía acercarse a la realidad. Necesitaba tocar su cuerpo hermoso, sentirlo debajo de mí, encima de mí. Necesitaba sentir su cuerpo apretado contra el mío. Los dos estamos ya duros y ninguno de los dos puede esperar. Llevo sus dedos a mi boca, chupándolos mientras sacaba nuestros calzoncillos.

Las ventanas de del coche se han empañado; los dos estamos gimiendo. Me saco sus dedos de la boca y los guío a mi agujero. Él empuja uno dentro mientras me acaricia la mejilla con la otra mano, comprobando que estoy bien. Yo me retuerzo para sentirme cómodo mientras él empieza a empujar dentro y fuera, sus movimientos cada vez más y más frenéticos cuando añade otro dedo.

-          Te he echado tanto de menos, bebé – gime Min, jadeante.

 

-          Yo también, esposo sexy - le digo, gimiendo mientras añade un tercer dedo, golpeando continuamente mis terminaciones nerviosas mientras me dilata cada vez más, haciendo que mi piel hormiguee.

 

-          Oh Dios, Minnie, no puedo esperar más - gruño y él saca sus dedos rápidamente.

Bajo poco a poco hasta su virilidad palpitante. Tiro de él para darle un beso y me la meto hasta el fondo.

-          Nnnnggh – ambos gemimos.

Él sigue besándome, y mientras nos empezamos a mover, sin permitir que la falta de espacio del coche nos limite.

-          ¡Te amo yeobo! Dios mío, te amo - grita Min, mientras sus caderas se alzan cada vez más fuerte, haciendo que mi cuerpo rebotara conmigo aferrándome a él con fuerza.

Su mano está ahora en mi polla dura, moviéndose arriba y abajo por su longitud. Él sigue empujando mientras.

-          ¡Más rápido Minnie, más rápido! - grito yo, obligándolo, las caderas y las manos de ambos moviéndose mientras gemimos y gruñimos.

El aire en el coche está cargado con el olor a sexo, pero a ninguno de los dos nos importa cuidarnos de quedar atrapados en cualquier momento. Nos necesitamos el uno al otro tanto que lo demás no importa.

Mi cuerpo está ardiendo, y ni siquiera las gotas de sudor en mi piel me enfrían. La piel de Min es brillante; tiene los ojos medio cerrados mientras se sigue moviendo.

-          ¡Minnie, que ya me corro, me corro! - grito yo mientras mi orgasmo bombea a través de mi cuerpo.

 

 

Mi agujero aprieta con fuerza alrededor de la hombría caliente de Minhyun, provocando que éste se quede mortalmente quiero mientras también alcanza el clímax, casi al mismo tiempo que yo. Mi semen se esparce sobre nosotros y el asiento del coche.

 

Caigo sobre Min. Mi corazón late con fuerza. Su cara se sonroja mientras trata de recuperar el aliento. Él me sostiene apretado y, ya que se encuentra allí, pongo las manos debajo de él y le aprieto el culo, besándolo al mismo tiempo y haciéndole reír.

-          Ahora sé que estás realmente en casa – bromea, besándome de nuevo – Venga, vamos a un lugar un poco más privado.

Sonrío y asiento, y ambos nos sentamos a regañadientes, tirando de nuestro revoltijo de ropa. Entramos en la parte delantera del coche.

-          Creo que vamos a tener que limpiar los asientos del coche de nuevo - le digo, guiñando un ojo y haciéndole reír mientras arranca el coche para llevarnos a casa.

 

 

POV Minhyun

 

 

Entramos en casa. Nos deshicimos de los abrigos y del equipaje. Yo camino hacia la cocina y Aron me sigue. Al llegar a la puerta, tiro de él cerca de mí y empiezo a darle un beso. Lentamente al principio, pero cada vez más apasionado. Aron pone sus brazos alrededor de mi cuello y salta hacia arriba, envolviendo sus piernas alrededor de mi cintura. Los dos estamos completamente perdidos en el beso, los labios hinchados estrellándose y chupándose, las lenguas enredadas, los dos agarrando el pelo del otro. Por último nos detenemos, necesitando respirar.

-          Guauu - dice Aron, jadeando - Eso fue caliente, ¡Debo desaparecer más a menudo!

 

-          Ni se te ocurra - respondo, golpeando su trasero - y de todos modos, mira hacia arriba - le digo, señalando el muérdago.

 

-          Me encanta la Navidad - declara él, y empezamos a besarnos de nuevo, no queriendo romper la tradición festiva.

Cuando paramos para tomar aire otra vez, empiezo a desnudarlo, necesitando ver desnudo a mi esposo tanto tiempo como sea posible. Nos desvestimos; yo cojo su mano y enciendo el estéreo antes de caminar hacia el árbol de Navidad. Le sonrío mientras le entrego el primer adorno para el árbol, besándolo mientras lo hago.

 

 

 

Colocamos cada bola brillante en el árbol; cada colocación va acompañada de un beso, y de manos acariciando suavemente las mejillas, el cuello, el pecho y los muslos del otro. Nuestros cuerpos brillan como la decoración en la que dejan su huella. El árbol se ve hermoso. Ahora, las luces. Nosotros las colocamos a través de las ramas, de arriba a abajo, y las encendemos para verlas bailar, parpadeantes, sobre nuestra piel desnuda. Entro en la cocina, saco el champán y me uno a Aron, que está tendido sobre una  manta en el sofá grande.

 

 

POV Aron

 

 

Min se une a mí en el sofá. Se arrodilla sobre mí, toma una copa de champán y bebe de ella. Después se inclina para besarme, al mismo tiempo que me transfiere el champán a mi boca. Trago y tire de él hacia mí, chupando justo debajo de su manzana de Adán, chasqueando la lengua dentro y fuera contra su piel, haciéndole gemir repetidamente – los sonidos más hermosos que pueden salir de sus labios.

Él comienza a verter el champán sobre mi pecho, todas las burbujas flotando, antes de empezar a lamer y chupar lentamente, moviendo su lengua traviesa y hábil por mi piel. Mis pezones se endurecen y dejo escapar un gemido involuntario.

-          Min...

Él derrama más champán en mi abdomen. El líquido frío se estanca en mi ombligo. Él se inclina y comienza a rodar su lengua hacia arriba y lentamente. Sus ojos se mantuvieron fijos en los míos todo el tiempo. Cada lengüetazo me hace palpitar; cada una de las acciones de Min me pone más duro.

Él toma un último trago de champán y se mueve hacia abajo por mi cuerpo, pasando sus dedos suavemente sobre mi polla dura, haciéndome temblar, antes de llevársela a la boca. Todo mi cuerpo vibra cuando el champán frío envuelve mi hombría. Las burbujas hacen que mi polla hormiguee.

-          Oh, Min. Joder, joder – me quejo, agarrando el pelo de Min mientras él mueve la cabeza de arriba abajo.

Min tiene la boca llena de champán. Las burbujas del mismo realzan la sensación de su lengua arremolinándose alrededor de mi pene. Minhyun masajea con una mano mis bolas y con la otra pellizca mis pezones. Minhyun se traga el champán y lleva mi pene aún más profundamente dentro de su garganta.

Mi cabeza está a punto de explotar. Su mano está ahora sobre la base de mi polla, aplicando presión a medida que se mueve hacia arriba y hacia abajo, alternando entre rápido y lento. Yo pierdo la atención totalmente; Min me está empujando tan cerca del orgasmo que puedo escuchar el bombeo de la sangre alrededor de mi cuerpo.

-          Minnie  – grito - Por favor, me corro. Oh, sííí…

 

 

Min empieza a tararear y es demasiado pronto. Mis sacudidas violentas sacuden mi cuerpo, y mi semen golpea el fondo de la garganta de Minhyun. El líquido blanco sale de mí en chorro, y Minhyun se lo traga mientras yo le sostengo, apretando mi pene contra su boca, impidiéndole separarse.

Finalmente termino. Mi cuerpo tiembla bajo el suyo. Mi semen gotea de la boca de Min mientras me sonríe. Todavía estoy tratando de recuperar el aliento cuando se mueve para besarme de nuevo. En sus labios noto el sabor del semen y el champán.

 

-          Te amo Ronnie-Roo - dice suavemente. De alguna manera suena sucio e inocente al mismo tiempo.

 

-          Te amo Minnie - le digo yo, sonriendo y acariciando su nalga.

 

 

Minhyun me da un vaso y nos sentamos a beber y susurrándonos palabras de amor el uno al otro. Nuestras extremidades están entrelazadas, y la música está en segundo plano cuando el reloj da las doce.

 

 

POV Minhyun

 

 

-          Feliz Navidad yeobo - susurro. Aron pone su vaso en la mesa.

 

-          Merry Christmas, baby – dice.

 

Aron me besa suavemente, lamiendo mis labios lentamente, haciéndome suspirar, mientras sus dedos vagan como fantasmas sobre mi pecho y bajan por mi cuerpo, evitando adrede mi entrepierna. En vez de eso, trazan mis muslos, con él burlándose de mí. Sus acciones hacen estremecerse mi polla y mis caderas empujan hacia arriba involuntariamente, haciéndole reír.

 

-          Alguien necesita un poco de atención - comenta, mientras mueve la mano hacia arriba, pasando los dedos por el vello púbico.

 

-          Por favor yeobo - le ruego. Necesito que me haga el amor por fin después de tres semanas muy largas.

 

-          Dime que lo quieres, Minnie - dice seductoramente, mientras recorre con el dedo la punta de mi virilidad, sin dejar de burlarse de mí.

 

-          Te necesito dentro de mí bebé. ¡Por favor! - mi voz se quiebra cuando Aron empieza a acariciar mi agujero.

 

 

Me vuelvo más desesperado. Deja de burlarse y mete la mano en el cajón de la mesilla, sacando la botella de lubricante que tenemos allí para momentos como este. Él extiende el líquido frío en y alrededor de mi agujero, sobre sus dedos y luego sobre su polla, que ha vuelto a la vida otra vez.

Empuja un dedo, haciéndome gemir, mientras acaricia mi espalda y me besa suavemente, ayudando a que me relaje. Él empieza a mover su dedo dentro y fuera. Mis ojos se cierran mientras golpea mis terminaciones nerviosas. Aron añade un segundo dedo, seguido rápidamente por un tercero, sabiendo exactamente lo que quiero. Se sigue moviendo dentro y fuera. Sus dedos alternan entre moverse como tijera y encogerse, lo que le permite dilatarme y golpear mi lugar erógeno al mismo tiempo.

 

-          Más, necesitamos más - jadeo, deseando que me llene.

 

Saca sus dedos y empieza a besarme. Su polla sondea mi agujero. Yo muevo mi mano para guiarlo, para que pueda empujarse dentro sin romper nuestro beso.

Aron empuja lentamente mientras me besa, haciendo que suelte un torrente de lamentos apagados. Yo rodeo con mis piernas alrededor de sus caderas para mantenerlo cerca de mí. Toco su pecho, los dos necesitamos sestar lo más íntimamente cerca que sea posible. Se mueve por completo dentro de mí, mis dedos clavándose en mi cuerpo como él lo hace, y me retuerce un poco para sentirme cómodo.

Él empieza a moverse como lo quiero, muy salvajemente. Yo le muerdo el labio inferior, haciéndole gemir y empujar. Los dos estamos gimiendo en voz alta mientras él se mantiene en movimiento, el ángulo de sus embestidas haciendo que sea capaz de golpear en mi punto G cada vez, por lo que mi estómago es un remolino. Giro la cabeza y mi cuerpo tiembla cuando Aron empuja más duro.

 

-          Ooh, marido sexy, nunca pasemos tiempo separados de nuevo - gime mientras deja un rastro de besos apasionados a lo largo de mi cuello.

 

-          Ooh yeobo, es tan increíble, no te detengas  - gimo mientras empiezo a notar que el placer necesario para alcanzar el clímax.

 

 

La fricción contra el estómago Aron estimula mi virilidad mientras él se mueve hacia hacia adelante y hacia atrás.

Aron se mueve más rápido, me empuja más fuerte, mi clímax cada vez más cerca.

-          ¡Aroooonnnnnnn!

 

-          ¡Minnieeeeee! - ambos gritamos, la intensidad de nuestro amor que de repente se hace demasiado para nosotros, ya que ambos nos corremos.

 

 

Nuestros cuerpos están palpitantes, al igual que nuestros corazones. El semen fluye de los dos. Nos aferramos el uno al otro apretadamente. Ninguno de los dos querrá dejar ir al otro nunca.

 

-          Te amo tanto – decimos los dos al mismo tiempo, haciéndonos reír en nuestra lucha por respirar con normalidad.

 

Nos tumbamos en el sofá, acurrucándonos juntos. Ambos estamos muy contentos de que por fin Aron esté de nuevo en nuestro hogar, de vuelta a mis brazos, donde pertenece. Al cabo de un rato, Aron se mueve y me mira profundamente a los ojos antes de hablar.

 

-          Minnie, ¿Puedo darte un regalo ahora? - pregunta.

 

-          Creo que acabas de hacer - le digo riendo.

 

 

-          No, en serio.

 

-          Vale, marido – respondo, con una mirada medio seria en mi rostro, preguntándome qué regalo será.

 

 

Aron se levanta, va a su bolsa y sacó un sobre que me entrega a mí.

-          Baby, recibí una carta de Han Sung Soo.

 

-           Oh, oh. Suena mal - le digo, frunciendo el ceño.

 

Aron se alisa la frente con los dedos.

 

-          No, todo lo contrario - dice, sonriendo - Abre el sobre.

 

Yo lo abro y leo la carta, tratando de asimilar lo que dice.

 

 

-           

 

-          He sido ascendido – dice. Ahora su sonrisa es tan amplia que su rostro ilumina toda la habitación – A partir de ahora seré supervisor  de todos los movimientos coreanos de las bandas. Así que ya sabes lo que esto significa.

 

-          Oh, dios mío, ¿No más viajes al extranjero?

 

 

-          Sí. La próxima vez que me vaya a alguna parte, será porque nos vamos de vacaciones.

 

Estoy sin palabras. Los dos hemos odiado siempre que tuviera que viajar tanto. Este regalo es como un regalo de boda, Navidad, cumpleaños y aniversario todo junto. Yo le acerco a mí, besándolo con tanta fuerza que los dos tenemos que recuperar el aliento. Lo miro con amor.

 

-          Ese es el mejor regalo que nadie me ha dado - digo.

 

-          Para mí también - dice sin dejar de sonreír ampliamente- Feliz Navidad Sr. Hwang-Kwak.


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