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Un normal día de San Valentín en la vida de Clint Barton. por Sakkura Princess Yaoi

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Notas del fanfic:

Pues es el primer Universo Alterno que realizo de The Avengers, antes ya hice un Chris H. x Tom H. pero supongo no es lo mismo. 

En fin esta es de la pareja de 

Barton X Banner

En regalo a mi hermana, que ama a esta pareja y sobre todo a Bruce Banner.

Notas del capitulo:

Espero les guste, es una serie de tres one-shot creo que publicare con motivo de él 14 de febrero.

Soy soltera así que realmente tengo mucho tiempo libre imaginado bobadas romanticas... de aquí esto. XDDD

Links a imagenes como ya es clasico en mi! 

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BARTON

 

Si quieren ver las otras que elegí para el fic, pero no puse.

Es aquí

IMAGENES EXTRAS DE FICS

 

Quizá en el texto vean otros enlaces. Son sorpresa. 

-Aún puedes devolverte- la voz de una hermosa pelirroja se dejó escuchar mientras miraba fijamente a su compañero que la acompañaba en la moderna aeronave en que viajaban.

-No quiero devolverme Natasha, estoy bien gracias- Respondió Clint Barton, un agente de una organización secreta a la que estaba más que dedicado, la mujer que iba a su lado era su mejor amiga, le debía muchas cosas, pero ya le estaba empezando a desesperar, desde que dos días antes acepto esa misión, esta había empezado con cosas como “No debiste aceptarla” o “Yo puedo hacerlo sola”  y al comenzar el vuelo había continuado con “Te arrepentirás” “Debiste quedarte” “Para mí la misión está bien, pero para ti no lo creo”. Él llevaba más tiempo como agente, había demostrado ser el número uno en la organización, y aun así ella se atrevía a decirle cosas como que se arrepentiría o que debió rechazar la misión. No tenía sentido.

-Es cerca Clint, pero no creo que llegues a tiempo, sigues estando a tres horas y media de distancia- le volvió a decir cuando la aeronave aterrizó.

-¿A tiempo para que Nat?- interrogo ajustando su arma dentro del saco negro que llevaba.

-¿Cómo que para que Clint? Pues…

-Listo Agentes todo esta listo para ustedes, atrapen a esos bastardos- le interrumpió un hombre que abrió la puerta del aeronave.

-Me dices luego- le dijo Clint bajando, seguido de Natasha que solo soltó un bufido de desesperación al seguirle.

_________________________

 

A tres horas y media de allí en la ciudad de Nueva York, en una prestigiosa universidad, un apuesto Profesor se encontraba sentado en su oficina revisando una enorme pila de papeles, totalmente abstraído en su tarea.

-No puedo creerlo- cerró los ojos y una sonrisa se dibujó en los perfectos labios del maestro antes de volver a su tarea.

-¿Qué quieres aquí Stark?- cuestiono haciéndose para atrás en su silla, viendo a un hombre castaño de elegante traje de diseñador.

- Hola Tony, ¿Cómo has estado? Bien, ¿Y tú Brucy? Bien también…- bromeaba el recién llegado al tiempo que tomaba asiento frente al otro.

-Perdón, es solo que no creí que vieras aquí hoy. Debido a que es…

-San Valentín.- completo- Lo sé, y es exactamente la razón que me trae aquí, para verificar que tu trasero salga de esta escuela.

-No creo que te tengas que preocupar por mi trasero- negó Bruce- Si no por el tuyo, cuando Steve vea eso.- dijo tomando una revista que estaba a su lado, donde se podía ver al castaño con una rubia en traje de baño colgada de sus hombros besándole el cuello.

-Eso…- chasqueo la lengua- Ya me encargare, para empezar no fue mi culpa, ni siquiera asistí a esa fiesta por gusto.

-Bueno eso es lo que tú dices, pero lo que Steve crea es diferente.

-Llevamos ocho años de relación, tiene que creerme- afirmo ante la mirada incrédula de su amigo que no cambio nada ante su oración- Y además Peter estaba conmigo- complemento.

-Ah… ya veo- asintió recordando al brillante hijo de Tony.

-Si bueno, ¿Puedes creer que Steve le tenga más confianza a él que a mí?

-Si… la verdad si puedo creerlo- sonrió poniéndose de pie para ir a guardar algunas carpetas al pequeño archivero que había en la oficina.

-Y es mutuo… a mi Peter me dice “Anthony” desde hace más de un año… pero a Steve le llama papá…

-Deberías estar feliz por eso, ¿no?

-Lo estoy- asintió- Solo que a veces conspiran en mi contra.

-Lo que tú digas Stark.- negó volviéndose a sentar frente a su pila de papeles.

-Dejemos de lado lo mío… Yo estoy aquí por ti.

-Sí, sigo sin saber de qué hablas.

-¿Qué harán tú y James Bond?

-Todavía sigues llamándolo así.

-Pues me recuerda a James Bond.

-Se llama Clint.

-¿Estás seguro?

-Llevo tres años de conocerlo, un año y medio de relación y ocho meses viviendo juntos, creo saber cómo se llama Tony.

-Eso dices, pero ni si quiera estas seguro de a qué se dedica.

-Es historiador y evaluador, trabaja para coleccionistas privados.

-¿Y eso lo hace salir constantemente?

-A veces tiene que salir a… checar las obras o…

-Y tú crees eso.

-Tony.

-Mira hasta donde yo sé podía engañarte en…. Quince países diferentes.

-¿Por qué haría eso?

-Porque eso hacen los espías.

-Stark, no comiences.

-Si solo me dejaras investigarlo.

-No… no te daré el permiso de que lo hagas. Mira… yo confío en él… lo amo, y sé que él también me ama.

-Claro, por eso en la cena que le preparaste el año pasado, te dejo plantado.

-Apenas estábamos comenzando… y tuvo trabajo.

-Con eso se excusa todo.

-Tú eres un adicto al trabajo.

-Pero cuando se trata de Steve lo dejo todo. Mira solo digo que eres mi mejor amigo, te quiero como a un hermano, Steve te quiere, Peter te llama tío desde que nació. Tus alumnos te adoran…- señalo la caja grande a un lado del escritorio que estaba hasta el tope de regalos por la festividad- Y eres un novio increíble, estoy seguro que también esta vez tienes un excelente regalo para él, y todo listo en la casa para prepararle una cena con su platillo preferido con la esperanza de que llegue a dormir.-El otro ante esto se sonrojo desviando la vista.- Lo sabía…

-Tony mira tengo mucho trabajo y quiero hacerlo ahora.

-Es viernes puedes hacerlo sábado o domingo.

-No, no puedo.

-Claro que no, porque no quieres volver a un apartamento vació donde tú mente solo se ocupara en pensar donde estará Clint Barton, si llegara a verte, o si de verdad le importa mínimamente su relación, ¿No es cierto Banner?- el aludido tenía la vista puesta en una pluma que chocaba contra un pequeño almanaque al lado de sus papeles, donde había encerrado la fecha hace un mes, cuando le había preguntado a Clint si estaría allí para ese día y este le había respondido que sí.

-Lo amo Tony- fue todo lo que pudo contestar. Ante esto el castaño sonrió poniéndose de pie para apoyarse en el escritorio.

-Lo sé, Bond tiene mucha suerte… mira no quería molestarte con eso… es solo que no me agrada que pases el día así, pero si es lo que quieres…

-Es lo que quiero…

-Muy bien… no se hable más- golpeo el escritorio varias veces, antes de erguirse por completo- Steve y yo nos iremos a Canadá él fin de semana, pero tienes el celular, si no, Peter sabe cómo localizarnos, se quedará en la casa, si tienes tiempo mañana ve a verlo, ya que no se despega de su novio Wade y no es que sea mal chico, pero es cinco años mayor que él.

-Yo me encargo de pasar a verlo Tony.

-Muchas gracias amigo, nos vemos- se despidió antes de salir- Suerte con Bond- sonrió cerrando la puerta tras de sí.

Una vez el otro se fue Bruce volvió de nuevo a ver aquella fecha encerrada con marcador verde. No era tonto, sabía que Clint le ocultaba algo, pero le quería tanto que mejor se negaba a la realidad, quizás estuviera casado o fuera…  Se pasó una mano por la cabeza,  no quería divagar en ese tipo de cosas, así que sin más volvió a su trabajo.

_____________________

 

A una considerable distancia de allí, Clint y Natasha se encontraban escondidos detrás de un auto, el hombro del primero sangraba un poco, por el rosón de una bala, aunque entre la sangre que salpicaba su camisa blanca no se notaba si era de él o no, esto debido a las dificultades que habían encontrado antes de llegar a esa abandonada fábrica situada en ninguna parte donde se llevaría a cabo un intercambio… de algo minúsculo, una memoria USB cuyo contenido podría desencadenar horribles sucesos.

Estaba por terminar todo, habíaN eliminado a la mayoría de los guardaespaldas, solo quedaban los jefes de las dos bandas criminales, cubierto cada uno por dos guardaespaldas. Ambos en esos momentos se pusieron de acuerdo para asomarse por el capo y disparar, haciendo que dos hombres más cayeran. Ante esto, los restantes sin remedio arrojaron las armas.

El par de espías se levantaron lentamente de su posición sin dejar de apuntarles, se acercaron a los guardaespaldas, y a los dos hombres viejos, verificando que ninguno trajera algún arma.

-¿Estas bien?- le interrogo Natasha viendo su hombro.

-Bien… llama a los chicos para que vengan por ellos.

-Todo listo- dijo está presionando un pequeño micrófono en su oído.- ¿Tienes la memoria contigo?

-Claro- respondió sonriendo sacando el pequeño artefacto de su bolsillo ante la mirada sorprendida de los cuatro hombres.- ¿Qué pensaban? ¿Que aún la tenían ustedes? La obtuve hace como media hora, pero teníamos que escuchar su conversación durante el intercambio- les hizo saber el rubio.- Ahora sentados, en un rato vendrán por ustedes. – los criminales obedecieron recargándose en el auto lleno de impactos de bala, tras él que momentos antes se ocultaban del fuego de él par de espías.

-Joven…policía… lo que sea- le llamo uno de los dos hombres mayores que parecía de ascendencia italiana.

-¿Qué ocurre?- pregunto mirándole con cierta desconfianza.

-¿Podría agacharse un poco y sacar algo de mi bolsillo de la camisa? No quiero que piense si meto mi mano que sacare un arma.

Clint miro a Natasha, y esta asintió indicando que le cubriría, Clint se agacho metiendo la mano en la bolsa de la inmaculada camisa blanca del mayor, tomando  lo que parecía una collar entre sus manos. Era un collar de plata muy fino, con un diamante rosa en el centro enmarcado por un aro de plata en el que se podía leer “Ti amo Isabella”    

-Es un regalo, para mi esposa- le indico el hombre-¿Podría hacer que llegue con ella? Sé que quizá como criminal no merezco eso, pero créame, me da más miedo mi esposa sin su regalo de San Valentín, que lo que me pueda esperar en la cárcel.

-San Valentín…- repitió Clint.

-Pero claro muchacho, hoy es San Valentín, debes ser soltero para haberlo olvidado.

-¿Por eso me preguntabas de la misión?- Hablo dirigiéndose a Natasha.

-Sí, pero ahora no podrás ir a verlo, ¿Cómo le explicas la herida de bala? Tienes que esperar un poco a que sane.

-Ya estamos aquí- se escuchó la voz de un hombre que acababa de llegar en compañía de otros tres en dos enormes camionetas- No los llevaremos para interrogarlos- dijo el hombre de traje, Clint repaso con su vista la escena, apretó aquel dije en las manos y en un rápido movimiento le saco al recién llegado las llaves de una de las camionetas, para salir corriendo a la camioneta, poniéndola en marcha y acelerando para perderse en la carretera ante los gritos de los cuatro agentes recién llegados.

-Creo que no era soltero- se rió el hombre de antes a lo que Natasha solo le miro sonriendo y negando con la cabeza.

Clint condujo lo más rápido que pudo hasta derrapar enfrente de la pequeña y moderna aeronave en la que habían llegado, se bajó rápidamente, frente al sorprendido piloto que momentos antes leía su periódico.

-Necesito tu jet Javier- fue todo lo que dijo mirando serió al hombre que solo movió la cabeza afirmativamente, siguiendo con la mirada al espía que abordo comenzando a volar en apenas unos segundos.

________________________

Bruce se paró de su lugar estirándose, para caminar a la ventana que daba a las casas de las fraternidades de los chicos, como las luces de la mayoría seguían encendidas, Festejando seguramente el catorce de febrero, miro su reloj recordando que había sido uno de los cuatro regalos que había recibido de su amante…

-Las once cuarenta y cinco- pronuncio- No llegare a tiempo para  la cena- río un poco  cerrando en puño la mano que llevaba el reloj.- Claro Bruce, como si fuera a llegar a cenar.- se burló de sí mismo comenzando a guardar los papeles.

A un par de Kilómetros Clint piloteaba sacándole todo a la máquina, no podía defraudar a  Bruce otra vez. Su conciencia ya estaba a reventar por pasársela mintiéndole todo el tiempo respecto a su trabajo, sin contar que no había estado con él en su aniversario de un año, en su cumpleaños, en él pasado San Valentín ni en las cenas de Navidad y año nuevo con ese amigo de él Tony Stark, a las que había prometido acompañarle.

-Más te vale que llegues a tiempo- escucho de pronto la voz de Natasha por él comunicador. – Digo por lo menos ya que me imagino que no le tienes ningún regalo.

-Ya sé Natasha, ya sé.

-Si sigues así vas a perderlo.

-¿Me lo tienes que decir justo ahora?

-Bueno Nick está más que enojado contigo por robarte una aeronave, una camioneta y  por abandonar la misión. Así que te pondrá una fuerte sanción, por lo cual espero llegues con Bruce y eso que hiciste valga la pena.

-Entiendo… Nat, estoy llegando, te informo luego.- corto la comunicación aterrizando en él enorme parque frente a las oficinas de profesores al lado contrario de la de Bruce, llevándose en el proceso dos bancas del lugar.

Bajo rápidamente entrando al edificio, mientras miraba su reloj, aún le quedaban cinco minutos para llegar antes de que el día acabara.

 

Bruce termino de guardar todo en su maletín y estaba colocándose su chaqueta café cuando escucho como la puerta se habría de manera fuerte y ruidosa se giró topándose con una imagen que casi hace que el corazón se le salga del pecho.

Allí estaba Clint con el cabello despeinado, un par de heridas en loa ceja y labio, con la camisa blanca cubierta de sangre y un par de armas una en la orilla de su pantalón y la otra en unos arneses que la sostenían a su cintura.

-Aún es San Valentín ¿Cierto?- fue lo primero que pronuncio Clint ante la cara de su novio.

-¡¿Qué?!- Exclamo acercándose a él.- Clint…- toco con suavidad la tela que tenía un rojo realmente oscuro pero que evidentemente era sangre, ya seca.- ¿Estas bien?

-Ah… yo, si… la sangre no es mía- se miró la camisa- al menos no toda. Pero ese no es el problema… Yo te prometí llegar aquí en San Valentín… de hecho te prometí muchas cosas y lamento que…- Volvió a mirar a Bruce, pero este no parecía poner atención en sus palabras tenía una mirada permanente de preocupación mirando la sangre que tenía en la camisa- Bruce, escúchame-pidió tomándolo de los hombros- Te mentí.

-No eres historiador.

-No.

-Será… será mejor que vayamos a un hospital a que…

-Estoy bien… no es nada, solo vamos, vamos a casa. Por favor.- pidió a lo  que Bruce asintió tomando su maletín, para abrir la puerta seguido del rubio.

-¿Trajiste tu auto verdad?- pregunto mientras cruzaban los largos pasillos hasta la salida.

-Como siempre, ¿Por qué?

-Porque será más fácil irnos en él.- respondió abriendo la puerta de salida.

-¿En que llegaste tú?- cuestiono, siendo contestada su pregunta al ver el moderno Jet instalado en medio del parque con un montón de universitario rodeándolo.

-Camina e ignora eso- dijo tomándolo del brazo para ir  a donde estaba el auto del otro.

-¿Estará bien que dejemos eso allí?

-Vendrán por él…- respondió Clint avanzando para abrir la puerta del copiloto- Tarde o temprano- murmuro abordando él auto.

Bruce al igual que él subió, encendiendo él auto, comenzando un camino que se hizo en silencio hasta más o menos la mitad del trayecto.  

-Entonces… no eres historiador- dijo por fin Bruce sin despegar la vista del camino.

-Soy… agente… un espía de una organización secreta.

-Demonios- exclamo.

-¿Tanto te molesta?- pregunto Barton nervioso, preguntándose si debía seguir diciendo todo aquello o no.

-No, claro que no, es solo que Tony tenía razón entonces y cuando tiene razón se vuelve insoportable. Sabes que él siempre dijo que eras una espía.

-Sí, lo sé.

-¿Por qué nunca me dijiste nada?

-Por tú seguridad.

-¿Mi seguridad?

-Tengo muchos enemigos Bruce, enfrento muchos peligros, y siempre estoy preocupado de que eso te alcance, cuando te conocí te dije que nunca mantenía relaciones, por eso tuvimos ese periodo donde ya sabes… solo era.

-Sexo- complemento Banner.

-Si- se apretó el hombro ligeramente, notando un pequeño rastro de humedad por la sangre.-Pero luego tu querías una relación seria, y apareció Jenna esa vieja ex novia tuya,  no te quería perder, no te quiero perder.

-No lo harás.- afirmo el mayor entrando al estacionamiento del complejo habitacional donde vivían, el cual era antes solo del espía.

-Literalmente no, no lo hare.

-¿De qué hablas?- cuestiono parando el auto y volteando a verlo.

-¿No te parece extraño que haya ido a buscarte primero a la escuela y no aquí a la casa?

-Sabes que trabajo hasta tarde.

-No… tú, ¿Recuerdas el reloj que te di?- él científico volteo a verlo en su muñeca.

-Tiene un  chip de rastreo, al igual que tu celular.

-¿Chips? ¿Me vigilas?

-No… no claro que no, solo me preocupo por ti, es todo.

-Es… un lindo San Valentín- pronuncio Bruce bajando del auto. A lo que Clint corrió a seguirle llegando apenas antes de que las puertas del elevador se cerraran, sosteniéndose el hombro porque una de estas le había golpeado. Haciendo una exclamación al entrar.

-Debes ir con un Doctor.

-Tú eres Doctor.

-Mi título no es ese tipo de Doctorado.

-Solo quiero ducharme.

-Muy bien- asintió, el elevador se abrió en el último piso donde solo se encontraba su departamento, un ligero pasillo con cámaras los separaba de la puerta de entrada. Esta vez Clint fue el que se adelantó, colocando la tarjeta y el código de seguridad que abría la puerta y Bruce por primera vez comprendió aquella obsesión con las cámaras, los códigos y la seguridad en todo el lugar.

Entraron y Clint se quitó los equipamientos que sostenían sus armas, aventándolos al sillón sin cuidado como lo hacía antes de vivir con Bruce, agachándose para también sacarse la pequeña pistola del tobillo derecho y la navaja del izquierdo, mientras Bruce lo observaba sin decir nada.

-Tomare esa ducha ahora… - hablo rompiendo aquel mutismo, acercándose hasta él- Bruce tenemos muchas cosas de que hablar pero quiero que sepas que te amo, ¿Esta bien? Eres lo más importante para mí, el día de hoy hice un montón de tonterías solo para llegar y estar aquí contigo.

-Está bien, hablaremos cuando te des ese baño que tanto quieres, yo preparare la cena.

-Gracias- sonrió ligeramente tomando el rostro del de menor estatura para darle un beso suave en los labios.

-Una cosa más… en el fondo del closet, atrás de mis palos de golf.

-En realidad no juegas golf, ¿Cierto?

-Me parece el deporte más aburrido del mundo- contesto- decía, hay un maletín bastante grande de primeros auxilios con todo lo necesario para esto. ¿Podrías sacarlo para…?

-Si… Pero  ¿Estás seguro que estas bien?

-Por décima vez… si- contesto dándose la vuelta para sacarse la camisa que estaba echa un desastre. La dejo junto a las armas y siguió su camino al baño.

Bruce suspiro, sorprendiéndose así mismo de la tranquilidad con que estaba tomando aquello, camino a la cocina allí saco del refrigerador en dos contenedores de cristal unos rollos de chocolate y fresa, seguidos de una tarta Sacher de cerezas, quizá solo era el postre, pero sabía que Clint tenía una debilidad por el chocolate y los frutos rojos, lo cual se prestaba perfecto para la fecha, dejo esto en la mesilla de la sala, ya que rara vez comían en el comedor.

Allí volvió a ver las armas de las que el otro se había deshecho, no sabía si moverlas o no, pero al ver que ocupaban el lugar donde normalmente se sentaban las tomo, acomodándolas con cuidado en la mesilla de al lado, junto a una foto de ellos dos, tomada por su querido sobrino Peter.

Al dejar la última pistola, la sostuvo un momento entre sus manos, preguntándose de cuantas muertes sería responsable su novio.

-Quítate esos pensamientos de la cabeza Bruce- se dijo dejando el arma con las demás para ir a la habitación de ambos por el botiquín que el otro había mencionado, lo saco y lo llevo a la sala, abriéndolo, impresionándose de los instrumentos que es este contenía, más allá de lo que era un simple botiquín. Acomodo lo que supuso necesitaría para las heridas que el otro tenía dándose cuenta en esos momentos de que había tumbado la camisa llena de sangre del otro, se agacho para levantarla, pensando que más que lavarla debería ya tirarla a la basura. Pero cuando la levanto escucho como algo caía de ella. Observo el pequeño collar tirado y se agacho a recogerlo, el material parecía realmente caro y fino, lo levanto analizando el enorme diamante rosa, leyendo las inscripciones alrededor.

-¿Por qué siempre tienes la maldita razón Tony?- cuestiono, y en ese momento Clint salió de la ducha. Tenía una toalla azul oscuro enredada en la cintura, mientras se secaba el cabello moviendo la cabeza cual canino, salpicando a su alrededor, gesto que alguna que otra vez le había traído regaños de Bruce, pero que en ese preciso momento no pudo importar menos.  Levanto el rostro echándose el cabello para atrás, viendo a su novio sostener aquella prenda en sus manos.

-No… no es lo piensas Bruce- dijo enseguida.

-¿Quién es? ¿Tú esposa? ¿Una novia más? ¿La… madre de algún hijo tuyo?

-¡¿Qué?! ¡No! Claro que no Bruce- se puso enfrente de él quitándole aquello de las manos, la apreso dejándola en la mesilla que estaba al lado del otro con mucho cuidado, aún tenía que entregarla a su dueña.-¿Preparaste eso para mí?- cuestiono al ver los suculentos postres en la mesa.

-Si… igual del año pasado… pero… ya no importa realmente. –Negó dándose la vuelta avanzando hacia la salida tomando su chaqueta- Luego vuelvo por mis cosas.

-No Bruce… No- le alcanzo tomándole del brazo, haciendo una mueca cuando el otro intento zafarse pues el  hombro aún le dolía.

-Tienes que tratarte eso. Hablo enserio Clint.

-Hazlo tú o yo nunca lo hare. – el mayor dejo la chaqueta de nuevo en su lugar.

-Siéntate.

Clint obedeció caminando al sillón, mientras Bruce se hincaba  a su lado, aunque se había duchado, había que desinfectar la herida, comenzó a limpiarle con agua oxigenada y alcohol.

-¿No te duele?- cuestiono.

-No es lo peor que me ha pasado.

-No estoy seguro de que quiera escuchar eso.

-La cadena…

-Clint…

-No es mía ni para nadie que conozca, en la misión de hoy arrestamos a dos jefes de la mafia italiana, uno de ellos me lo dio para que se lo entregara a su esposa- relataba mientras sentía las hábiles manos de su novio curarle colocando gasas delgadas sobre la herida.- Dijo que le tenía más miedo a ella sin su regalo de San Valentín que a lo que le esperaba en la cárcel, allí fue cuando recordé que día era hoy, es…- agacho la cabeza- es penoso que uno de mis enemigos tenga que recordarme algo como eso… creo que se rió cuando salí corriendo.  Si no confías en mí, puedes acompañarme al interrogatorio o a entregar el dije, aunque no estoy seguro de ponerte en contacto con la mafia.

-Lo más sorprendente de todo es que si confío en ti, pese a todas las mentiras.

-¿Hablas enserio?- pregunto volteándole a verlo.

-Lo de hace rato… Tony dice que los espías tienen amantes en todos lados.

-Algunos los tienen- acepto Clint- Yo no soy uno.

-Además pensar que estabas con una mujer, tú me has dicho que la mayor parte de tu vida saliste con chicas, yo no me puedo comparar con una mujer.- Decía terminando de vendar el hombro del espía.

-Claro que no te puedes comparar con una- Clint se volvió hacia él, tomando con una mano su rostro- Tu eres mucho mejor que cualquier mujer Bruce- Pronuncio antes de comenzar a besarlo lentamente, recostándolo poco a poco sobre el sillón.  Deshaciéndose de la ropa de este, para que estuviera en igual condiciones que él, cuya toalla había resbalado quedando solo atrapada entre ambos.

Los labios de Clint no se cesaban al tener cuerpo tan perfecto y masculino frente a él su sentido común desaparecía, al igual que su conciencia, sus manos acariciaban, pecho abdomen y piernas, mismo recorrido que su boca seguía después, adorando la dureza de cada musculo que se contraía ante las mordidas y succiones. Su cabeza estaba perdida entre las piernas de su amante, mordiendo despacio el interior de los muslos, dejando marcas rojizas que después repasaba su lengua. Había estado con muchas personas en su vida, hombres y mujeres, pero ninguno le hacía sentir tal deseo como lo lograba Bruce.

Sus labios pronto viajaron al sexo erguido de su amante, lamiéndolo de arriba abajo, succionando la punta, bajando de nuevo hasta la base a la vez que una de sus manos jugaba con él prepucio.

-Eres tan perfecto… tan masculino – le susurro contra el abdomen, introduciendo su lengua  en el ombligo, siguiendo con esta la delgada línea de vello que seguía hasta llegar de nuevo a la palpitante erección que introdujo esta vez de manera entera a su boca.

-Clint… Ah… ¡Clint!- escucho su nombre ser pronunciado con más fuerza cuando dos de sus dedos viajaron a la entrada del peli negro, lubricados con su saliva, se abrieron espacio dilatando la angosta entrada. Moviéndose al ritmo que su boca marcaba, uno bastante lente para desesperación del otro.

Pero cuando el rubio le sintió listo, se situó encima de él, separando sus piernas colocando su erección, que a decir verdad ya era demasiado dolorosa, en la entrada, comenzando a internarse despacio sin perder de vista el rostro del otro que echaba la cabeza hacia atrás aferrándose al respaldo y a la orilla del sillón.

Una vez estuvo completamente dentro, se inclinó hasta los labios del mayor, tomándolos en un apasionado beso, sintiendo las manos de este en su nuca al tiempo que sus piernas aprisionaban su cadera. Se separó respirando de manera entrecortada para comenzar con embestidas lentas y profundas, saliendo totalmente del moreno cuerpo, para volver a internarse enseguida con más fuerza. Sintiendo su miembro deliciosamente ajustado y succionado al interior. Escuchando los gemidos de Bruce y los propios mezclarse casi a una sola voz.

Bruce de verdad se sentía en el cielo era delicioso tener a su novio moviéndose con tanta intensidad en su interior, haciéndolo sin remedio rogar por un ritmo más intenso, que le fue otorgado casi enseguida. Los movimientos eran frenéticos y sentía cerca el orgasmo, llevo las manos a su miembro comenzando a masturbarse al ritmo de las embestidas, sintiéndose incapaz de pronunciar nada coherente al sentir aquella dura erección dando justo en su centro de placer. Sin poderlo contener más se vino en una ronca exclamación de placer machando su abdomen y manos, arqueando su cuerpo y cerrando aún más su interior si era posible.

Clint ante tal escena solo pudo intensificar sus movimientos, tomando aquellas masculinas caderas con posesividad, dando estocadas cada vez más duras, hasta derramarse en el interior del otro, gritando su nombre.

Los espasmos le recorrieron suavemente, mientras salía del interior de su amante, solo para recostarse en su pecho, sintiendo aquellos fuertes brazos envolverle, transmitiéndole la seguridad que había buscado toda su vida de diferentes maneras, y que había venido a encontrar en los brazos de ese hombre, él cual lo hacía sentirse la persona más afortunada sobre la tierra.

Después de un rato de estar los dos abrazados en silencio, disfrutando simplemente de la compañía del otro, Bruce escucho un ruido extraño que no provenía de otro lugar si no del estómago de su novio.

-Creo que será mejor que comamos, el chocolate se derrite, es uno muy fino y suave.

-Si… tengo… un poco de hambre. – respondió Clint causando una ligera risa en el Profesor.

Se sentaron en la alfombra frente a la mesilla de cristal, comenzando a comer los deliciosos postres que el mayor había preparado. Clint comía sin decir una palabra, Bruce siempre lograba cocinarle cosas que le hacían olvidarse de todo lo demás, tanto así que no fue hasta después de un rato que se percató que su novio le miraba con atención.

-¿Pasa algo?- cuestiono antes de meterse una cereza a la boca.

Bruce levanto su mano, delineando una enorme cicatriz en la orilla de la cadera del espía, siguiendo por su muslo donde había otra, sabiendo que en el interior de su pantorrilla derecha tenía una más, al igual que una en el hombro que no tenía lastimado, también había en su antebrazo y una redonda y pequeña a la mitad de su clavícula.

-No fueron de un accidente de auto en la universidad, ¿Cierto?

-No- negó avanzando en cuatro hasta sentarse en medio de las piernas del otro, pasando sus manos por el cuello- Son de diferentes misiones. Algunas tienen ya más de quince años.

-Pero… eras casi un niño en…

-Empecé muy chico en esto Bruce. Mis padres fueron agentes. Mi padres no murieron por que ya eran muy viejos como te conté, al contrario, me tuvieron muy joven, murieron cuando yo tenía nueve a manos de un político corrupto ruso,  la organización se hizo cargo de mí, gracias a eso pude matar a ese infeliz  seis años después. Fue mi quinto asesinato. Sé que suena terrible, pero ya que te estoy contando todo.

-Está bien- aseguro abrazándole por la cintura.- Quiero saber todo de ti, al fin y al cabo ya no puedo dejar de amarte….Lo cual me recuerda… espera aquí- pidió parándose corriendo a la habitación, saliendo luego con una caja enorme.

-Pensaba dártelo para tu cumpleaños, pero ya que lo conseguí tan pronto. – Hablo sentándose de nuevo y colocándose en las piernas.

Clint retiro el listón rojo que cubría la caja negra, levantando la tapa, topándose con clásico juego de arco y flechas… uno único que recorrió al instante.- No puede ser…

-Se cuánto te gusta El señor de los anillos, y que Legolas es tu personaje favorito así que…

-Es una copia exacta- dijo tomando el arco.

-No es una copia, es el original que Orlando Bloom uso en la película.

-¿Hablas enserio?

-Bueno… Tony conoce a alguien y…

-De verdad muchas gracias- exclamo tomando el rostro del otro para besarlo. – Yo no tengo un regalo para ti… los siento mucho, tú me preparaste eso… y conseguiste el maldito arco de Legolas… no te merezco.

-Tranquilo- sonrió Bruce dejando el regalo sobre el sofá, subiéndose sobre él rubio, tumbándolo sobre la alfombra- ya encontraremos la forma de que me compenses. – Clint dibujo una sonrisa en su rostro antes de jalar al otro de la nuca para  fundirse en un profundo y pasional beso

  

 

Notas finales:

Espero les haya gustado!!!!

Como en todos mis trabajos, comentarios, critícas, sugerencias!! Todo esta más que bien recibido. 

:D


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