El dulce príncipe se encontraba en su castillo, específicamente en la cocina del palacio. Ese día se le había apetecido hornear sus famosas bombitas de crema. Como compañía tenía a lord monochromicorn y a su mucama mentita.
Gumball suspiró en cuanto sacó del horno los pastelillos con relleno rosado.- ¿Qué ocurre príncipe?- Preguntó mentita preocupada, mientras Gumball se retiraba los guantes de sus manos y colocaba la charola a un lado para que se enfriara.
-No lo sé… me siento algo extraño.
-¿Es por Fionna?
-Tal vez. Ya no es como antes, creo que la avergüenzo.
Mentita ayudó al príncipe a depositar los pastelillos en un gran platón.- ¿A qué piensa que se deba eso?
-A que me gusta la ciencia y cocinar.
Lord monochromicorn golpeó el suelo con su pata delantera derecha, comunicándose en código morse.
-Lord tiene razón.- Mentita tradujo.- Los verdaderos hombres son los que saben cocinar y ser inteligente es un gran atributo.
-Supongo…- El príncipe volvió a suspirar y espolvoreó los pastelillos con azúcar glass.
Cuando giró para tomar el platón y colocarlo cerca de la ventana para que terminaran de enfriarse, los pastelillos ya no se encontraban.
Miró a mentita, la cual se encogió de hombros en señal de que no sabía que había ocurrido. Dirigió su mirada a lord monochromicorn y con los golpes de su pata dijo “no vi nada”.
Gumball se cruzó de brazos y habló en dirección a ninguna parte.- Marshall, sé que fuiste tú.
El vampiro se había vuelto invisible para hacerle una broma al príncipe.
En ese momento Fionna y Cake entraron al castillo algo agitadas.- ¿Gumball, no has visto a Marshall?- Preguntó la rubia y escucharon algunos ruidos sobre el techo del castillo.
El príncipe miró con el ceño fruncido a las chicas.- Así que por ustedes él está aquí.- Odiaba realmente las visitas del no muerto.
Fionna ignoró el comentario hiriente de Gumball. Cake dio un salto por un trueno que escuchó de afuera.- Creo que comenzó a llover.- Dijo nerviosa y con su cola esponjada.
-Debemos ir por Marshall.- La ojiazul cargó a Cake.
-No voy a ir afuera. Está mojado.- La minina no dejó que la ojiazul la cargara.
-Yo sí voy.- Habló Gumball.- Debo recuperar mis…- El príncipe notó la mirada de Fionna al ver su delantal. Gumball se lo quitó de inmediato.- … olvídalo, sólo vamos.
Fionna llevó a Cake en brazos y cubriéndose con una sombrilla. Gumball metió a mentita entre sus ropas y todos subieron al lomo de lord monochromicorn para ir a la cima del castillo.
Al llegar, escucharon algunas notas de una guitarra y se encontraron con el rey vampiro. Gumball frunció el ceño al verlo tocando su guitarra-hacha.
-Hola Fionna.- El vampiro saludó a la ojiazul con su habitual timbre sensual de voz, mientras continuaba tocando algunas notas. Se hallaba completamente mojado a causa de la lluvia, su camisa se encontraba pegada a su cuerpo por el agua, su azabache cabello resbalaba por su frente y mejillas.
-¡Marshall Lee!- Fionna regresó el saludo al vampiro, emocionada por ver a aquel chico frente a ella.
-Demoraste en encontrarme.
-Lo siento, es difícil cuando te vuelves invisible.- Fionna se sonrojó y acarició sus dorados cabellos. Habían estado jugando a las escondidas desde que el sol se ocultó.
El príncipe bajó del lomo de su fiel compañero. -Ejem…- Gumball continuaba observando enojado a Marshall y tratando de llamar su atención para que notara su presencia y parara de coquetear con la rubia.
-¡Oh! ¡Discúlpeme! ¡Hola, su majestad!- El vampiro intentó recrear sarcásticamente la voz de los dulces súbditos de Gumball e hizo una reverencia, lo cual molestó aún más al príncipe. Marshall sacó uno de los pastelillos que robó de Gumball y succionó el color rosa de estos.
El príncipe refunfuñó y lo observó con gran odio.- Fionna será mejor que tú y Cake se vayan.
-Pero…- Cake jaló el brazo de la ojiazul para que se retiraran.
-Sólo váyanse.- Apretó uno de sus puños y ordenó a lord monochromicorn para que las llevara a su casa del árbol.
-No les hables así.- El vampiro se acercó a Gumball igual o más enfadado que él. El príncipe gruñó y lord monochromicorn se llevó lejos a las chicas. -Al parecer el dulce príncipe tiene también su carácter no tan dulce.- Marshall sonrió y lanzó al rostro del príncipe un pastelillo, dejándolo con crema batida. Gumball se enfadó todavía más y tomó el cuello de la camisa del vampiro. -¿Qué? ¿Vas a besarme?- Levantó su puño para golpearlo pero Marshall lo esquivó y retrocedió un poco.- Vamos, no seas así, sólo son unas tontas bombitas de crema.
Gumball se limpió el rostro con su antebrazo y dio media vuelta dispuesto a regresar al castillo, estaba enojado y mojado, no iba a soportar más las burlas de Marshall.
-No quiero volver a verte en mi castillo.- Susurró antes de intentar marcharse.
Marshall flotó hacia él y lo detuvo.- Siempre estás molesto cada vez que nos encontramos. Al menos dame una explicación.
Gumball lo miró sin retirar su tono enfadado.- Porque sólo eres un idiota que se cree muy cool y no deja de fastidiarme.
Marshall rió a carcajadas.- No me creo, soy cool y te fastidio porque es divertido.- El príncipe rodó los ojos.- Sino me crees… - Marshall se convirtió en un murciélago gigante y tomó por los hombros al príncipe para levantarlo.-… te lo demostraré.
-¡Suéltame!- Gumball se retorcía y pataleaba.
-El príncipe grumoso está haciendo una fiesta en el bosque, será una locura. Y no voy a aceptar un “no” de tu parte, así que, vayamos para que dejes de estar de amargado.
En el camino, Gumball dejó de resistirse y se limitó a ser llevado hasta el bosque. Si se quejaba, Marshall podría dejarlo caer.
Dejó de llover y en el bosque Marshall regresó a su forma habitual.
Ya estando en la fiesta, se podían ver al príncipe músculos bailando con una gusana de gomita, a la señora cerdo observando a troncos jugar con una cuchara, al príncipe grumoso intentando impresionar a la pan de canela con un sexy baile, a una fresa cubierta de chocolate junto con una gomita y una cereza sobre un árbol bebiendo sodas y a dos vikingas luchadoras divirtiéndose.- Esto luce divertido… bastante. Ven.
El vampiro tomó la mano del príncipe para atraerlo consigo hacia el escenario.- ¡Oigan chicos! ¡Marshall Lee va a tocar una canción!- Gritó el príncipe grumoso para que los invitados se reunieran a ver el espectáculo. Se escuchaban las ovaciones y gritos hacia Marshall.
Mentita salió de las ropas del príncipe. Ambos se miraron confundidos ya estando sobre el escenario.
-Sígueme.- Marshall hacía poses para que Gumball lo imitara. El vampiro comenzó a balancear su trasero y antes de que el príncipe lo imitara también, rió y lo alejó para que dejara de hacerlo. Al parecer el vampiro no era tan malo como parecía.
Good little boy
always picking a fight with me.
You know that I’m bad
Gumball, animado por mentita, comenzaron a hacer coro para Marshall.
but you’re spending the night with me.
Why do you run from my world?
You’re a good little boy.
Mentita golpeó con su codo al príncipe para que también cantara. Gumball lo intentó algo nervioso. Marshall tomó la mano de Mentita, invitándola a bailar con él.
Bad little boy
that’s what you’re acting like
I really don’t buy that you’re that kind of guy.
And if you are
why do you want to hang out with me?
-Hisssss.- Marshall mostró sus colmillos cerca de Mentita y sus ojos se volvieron más aterradores. Gumball reaccionó y empujó vampiro. A lo cual, este se elevó con una sonrisa macabra.
Don’t you know I’m a villain?
Every night I’m out killin’,
sendin’ everyone runnin’ like children.
I know why you’re mad at me
I’ve got demon eyes
and they’re lookin’ right through your anatomy
into your deepest fears.
Baby, I’m not from here.
I’m from the Nightosphere.
To me you’re clear,
transparent.
You’ve got a thing for me boy.
It’s apparent.
El vampiro bajó de nuevo y Mentita aprovechó para pasar frente al escenario y bailar. Marshall observaba divertido sus movimientos, mientras Gumball no apartaba la vista del vampiro, seguía sin tenerle confianza.
-Sé que eres malo, pero tal vez no demasiado.
-¿No tan malo? Soy el hijo de un demonio y el rey vampiro. Y ni si quiera lo intenté. Tú por el otro lado.
Mentita continuaba bailando mientras los otros dos discutían.
-Soy bueno ¿y qué? no alardeó tanto como tú.
-Lo eres tanto que empalagas.- Marshall sacó otro pastelillo y sopló el azúcar glass de la cobertura sobre el rostro de Gumball.
Gumball intentó apartar la pequeña nube de azúcar y caminó hacia el frente, pero Marshall se movió, provocando que cayera al suelo. El príncipe pateó al vampiro para que éste también cayera, pero no contó con que, aún con ello, el vampiro pudiera flotar.
-¡Oh No!- Marshall se dejó caer con suavidad al suelo y burlándose de la ingenuidad del otro. Pero Gumball se levantó y mientras Marshall continuaba distraído riendo; se acercó golpeándolo justo en el estómago para que cayera con fuerza. Marshall con un movimiento ágil, pateó el rostro de Gumball, provocando que cayera lejos y fuera arrastrado por el escenario.
Al notarlo, Mentita dejó de bailar, para interponerse entre ambos y que Marshall dejara de lastimar al príncipe.- ¡Hey! ¿Qué pasa contigo?
El vampiro empujó a Mentita sobre los arbustos.- Vete de aquí dulzura.
Gumball se enfadó y se levantó del suelo de madera.-¡Hey!
- ¡Vamos! Fue gracioso.
El príncipe fue hacia donde se hallaba Mentita.- ¿Estás bien?
-Sí…- Mentita frotaba su cabeza.
-Vámonos de aquí.- Cargó a Mentita.
Marshall salió de entre los arbustos.- ¡Hey!- Siguió a Gumball.- ¡Vamos! No se vayan. ¿Qué están haciendo? Se van a perder la fiesta. Bubba…
-No me importa que seas un idiota conmigo, pero nadie puede golpear a Mentita.
-¿En serio? ¿Qué tal si… ahora? Ya sabes….- Marshall le arrebató de los brazos a Mentita y se elevó para que no la alcanzara.
-¡¿Qué?!
-¡Inesperado!
-¡Marshall!- Gumball lo siguió hasta el cementerio, completamente furioso. El vampiro subió a un mausoleo de piedra burlándose.
-¿Quieres a tu Mentita de vuelta? ¡Ven y tómala!- Alzó su mano, unos relámpagos pudieron observarse en el cielo nocturno acompañando sus carcajadas. De las tumbas y la tierra surgieron esqueletos. Gumball se asustó de sobremanera, hasta que los esqueletos comenzaron a hacer beatbox y Marshall empezó a rapear.
Did you think I was lying?
I said I´m evil without even trying
Already dead so I´m not scared of dying
Drinking the red from your heart in one sitting
You think you can beat me You must be kidding
I raise the dead up and they do my bidding
Boy I´m 1.000 years old, I´m a riddle
Bad little boy, yes I´m bad but not little.
Los esqueletos atacaron a Gumball y tomó una espada del suelo para derrotarlos. No sabía bien cómo utilizar esas cosas, pero por Mentita comenzó a golpear todo lo que veía a su paso.
Mentita intentaba zafarse del agarre del vampiro mordiéndole el brazo.
-¡Príncipe!- Mentita gritaba y Marshall no la dejaba ir.
Gumball trató de tomar las manos de la pequeña Mentita.
-¡Sujétame!- Ambos tiraron de ella, pero Gumball fue más fuerte, puesto que en la posición en que Marshall se encontraba, una estaca se enterró en su pecho, haciendo que soltara a Mentita.
- ¿Marshall?
El vampiro se retorció sobre el mausoleo y regresó a su forma normal, agonizando y gimiendo de dolor. Gumball y Mentita fueron en su ayuda.
-Esto es malo, muy malo.- Marshall no dejaba de quejarse y comenzaba a amanecer, los rayos quemaban la piel de su rostro. Gumball trató de hacerle sombra cubriéndolo al quitarse su ropa, dejando desnudo su abdomen.
-Marshall… Estarás bien.- Gumball se arrodilló frente al vampiro.
-Este es el final para mí…
-No seas dramático.
-¿Por qué no lo admites antes de que me vaya? Estás enamorado de mí.- Marshall miró a Gumball a los ojos.
-¿Qué?- Gumball volvió a ponerse sus ropas y la piel de Marshall volvía a quemarse.- Eres un idiota.- Marshall gritaba de nuevo por el ardor y se cubrió el rostro con Mentita.-Ya déjate de bromas y límpiate la camisa de mis bombas de crema.
Marshall se levantó y mostró que la estaca sólo atravesaba su camisa; y la supuesta sangre era únicamente más de los pastelillos que le quitó a Gumball. –Eres un aguafiestas.
-Y tú un exagerado.- Bajaron del mausoleo para entrar en él y que Marshall se cubriera del sol.- ¿Ya puedo irme?- El vampiro lo ignoró mientras seguía limpiándose la crema batida.- Como sea…- Se cruzó de brazos y después de un rato se atrevió a preguntar.- ¿Por qué dijiste eso allá arriba?
-¿Mmm?- El vampiro seguía concentrado en su camisa.
-Mejor me voy.
Marshall jaló hacia él a Gumball, apretándolo contra su cuerpo y la pared de roca.- Eres un idiota Bubba.- Sus ojos carmesí podía verse más intensos en la casi completa oscuridad del mausoleo.- Hace tiempo le hice la misma broma a Fionna, y resultó estar enamorada de mí, creí que tú caerías también.
-¡Estás loco! ¡Suéltame!
Mentita pateaba los pies del vampiro, pero sin éxito.
Marshall acercó sus labios a los de Gumball, robándole un beso posesivo. Con fuerza introdujo su lengua, explorando aquella cavidad con sabor a maple. El príncipe forcejeaba para separarse pero no lo consiguió. No supo en qué momento se dejó llevar y continuó con el beso. Marshall mordía los labios de Gumball, provocándole pequeñas heridas que exponían gotas de jarabe de cereza, las cuales el vampiro lamía con gusto y volvía a robarle otro beso al príncipe.
Tuvieron que separarse por la falta de aire que sólo Gumball necesitaba. Marshall lo miraba con un completo rubor en sus mejillas rosáceas.
-Te ves tan malditamente tierno.
-Supongo que le hiciste lo mismo a Fionna.- Por fin logró separarse del amarre.
-La usé como prueba, pero no la besé.
Gumball se sentía realmente confundido.- Sólo tratas de burlarte nuevamente de mí.
Marshall rio y acarició la mejilla de Gumball.- Bubba, Bubba, Bubba… tan inocente como siempre.- El príncipe lo miró con enojo. -Si estuviera bromeando no llegaría tan lejos.- Bajó su mano hasta acariciar la entrepierna del príncipe.
-Ahhhhh… no hagas eso.
-¿Te gusta?- Volvió a acariciar repetidamente hasta que se formó un gran bulto. Se arrodilló y con sus colmillos bajó los pantalones del príncipe.
-¡No! ¡Basta!
-Tranquilo.- Marshall lo miró y con su mano bajó su ropa interior. Hizo una seña a Mentita para que se marchara y con lentitud sacó el miembro del príncipe.
-Espera… tú y mentita…
-Lo planeamos todo hace una semana.- Sonrió Marshall más para sí mismo y lamió la punta del miembro erecto, robándole un gran gemido a Gumball.
Lo masturbo y lo metió completamente a su boca, succionándolo de arriba abajo. Gumball acarició los cabellos negros del vampiro y no reprimió más sus gritos de gozo.
Marshall acaricio los muslos del príncipe y su trasero suavemente, apretándolo en ocasiones.
Gumball nunca había hecho algo así, pero lo emocionaba y en verdad que le estaba gustando. Movió sus caderas al mismo ritmo que el vampiro lamía, para que entrara aún más a su boca. El príncipe sintió su orgasmo llegar y gritó con más ímpetu. La crema batida de su miembro explotó en los labios de Marshall, quien lo lamió sin dudar un segundo. Subió la ropa interior y los pantalones del príncipe, para después abrazarlo por su cintura y besarlo nuevamente.
-¿Ahora confías en mí?- Gumball asintió y se aferró al pecho del vampiro.- Buen chico.- Besó la frente del príncipe para continuar con una nueva sesión de besos y caricias.
