Que alguien me mate...
Éomer, un joven de cabellos claros y un poco ondulados y Arelia, un chica de cabellos rubios se detuvieron justo antes de pasar las cortinas azules que mantenían separada la última cama de la habitación del resto, aun cuando la habitación estaba sola, les habían dicho los doctores que era mejor que su amigo estuviera solo. Sus manos estaban temblando aun cuando trataban de mantener la compostura, fue entonces cuando escucharon de nuevo esa aterradora frase: “que alguien me mate”, su corazón latió rápidamente, no eran las palabras en si, sino lo que expresaban, un verdadero deseo de muerte.
Cuando por fin tomaron aire, recorrieron la cortina, un escalofrió recorrió su cuerpo al mismo tiempo que sentían que desaparecían las fuerzas que habían tomado antes, lo que acababan de ver era algo que jamás olvidarían, después de casi un año de buscarlo, habían encontrado a su mejor amigo, pero no de la forma en la que esperaba, estaba sobre la cama, sentado, su largo cabello parecía opaco y maltratado, su piel era pálida, casi sin rastro de vida, en su rostro se reflejaban noches enteras sin dormir, y sus ojos... con la mirada perdida a algún lugar de la habitación, pero no sólo era eso, también estaban vacíos, sin brillo, sin la alegría que irradiaban, ni la felicidad que contagiaban.
-hola, Legolas- dijo la chica con la voz quebrada mientras colocaba un hermoso arreglo de rosas sobre la pequeña mesa junto a la cama, después lo miró como esperando una respuesta pero ni siquiera logró que él la mirara.
-te hemos buscado todo este tiempo – coment+o Éomer - nunca perdimos la esperanza de encontrarte de nuevo...- el cruel silencio que rodeaba el lugar era inmenso, incluso sin escucharse nada, lastimaba.-los doctores dijeron que podía pasar esto, que no respondieras- comentó con tristeza tras varios minutos sin respuesta
-...¿por qué?... – preguntó Arelia-¿por qué no me hablas? - en ese momento las lagrimas comenzaron a salir de los ojos de la joven que los cerro fuertemente a causa del amargo dolor – yo te quiero tanto y no quiero verte así, quiero verte sonreír, como antes- sus palabras fueron cortadas y abrió los ojos al sentir el frió en su mejilla ocasionado por la mano de su amigo que trataba de acariciarla, aun sin decir palabras.
Los hermosos ojos azules del chico lograron desprender una pequeña luz, y dentro de su mente logro traer de regreso los buenos momentos que pasaron en su pasado.
RECUERDO UNO. DE CÓMO COMENZO LA HISTORÍA
La lluvia caía con fuerza, un apuesto rubio con unos magníficos ojos azules corría por la acera de la banqueta, que mala suerte tenia, todo indicaba que iba a ser un día perfectamente soleado, pero no pasaban de las cuatro de la tarde cuando el cielo se puso gris y comenzó a llover.
-creo que hoy no fue el mejor día para salir- decía sin detenerse y mirando al suelo, puesto que la lluvia no le permitía mira al frente y por esa misma razón no se dio cuenta de que iba a chocar con un joven hasta que …chocó con el (¬ ¬)
-oye, niño, tienes que fijarte por donde pasas- dijo el extraño, lo cual molestó mucho al rubio
-“niño? Como que niño? Ya tengo 19, casi 20”- pensó mientras levantaba su mirada, se encontró con un apuesto joven de cabello oscuro y encantadores ojos que le sonreía amablemente y le ofrecía su mano para ayudarlo, el rubio aceptó la ayuda tímidamente y se trató de incorporar lo mas rápido que pudo.
-gracias- dijo en casi un sollozo
-oye, tienes unos hermosos ojos
-eh?- el chico de ojos azules se sorprendió al escuchar eso, muchas chicas se lo habían dicho, pero ningún hombre- con permiso- dijo pasando junto al joven sin siquiera mirarlo.
-hey, “ojos bonitos”, te vas a enfermar si sigues así, puedo acompañarte a tu casa si quieres- dijo señalando el paraguas que sostenía
-déjame en paz
-vamos, ni siquiera me dirás tu nombre?
-olvídalo- gritó divertido el rubio sin dejar de de correr
-olvídalo?, que nombre tan original- dijo el joven sonriendo mientras se adentraba al jardín de la casa frente a la cual chocó con el joven, cuando llegó a la puerta miro hacia la dirección en la que el chico corrió y después de sonreír de nuevo, entró y cerro.
Por la noche el rubio dormía profundamente, tenia un sueño muy extraño, en el sueño aparecía el joven que conoció esa tarde y realmente disfruto ese sueño.
Al día siguiente por la mañana bajó corriendo de su habitación y salió de la misma forma de su casa al escuchar el sonido insistente de un auto, subió al lujoso convertible rojo en el cual se encontraban ya dos chicos y una chica.
-hola, dormilo, dijo el chico al volante, un joven de cabello castaño que le sonreía – ya vamos tarde
-lo siento Faramir, me quede dormido
-supongo que tenias un increíble sueño para no despertarte, eh, Legolas?- comento el rubio que estaba sentado al frente del auto junto con Faramir
-eso es seguro, Éomer- dijo Arelia, la hermosa chica rubia - y dime- continuo la chica dirigiéndose a Legolas- yo estaba en tus sueños?, mi amor- preguntó mirándolo feliz mente
-por supuesto, amor- contestó Legolas mientras la besaba, pero solamente el sabia que estaba mintiendo, aun no entendía porque había soñado con ese chico.
Cuando pasaron junto al lugar en el cual había chocado con el apuesto joven presto mucha atención, creyó verlo mirando por la ventana, pero no podía ser, esa casa estaba solamente a 5 calles de su casa ¿cómo era posible que nunca lo hubiera visto? Lo recordaría, había algo especial en el, algo que hacía que lo recordara…
Cuando los cuatro jóvenes entraron a la universidad medio mundo comenzó a saludarlos, para ir en tercer semestre ya eran muy populares en toda la universidad
-que les parece si vamos a la cafetería para comenzar bien el día, propuso Faramir
-Suena muy bien- comentó contenta Arelia
-pero tenemos que ir a clases, podremos ir a la cafetería a la siguiente hora, la tenemos libre
-ay, tú no cambias, Legolas- dijo resignado Éomer- haremos esto: tú te vas a la clase y en cuento termines te veremos en la cafetería, de acuerdo?
-si- contestó feliz el rubio y se dirigió al salón en el que tenía clase. Nunca había entendido a sus amigos, porque insistían en llegar temprano a la escuela si al lugar al que iba era a la cafetería en lugar de a las primeras clases. Ya era tarde por lo que Legolas corría sin detenerse en los saludos y halagos que recibía por el pasillo y fue cuando nuevamente… terminó en el suelo
-cielos “ojos bonitos” si que tienes que ser mas cuidadoso- cuando legolas escuchó esa voz se sorprendió y al mirar a la persona con la que chocó comprobó lo que pensaba, era el chico del día anterior!. Nuevamente le extendía su mano para ayudarlo a levantar.
-espero que no se haga costumbre encontrarnos así- comentó Legolas mientras se levantaba- y que es lo que haces aquí?- indagó como si pensara que el moreno lo estaba buscando
-que hago aquí?- pregunto de nuevo dudando- haber, que podría hacer aquí?- ahora su tono de voz era sarcástico- esta es una escuela… aquí hay clases… porque aquí se viene a estudiar… ya se!!!!- gritó emocionado- estoy aquí porque vengo a esta escuela a tomar mis clases porque vengo a estudiar!!!- eso si que fue sarcasmo y Legolas lo notó
-pero que pesado…clases… clases!!!! Tengo que ir a mi clase! Dijo y salio corriendo de nuevo
-pero que chico- comento el moreno sonriendo dulcemente.
Después de la clase Legolas se reunió con sus amigos, con ellos ya estaba Boromir,el hermano mayor de Faramir y no solo eso, también estaba el moreno
-hey, Legolas, ven te quiero presentar a un amigo- dijo contento Boromir, por lo que se acerco hasta la mesa
-así que te llamas Legolas
-acaso ya se conocían? – pregunto Éomer
-solamente nos hemos visto un par de veces, mucho gusto, yo soy Aragorn- dijo con una dulce sonrisa – estoy en 5 semestre, si necesitas algo, no dudes en pedírmelo
Después de que trascurrieron todas las clases Legolas llevo a Arelia a su casa y continuo con su camino, justo algunas cuadras después paso por el lugar con el que se topo el día anterior a Aragorn
-pero que novia tan linda tienes- otra vez esa voz, ya comenzaba a molestar a Legolas, que le pasaba a ese tipo? Acaso lo seguía? – pero…
-pero que?- preguntó molesto Legolas, el moreno se acerco hasta el y coloco su boca cerca del oído del rubio que se sorprendido con eso
-pero creo que tu eres mas bonito- le guiño el ojo y el rubio no pudo evitar sonrojarse por el comentario – quieres pasar?, esta es mi casa
-si- dijo aun nervioso Legolas y cuando reaccionó ya estaba entrando a la lujosa casa