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Anonymous por midori_bs

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Notas del fanfic:

Pequeño one-shot escrito para el desafío 101 days on exo planet  en livejournal ♥

Aclaro, por las dudas:

Lay — Yixing

Kris — Wufan

 

Notas del capitulo:

Aclaro desde ya que no sé mucho sobre pueblos, festivales o distancias en China xD El cálculo de viaje entre Changsha y Guangzhou fue cortesía de Google Maps e.e

Espero que disfruten este pequeño one-shot~ :3

PD: el lemon es más bien lime, porque un super +18 explícito no iba con el estilo más calmado de esta historia~

Yixing es una persona sociable, tiene amigos tanto online como off-line. Pasa gran parte de su tarde navegando en la web pero sale con sus amigos cada vez que lo invitan a alguna fiesta. Es normal, se dice, y en realidad el culpable de que se pase tanto tiempo frente a la computadora es alguien que ‘conoció’ en un foro de música: Kris.

Kris, realmente, no le dice nada sobre su vida. O si su nombre real es Kris o donde vive, si acaso es extranjero… Lo que Yixing sabe de él es que ama la música, escribe letras en su tiempo libre, le gusta el rap sobre todo y tienen tendencias a ser bastante misterioso.

Kris podía ser un hombre maduro del doble de su edad, un violador al acecho o una mujer divirtiéndose a su costa, pero a Yixing no le importa porque sus conversaciones con el extraño online lo entretienen y son inofensivas. No le da mucha información personal tampoco, no es estúpido y a veces piensa que puede que Kris sea como él, y le oculte información por mera precaución. Quizás es paranoico.

Dos meses después de que comienzan a hablar, Kris deja de escapar que vive en China. Tres meses más tarde Yixing agrega a su corta lista de conocimiento sobre su amigo prácticamente anónimo, tres ítems: vive en Guangzhou, su nombre no es Kris y va a la universidad (segundo año ya). Yixing piensa que tal vez, y sólo tal vez, tengan alrededor de la misma edad. Pero no pregunta, temeroso de cruzar límites nunca discutidos y ahuyentar a su compañero de tardes. Sería una lástima.

En el transcurso del año Yixing pierde a su abuela. La mujer venía luchando contra la vejez por algún tiempo pero era el destino que perdiera en algún momento. A pesar de esto, es un golpe muy duro en la vida de Yixing.

No tan sorprendentemente, la persona que lo acompaña (aunque no pueda estar ahí realmente) y ofrece el mayor consuelo es Kris. Sus frases son cortas pero realistas y Yixing puede sentir que está haciendo su mejor esfuerzo por ser de ayuda. Lo aprecia.

Es cerca de ese tiempo que Yixing se anima a hacer más preguntas. Kris no se ve cómodo contestando todas ellas, aunque tampoco huye de él como si tuviera la peste. Es un avance, se convence, especialmente cuando su amigo comienza a cuestionarlo también. Nunca se dicen sus nombres verdaderos (Yixing usa el apodo de “Lay” en aquel foro, que siempre suscita el mismo chiste viejo y fácil: ¿Estás cansado?) ni tampoco sus direcciones exactas.

La primera vez que Yixing se siente nervioso en una cita ocurre unas semanas más tarde; arregló de encontrase con Kris en una feria iimportante cerca de Changsha, su lugar natal, para que fuera algo seguro y público para ambos. Yixing piensa en el viaje que tiene que hacer (son ocho largas horas de Guangzhou a Changsha) y más afecto hacia el extraño online florece en su interior.

Son las doce y cinco minutos del mediodía, Kris ya está retrasado pero Yixing le toma un poco de consideración porque su viaje es mucho más largo que el suyo.

Cuando su reloj marca 12:31 comienza a preocuparse. Recuerda los pequeños tips que le dio Kris para reconocerlo y se aferra a uno de ellos, el más llamativo en su opinión: su pelo rubio.

Busca con la mirada destellotes de dorado pero sólo halla a una chica de larga melena rubia con jeans oscuros (¿no le había dicho Kris que usaría unos también?) y sintió pánico unos segundos, invadido por las dudas y las sospechas de que quizás su teoría sobre Kris siendo una chica con mucho tiempo libre y ganas de rolear para entretenerse, era cierta finalmente.

En ese estado se encuentra cuando lo sobresaltan unos golpecitos en su hombro.

—Perdón por la tardanza —articula el recién llegado, llenando sus oídos con una voz grave y amable. Voltea en su dirección, sorprendiéndose inicialmente porque parece que Kris se olvidó de mencionarle el pequeño detalle de su altura. Buscar un poste de dos metros y medio habría resultado mucho más sencillo, con el plus de su cabello dorado.

—No me dijiste que eras extremadamente atractivo en tu descripción —comenta, porque Yixing es así: las palabras brotan de su boca sin pasar siempre por el filtro de la vergüenza y la discreción. Kris lo observa boquiabierto.

—Supongo que se me pasó —arquea una ceja, midiendo cuánto de serio tienen las palabras del más bajo.

Yixing le sonríe, los hoyuelos que se marcan en sus mejillas y sus ojos dulces le dan un aspecto sumamente adorable.

Kris tiene una debilidad por lo tierno. Aquel había sido un viaje bien utilizado.

~

Más que disfrutando la feria, se encontraron hablando gran parte de su tiempo juntos, siendo un poco más abiertos el uno con el otro y riéndose de los chistes internos que habían creado entre conversación y conversación.

—La próxima vez puedo viajar allá —ofrece Yixing y Wufan (no nombre real que por fin había compartido con él) asiente.

—No tengo problemas en volver de vez en cuando, de todas formas.

—No sería justo —refuta Yixing. Wufan suspira, aunque lo cierto es que sería más cómodo para ambos si se turnaban o elegían destinos intermedios.

—Está bien. Supongo que de paso podrías conocer mi casa.

—No tienes que hacer eso. Después de todo, no me conoces tan bien.

—Despreocúpate —lo tranquiliza Wufan, sonriendo—. Confío en mis instintos. Y no tienes cara de criminal.

—Tal vez por eso soy el mejor —bromea Yixing.

—No me hagas comenzar a sospechar —lo sigue el rubio, haciéndolo soltar una risa.

—Deberías.

Quizás. Pero Wufan había dejado de pensar racionalmente en cuanto llegó a Changsha, Hunan.

~

La casa de Wufan es linda, se dice Yixing. No muy grande pero bien decorada. Típica de una familia de clase media, acogedora.

Los padres del rubio también son agradables, su padre un tanto intimidante aunque educado. Yixing ve algo de él en Wufan, quien sin embargo posee el aire apacible y casi noble de su madre, además de sus ojos: negros y profundos como un pozo de agua. A Yixing le gusta mirar esos ojos, consciente e inconscientemente. Hasta el momento Wufan no se ha quejado por eso. Lo toma como una buena señal.

Hacen planes juntos, tratan de diseñar un futuro juntos, formas de erradicar el obstáculo que la distancia les supone. No es fácil, y algunas soluciones implican cambios extremos en su vida. La pregunta es: ¿Está dispuesto Yixing a sacrificar tantos aspectos por un amigo reciente? ¿Lo vale?

Su respuesta viene tres semanas más tarde, en el contexto de una tarde calurosa en Changsha, en la habitación de Yixing. Terminaron de almorzar hace poco y subieron hasta allí para conversar mientras digieren la comida. Wufan no se rió por su poca tolerancia a la comida picante y típica de su pueblo, pero Yixing sabe que le costó contenerse. Están hablando de eso, justamente, cuando Wufan se levanta de la cama y cierra la puerta con la llave que colgaba de la cerradura. Realmente, Yixing no la usa nunca.

—¿Qué pasa?

Wufan no es una persona nerviosa por lo que lo sorprende verlo tan inquieto y distraído. Le suena a malas noticias.

—Lo que voy a hacer —se aclara la garganta—, ¿no me juzgues por esto, de acuerdo?

—¿De qué estás hablando? —llega a cuestionar antes de que el rubio cierre la distancia entre ellos y sostenga su mentón con una de sus manos, mucho más grandes. Se miran a los ojos y el corazón de Yixing late desbocado dentro de su pecho, casi puede sentir el pulso igualmente acelerado de Wufan. Este último parece encontrar lo que buscaba en los ojos del más bajo y se sonríe, agachándose un poco más y besándolo con delicadeza. No es que piense que Yixing sea frágil, no quiere subestimarlo, pero lo surrealista de la situación y el nerviosismo no están a su favor. Le da lugar para alejarlo, para separarse. Su intención no es imponerse sobre él, sino formar algo voluntario entre los dos: una relación sana y sobre todo, una relación seria y estable.

Yixing es muy bueno para ser real, y él sabe reconocer algo con valor cuando lo ve. Amor: es un sentimiento fuerte y consumidor.

Y no lo tendría de otra forma.

~

Yixing tiene algo de facilidad para el inglés. Pronunciación más que otra cosa. Su gramática necesita varios ajustes pero Wufan es paciente al enseñarle.

Al principio es demasiado impactante el cambio de la vida de China a Canadá, después de un año todavía le resulta algo abrumador. Pero es su mejor opción si quieren estar juntos: los padres de Wufan accedieron a prestarles la casa que tienen en Vancouver y pueden ir a la Universidad de British Columbia sin tener la necesidad de separarse y sacrificar tiempo para verse. Es todo más fácil, más rápido aunque los cambios de su estilo de vida lo incomoden a veces.

En ese ambiente desconocido Yixing se vuelve un poco más dependiente de Wufan, aunque el mayor lo inste a experimentar por su cuenta, a aprender y a socializar. No quiere que Yixing piense que lo llevó hasta allí solo para poder manipularlo con facilidad.

En el verano se dedican a remodelar la casa, un poco grande para dos personas. Por decisión mutua comparten un cuarto, el único con una cama matrimonial. La primera vez que Yixing la ve enrojece, pensamientos acerca de todo lo que podría suceder allí cruzando su mente. En China nunca tuvieron la suficiente privacidad para ir más lejos que de las sesiones de besos y, si es sincero consigo mismo, el último paso lo aterra en cierta medida. Es el miedo a lo desconocido, a no ser lo suficientemente bueno.

Wufan es gentil, no obstante, y se lleva sus preocupaciones a base de caricias, besos que dejan su piel ardiendo y palabras dulces destinadas a elevar su auto-estima. Acaricia su pecho, el músculo húmedo de su lengua jugando con sus pezones hasta que éstos se hallan erectos, enviando shocks de electricidad por su columna y provocando que toda clase de sonidos vergonzoso abandonen sus labios.

Wufan le dice que es hermoso mientras desabrocha sus pantalones y le quita sus boxers, insiste en que no entiende como Yixing no es consciente de su belleza interior y exterior al tiempo que acaricia su miembro y acentúa su erección con movimientos fluidos de su muñeca, llevándolo al borde de la locura y retirándose antes de que algo explote en su estómago bajo. Yixing protesta, voz baja y jadeante, tratando de limpiar la neblina de la lujuria que no lo deja pensar con claridad pero no lo consigue porque Wufan está de nuevo allí, invadiéndolo en un lugar que había permanecido intocado durante tantos años, deslizando uno de sus dedos largos y delgados que Yixing se pasó admirando muchas horas, trayendo junto a el un conjunto de sensaciones que Yixing nunca había experimentado.

Es uno y luego dos y luego tres. La incomodidad se vuelve placer y Wufan le susurra lo hermoso que se ve así, las veces que soñó con esto y “Yixing te amo tanto”. Lo próximo que siente es la punta de su erección rozando su entrada e inspira hondo mientras se ajusta a la súbita invasión, decidiendo concentrarse en cambio en los pequeños besos que el rubio deja sobre su rostro, en su pelo, en su cuello y en cualquier expansión de piel inmaculada en la que sus labios son capaz de posarse. Yixing contiene las lágrimas que arden en el borde sus ojos castaños y atrae a Wufan en un beso lleno de amor que se ve interrumpido cuando Yixing es incapaz de impedir que una serie de gemidos rueden por su lengua y se escapen de la prisión de su boca, llenando la habitación de manifestaciones típicas de una sesión de amor. Se siente bien, se dice, se siente demasiado bien y no duda en hacérselo a saber a Wufan, que parece tan complacido como él.

Se mueven en sincronía, Wufan moviendo sus caderas hacia delante y Yixing recibiéndolo en mitad de su embestida, tratando de sentirlo mejor, más profundo y entonces “¡Wufan!”, el mundo parece desdibujarse y su espalda se arquea, levantándose de la cama. Es una sensación maravillosa, que rápidamente se esparce por todo su cuerpo y hace que los dedos de su pie se curven y sus ojos se cierren. Se siente tan bien.

Quiere que Wufan también se sienta así.

El rubio no tarde en alcanzar su propio clímax, jadeando el nombre de su alma gemela y colapsando junto a él, con una sonrisa sutil en sus labios que Yixing no puede resistir besar.

Se siente como si sus corazones se hubieran fusionado.

~

Sus padres no saben nada de su relación. Nunca se los dijeron y tampoco planean hacerlo. Son persona tradicionalistas, no podrían aceptar sus sentimientos que esa clase de gente tacha de “anormales” y “anti-naturales”. Es triste no poder confiar en tu propia familia, pero mientras se tengan el uno al otro esa un situación soportable.  Están lejos de sus prejuicios, y eso ayuda a alejar las preocupaciones.

Wufan planea casarse con él algún día, Yixing espera la proposición con paciencia y un infinito amor por su rubio al que conoció en el anonimato.

No es la clase de familia que él esperaba, o que sus padres querían que tuviera, y las cosas no son siempre color de rosa. Yixing a veces se siente invadido por las dudas de vivir en el extranjero y Wufan a veces se enoja con él por trivialidades, a causa del estrés.

Un “te amo” y una noche de pasión, desnudando no sólo sus cuerpos sino también sus corazones, soluciona todo normalmente no obstante.

Notas finales:

Pido perdón si se me escapó algún error ^^

Si les gustó por favor tómense un momento para dejarme su opinión, y si no les gustó también porque tienen derecho pero sean gentiles (?)

¡Gracias por leer! ♥


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