Hoy… hoy finalmente escaparía, luego de 8 años de estar en esta especie de prisión, hoy acabaría mi torturante vida en este asqueroso lugar…
Tenía todo calculado, mi plan no podría fallar, luego de que me dieran mi “cena” y el guardia que echara un vistazo, en la madrugada, yo escaparía.
Estaba impaciente… me encontraba caminando de un lado a otro como si fuera una bestia salvaje enjaulada, desde que cumplí mis 10 años fui encerrado en esta especie de torre calabozo sin motivo aparente alguno.
Era un niño feliz, quien tenía una vida normal en aquella especie de desierto que tenía como hogar… unos padres sumamente amorosos… hasta que ese día de mi cumpleaños… irónicamente hoy, todo cambió.
Los supuestos guardias de la realeza vinieron a buscarme y a llevarme… mis padres no comprendían el porqué, lucharon para retenerme… pero luego de que uno de esos hombres les dijera algo que no fui capaz de entender ni oír desistieron, con una mueca de terror en sus rostros… comenzaron a arrastrarme con unas cadenas colocadas en mis manos y pies… como si de un esclavo o un asqueroso animal me tratase, y en efecto lo parecía… gritaba de tal manera por mis padres, sin entender nada… que parecía un animal a punto de ser sacrificado, y ahora que lo pienso fue algo por el estilo, pero lo peor que mis malditos recuerdos me recalcan cada noche, fue aquella vista de cómo mis padres eran asesinados, masacrados, degollados, “frente a mis ojos” de cierta manera.
Mi vida terminó por derrumbarse en ese mismo instante… en mi cumpleaños número 10, en éste día que tendría que ser motivo de alegría, pero era todo lo contrario, era un día para recordar lo asquerosa que era mi vida…
El ruido de su espada entre aquellos barrotes de acero, me sacó de mis inmundos pensamientos…
-Tu cena “niño prodigio”…-
Dijo asquerosamente aquella persona que se hacía llamar guardia, odiaba que me llamara de esa manera… pues yo no sabía qué era lo que mi cuerpo presentaba para que el tiempo pasara de una manera tan lenta a mi alrededor… pues a pesar de estar 8 años encerrados aquí y ser maltratado, estar pasando hambre, frío y sed, mi piel no lucía arrugada, ni demacrada en absoluto… era todo lo contrario… mi piel pálida era suave, tersa, y luminosa, cómo lo era en aquel entonces, simplemente no lo comprendía.
Ante su “comentario” no objeté nada, simplemente lo miré de reojo con el ceño fruncido, como solía hacerlo siempre, y posé mi vista en aquello sin forma ni sabor llamado “cena”.
Cómo nunca antes lo agarré con total desesperación y me lo comí todo, sin rechistar, absteniendo las ganas de vomitar en ese instante, pero si iba a huir… “necesitaría fuerzas”.
-¡Jaja! ¡Cada vez eres peor! Mira en lo que te has convertido “niño prodigio” dándote aires de grandeza y arrogancia al principio y ahora humillándote de tal manera frente a mí… ¡Jajaja!-
Lo ignoré, simplemente lo ignoré y sonreí de lado, si supieras que ésta será la última vez que te vea maldito asqueroso. Se fue sin decir nada con su semblante serio luego de “sufrir mi ignorancia”
Ahora solo me quedaba esperar el guardia de la madrugada, pues luego de esa, no habría otra hasta que el sol comenzase a asomar… debía fingir y resistir hasta esa hora… así lo hice, poniéndome más inquieto y ansioso a medida que el tiempo pasaba, como nunca parecía ir más lento… mis ansias no podían más, cerré mis ojos fuertemente y con mis mayores fuerzas desee que aquel guardia “echara el vistazo” y en un abrir y cerrar de ojos, literalmente, aquel guardia hizo aparición… me sorprendí… ¿no acaban de darme la cena? ¿y ya se paseaba aquel hombre? ¿y si era una recorrida fuera de lo normal? Tal vez sospecharían, no, no lo creo, miré el cielo por la pequeña escotilla que había allí y el cielo estaba tan oscuro como todas aquellas veces que pasaba aquel hombre, entonces quería decir que era el momento.
Mi corazón comenzó a latir con gran frenesí, cómo hacía tiempo no lo hacía, aquel hombre ya había pasado por mi celda y se encontraba algo más alejado.
-¡Es el momento!-
Susurré en voz alta, pero más para mi interior, me acerqué sigilosamente a la “puerta” de mi celda para observar mejor aquel guardia, que ya estaba demasiado alejado, lo cual le iba a costar llegar a mi celda por el estrecho pasillo en caso de que algo me salga mal, cosa que no creo, llevaba meses planeándolo…
Retiré el barrote de la escotilla que estaba puesto solo a presión, ya que me las había ingeniado para cortar aquel barrote y lo retiré con el mayor cuidado posible para no hacer el más mínimo ruido, pero me fue imposible… el raspar de las partes separándose fue algo estruendoso por causa de que todo estaba demasiado silencioso… escuché las pisadas en las hiervas secas en el piso y aceleré mi actuar…
-¿¡Oye que haces!?-
Escuché esa voz el otro lado de la celda, apresurándose a abrir aquella barrera que nos separaba, yo, ya subidos en la pequeña ventana lo miré por última vez… y cuando él logró abrir la puerta yo me tiré… importándome una mierda lo que hubiera debajo… era todo o nada, y estaba de cierta manera algo elevado, pero por suerte lo que mis pies pudieron sentir fue la cálida y suave arena, mi pecho se infló de felicidad, libertad… libertad al fin, por fin podía ser capaz de sentir otra textura que no fueran las heladas rocas que formaban el suelo de mi celda… comencé a correr, cuando oí un sonido extraño, supongo que alertando mi huída…
Corrí cómo nunca en mi vida lo había hecho, mis piernas comenzaron a doler instantes después, pues mis músculos estaban débiles y algo demacrados, al estar tanto años “inactivos”
Guardias y más guardias, fueron los que comencé a visualizar detrás de mí… mi corazón no podía bombear más sangre ni oxígeno a mi cuerpo, la cálida arena comenzó a resultarme pesada e infinita… pero no me rendiría… un viento levemente fuerte comenzó a levantarse, lo que me faltaba morir en medio de un tormenta de arena…
El pueblo del que aquellos guardias, me habían “arrancando” en mi infancia comenzaba a hacerse visible a mis ojos, pero muy a lo lejos, aunque no estaba seguro, si era en verdad mi pueblo o una estúpida ilusión en mi tonto anhelo de volver a ese lugar a “mi hogar”.
La tormenta comenzó a intensificarse y los guardias de igual manera no desistían en mi persecución, cerré los ojos nuevamente con fuerza, deseando estar mucho más cerca de aquel pueblo que parecía estar a centímetros, cuando en verdad estaba a kilómetros, de repente comencé a sentirme más ligero y comencé a sentir como mi velocidad aumentaba, ¿lo estaba logrando? ¿Estaba llegando más rápido? Mi corazón se sentía lleno, a punto de explotar pero de felicidad…
Era una sensación gratificante, entre lo poco que me dejaba divisar aquella tormenta, en la cual me encontraba al parecer en el peor punto, vi como los guardias se iba deteniendo de a poco, mientras me adentraba más en ésta nebulosa de arena… pero algo me quitó aquel sentimiento encontrado llamado libertad, cuando siento que algo me retiene, me coloca una mano, a mi parecer, en la boca mientras con su brazo rodea mi cuello causándome una leve asfixia, mientras que con su otra mano retiene mis manos… de repente siento cómo soy arrastrado hacia abajo…
‘-¿¡Arenas movedizas!? ¡No… no lo creo, hay “alguien”, no “algo” reteniéndome…-’
Comienzo a forcejear para liberarme, sea quien sea o lo que sea, no logrará quitarme la libertad por la que tanto he luchado… mi cuerpo se movía de un lado a otro de manera muy brusca, quería liberarme, pero a medida que me movía, aquellos brazos afianzaban más el agarre como si se tratara de una serpiente que asfixia a su presa para engullirla…
Fui mermando mi forcejeo…
-‘¿Eso es todo?’- Pensé… -‘¿mi libertad por la que tanto luché se reduce a esto?... ¿A ser “aprisionado” por alguien más?...’-
Sonreí de lado irónico, dándome por completo vencido…
-Menuda mierda resultó ser mi libertad-
Dije en un tono de derrota… finalmente fui “tragado” por la arena y todo se volvió negro…
***************
Abrí mis ojos al sentir un cantar de ave tan familiar… estaba adormilado y con mis ojos entrecerrados mientras una intensa luz blanca me iluminaba y obstruía la vista…
Esta vista, sin duda no eran las que siempre acostumbraba a ver en aquel horrible lugar… comencé a levantarme de a poco, es decir a sentarme en la superficie extrañamente demasiado cómoda, y comencé a mirar a los alrededores, las paredes de la misma roca que se veía en la prisión, pero se sentían diferentes, no eran frías y gélidas, es más estaban adornadas con cosas sencillas pero que le daban un toque cálido… había muebles…
Comencé a observar hacia todos lados con sumo detalle… hasta que una voz me exaltó…
-Por fin despiertas… comenzabas a preocuparme…-
Giré mi cabeza de inmediato hacia dónde aquella voz gruesa y profunda provenía, haciendo que me sintiera ligeramente mareando, pero decidí ignorarlo y ponerme en guardia… me incorporé de aquella superficie mullida y hablé intentando no titubear…
-¿¡Qui… quién demonios eres!? ¿¡Qué… qué quieres de mi!? ¿¡Dó… dónde estoy!? ¡Dé… déjame ir!-
Dije intentando sonar lo más amenazante y peligroso posible, pero fue inútil… él sonrió de lado divertido y comenzó a acercarse… haciéndome retroceder a cada paso que avanzaba, pero fue inútil una pared me impidió seguir retrocediendo.
-Tranquilo pequeño, no te alteres, no te haré daño, es más gracias a mí es que estás vivo, deberías agradecerme en vez de estar tan a la defensiva…-
Se sentó con calma en esa superficie mullida en la que anteriormente me encontraba yo, lo miré extrañado, y sin darme cuenta comencé a bajar la guardia… aquel turbante que tapaba su rostro y cabeza dejándome ver solo sus ojos, comenzó a ser retirado…
Me sorprendí al ver esas facciones y rasgos… su piel levemente acanelada, esos ojos almendrados… y rasgados, esos voluminosos labios, eran toda una tentación, en sí una persona que a cualquiera le resultaría realmente hermosa.
Me quedé estupefacto ante aquella visión… esos ojos penetrantes y llenos de vida se posaron en mis oscuros y apagados ojos… sonrió débilmente de lado… tragué saliva… y él se colocó de pie quedando a centímetros míos, quise retroceder, pero lo único que conseguí fue pegar más mi cuerpo a esas cálidas rocas…
-Ré… respóndeme… ¿¡qui… quién eres!?
-¿En verdad no me reconoces… Cronos?
-¿Cronos? Creo que me confundes, ¡mi nombre es TaeMin…!-
-¿TaeMin?- Sonrió de lado –Ya veo, aún no eres consciente de tus poderes ¿verdad?-
-¿Poderes? ¿¡De que hablas!? ¡Deja de bromear conmigo y déjame ir!-
-Lo siento “TaeMin” pero… no puedes irte…-
Sus ojos se posaron en los míos, los cuales abrí desmesuradamente ante aquellas palabras dichas de manera tan profunda y seria.
Fruncí el ceño luego de que mis ojos pudieran volver a la normalidad y abrí mi boca para decir algo pero su voz estruendosa me interrumpió.
-Te atraparán, corres peligro… ¿De verdad piensas que volviendo a tu pueblo todo estará bien? ¡Allí es en dónde más te estarán buscando! Solo te queda ocultarte… aquí, por un tiempo…-
Su voz severa fue disminuyendo, transformándose en una de preocupación, mientras que el dorso de una de sus manos acariciaba mi mejilla derecha…
Aparté su mano de manera suave, sorprendiéndome yo mismo de mi reacción… ya que aquel toque a parte de causarme cosquillas, hizo sentir a todo mi cuerpo interno en cortocircuito.
Lo miré a los ojos de manera intensa y avancé sin titubear increíblemente, esquivando su cuerpo sentándome nuevamente en esa superficie mullida llamada cama. Él giró sobre su eje, y buscó mis ojos con los suyos encontrándolos en segundos, sonriendo de lado, yo sin especular mueca alguna le digo, ya más tranquilo…
-¿Porqué mierda corro peligro? ¡No he hecho nada malo, para que me traten como a un delincuente! ¡Estuve en prisión desde que tenía 10 años! ¿¡Qué mierda podría haber hecho un niño de mi edad, de tal gravedad para que me metiera preso!? ¡Dime! ¿¡Quieres!?-
Dije totalmente enfurecido, descargando toda mi ira, en aquel ser que aún ni siquiera conozco su nombre, y aún así algo me dice que si le conozco…
-Nacer… tu nacimiento TaeMin…-
Dijo aquel chico, pues era joven, aunque se veía como si fuera mayor que yo.
-¿¡Nacer!? ¿¡Qué estupideces dices!? ¡Si mis padres no querían traerme al mundo, yo no tengo la maldita culpa!-
Dije irritado, levantándome bruscamente de aquella cama, lo miré a los ojos, una vez más con furia, y me gire, pues luego de decir aquello me arrepentí y la imagen de mis padres sonriéndome se vino a mi mente, causando que lágrimas comenzaran a amenazar con salir, ¡ellos me amaban! ¡No comprendo!
-No TaeMin, no lo comprendes…-
Me dijo nuevamente con una voz lastimosa, mientras me colocaba una mano en mi hombro izquierdo, la cual ésta vez sí lo alejé de un manotazo…
-¡Pues NO! ¡No lo comprendo, si sabes algo, explícamelo, de una puta vez!-
Me giré para mirarlo, pero su vista estaba en el suelo… lo cual me hizo reaccionar, no me importa quien sea, él no tiene la culpa de mi desgracia, no tengo porqué tratarlo así, si es como él dice, él fue quien me salvó…
Apreté con fuerzas mis nudillos, hasta dejarlos blancos y mordí mi labio inferior. Luego que toda aquella “ira” se fuera junto con aquella sangre que recorría mi labio, suspiré… y toqué su hombro izquierdo… Él levanto la vista de repente, y yo la bajé.
-Lo… lo siento, es que realmente no comprendo nada, ¿Po… podrías explicarme?-
Dije apenado, pues me estaba tragando mi orgullo… minutos que lo conozco y ya ha logrado que “ceda” ante él…aquellos guardias por años han intentando que me tragara mi orgullo humillándome de tantas maneras posibles, pero aún así nunca lo han logrado, y él… aparece y lo logra en minutos… ¿por qué? No lo sé…
Él asintió y se sentó en la cama, yo al tener la vista gacha, no lo vi, pero luego sentí su mano en la mía, la cual me tironeaba hacia su lado… lo miré sorprendido, él solo asintió y dirigió su vista a la cama, indicándome que me sentara allí. No dije nada, solo accedí y me senté a su lado pero con una distancia prudente de por medio… lo miré una vez más para que comenzara a hablar, pero él simplemente suspiró y finalmente habló.
-No quise que me malinterpretaras, pero realmente, desde que naciste corres peligro, ¿no has notado que en tu alrededor alguna vez sucedió algo anormal?-
Me le quedé mirando pensativo, mientras me veía reflejado es esos ojos almendrados… hasta que recordé…
-No sé si se tome como “anormal” pero me llamaron mucho la atención 3 hechos que han sucedido en mi asquerosa corta vida, la primera fue cuando tenía 6 años si no mal recuerdo…
//Flashback//
Estaba jugando en las calles de mi pueblo, cuando de repente, encontré una planta extraña y llamé a mi madre para que me dijera que era.
-¡Mami! ¡Mami! ¡Ven rápido, mira lo que he encontrado!-
Ella vino apresurada, algo asustada, pero cuando le señalé aquella planta, sonrió y suspiró con alivio.
-Aish… TaeMinnie, me has asustado ¡pequeño pícaro!-
Me dijo pellizcándome la nariz con una sonrisa, yo reí estruendosamente y luego me disculpe y le pregunté sobre aquella planta.
-¡Lo siento mami! ¿Pero sabes que planta es? Nunca había visto este tipo de hojas…-
Dije ahora en mi tono infantil de siempre. Ella me sonrió y me dijo que era un Lirio, o algo así, realmente no lo recuerdo bien.
Yo emocionado quería ver su “supuesta flor” pero me dijo que no la vería hasta la próxima primavera. Luego de eso se fue… yo me quedé observando la planta… en verdad estaba ansioso, quería verlo no podía esperar un año para lograrlo, así que cerré mis ojos visualizando aquella planta en mi mente, y deseé con mi más profundo ser ver esa flor… cuando los abrí, allí estaba… florecida… comencé a saltar de la emoción y se lo fui a contar a mi madre pero ella no me creyó… por lo que le insistí que fuera a verla pero cuando fue, aquella planta ya no estaba, había sido arrancada, o quizás comida por algún animal…
//Fin del Flashback//
-Fue esa mi primera experiencia “anormal”, luego las otras 2 fueron hace poco, quizás un día, no sé cuanto estuve dormido, luego de que me capturaras, pero, justo ese día cuando tenía planeado escapar, debía esperar al guardia de la madrugada, y como no podía esperar, cerré mis ojos con fuerza, como aquella vez cuando tenía 6 años, y el guardia apareció, es como si el tiempo avanzara sin afectar alrededor, solo el entorno que me interesa, y la otra cuando quería llegar más rápido a mi pueblo, comencé a sentir como aquel pueblo se acercaba cada vez más, pero llegaste tu y me interrumpiste…, eso es todo, pero no se qué tiene que ver con que me quieran tener encerrado en aquella torre…-
Suspiré al terminar de hablar, y miré a aquel chico, que me observaba con suma atención, escuchando cada palabra que de mi boca salía…
Parpadeó unos instantes después de que yo ladeara mi cabeza como si me tratase de un animal confundido y suspiró.
-Es por eso que te tienen preso TaeMin… ¿No te das cuenta de tus poderes?-
-¿Qué poderes? ¿Otra vez con eso?-
Dije hablando en tono de reproche ahora… frunciendo mi ceño de una manera leve…
-Controlas el tiempo TaeMin, por eso es que te han sucedido esas cosas, piénsalo, aquella flor floreció porque tu así lo deseaste, el florecer requiere del pasar del tiempo, aquello con lo del guardia también, debías esperar horas, pero solo esperaste segundos, adelantaste el tiempo, lo mismo hiciste cuando querías llegar a tu pueblo, pero yo te interrumpí, y lo hice porque soy el único capaz de hacerlo, al igual que tu tengo poderes, pero no controlo el tiempo sino el espacio, aquella tormenta de arena la provoqué yo… para protegerte de aquellos guardias… a ambos nos buscan por estos “poderes”, te tenían encerrados, porque quien mandó a encerrarte te necesita, tanto a ti como a mí. Sólo estaba esperando a que tus poderes despertaran… eres la pieza de un rompecabezas al igual que yo…-
Quedé totalmente anonadado ante aquellas explicaciones precisas y concretas, ahora todo tenía un poco más de sentido, todo tenía una explicación bastante creíble a mi parecer… fue de repente cuando reaccioné, ya me acordaba, su rostro se me hacía conocido, porque cada vez que aquellas “anormalidades” sucedía, su silueta aparecía una fracción de segundos frente a mi…
-¿Y… y pa… para qué nos necesita a… aquel hombre que no…nos “controla”?-
-¿Para qué va a ser TaeMin? Para usarnos a su antojo y para sus beneficios… por cierto, por ahora dime MinHo…-
Asentí, tragando saliva ante sus comentarios, ¿usarnos? ¿Para sus beneficios? ¿Cuáles, exactamente?
-¿Y se supone que tendremos que escondernos toda una vida para que no nos encuentre?-
Pregunté furioso… él sonrió y tomó mi mentón… lo miré desafiante para intimidarlo, pero no funcionó… solo sonrió y se acercó un poco mas…
-No exactamente, ya encontraremos la manera de liberarnos de ellos…-
Quité mi rostro de su agarre y volví a girarme dándole la espalda… cruzándome de brazos, intentando ocultar mi leve sonrojo ante aquel repentino acercamiento…
-Pues le veo difícil, al principio dijiste que me estarían buscando por todos lados y principalmente por el pueblo, ¿cómo se supone que nos escaparemos…?-
-En ningún momento dije que “escapar” sería nuestra “libertad”, los enfrentaremos, pero para ello, debes aprender a controlar tus poderes… una vez más…-
Abrí mis ojos una vez más de manera desmesurada, pues aquello me lo dijo susurrándomelo al oído… haciendo que mis mejillas comenzaran a arder aún más… me alejé de él y me giré…
-¿¡Oye que pretendes haciéndome todas estas cosas!?-
Dije señalándolo… él sonrió y sin decir palabra alguna comenzó a colocarse el turbante una vez más… dejando visible solo sus ojos, me miró y sonrió, pues sus ojos se entrecerraron levemente… comenzó a dirigirse a la puerta…
-¿¡A dónde vas!?-
Fue lo que dije sin pensar sujetándolo de la manga de su atuendo blanco, el miró el agarre y luego mi rostro, mis ojos…
De repente antes de que pudiera reaccionar, tenía sus labios sobre los míos… se había quitado el turbante en aquella pequeña parte… me quedé sinceramente estático, no comprendía nada… mis ojos una vez más se abrieron de sobremanera. Se alejó y se colocó el turbante una vez más con una sonrisa imborrable en aquel maldito pero hermoso rostro.
-A buscar la comida, tengo que comer para vivir ¿sabías? Quédate aquí, no toques nada, en un rato vuelvo… no me extrañes…-
Dijo a lo último de manera burlona, guiñándome un ojo. Me sonrojé una vez más y le solté dándole la espalda, fingiendo estar enojado. Y no me moví de aquella posición hasta que no oí más sus pasos…
-No tardes…-
Dije en voz baja, resignado… suspiré, y me dirigí a la cama, me acosté, pero me sentía extrañamente inquieto… así que comencé moverme de un lado a otro, hasta que me levanté y comencé a recorrer la casa, era algo más pequeña que la mía, según recuerdo… pero de todas maneras se sentía bien estar en una “casa” y no en una prisión… luego de que terminara de recorrerla, volví devuelta en donde estaba la cama y me tiré allí…
-Estás tardando demasiado… MinHo…-
Dije contra la almohada, ahogando mis propias palabras, para luego cerrar mis ojos, me sentía devastado, cansado, y no sabía el porqué… rápidamente… comencé a sentirme relajado de sobremanera, aunque mi cuerpo pesara, se sentía agradable dormir en una “cama” común y corriente en un lugar cálido y limpio.