Secando las huellas bajo la luz de la luna
Que da color a nuestras manos
Dime si debo de alejarme de ti
Dame una razón para creer en un mañana
Se encontraba observando desde el ventanal de aquel departamento el firmamento nocturno que cubría a aquella ciudad, más específicamente la luna, que estaba en todo su esplendor, mientras meditaba desde hacía ya cuantos meses estaba en esa situación que se venía repitiendo tan a menudo. ¿Desde hace cuánto tiempo se habían de estado encontrándose a escondidas de sus amigos, familiares y parejas para tener aquella “amistad prohibida”? ¿Desde hace cuánto tiempo un mensaje o una llamada podría cambiar rotundamente sus planes y crear mentiras para encontrarse? ¿Desde ya hace cuánto habían terminado su relación pero de igual manera seguían con aquella “amistad”?
Una vez al día, al menos, aquellas preguntas se hacían presentes en su mente y no tenía alguna respuesta hacia ellas, sintiéndose un poco frustrado. Sin más no le prestaba atención pues para él lo sucedido no era nada malo. Un suspiro pesado salió de sus labios, mientras se encontraba recargado en la pared junto a la ventana, pero aquellos brazos fuertes que le rodearon le sacaron por completo de sus pensamientos, como aquel peso que sintió sobre su cabeza, el cual le hizo sonreír; “¿En qué estás pensando?” Esa grave voz le hizo olvidar todas sus dudas rápidamente. Negó con su cabeza como respuesta y posó su mano sobre el brazo de aquella persona. Así eran ellos, hablando con sus gestos o acciones, las palabras sobraban cuando estaban juntos, siempre había sido así.
El silencio reinaba en aquella noche fría, mientras aquellos cuerpos yacían en la misma cama abrazados proporcionándose calor uno a otro. Sonrisas, pequeñas bromas, risas y algunas caricias inocentes se hacían presente entre ellos antes de caer en los brazos de Morfeo, uno al lado del otro con una expresión de felicidad en sus rostros, para ellos solo significaba una amistad, pero era bien sabido que en esos encuentros clandestinos, se encontraba más que una simple amistad.
Todo aquello era una rutina, que amaban llevar a cabo, después de todo nadie salía lastimado en ello, o así creían. Cada día que pasaba los juegos entre amigos se denotaban más y más atrevidos, hasta que finalmente sucedió, sin darse cuenta de cómo pasó, sus labios se encontraron en un suave beso, donde se probaron unos a otros, cosa que ya, tiempo atrás, habían saboreado tantas veces en aquel pasado que los unía. A este incidente le siguieron muchos más, pero ellos aún no les prestaron atención alguna, solo era un simple juego.
Pero ninguno de los dos estaba preparado para esa frase tan vaga y con tanto significado que se escuchó resonar aquella noche mientras estaban próximos a dormir. Un pequeño “Te quiero” se pronunció en el silencio de esa habitación, esas palabras provocaron que su corazón comience a latir desbocado por esas palabras, reviviendo todos esos momentos felices que habían pasado juntos. Ese fue el comienzo del fin para ambos.
Hay algo en ti que se ha roto
Todo frente a mis ojos se ha nublado
¿Aun puedes sonreír?
Todo siguió su curso, pero esos “Te quiero” se hicieron más frecuentes entre los dos. Como si fueran niños pequeños jugando a tener un amor de fantasía. Pero algo en su corazón decía que detrás de eso, algo andaba mal, pues un “Te quiero”, para él, no se tomaba a la liguera, pues en eso siempre debía de haber un sentimiento, o así le habían dicho desde que era pequeño. Con pesadez y un poco de preocupación, tomo valentía y cuestionó, luego de tanto tiempo esa frase.
-Necesito hacerte un par de preguntas… - De aquellos labios salió un largo suspiro, dudando unos segundos, sintiendo como su mente se debatía en realizar esa pregunta. Al fin, clavó su mirada en aquellos ojos que tanto le gustaban y hacían que su cuerpo, al sentirles sobre él, se estremeciera por completo. - ¿Qué significan para ti esos besos que nos dimos? ¿Qué clase de relación tenemos nosotros, Gackt? Fuimos una vez pareja y luego amigos… Pero ahora, ya no sé qué pensar de nosotros, pues sabes los dos tenemos parejas. –
Un silencio cubrió a ambos, mientras aquel vocalista analizaba esas preguntas efectuadas. Tomándose sus minutos para encontrar la respuesta correcta, pues su relación entre los dos era complicada. Tenía claro que aún, seguía queriendo al otro, siendo consciente de que lo suyo no había funcionado y terminaron. Pero otra parte sabía que sin aquel hombre en su vida, algo le faltaba, que sin él se sentiría vacío y muy dolido, pues por ello había de establecido esa extraña amistad. Además nunca había pensado en frío el porqué de aquellos besos.
-No puedo responderte ello en estos momentos, Uruha. Me has tomado por sorpresa… No lo sé. – Esas palabras fluyeron del vocalista, hacia su acompañante, encogiéndose de hombros, como si quisiera restarle importancia al asunto, sabiendo muy bien que a ello no podía de quitárselo.
Desconcertado y decepcionado el guitarrista, asintió mientras en su rostro se dibujó una pequeña sonrisa, tratando de que aquel hombre creyera que había comprendido su respuesta, ocultando el sentimiento de vació que se comenzó a crear en su alma nuevamente.
Sin mucho más que decirse entre ellos, así siguieron los siguientes meses, con la diferencia, que aquellos besos habían cesado y su unión se deshacía al paso del tiempo, sin que ellos se percataran de que aquel suceso fue el principio del fin para los dos, desatando el dolor, la angustia y remordimientos en ambos, sin poder darle un punto final a esos sentimientos.
Sigo estando cerca así que no te olvidaré
Incluso si mi voz un día no te llega
Mientras tanto nuestras huellas se borran bajo la lluvia
Y se cubren unas a otras
Hasta detenerse
Pasaba el tiempo mientras sus visitas, encuentros o salidas se hacían menos frecuentes, poniendo excusas tontas, más por parte del vocalista, para evitar verse o tener contacto él uno con el otro, hiriéndose más y más, sin percatarse de ello. Tratando de retomar su vida junto a sus parejas ocultando el pesar que ambos llevaban, viviendo esos momentos como si nunca se hubiesen conocido, como así, sin saludarse si en alguna ocasión se cruzaban en la calle.
Las consecuencias de sus actos, pronto se vieron reflejados en el comportamiento físico como psicológico del guitarrista, faltando a ensayos, tomándose a la ligera el tema de componer canciones, tocando torpemente su instrumento, no dándole importancia a la ayuda que sus compañeros de banda como amigos deseaban darle y peleando sin cesar con su novio, llegando a ponerle fin a esa relación
Solo se dejó hundir en sus vicios: el alcohol y el cigarro, ciertamente cayendo en este último pues tiempo atrás fue capaz de dejarlo. Solo cuando recibía mensajes o llamadas del rubio vocal se sentía revivir y resurgía aquel Uruha sonriente y bromista, olvidando toda la angustia llevada, para así poder encontrarse por unos momentos con aquel vocalista, que aún seguía cuidando y realizando todos sus caprichos sin reproche alguno, ya que era la única forma de estar a su lado.
Sin embargo aquel dolor que acompañaba al guitarrista, se intensificaba más y más, trayendo consigo pensamientos suicidas a su mente, maneras indoloras hasta las más penosas y tortuosas, acompañando esos pensamientos con miradas perdidas y llenas de tristezas junto a sonrisas amargas. Poco a poco su mente se quebraba por tantas horas de pensar como todo aquello había pasado, durmiéndose cansado por el llanto nocturno.
Toma mi mano fuertemente
Porque en este momento eso es suficiente
Esa es mi luz y lo único que me hace creer en ti
Uruha se había vuelto experto en ocultar sus sentimientos, luego de tanto tiempo aprendió como sonreír cuando se lleva el alma muerta y el corazón hecho añicos. Todos a su alrededor pensaban que ya había solucionado esos problemas que le agobiaron en un pasado, dando por sentado que ello era lo que mantenía de humor depresivo al guitarrista. Pero estaban todos lejos de la verdad, hasta el mismo Gackt, que seguía recibiendo aquellos cuidados del castaño.
En la mente del guitarrista aún rondaban esos pensamientos oscuros y malintencionados hacia su propia persona, pero el hecho de que su relación con su ex pareja había vuelto a ser como antes, claramente sin caricias comprometedoras o situaciones similares, le hacía sentir que aún pertenecía a ese mundo.
-Me alegra verte de tan buen humor, Uruha. – Mencionaba el alto vocal, tratando de mantener una conversación amena con el otro en aquella cafetería que se habían citado.
El castaño asintió con una sonrisa única, que solo el rubio podía generar en él, como otras tantas cosas. – Lo sé, a mí me da gusto poder volver a salir contigo, así como amigos. –
En sus palabras, sabía que no estaba siendo del todo sincero, pero solo a eso podía aspirar, amigos y nada más. Tratando de convencerse que estar a su lado, fingiendo ser un amigo, le era suficiente para agobiar sus penurias. Teniendo en claro, también, que el vocalista no dejaría a su pareja actual. Llegando a la conclusión de que todo le daba igual a esas instancias, dejando que, de nuevo, el rubio tuviese en sus manos su felicidad, pues nunca dejo de creer ciegamente en él.
Sigo estando cerca así que no te olvidare
Pero un día mi voz ya no la oirás
Y no podré cubrirte de la lluvia con un paraguas
Y eso me causará tristeza
Los meses iban transcurriendo de forma normal para ambos, nada les alteraba a ninguno, después de todo, los dos habían conseguido lo que querían. Formas distintas eran, claro está, pero al final de cuentas sabían que su vida sin él otro en esta no sería la misma. Y de esa manera el castaño se había resignado a tener solamente el lugar de “amigo” en la vida del vocalista, sin aspirar a más, tratando de convencerse de eso, aunque su subconsciente a todas horas se lo impedía.
Sin reparo al paso del tiempo, como a sus pensamientos, había llegado el cumpleaños del castaño guitarrista. Aquella fecha para sí mismo no era de tanta importancia, aceptaba que se le celebrase un año más de vida, pero era bien sabido para sí mismo que el valor de su vida, en los últimos meses había decrecido de manera muy rápida. Sin mucha importancia recibió los saludos y regalos de sus familiares, amigos y colegas del trabajo, sonriendo a todos con una sonrisa por demás vacía.
Solo un saludo en especial esperaba en ese día, no pedía mucho, con un pequeño saludo, eso le hubiese bastado para recuperar todas aquellas esperanzas y deseos de seguir en aquella diaria lucha llamada vida, de no tirar la toalla y seguir caminando en su trayecto. Pero su deseo nunca se cumplió, amargado por aquella situación no pudo más y se dejó caer por completo en la depresión y soledad que tanto tiempo había guardado en su pecho.
Aquella noche era el comienzo del fin, todo fue destruido a su paso mientras ingresaba a su casa, vidrios, espejos, floreros y portarretratos, dejando que aquellas lágrimas de dolor de apoderaran de él y rodaran libremente por sus mejillas. Gritos y gemidos de dolor inundaron su casa, mediante las horas iban pasando. Ya lo había decidido. Poco a poco iba a distanciarse de aquel hombre, poco a poco iba a despedirse de su trabajo y amigos, para dar por último, el golpe de gracia… Terminar con su vida.
Y aún sigo amándote
A pesar de que se quebró mi corazón
Y seguimos cayendo completando la luz y mientras
Yo aún continúo buscando la sombra de tus huellas.
Luego de aquel suceso, el guitarrista se había enfocado por completo en su trabajo, en componer y hacer todo al pie de la letra para que el nuevo trabajo de su banda fuera un éxito, sin errores de su parte, olvidándose del rubio vocal por esos momentos. Nadie se daba cuenta de sus planes, solo le felicitaban pues era raro en él, que tuviera las composiciones listas y sin realizar ningún arreglo de último momento, para los mismos miembros de la banda, aquellas, melodías eran perfectas, sin duda el castaño se había esforzado demasiado en ellas.
Entre aquellas melodías se encontraba una muy particular, más para el estilo de canciones que eran compuestas por él, poseía un ritmo calma y suave, que llenaba el cuerpo del que la escuchase de un anhelo que no se puede alcanzar, de un dulce vacío que se vuelve el veneno de tu alma, sin duda aquellas notas, según el vocal de su banda, eran las indicadas para una balada, una tan perfecta que haría estremecer a todas sus fans. El guitarrista no tomo muy encuenta las opiniones de su compañero, al fin y al cabo solo componía, su vocal era el responsable de las letras.
Una noche, luego de haber terminado con los asuntos con sus compañeros de banda, teniendo las grabaciones y la planificación concreta del disco, se dijo a si mismo que era la hora del final. De todas formas aquel rubio se había distanciado, de nuevo de él, dejando que su tarea fuera aún más fácil. Al llegar a su casa automáticamente fue donde guardaba sus cuadernos de partituras y con lapicera en mano, comenzó a escribir su último adiós a cada uno de aquellas personas que amo. Terminando su tarea, dejo su cuaderno sobre su cama y volvió a salir de aquella morada, pero esta vez, nunca más volvería allí.
Tomo el metro hacía la costa, completamente perdido entre sus pensamientos mientras su mirada se perdía en el paisaje, casi nocturno, que daba la ventana de aquel metro de transporte, sin dar mucha importancia a los pocos pasajeros que transportaba aquel vagón. Al haber llegado a destino, bajo del vagón y a paso lento pero seguro se dirigió hacia la costa, más precisamente a unos peñascos que adornaban aquel relieve.
Poco a poco se acercó a la orilla de estos, oyéndose cada vez más cerca las olas romper contra las rocas de abajo. Sin poderlo retener más, nuevamente comenzó a sollozar, pues era consciente de que luego de ello no había marcha atrás ¿Pero que importaba? Ya su vida había perdido significado hace tiempo. Tomo asiento en la baranda que cercaba el lugar, observando de manera borrosa, las aguas turbulentas del mar, las cuales iban a ser su última morada.
De sus labios por último, un suspiro se hizo presente, cerró sus ojos, y elevó su rostro a los cielos, sintiendo la brisa marina recorrerle por última vez…
Sabes bien que el presente no es el final.
Sus últimos pensamientos pasaban por su mente, mientras una sonrisa melancólica se formó en sus labios al recordar aquellos años de vida, mientras pronunciaba un “no me arrepiento de nada”. Ya decidido, fue dejando que el peso de su cuerpo oscilará sobre el tubo que formaba la baranda, escuchando tras su espalda la voz de aquel vocal rubio que tanto amo, y que por él se encontraba en esas instancias, correr hacía él.
-¡Uruha no lo hagas! – Fueron las palabras de aquel hombre, pero ya el destino había hecho su última jugada, para el castaño no había más futuro, solo se dejó caer a aquel precipicio no sin antes pronunciar, con una sutil y triste sonrisa…
-Lo siento, Gackt… Te amo y lo haré hasta el final…. –
Luego de aquellas palabras, solo el silencio reino en la noche junto al incesante ruido del mar, donde aquel guitarrista había caído y desaparecido entre sus aguas. Mientras el vocalista, observaba desde lo alto del peñasco como aquel ser que tanto había amado, se iba de este mundo para estar en un lugar mejor, dándose cuenta de los grandes errores que con él había cometido, sintiendo que aquel vació en su corazón nunca más se llenaría.