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Catfish:Mentiras en la red por koru-chan

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Notas del capitulo:

Lo primero, explicar algunas cosas [odio hacer esto antes de un fan fic ]

LEAN ESTO PORFIS :C

Lo que se encuentra en negrita seguido de un dialogo corresponde a conversaciones de facebook luego Reita narra la historia, espero que se entienda y les agrade este nuevo fic raro y retorcido X'D

Merry Matsumoto

–Hola… ¿Como a estado tu día?

Yo acabo de llegar de la universidad, ha sido un día difícil… C:–

Akira Suzuki

–Hola mi vida, te extrañé, así pasé mi día…

¿Cómo te fue en tu examen para entrar a universidad de Tokio, tan difícil estuvo?–

Merry Matsumoto

–Que lindo eres, yo igual te extrañé muchísimo…
si, fue difícil, ahora sólo debo esperar los resultados, lo que más deseo es entrar a esa escuela de arte, gracias a ti y tus constantes ánimos estoy logrando lo que quiero, amor <3–

Akira Suzuki

–Preciosa, yo sólo hice lo que cualquiera haría, tienes mucho talento y lo sé muy bien, veo día tras día ilustradores, tú amor, serás grande, ya verás…–

Merry Matsumoto

–<3… te amo, por favor nunca te olvides de eso… pase lo que pase mis sentimientos seguirán intactos…–

 

 

¿Hace cuanto llevábamos este tipo de ciber-relación?  Mmh… ¿ocho meses? si… todo comenzó un día cualquiera, estaba aburrido sin nada que hacer a las tres de la madrugada, me había desvelado haciendo un trabajo, el cual ya había sido enviado hace quince minutos, lo normal, debería descansar, pero como al día siguiente tenia libre decidí navegar unos minutos por la web, entré a facebook y comencé a leer estados, nada interesante, nada que me pareciera relevante de la vida de mis amigos, en sí, esta plataforma, esta red social, nunca me llamó la atención, digo ¿por qué quiero saber lo que están haciendo mis amigos? Siento que es algo muy superficial, es como un llamado desesperado de atención, de mostrar cuan “sociables”, cuan interesante es nuestra vida, a personas que casi no conocemos; todos y cada uno de nosotros necesitamos ser escuchados, ser vistos de la mejor forma posible, “perfectos” ¿por qué negarlo? también soy parte de este mundillo, por fuerza mayor “si no tienes redes sociales, no eres nadie…”

Aquella noche me llegó un mensaje privado, no lo tomé encuentra, pensaba que eran unos de mis amigos saludándome dado que saben que no suelo conectarme al chat, lo ignoré hasta que apareció un segundo mensaje, extrañado pinché aquel globito.

Merry Matsumoto

–Hola… sé que no me conoces ni yo a ti, pero apareciste por medio de contactos de mis amigos…

Vi tu foto de perfil y me pareciste muy lindo, luego leí tu descripción y me dio ánimos a hablarte…

Espero que no te moleste.–

 

Debo admitir que me dejó embobado, aquella chica… era preciosa. En su imagen de perfil aparecía ella con sus mejillas sonrosadas, cabello liso, castaño ondulado en las puntitas con un tono más claro casi llegando a rubio, sus ojos de color miel destacando en aquel rostro blanco. Entré a su muro viendo uno que otro estado, riéndome divertido por las cosillas que leía de aquella misteriosa chica, llegando a su información personal, la cual leí con detención:

“La verdad no sé que poner en este rectángulo mmh… algo así como ¿qué odio las fresas? Jeje bueno, me llamo Merry Matsumoto, mi nombre fue dado por mi abuela materna la cual era inglesa murió a los 82 años en su país natal no la recuerdo con claridad pero lo que tengo grabado en mi mente son sus tonadas a piano, aun siento aquellas divinas melodías  inundarme cada tarde de verano donde solía pasarlo con ella y con mi hermana mayor.

Sueño con viajar y conocer aquel país, siento que si lo hago podré volver a sentir el espíritu de aquella noble mujer la cual mi fallecido abuelo recordó hasta en su lecho de muerte.

Me gusta cantar, y tocar instrumentos, se tocar bastante bien la batería, y ahora estoy aprendiendo un poco de guitarra, también se tocar varios instrumentos nipones… pero siento que lo que más me llena es dibujar, mi sueño (segundo sueño, tengo muchos sueños, lo sé n.nU) es entrar a la prestigiosa escuela de artes de Tokio, quiero ser una gran ilustradora, mangaka ¿tal vez? Y divertirme en esta vida… ^ ^

 Pero las cosas no me han salido como me he propuesto; postulé dos veces a la dichosa academia, no entrando… estoy triste por ello, quizá debería desistir… aun estoy pensando si volver a intentarlo por tercera vez… quizá no tengo el suficiente talento…

Tengo 22 años recién cumplidos, me considero una chica tímida, reservada, seria pero luego de conocerme un poco soy bastante risueña y linda persona… Espero no haberte aburrido con esto y si llegaste hasta aquí, dándote el tiempo de leerme, sería lindo conocernos, ¿no?”

 

Sonreí volviéndome a pasear por sus gustos y preferencias, me llamó enormemente la atención sus gustos musicales. –wow le gusta luna sea… ¡me caso!– dije riéndome mientras me pasaba por un álbum de fotografías viendo una que otra imagen de ella, se notaba alegre, risueña y divertida, la agregué de inmediato, pasando así, a una charla interminable. Hablamos alrededor de cinco horas, me dormí cerca de las nueve de la mañana con una risilla dibujada en mis labios y una sensación agradable en el pecho.

Así comenzó todo…

Pasaron los días y los mes hasta que una noche mientras hablábamos cosas sin sentido alguno ella se me confesó, tomándome obviamente de sorpresa.

Merry Matsumoto

–Akira… yo… mira, si no me quieres hablar después de esto lo entenderé, pero ¡ME GUSTAS! Mucho, demasiado…–

 

Me envió aquello, no sé cómo pero sentía su nerviosismo, ella era tan dulce, tan tierna, constantemente me decía que tenía mucho sueño pero siempre se quedaba hasta tarde hablando trivialidades conmigo, ya que en la noche era cuando más tiempo teníamos para hablar, dado mi trabajo no estaba en la mayoría del día y ella como rendía esporádicamente exámenes debido a su reciente decisión de entrar a la universidad tenia las tardes libres y siempre me enternecía diciéndome que constantemente esperaba con ansias hasta verme aparecer conectado sólo para ella.

 

Akira Suzuki

–Eres hermosa… ¿cómo crees que te dejaré de hablar por que me confiesas tus sentimientos? Mira, no sé si siento exactamente lo mismo hacia ti, yo nunca he entablado una relación vía web, he escuchado sobre ello, pero ¿crees que funciones? Además, soy mucho mayor que tu…–

Merry Matsumoto

– entiendo…–

 

Fue lo que vagamente contestó, me sentí un imbécil, era obvio que me encantaba aquella mujercita, pero yo era mucho más mayor, tengo treinta y ella apenas tiene veintidós, mucha la diferencia, ¿no? Suspiré largamente acomodándome de mejor forma en mi cama situando mi notebook sobre mis piernas comenzando a danzar mis dedos sobre aquel plano teclado.

 

Akira Suzuki

–No quiero que te sientas mal… maldición, me gustas, ¿sí? Me da temor estas “ciber relaciones” por lo de lo complicado que se tornan… pero, independiente la distancia, si hay sentimientos verdaderos… que importa lo ¿demás? Sé que algún día no veremos y cogeré entre mis manos aquella linda carita tuya–.

Simplemente me contestó con un “si” tímido adjunto a una carita sonrojada

Ella era, es la mujer ideal para mí, tan compresiva, delicada, amorosa y sobretodo preocupada. Siempre me tenía al pendiente, viendo que estuviera comiendo bien, que descansara adecuadamente, etc. Es alguien increíble, y deseo en demasía escuchar su voz, ver su sonrisa, sentir sus brazos, la calidez de su cuerpo, su dulce perfume emanar de su cuello, sentir aquellos labios gorditos y rojos posados sobre los míos, ¡dios! Estaba loco, definitivamente me estaba perdiendo, me estaba cegando de amor hacia ella.

Akira Suzuki

–Ya nos hemos conocido, pero siempre rechazas que hablemos por webcam, ¿Por qué? yo quiero ver tu carita… ¿acaso me escondes algo?–

Le dije con dulzura adjuntando una singular carita se gatito seguida de un corazón.

 

Merry Matsumoto

–Emm… ya… te dije que tengo pc y, no sé como instalar una cámara, amor…–

Me escribió. Sonreí embobado “es una dulzura aquella pequeña” pensé.

 

Pasaron los días y con ello mis deseadas vacaciones llegaron; siete días, algo es algo, ¿no? Ansioso le escribí a mi novia, porque sí, nos habíamos comprometido, ya llevábamos seis mese, conociéndonos y halando largas horas. Le envié un mensaje vía facebook al llegar a casa ansioso por ya hacer mis maletas y encaminarme hacia su ciudad.

 

Akira Suzuki

– ¿Te gustaría que nos juntáramos? Pedí mis vacaciones para esta semana… y ansió conocerte Merry– 

Pasó toda la noche, me quedé dormido esperando su respuesta…

Extrañado dejé el notebook encendido mientras iba a la cocina con pereza a prepararme un sándwich y un café para aquella fría mañana de pleno invierno.

Aquel sonidito típico de que un nuevo mensaje ha llegado, me hizo correr hacia mi habitación, olvidando mi hambre y mi necesario café.

Merry Matsumoto

–Discúlpame Akira, debido a la tormenta me quedé sin energía…–

 

Me contestó, extrañado alcé una de mis cejas, estaba bastante molesto, pero bien, era obvio había una gran tormenta azotando las costas del país,  era lógico que un corte de energía azotara la población de aquel lugar, pero al menos me hubiera contestado mi mensaje. Bufé con hastiado, estaba cansado e ignorando aquel reciente mensaje me dirigí hacia la cocina con desgana.

Aquel día no me acerqué a la computadora, no sabía porque me sentía así, molesto… pero luego de pensar bastante en el asunto se me pasó por la cabeza que ella no tenia deseos de verme… ¿cómo no pensar en ello si ni tomó en cuenta mi mensaje? o ¿sólo me estaba cabreando por algo sin sentido? Quizá no vio el mensaje… ¿debería volvérselo a enviar?

Me mantuve firme hasta que la tarde se hizo presente, me hice un té y me senté en mi escritorio, según yo: sólo revisaría mi mail. Me mentía a mí mismo, porque antes de abrir mi correo ya había cliqueado en el icono de facebook que tenía en favoritos adjunto al buscador, metiéndome con desespero, encontrándome con la sorpresa que si había respondido mi mensaje.

Merry Matsumoto

–Akira… creo que no va hacer posible, tengo esta semana exámenes, entregas de trabajos, los cuales debo aprobar, son los últimos y decisivos para ver si quedo o no en la escuela… no quiero que pienses que no te deseo ver… es lo que más quiero, aunque te decepciones de mi… –  

Aquello lo sentí tan angustiante, que decidí escribirle, sin importarme si estuviese o no conectada, ya que su último mensaje había sido enviado temprano en la mañana.

 

Akira Suzuki

–Amor, ¿por qué me decepcionarías? Lo que más quiero es verte, mirar tu carita, acariciar aquellas sonrojadas mejillas y decirte en tu cara cuento te amo para luego besarte con ansias…–

Sentí mi pecho doler y como unas incesantes gotas de agua atestaban mis ojos.

 

Merry Matsumoto

–Me haces muy feliz, siempre ten presente aquello, amor… pero yo, no lo sé, tal vez mi forma de ser te decepcione…–

No entendía por qué me decía esas cosas…

Pasó alrededor de un mes donde ella poco me hablaba, sentía que pronto nos dejaríamos de comunicar y yo lo que más deseaba era verla, aunque sea unos segundos, aunque aquello implicara el no volver a hablarnos. Cada vez me sentía más inestable, aquello que tanto anhelaba, se alejaba, dejándome a cambio una fría y molesta sensación agonizante.

 

Akira Suzuki

–Ya casi ni hablamos… –

Le mandé un mensaje después de una semana, una semana done no supe nada de ella.

Merry Matsumoto

–discúlpame, estoy atestada de exámenes. –

Me contestó al otro día mientras revisaba mi correo sin importancia, me sentía sin ánimos, sin fuerzas, ¿debía seguir dañándome con una relación así? Por extraño que parezca, siento que esta relación sólo yo pongo de mi parte, aunque ella haya sido la que expresó primero sus sentimientos, Tal vez, simplemente dejó de quererme…

 

Akira Suzuki

–ya veo…–

Le contesté sin tener deseos de recriminarle nada, tal vez era mejor dejar esto hasta aquí…

 

Merry Matsumoto

– ¿estás enojado cierto…?–

Me contestó justo cuando me iba a acostar sin ganas de estar mirando aquella pantalla brillante. Ya no espera sus rápidas respuestas, ya no la encontraba interesada en lo nuestro.

Akira Suzuki

–no… ¿sabes?  No te entiendo…–

Le respondí.

 

Merry Matsumoto

–discúlpame amor, pero ocurrió algo… –

Me temí lo peor, me mordí y el labio inferir moviendo mis dedos tecleando aquellos cuadraditos grisáceas.

 

Merry Matsumoto

–Cuéntame...–

Dije mientras Los nervio me carcomían vivo.

 

Merry Matsumoto

–…mi menor amigo me confesó que le gustaba, y luego me besó, le correspondí aquel beso, perdón, no sé porque lo hice… luego lo rechacé… tenía miedo, miedo de saber cómo contarte esto, no quiero que me odies, yo… te amo…–

Eso me dejó mal, y me puse a pensar… ella es joven, hermosa, debe conocer más gente, no puede estar llevando a cuesta este tipo de relación a distancia. Le propuse que nuestra relación fuera “abierta” yo soy muy celoso, en extremo, pero quería que ella fuese feliz y que a la vez estuviera bien conmigo, ella se negó diciéndome que sólo me quería para ella lo que me enterneció… volviendo, aquella noche a hablar con normalidad, volviendo a entablar aquellas charlas infinitas de madrugada, aquellas charlas que me llenaban de una energía indescriptible, aunque me muriera del cansancio al otro día la sonrisa la mantenía plasmada de oreja a oreja.

 

Akira Suzuki

– hoy ¿cómo te fue? Yo pensé todo el día en ti…–

Le envié mientras descansaba en mi cama viendo un programa de tv.

Merry Matsumoto

–Muy bien, yo igual pensé todo el día en ti, deseaba volver a casa y hablarte. –

Embobado miré la pantalla.

Akira Suzuki

– ¿Sabes? Pronto se viene el verano… voy a pedir vacaciones y tengo deseos de ir a verte. –

Le propuse nuevamente.

Merry Matsumoto

–Akira, mis padres son muy estrictos, no creo que acepten que tu vengas. –

Ahí iban nuevamente más excusas las cuales no estaba para tolerar. Quizá era muy hartante, pero quiero verla, ¿acaso ella no? Hago todo lo posible y ella insiste en negarse…

 

Akira Suzuki

–No me quieres ver, ¿no es así? Entonces dejemos esto hasta acá, yo lo que más deseo es estar junto a ti, no te pido nada, sólo quiero que nos juntemos, si no quieres no voy a tu casa, nos vemos en otra parte…–

Estaba harto, pero aun así le di una segunda oportunidad; mi límite se estaba rebasando, pero algo me impedía alejarme, dejarle de hablar me volvería loco…

 

Merry Matsumoto

–Bien…–

– ¿Bien?– dije en voz alta mientras fruncía el ceño. Ahí iban otra vez, dando una escueta y fría respuesta, lo cual  me descolocó, pero aun así le pedí su dirección y al cabo de dos semanas ya me encontraba preparando mis cosas para viajar a Sapporo, aquella cuidad la cual pasé mi adolescencia en un bario tranquilo, lleno de amigos junto a una amorosa familia, las cual se separó yéndome con mi padre a vivir a Tokio donde empecé mis estudios superiores, alejado de mi madre, la cual escuetamente veía cada mes.

Llegué después de un par de horas en vuelo, plantándome en la costa llegando a un pueblito de lo más tranquilo y ordenado, caminé por una subidita llegando a una residencial, me dirigí hacia unos departamentos, centrando mi vista principalmente en uno, me situé a la entrada viendo que la dirección sea la correcta, sonriendo satisfecho por mi buena orientación, entré y subí al cuarto piso para llegar al departamento 44B siguiendo al pie de la letra cada instrucción que me había dado mi misteriosa novia.

Nervioso me ubiqué frente a aquella puerta blanca la cual tenía una placa con el numero en dorado, inspiré hondo y toqué el timbré, pasaron unos segundo hasta que escuché pisadas al otro lado de la puerta viendo asomarse a un chico de cabellera lisa, castaña con las puntillas rubias peinadas estratégicamente hacia los lados, llevaba una capucha negra al igual que sus jeans, esta descalzo  y me miraba con las mejillas sonrojadas.

–Ahm… ¿esta es la casa de Merry Matsumoto?– pregunté con una sonrisa mientras sacaba mi celular mirando las indicaciones, las cuales había escrito ahí.

El chico me miró nuevamente abriendo la puerta un poco más asomando su menudo cuerpo.

–E-ella…– titubeó, no entendía su nerviosismo.

– ¿Quien busca, Taka?– escuché una dulce y risueña voz de una chica, asomé mi cabeza mirándola maravillado.

– ¿Merry? ¡Soy yo! –le dije extasiado.

– ¿Eh?– ella me miró sin entender. – ¿Quién eres?– ok, eso fue extraño. Bajé mis brazos, los cuales había alzado esperando que ella se abalanzara hacia mí. Aquel chico extraño aun seguía parado en la puerta, su presencia me incomodaba, sentía que iba a decir algo pero de la nada y con temor guardó silencio al mismo tiempo que la chica aparecía.

–Soy Akira Suzuki, amor hablamos todos los días, ¿qué te pasa?– le dije un tanto molesto adentrándome a la morada, tirando mi bolso y mis zapatos inmiscuyéndome tomando a la aquella chica de sus brazos, la cual me miraba sin entender.

– ¡Ach suélteme! – se removió con brusquedad cogiendo mis manos alzándolas hacia abajo para apartarla de su persona.

–Temo que me confunde, señor. Me llamo ¡Miko! No tengo nada que ver con  Merry y ¡no me vulva a tocar! – me espetó aquella chica, mi mente era un lio. –vete de mi casa… ¡Ahora! – me empujó hacia atrás mientras yo le exigía explicaciones. Harto de sus gritos la abrasé estrechando su rostro contra mi pecho sintiendo como ella se zarandaba gritándome que estaba demente.

– ¡Basta! por favor…– la voz quebrada del pequeño presente nos hizo callarnos y mirarlo de inmediato, me alejé de mi supuesta novia recogiendo mis pertenencias.

–Yo soy Merry…–creí haber tenido una alucinación acústica, ¿que había dicho?

De manera congelada me acerqué a aquel cuerpo cabizbajo, lo cogí de los hombros y lo zarandee sintiendo como las lágrimas se acopiaban en mis ojos.

– ¡¿Qué mierda dijiste?!– le escupí en la cara mientras él levantaba su rostro lloro.

–Lo siento… no sabía como decírtelo…– dijo inaudible. Alcé mi mano dándole una certera cachetada en una de sus mejillas, dejando esta roja y mi mano marcada en su nívea piel, salí de aquel departamento sintiendo mis ojos nublados, llorando de manera inmediata al instante que recargaba unos de mis brazos en la puerta cristalizada de aquel bonito edificio.

– ¡Maldición!– golpee la pared con furia.

Ahora comprendía todo, ere hijo de puta nuca quería mostrarse, ni hablar conmigo, claro como lo iba hacer si era un vil mentiroso, un puto embustero que me tuvo meses enamorado… de una falsedad.

 

Me sentía tan asqueado, había sido timado por un chico, ¿en que mente enferma cabria hacer una estupidez como esa? hacerse pasar por una chica el muy maricón…

Pensaba tirado sobre aquel blando colchón, inmerso en mis pensamientos, intentado aclarar mi mente de aquel retorcido suceso, mis ojos estaban secos, ya ninguna lágrima podía derramar. Una somnolencia extraña me comenzó a rodear, haciéndome poco a poco caer en un sueño exhausto…

Unos golpecitos tímidos me sacaron de aquel sueño, aquel letargo, el cual por unas horas me había apartado de la cruel realidad que vivía, bufé mientras con molestia me sentaba en la cama masajeando mis sienes intentando así, calmar aquellas incesantes punzadas, las cuales se sentían como comprimían mi cráneo. Por segunda vez oí aquellos sutiles toquecitos a la puerta de la habitación del hotel donde me hospedaba.

Con desinterés me acerqué a la fina madera encontrándome de lleno a unos ojos enrojecidos y húmedos.

– ¿Podemos hablar…?– me pidió aquel pequeño mentiroso, lo miré con despreció al instante que cerraba la puerta con lentitud, sintiendo deseos de azotarle la puerta en la cara, puesto, no lo hice.  Este interpuso sus brazos dejando a la vista, producto del movimiento, su enrojecida y violácea mejilla que horas atrás había golpeado furioso. Me rasque la cabeza calmándome. Dejé la puerta abierta dándole a entender, sin palabras, a que pasara hacia el cuarto. Me senté en la cama sin mirar su rostro escuchando como este, con delicadeza absoluta, cerraba la puerta como temiendo que al producir ruido yo me alterase.

–Se que jamás obtendré tu perdón…– sentía su presencia lejos de mi, levanté mi cabeza viéndolo apegado a la puerta cerrada minutos atrás. –yo sé que hice algo muy malo… pero,  quería conocerte yo… sé que no me recuerdas, seguramente jamás fui muy relevante para ti, mejor dicho nada importante… cuando estaba entrando a la adolescencia nos cambiamos aun nuevo barrio, situándonos  al frente de tu casa. Solía ser muy solitario, muy retraído y poco conocía mi nuevo barrio, menos la gente que ahí vivía, pero aun día que salí recibir a mi padre te vi… me quedé prendado mirando como limpiabas aquel auto y hablabas amenamente con un chico más alto que tú, te comencé a observar día tras día con suma detención, hasta escuché tú nombre lo cual me hizo plenamente feliz, un día decidí hablarte, sólo deseaba conocerte, no pedía nada más, pero me llevé la gran sorpresa que ya no vivías a ahí, te habías ido a Tokio a vivir con tu padre para estudiar en la universidad. Lloré todo ese día entendiendo que no hay que dejar pasar las oportunidades que te da la vida…

Los años pasaron y por fuerza del destino apareciste en mi facebook, seguro por amigos en comunes de mi hermana mayor… estuve meses pensando en como hablarte, seguro si era hombre no te interesarías en alguien como yo. –vi como hizo una mueca, una especie de sonrisa tristona.

– Decidí crearme un perfil falso, utilizando la imagen de mi hermana, sólo su imagen, todo lo que escribí era mi descripción, Akira, era yo…– lo quedé mirando mientras percibía pequeños espasmos por el llanto el cual cubría su rostro y él se empeñaba en secar cada segundo inútilmente.

– Al pasar los días, después que me dijeras que igual “te gustaba” no, antes, ya había cambiado mi forma de ser, era al fin feliz… –me sonrió con sus ojos lloros mientras lagrimas se resbalaban por su cara. – al fin me sentía querido, falsamente de la persona que me enamoré en mi triste y solitaria adolescencia. Volví a sentir fuerzas, volví a sentir interés en lo que de verdad y únicamente tengo talento…–

–El arte…– articulé sin querer, maldiciéndome mentalmente por ver aquella sonrisa esbozada de aquellos carnosos labios.

–Si…  logré entrar… todo gracias a ti, te debo mucho… yo quería decirte la verdad, pero ya no podía, me sentía tan enamorado de ti que las manos me temblaban cuando hablaba contigo y más cuando insistías en verme, en hablar por teléfono conmigo, sabía que la verdad saldría a flote un día, pero mi culpa fue no decirte la verdad a tiempo dejando que esto se desbordara de tal forma que todo terminó en esto…–escuché como solventaba su nariz tosiendo levemente. –sé que es imposible que sientas algo por mí, tu amabas a mi hermana, físicamente hablando… todas las cosas que te dije sobre mis sentimientos son ciertas, te amo…–dijo en voz quebrada.

– ¿Terminaste…?– lo miré asqueado levantándome del colchón, su cuerpo se tensó notablemente pero mantuvo firme su mirada sobre mí.

–l-lo del supuesto amigo que me había confesado que le gustaba… eso es falso lo inventé… porque quería que tú te alejaras de mí, lo cual no sirvió porque después que lo dije me arrepentí…– bufe molesto.

– ¿Quieres que te aplauda? La broma te salió redonda, engañaste a un viejo, ¡excelente!– aplaudí irónicamente mientras encendía un cigarrillo y me dirigía a la ventana saliendo al pequeño balcón, dándole una calado a aquel cigarro sintiendo como ni siquiera la nicotina me tranquilizaba.

–Akira…–dijo sintiendo como se acercaba a paso tembloroso.

– ¡Márchate de una vez!– espeté mirándolo al mismo tiempo que sentía como sus pequeños brazos rodeaban mi cintura, lo alejé molesto viendo su rostro cubierto en lagrimas.

– ¿s-si te hubiera dicho la verdad de un principio… yo te hubiera gustado?– apenas escuchaba lo que sus labios articulaban producto de aquel desgarrador llanto e hipeos que esbozaba sus garganta.

– ¡vete! –sentí sus manos extenderse hacia mi rostro para luego sentir unos húmedos y salados labios, producto de aquel incesante llanto, rozaron los míos con sutileza. Sorprendido lo empujé con demasiada fuerza ya que aquel chico terminó tendido en suelo se sentó con pesar pasándose sus pequeñas manos por su pálida cara limpiando los regueros de lagrima para detener sus dedos en sus propios labios. Vi como se levantaba del suelo mirándome con pesar. –L-lo siento…– volvió a decir mientras se encaminaba hacia la puerta abriéndola y cerrándola con suma suavidad. Me quedé un par de segundos inmerso, perdido observando aquella puerta. Suspiré, mi corazón, mi pecho dolía, demonios como dolía, no puede evitar derramar lágrimas acompañado de un quejido lastimero. – patético…– me dije a mi mismo bebiendo un poco de agua que había en aquella mesita de noche, para luego alistar mis cosas y alejarme lo antes posible de aquel lugar.

Notas finales:

Hola niñas n.n)/

ahm, ¿me extrañarón? no pasó mucho tiempo de  que terminé mi fic y ya les traigo otro ._. ~ la verdad la historia nació estrañamente mientras ordenaba mi pieza xD  hace tiempo queria hacer una historia asi :3 pero no sabia como y un dia magico *-* vi tv (nunca veo tele xD) y miré mtv~ alguien a visto "catfish"? bueno, yo lo ví y lo amé u.u esta interesante, o no... quizá a mi me pareció bueno :/ quizá por cosas de mi vida me pareció interesante, he ahí donde nació este pequeño fic~

no creo tener mucho tiempo para escribir ahora (clases, sueño y trabajos etc serian lo que me detonaran en un colapso neuronal u.u) pero la segunda parte ya la tengo pensada asique esta historia no quedará botada niñas, aunque agonice les traigo la conti n.n sólo espero que les agrade, se que la primera parte no dice mucho :/ pero la segunda todo es donde se "desata" la historia~ 

tenia intenciones de dejarlo sólo en oneshot pero dado que ya pense la otra parte será un twoshot o talvez threeshot dependiendo de lo largo que me quede la conti

bueno, espero que me comenten y me digan que les parece este fic, si lo encuentran muy malo, porfa no me destruyan con groserias DDD: ¬w¬ xD

 [agradecer a las niñas hermosas que me dejarón review en mi fic anterior >w< nunca habia recibido tanto comentarios en un fic ;o; es jodia'mente emocionate *-* las quiero~ obviemente los contesté todos :3]

yap, espero que les guste el fic n.n)/

y Gracias a quien haya leido esta nota final ^^

[disculpen mi mala ortofrafia ._.]


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