Gimió con intensidad. Ardiendo, estaba ardiendo; la temperatura estaba completamente alta, el sofocante olor a pasión y erotismo de la habitación inundó sus pulmones casi ahogándolo. Volvió a gemir. Demonios. Ni siquiera le había hecho las suficientes “cosas” como para que se pusiera a gemir como colegiala. Frunció las cejas, lo necesitaba, mierda, quería que le tocase por donde sea, donde fuese, donde le hiciese sentir placer y llegar al cielo, lo necesitaba desesperadamente.
Atinó a sonreír y jadear una vez que el chico gimió debajo de él, le gustaba verlo casi rogar porque le diera. Excitante. Le besó con lujuria y mordió su labio haciéndolo sangrar.
-No… seas tan… brusco –escuchó la queja con una sonrisa burlona.
-Lo siento –dijo jadeando mientras se inclinaba y lamía sensualmente el labio que sangraba. El rubio le miró con los ojos entrecerrados y gimió, otra vez, de la misma forma que antes.
-Ah… Jong Hyun –El pelirrojo sonrió al escuchar su nombre salir de los labios del otro. Perfecto.
-Chan Hee… eres tan adorable –pronunció bajando su mano hasta la parte íntima del otro, apretándola con delicadeza escuchando gustoso los gemidos del otro. –Haa, esto solo empieza, Hyung ~ -dijo meloso masajeándole por encima del pantalón. Gimió en el acto, diablos, este dongsaeng sabía cómo calentarlo y subirle la calentura.
-Mierda –Masculló en un gemido mientras sentía la sangre calentársele, aún más. El chico encima de él le miró lujurioso, encendido, tembló ligeramente por el placer que se desbocaba en su ser solo con la mirada del chico.
Soltó una risita inclinándose hacia el cuello del rubio, provocándole escalofríos; observó como los vellos se le erizaban al chico, sonrió sobre su piel blanca y se lanzó al ataque. Lamió con cuidado una parte del cuello, lubricándole, para después soltar una pequeña mordida succionando ligeramente, el chico gimió y él se emocionó. La mano con la que apretaba allá abajo subió por debajo de la camisa del otro, acarició su pecho. Se alejó de su cuello y le miró. Sencillamente una hermosa vista.
Sintió la mano del pelirrojo retirarse de su parte y se alteró. Gimió. ¿Porqué hace esto? Pensó mientras jadeaba y dejaba que el otro le acariciara el pecho. Soltó un suspiró cuando el chico se alejó un poco de su cuerpo. Vamos, no hagas esto le recriminó mentalmente frunciendo el entrecejo. Cerró los ojos con frustración, y volvió a gemir por una inesperada sacudida.
Al verlo suspirar sintió un impulso desquiciante de hacerlo de una vez por todas completamente suyo, pero se contuvo, y solo atinó a restregarse contra el otro. La exquisitez de los gemidos del rubio le incitó a continuar moviéndose, quería hacerlo desenfrenadamente, pero quería ver sufrir al otro solo un poco más.
-Argh… Jong Hyun… Por favor –Le gimió el otro con insistencia mientras apretaba las sábanas a su alrededor.
-Chan Hee… no seas desesperado –sonrió con autosuficiencia continuando su labor. Pero obviamente él tampoco duraría mucho así, más sin embargo, tenía mayor resistencia que el rubio caliente.