Ma soeur est née dans une salade
Mon père cultive la panade
Moi je grandis en m’énervant
Les genoux niqués évidemment
Mais comprenne qui voudra, manger, je ne digère pas
Vois ce qu’ils me servent
Vois ce qu’ils me servent
Je ne veux plus rentrer chez moi
Si on me retient, je ne reviens pas, et toi ?
Je ne veux plus rentrer chez moi
Je ne reviens pas, tu sais
Je ne reviens pas, mais [...]
Deportivo - La Salade
Mi hermana nació en una ensalada
Mi padre cultiva avena
En cuanto a mi, estoy creciendo irritándome
Con rodillas hechas mierda, por supuesto
Pero quien puede entender, comiendo – eso, no puedo digerirlo
Mira lo que están sirviéndome
Mira lo que están sirviéndome
No quiero volver a mi casa nunca mas
Si ellos me retienen, no voy a volver, que hay acerca de ti?
No quiero volver a mi casa nunca mas
No volveré, sabes,
No volveré, aunque […]
Capitulo 1
-En serio, las cosas que muestran en la televisión estos días... ¿Conoces a ese?
-... Lo conozco. Es un, ah, cantante de moda.
-Oh, por supuesto, travestidos sería la "moda" de hoy en día... y al mediodía, también... tsk, tsk...
No digo nada. Ella me entrega un tazón humeante: preparó katsudon* para mí. Mi plato favorito, y el suyo es especialmente sabroso, no como los que solía comer en Tokio, menos ricos en grasas, más refinados.
Sin embargo, comerlo justo ahora, probablemente sabrá un poco extraño. Mis ojos están pegados a la pantalla.
-Itadakimasu*.
-Itadakimasu. Esta delicioso, abuela.
No, en realidad sabe bien, igual que durante mis años de adolescencia. Estoy empezando a darme cuenta de que sólo en casa de mi madre todo sabe infectado y muerto. Incluso desde que volví, ese olor no me deja.
-Nunca accedí a pasarle la receta a tu madre, ella es terrible cocinando. ¿Puedes imaginarte, si hiciera un desastre y dice, mientras lo sirve, que la receta era originalmente mía? No, no. ¿Qué fue lo que dijo acerca de tu cabello?
Ahora, esa es su propia manera de decirme que desaprueba lo que me hice. Espero que la ropa que estoy usando cubra la totalidad de los tatuajes que hay en todo mi cuerpo.
-No nos hablamos, abuela. Pero estoy bastante seguro de que ella lo desaprueba.
-Ah.
Si mi madre lo desaprueba, mi abuela se siente obligada a aprobar o a adoptar una posición neutral, al menos. Y si algo choca demasiado con su sentido de valores, ella lo borra - es tan simple como eso. Es fácil para ella, es vieja, así que puede culpar a algunos de sus "fallos de memoria" por la edad. Como el escándalo que involucra a Takeshi y a mi, por ejemplo.
Así es como las cosas siempre han funcionado con ella: cualquier cosa para ir en contra de su nuera. No hace falta decir que soy su nieto favorito.
-Aunque definitivamente vas a deshacerte de esta cosa antes de ir a trabajar mañana, pequeño punk!
-Ay!
Con sus dedos huesudos, tira cariñosamente de mi perforación del labio. No me duele en realidad, solo digo “ay” para responder a su amor.
Mis labios fueron mucho más maltratados cuando él solía tirarlo, con sus dientes, y el dolor me hacía correrme.
Oh-oh. Pensamientos prohibidos.
-El Sr. Toshiro te ha contratado tan sólo porque él me conoce bien, y también soy una buena clienta para él; no vayas arruinando mi reputación en su conbini* luciendo como si estuvieras a punto de robar el lugar!
-Está bien, está bien, abuela, mira, está fuera.
Con la punta de mi lengua, empujo el hoyo vacío. Aunque no es por mi abuela ni por el señor Toshiro que lo he quitado.
-El de la ceja, también. En cuanto a esos en tus orejas... Supongo que no son tan visibles, puedes dejarlos.
Ella no quiere parecer demasiado estricta tampoco. Termino el resto de mi comida y me quito el piercing de la ceja. Él fue quien lo perforó. Una marca menos. También me he quitado el tatuaje que había hecho en la parte interna de mi muslo: "Belong" él había escrito, en inglés. Algún tipo de juego de palabras, supongo. Idiota. Eso había dolido como el infierno. Después de cada sesión de tatuaje, él me la chupaba, como recompensa por no gritar del dolor. Tuve que tener cuidado de no cortar una arteria cuando me quité esa inscripción retardada usando una cuchilla de afeitar. Ahora, cada vez que estoy usando jeans, la costra se pone horriblemente picante.
¿Qué era eso, ese hábito suyo de marcarme constantemente como su propiedad? Cuando era yo el que se la mamaba, le gustaba untar su semen en mi cara después de que él se había venido. Entonces, él me hacia lamer la punta de sus dedos, y su dedo índice penetraba mi boca...
-... ¿Miyabi?
Empiezo. ¡Mierda! Me hice una promesa a mí mismo de no pensar en eso de nuevo, y ahí estoy, casi salivando en la mesa de mi abuela. Los perros de Pavlov*, él solía decir. Dale todo a ellos, y luego matalos de hambre, así es cómo vas a llegar a ellos. Pero asegúrate de hacerlo de modo que nunca pierdan la esperanza; esto es precisamente lo que necesitas cultivar en los fans. Tirales algunas migajas, de vez en cuando. Dejales constantemente estar al acecho de ese momento en que levantas tu camisa o besas a tu guitarrista en los labios.
-¿Qué pasa, abuela? Lo siento, estaba soñando despierto.
-Solo estaba preguntando si esta bien si cambio el canal. Ese cantante esta siendo una molestia.
Es el video de un concierto en vivo donde él se frota su entrepierna lascivamente, vestido con un mini-short de cuero, contra los amplificadores. Fangirls histéricas empiezan a gritar de alegría. Reprimo una sonrisa tan pronto como amenaza estirar mis labios. Él siempre hacia lo que quería con el público. Los perros de Pavlov. Creo que fui bastante perfecto, también, en ese género. "Fui".
-Está bien, abuela, adelante, no lo estaba viendo todos modos. Creo que hay un torneo de go* en el segundo. Ven, dejame ocuparme de los platos, descansa un poco. La comida estuvo excelente. Gracias.
Nunca he querido lastimar a mi abuela. Incluso aunque sé que ella me utiliza como un arma en esta continua guerra de trincheras con mi madre, la quiero. Y creo que ella me ama sinceramente. No me entiende del todo, pero me ama.
Mi madre, bueno, eso es un juego totalmente diferente. Cuando yo tenía diecisiete años, vi “Al este del paraiso”*, con Takeshi a mi lado. Instantáneamente sentí afinidad con Cal, la oveja negra, el hijo pródigo. Por supuesto, yo era algo romántico por entonces. Ahora me doy cuenta de que el contexto era completamente diferente y que había estado presionando por similitudes, pero aún así, la precisión con la que sus sentimientos fueron retratados, la ira de Cal, el rechazo de Cal, me hicieron llorar. Mientras los créditos estaban pasando, Takeshi me había hecho una paja para consolarme. Él estaba un poco excitado. Querido viejo Takeshi, bastardo que es, siempre fue un fan de James Dean*.
Aun recuerdo el día en que entró en la clase durante el primer año de la escuela secundaria, mi corazón latía tan rápido que podría haberse roto. Por fin, me dije a mí mismo. Al fin algo va a suceder.
En realidad, no me dije exactamente eso, ni siquiera creo haberlo puesto en palabras en ese momento, pero recuerdo vívidamente la sensación de puro alivio que sentí en ese entonces. Cuando pienso en quién era yo, o el que estaba fingiendo ser, de cualquier modo, en comparación con el que soy ahora, mi antiguo yo evoca la sensación de un ángel. Curiosamente, mi madre no había pensado en esa misma línea, en ese momento, incluso mojigato como ella era. Siempre fui un problema para ella, desde el primer día. Aparecí prematuramente en el medio de la noche: tuvieron que despertar a la partera, la Sra. Aizawa, una buena conocida de nuestra familia, y a lo largo del parto, hice a mi honorable madre perder cubos enteros de sangre y sufrir tanto que se desmayó varias veces y tuvo que ser reanimada. Me contó tantas veces la horrible historia de mi nacimiento que soy capaz de afirmar ahora: ¡Yo estuve ahí!
A partir de entonces, los cargos contra mí seguían amontonándose: pocas semanas después de mi tercer cumpleaños, mi padre murió de cáncer. A los cinco, mientras yo estaba corriendo por la casa, resbalé e hice que la asquerosa estatua de yeso pintada de la Virgen María se cayera, cortando perfectamente su fea cabeza. Nos las arreglamos para arreglarla con un poco de pegamento que había pertenecido a mi padre, pero la santa señora ha tenido un cuello levemente torcido desde entonces. Ahora, cuando ella me mira fríamente, su cabeza inclinada a un lado como un búho, creo que ella se parece a mi madre.
A diferencia de mi hermana, que era una buena persona, tan pasiva cuando era joven, yo solía bromear, mojaba mi cama: evidentemente, tenía que ser el engendro de Satanás. No es que no me esforcé al máximo para demostrar que la verdad inequívoca estaba mal. Sí, así es cuan tonto que era.
En la escuela, también, lo intenté. Incluso logré ser elegido como representante de la clase una vez, en la escuela media. Pero mis calificaciones eran obstinadamente promedio, a veces me atrapaban no escuchando y hablando durante la clase, y no podía competir con mi hermana de todos modos, que estaba a punto de ir a estudiar arqueología en Europa, después de que ella hubiera obtenido una beca con las puntuaciones más altas .
Así, cuando Takeshi llegó a mi apestosa escuela, donde yo estaba literalmente muriendo de aburrimiento, fue una revolución. Yo tenía que convertirme totalmente en su amigo.
Su tío era americano, por lo que Takeshi afirmaba ser americano en el corazón. Él fue el que me inicio en el rock y el sexo, que ahora han llegado a ser muy parecidos para mí. En el verano de mis diecisiete, descubrí Nirvana, los Guns N Roses, Queen y los Red Hot Chili Peppers. Solía pensar que Takeshi y yo éramos los reyes del basurero en el que vivíamos, el espíritu del rock'n'roll, la encarnación del libertinaje. Takeshi era el tipo mas genial siempre, podía hacer anillos de humo de tabaco, no llevaba su uniforme de la manera apropiada y, más importante aún, el glande de su pene estaba perforado, había conseguido hacerlo mientras realizaba una visita a su tío en América. Primero, me habló de él, lo describió, las sensaciones que obtenía de la masturbación. Empecé a sentirme caliente y mojado por la noche cuando pensaba en la verga de Takeshi. Por último, me lo mostró. Estábamos en mi casa, en medio de la tarde. Mi madre estaba fuera y mi hermana en París. Pretendiendo que quería verlo de cerca, me arrodillé delante de él. El olor almizclado de Takeshi entro en mi cabeza. Me dejó queriendo. Sin pensarlo, le di una pequeña lamida en su pene.
-Oi- dijo Takeshi mientras intentaba, débilmente, empujarme hacia atrás.- ¿Qué demonios estás haciendo, Miyabi?
No respondí y moví mi lengua lánguidamente desde el eje hacia el glande; bromeando con pequeños gestos. Esta vez Takeshi me dejó hacerlo, exhalando un suspiro de satisfacción. Vi su verga endurecerse y crecer bastante, lo cual siempre tiene algún tipo de fascinación, como esas flores floreciendo en movimiento acelerado que puedes ver a veces en los documentales de televisión.
-Esto te enciende, Takeshi- le dije, haciendo una pausa. Me miró con la cara más inocente que podía poner. Me sentía eufórico, libre de todo. A fin de cuentas, quizás toda esa mierda evangelista que mi madre escupe todo el tiempo es cierta: el rock jode nuestra juventud.
-Cállate- dijo en voz baja, agarrando la parte de atrás de mi cabeza.- Y chúpalo.
Sin más preámbulos, empujó brutalmente su verga entre mis labios abiertos. Su sabor era resueltamente salado. Su piercing estaba raspando mi paladar. A pesar de la violencia con la que él empujaba en mi boca, seguí tratando de no rasparlo con mis dientes: estiraba los labios hacia adelante lo mas que podía y eso estaba empezando a calentarme. Por suerte, se corrió lo suficientemente rápido, su semen se derramó en mi garganta y él se echó hacia atrás. Unas cuantas gotas formaron perlas en mi labio superior y mi nariz. Lo tragué rápidamente, tratando de no ceder a la tentación de escupir delante de él, que cayó en mi cama, jadeando. No parecía tener problemas con lo que habíamos hecho. Tenía los párpados medio cerrados, como un gato perezoso. Pude ver el acuerdo tácito en la mirada que me devolvía. Finalmente, recuperó su aliento. Se inclinó y me besó, probando su propio sabor.
El contrato fue sellado.