¿Puedes verle a los ojos y decirle que su sueño no se hará realidad? ¿Podrías destrozar la voluntad de alguien con esas palabras, aunque…las digas o no, es un sueño que nunca será?
Un remolino de preguntas se encontraban haciendo estragos la cabeza de cierto pelinegro, mientras este se encontraba en la sala de espera. Ya su estadía en ese lugar se había vuelto monótona, pero el sabía que pronto acabaría…y eso era lo que lo torturaba.
Mientras el momento llegaba, trato de pensar en otras cosas, llegando a su mente los primeros momentos en los que conoció a su amado…
-Flash Back-
Como todo un escritor profesional, decidió ir a caminar para distraerse de todo aquello que lo estresaba; de todo su barrio el era el menos sociable y paciente, eso todos lo sabían; por lo que preferían dejarlo solo. Sin tomar en cuenta lo que dijeran los demás de su persona, se dirigió a uno de los sitios que le gustaba ir, un parque, pequeño pero muy bello a pesar de todo.
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No muy lejos de allí, se encontraba un peli verde buscando algo, y ese algo era la dirección de su apartamento. Acababa de mudarse allí y fue a comprar algo para la despensa, pero a la hora de regresar se encontró completamente perdido.
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-aaaah- suspiro, ese pequeño descanso sería suficiente para recargarlo y asi regresar a su trabajo nuevamente.
Mientras descansaba comenzó a escuchar un alboroto no muy lejos de el, por lo que decidió ir a ver que pasaba. Al estar cerca se sorprendió y se dirigió corriendo allí.
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Ya llevaba un tiempo caminando sin rumbo alguno, se maldecía por tener pésima orientación. Aunque a veces fuera divertido e interesante perderse, en otras era realmente exasperante.
El peli verde iba tan sumido en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando se adentraba en una zona que no era poblada y como varios desconocidos lo rodearon sin dejarle salida alguna.
-Pero que…- dijo por fin el peli verde al darse cuenta en la situación en la que estaba.
-Vean lo que tenemos aquí- exclamo uno de los que lo rodeaban –al parecer Santa nos trajo algo antes de navidad- esto ultimo lo dijo tomando al peli verde de las muñecas mientras se acercaba peligrosamente a el.
-SUELTAME!!- grito, mientras lanzaba una patada soltándose asi del agarre de su atacante e intentaba huir; pero por la mayoría de ellos le fue imposible y comenzó una pelea. El tratando de liberarse y huir, mientras ellos trataban de someterlo.
Para desgracia del menor (aparte de su mayoría) ellos eran mayores y mucho mas fuertes que el, por lo que no les tomo mucho tiempo someterlo. Ya el esfuerzo del menor era en vano, no tenia suficiente fuerza y trato de procesar lo que venía a continuación… pero, su caída hizo volver en si y lo que vio al abrir los ojos lo dejo sorprendido, para luego caer por el cansancio.
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Había golpeado a cada uno de los agresores y todos habían salido corriendo con lo ultimo de sus fuerzas, mientras el chico al que había salvado yacía en el suelo inconsciente. Lo observo detenidamente, recogió sus pertenencias y lo cargo hacia su apartamento que estaba cerca del lugar.
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La luz del nuevo día le daba en los ojos, por lo que empezó a molestarle y con un esfuerzo sobre humano se incorporo, pero al abrir los ojos…
-¿Donde rayos…?-
-Vaya…al fin despiertas- dijo un pelinegro que traía una bandeja en sus manos.
-¿Quien eres?!, ¿Dónde estoy?!, ¿Qué paso?!, ¿Cómo llegue aquí?!- dijo un peli verde que se sobresalto al verlo.
-aaaah- suspiro –Haces demasiadas preguntas, pero las contestare; soy Dracule Mihawk, estas en mi departamento, ayer te salve y te he traído hasta aquí…tus cosas están en la sala-.
-uhm…g-gracias- contesto con un leve sonrojo.
La actitud del menor le provoco una sonrisa al pelinegro -¿Cuál es tu nombre?-
-Zoro…Rororoa Zoro- dijo este con una leve reverencia.
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Desde ese día las cosas se hicieron mas interesantes para ambos, al darse cuenta que el peli verde se había mudado al mismo edificio que el mayor, sus encuentros fueron mas frecuentes y siempre que el pelinegro se sobre esforzaba en su trabajo era el menor quien iba y lo obligaba a tomar un descanso.
Y asi pasaron los meses, con esa extraña amistad que habían formado, pero mientras mas convivían mas sentían el uno por el otro…hasta que un dia…
-¿Que…Que has dicho?- dijo un pelinegro atónito, no podía creer lo que estaba escuchando.
-He dicho que…que te…Te Amo- dijo por fin el peli verde.
El mayor no salía de su asombro, ¿acaso su sueño se había vuelto realidad? ¿es posible que sus sentimientos sean correspondidos? ; las preguntas llegaban a su cabeza, mientras cierto peli verde se moría al no recibir respuesta de; por lo que pensó que el mayor no sentía lo mismo.
-Bueno…- dijo algo desanimado –Es de irme, nos vemos- y dicho esto se levanto para irse, pero la mano del pelinegro hizo que girara para atrapar los labios del menor y fundirse en un profundo beso; aquel que llevaban deseando desde hace tanto, tanto tiempo.
-Yo también Te Amo- exclamo atrapando a su amado en un abrazo tan suave y cargado de sentimientos.
-Fin del Flash Back-
-¿Señor Dracule?- la voz de una de las enfermeras lo saco de sus pensamientos –Ya puede pasar- y dicho lo guio hasta una de las habitaciones. Al pasar pudo ver a su amado peli verde en la cama, descansando, como si nada; eso lo entristeció mas.
Poco a poco el menor abría sus ojos y sonrió al ver a Mihawk sentado junto a el, pero pudo ver en sus ojos cierto dolor y arrepentimiento, por lo que tomo sus manos…
-No tienes que decirme nada- dijo con una sonrisa a través de su mascara de oxigeno –perdón por si te cause problemas al…- no pudo terminar de hablar, el pelinegro lo abrazo con fuerza y aunque el peli verde no lo viera, sentía unas lágrimas en su hombro.
-No digas nada- sollozo –soy yo el que debe de pedir disculpas, si no fuera por mi tu podrías…- no podía termina la frase, el nudo que se había formado en su garganta se lo impedía, pero aun asi hizo un esfuerzo –tu podrías cumplir tu sueño, pero mi orgullo te lo ha quitado…perdóname- dijo ya con lágrimas en los ojos.
El menor aparto al pelinegro de si y se quito la mascara, para luego atraer a su amado y unirse en un beso que era mas que necesitado entre ambos –Deja de decir eso- dijo con una sonrisa –esto no evitara que cumpla lo que quiero, pero déjame decirte algo…Tu Eres mi Sueño- esto ultimo lo dijo en un tono serio y viendo a los ojos del otro.
El pelinegro no pudo resistir esas palabras y lo atrajo a el para darle un hambriento beso, ¿Cómo iba a decirle? ¿Cómo podía?, y sin darle mas rodeos al asunto se preparo para decirle, pero…
-No es necesario que hables- hablo primero el peli verde –yo se que no tengo mas tiempo- esto ultimo hizo que el mayor se separara de golpe.
-¿Lo sabes?- dijo con total asombro -¿Cómo es que lo sabes?-
-No me tomes como un tonto- desvió la mirada –ya me lo imaginaba, además, vi los resultados en un descuido del Doctor- dijo con total calma.
-Mira que serás…- dándole un golpe.
-Auch-
-A la próxima te va peor- se sentó a su lado.
-Lo dudo- dijo divertido –puedo hacer que tu sufras mas- esto ultimo lo dijo acercándose provocativamente al otro –yo puedo…- dijo besando su cuello y acercándose al oído del otro, provocando que este se estremeciera por el contacto –dejarte en abstinencia- y como si nada regreso a la posición en la que estaba en su cama, dejando a un pelinegro boquiabierto y con un tic en el ojo.
-Mira que serás- el menor cerro los ojos para recibir el golpe que le iban a dar, pero en lugar de eso fue un beso lo que sintió; en un principio fue tierno, pero paso a volverse salvaje, solo se separaron cuando la necesidad de aire se hizo presente.
-Mi…Mihawk…estamos en el…mmm…hospital- sin dejar de ocultar su deseo por el otro.
-Tienes razón…además, se supone que no ibas a dejar que te tocara- y como si nada se sentó de nuevo, esta vez dejando al peli verde con un tic en el ojo, mientras este embozaba una sonrisa de victoria.
Y asi pasaron los días, pero mientras mas pasaban mas se debilitaba el peli verde. Mas rápido de lo que habían previsto, el doctor le explicaba al mayor el por que y que debían de estar preparados, pero este solo podía pensar en una cosa…
-Flash Back-
-Ten cuidado Mihawk-
-No tienes de que preocuparte Zoro- decía un pelinegro al volante –nunca ha salido mal desde que lo domine-.
-Siempre hay una primera vez- tenia un mal presentimiento de esto –además, ponte el cinturón- señalo – no seas un cabezota y hazlo-.
Y sin hacer caso a lo que decía el menor arranco, y comenzó con el recorrido. Desde que el pelinegro tomo como pasatiempo recorrer grandes distancias a gran velocidad, se había puesto a practicar. Había sido difícil al principio, por la manera de frenar a la velocidad en la que iba, pero lo domino en poco tiempo y ese día el peli verde iba con el.
Gran error. Un camión, que haba pasado ese día en la mañana, dejo residuos de aceite de la carga que trasportaba y al pasar por esa parte el auto comenzó a patinar, estrellándose asi con lo primero que encontró a su paso.
El cuerpo le pesaba por completo, no podía moverse del todo, algo lo evitaba. Embozo una sonrisa, el peli verde se lo iba a reprochar. Al abrir por completo los ojos, se sorprendió…
-¡¡ZORO!!- el menor estaba sobre el, pero ¿Cómo?, si el iba con su cinturón, luego se dio cuenta. El menor lo había protegido, si no lo hubiera hecho el abría salido por completo por el impacto.
-Fin del Flash Back-
-Perdón por la interrupción- una enfermera entro, sacando al pelinegro de sus recuerdos –Doctor, el paciente del 305…- pero antes de acabar, el pelinegro salio corriendo, esa era la habitación de su amado.
Corrió por los pasillos tirando, literalmente, a todo aquel que estaba en su camino, entro sin tocas a la habitación del menor, pero su presentimiento era correcto, su cuerpo había dado su ultimo respiro hace unos minutos. Cayo de rodillas no podía creerlo -…Zoro…- dijo entre sollozos.
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Ya habían pasado varias semanas desde que su amado había partido, y en ese tiempo le era aun extraño estar sin el. Ese día le habían mandado varias cartas, era extraño, ¿Quién le abría escrito?; al ver el contenido de la primera carta se sorprendió y pronto se dio cuenta de que las otras eran similares.
Sonrió –Zoro… tu sueño se ha cumplido- y dicho esto comenzó a revisar el contenido de las cartas, mientras recordaba…
-Flash Back-
Mihawk acudió al notario local y registro el testamento del peli verde: Cuando muriera, quería ser incinerado, ¿en que momento preparo todo esto? Fue lo que paso por la mente del mayor. Bueno, hasta ahí nada extraordinario, pero el testamento continua: Sus cenizas debían de ser introducidas en 238 bolsitas, que serian enviadas a los jefes de los servicios de correo de las 47 regiones de Japón y a cada uno de los 191 países del mundo…para que al menos una parte de su cuerpo acabara visitando los lugares a los que siempre quiso ir.
En ese momento Mihawk estaba sorprendido a mas no poder, pero a la vez feliz. ¿Cómo se le pudo ocurrir semejante cosa?, pero bueno, si el peli verde asi lo quería el asi lo haría.
En cada envió incluía una cartita, en la que pedía que dieran sepulto digno a su amado. Todas las personas que recibieron las cenizas de Roronoa Zoro trataron la petición de Mihawk con respeto. En los cuatro confines de la tierra, se creo una silenciosa cadena de solidaridad, en la que simpatizantes desconocidos organizaron ceremonias y ritos de los mas diversos, teniendo en cuenta siempre el lugar que al peli verde le habría gustado conocer.
De ese modo, las cenizas de Zoro fueron esparcidas en las Ruinas de Tikal, en Guatemala, siguiendo las antiguas tradiciones de los Mayas; en el rio de delante del Palacio Real de Estocolmo; en la orilla del Choo Praya, en Tailandia; en los hielos de la Antártida; en el desierto del Sahara.
-Fin del Flash Back-
Las cartas que Mihawk había recibido eran las fotos de los cinco continentes, de todas las razas, de todas las culturas, que mostraban a hombres y mujeres en el momento de cumplir el ultimo deseo de su amado.
Sin duda alguna esto haría muy feliz a su peli verde, su sueño de viajar y conocer el mundo se había cumplido.
Fin