Capítulo Especial #00: Recuerdos de infancia (C. L.)
[Fragmento del Capítulo #8: Nathan (Secuela de Distancia, 1ra. Parte). –Brothers & Lovers-]
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-En serio que me da envidia cómo se han llevado tú e Ethan desde pequeños...- su tío le hizo ese comentario, en tanto le servía una ración de pasta a su sobrino antes de servirse la propia; Nathan le miró interrogante, ante aquel comentario. Christopher le sonrió -A diferencia de ustedes, tu padre y yo jamás tuvimos tanta cercanía; nos llevábamos muy mal porque diferíamos casi en todo. Me parece que no te lo comenté antes, pero antes de que tu nacieras (cuando apenas se enteró tu madre que estaba embarazada) en las pocas cosas en las que estábamos seguros y de acuerdo es que serían gemelos como nosotros y nuestros padres... Aunque grande fue la sorpresa que solo fueses tú, y dos años después tu hermano. A decir verdad, con la creencia que habíamos tenido al principio, tus padres ya habían acordado ponerles el nombre parecido; y aunque no resultó como esperaba, no abandonaron esa idea.- le platicó la anécdota, tomando por sorpresa a Nathan; quien ahora entendía realmente de porque su nombre apenas diferido del de Ethan.
-Pero tú y papá no tienen los nombres similares.- Nathan, extrañado.
-Porque tus abuelos no tuvieron esa intención; y agradezco en cierta forma en que lo pensaran bien, porque si de por sí nos llevábamos mal de más niños, el nombre hubiese sido un agregado más a la lista de disgustos.- su tío, riendo con soltura tras pensar en las riñas que hubiese tenido con su igual por ello; pero Nathan notó cierta nostalgia en su aceitunada mirada, idéntica a la de su padre y de él mismo... -En verdad, hubiese preferido llevarme mejor con él... Sin tantas diferencias... Como tú e Ethan. Me alegra que ustedes no se parecieran, en eso, a nosotros.- la mirada fue esquiva…
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>>> Cuando cumplimos 5 años…
La mañana despuntó, precipitándose 2 pares de pies por los escalones de madera… Las promesas de regalos en el día de cumpleaños los había movido a desperezarse más temprano de lo usual…
Una par de niños de cabellos castaños-cenizos, ojos olivas y totalmente iguales en apariencia, fueron directo a la cocina…
-Buenos días chicos… Les he preparado algo para celebrar ésta especial ocasión…- su madre… Una mujer encantadora y dulce, se volvía desde el horno para poner una gran y dulce decorado sobre el comedor -¡Feliz Cumpleaños!- sus rizos rubios se mecieron con gracia, mientras los ojos de espolvoreada canela brillaban con su sonrisa…
-¡Un pastel!- uno de los gemelos, con gran entusiasmo y los ojos exaltados de la emoción del gran rectángulo cubierto de merengue, donde su nombre y el de su igual aparecían junto con 5 velas encendidas…
-¿Por qué sólo es uno si somos 2? ¿Por qué tengo que compartir todo con él?- el otro del par del primero se quejó, con un mohín disconforme…
Ganándose la mirada de sorpresa de su hermano… Opacando un poco su felicidad inicial, antes de volver a ensanchar su sonrisa, ocultando su mirada al cerrar los párpados volver su atención hacia la madre… Como haciendo parecer que no había pasado nada…
-¡Bruce!- la madre, amonestó por lo bajo al niño –Son hermanos, y ‘la cigüeña’ los trajo en un mismo paquete el mismo día… Eso es lo natural entonces…- explicó brevemente, como si realmente eso aclarara todo… Porque par a ella así lo era –Discúlpate con Christopher, fuiste muy grosero con lo que dijiste.- miró a su otro pequeño, que había guardado silencio, aun con la sonrisa en su rostro.
Bruce, el amonestado, se enfurruñó ante la orden recibida…
-No hay problema mamá… Seguro Bruce se levantó del lado malo de la cama.- Christopher, alegre, agitó sus manos hacia el pastel; para distraer la atención… apenas viendo de soslayo a su igual mantenerse enfurruñado con las manos apretadas bajo la mesa –Estoy bien.- se atrevió a ver a su hermano –¡El deseo es tuyo Bruce, sopla las velas!- volvió a su madre que, con esa declaración, se había quedado sorprendida –Yo solo quiero comer un poco de pastel.- le sonrió con una gracia que sólo podía señalarse como nata. Despreocupado y vivaz.
Bruce miró entre sorprendido y extrañado a su igual, el cómo éste sonreía tan ligero, sin inmutarse por nada o lo reciente… Como si, lo que pasara a su alrededor, no fuese la gran cosa… El pequeño frunció el ceño, viendo nuevamente hacia el pastel; las velas que se habían hecho un poco más pequeñas según tardaban encendidas… Se mordió el interior de cachete, deshaciéndose un poco de su mohín… Animado con la idea de poder pedir el deseo de cumpleaños…
Ya sabía lo que quería pedir...
-¿Qué sucede aquí?- la versión adulta del par de chicos se hizo su aparición desde el umbral de la cocina, con las manos tras las espaldas; su expresión afable mientras miraba a sus retoños.
-¡Papá!- los chicos, al unísono, se volvieron al mayor; uno de ellos mirando apenas, con molestia, el haber exclamado al mismo tiempo…
El más alegre del par se lanzó en recibimiento, tratando de espiar las manos de su progenitor; el otro se acercó con un poco más de reserva, aunque, sin poder ocultar del todo la curiosidad de ver si eran los regalos prometidos…
-¿Qué es? ¡¿Qué es?!- Chris, tratando de alcanzar la espalda de su padre, riéndose ante la manera que el hombre le esquivaba; sin llegar a girarse para aun impedir la vista de los obsequios al otro y menos efusivo chico. La risa del padre era ligera y rica en emoción por estos momentos.
-¡Papá…!- Bruce pidió, a su manera, que no les hiciera aguardar más; acercándose prudente a donde el invocado y su igual.
-Jajá… Vale, vale…- por fin el hombre cedió, sacando el par de paquetes en envoltorios de color verde con lazos de fiesta; las expresiones de los gemelos fueron luminosas…
-¿Son iguales?- la repentina pregunta de Bruce, como su expresión un poco seria mientras sostenía su obsequio; ensombreció por un segundo apenas la sonrisa del otro que sostenía su regalo igual…
-Bruce…- su madre lo iba a amonestar nuevamente, pero el gesto del padre la hizo callar.
-No del todo, vamos, ábranlos muchachos… Éste es su cumpleaños, no para andar pensando demasiado en pequeñas cosas…- el padre…
-Sí…- Christopher amplió su sonrisa, procediendo a desenvolver su paquete, mientras que el otro tenía apenas una expresión de que a él no le parecían ‘pequeñas cosas’ lo que alegaba… -¡Wow! ¡Un avión!- viendo a través de la capa traslúcida del empaque el juguete en un color rojo con detalles blancos…
El anuncio provocó expectación por parte del otro, que también se apresuró a encontrar el mismo juguete pero en color azul con los detalles también blancos… Bruce miró receloso a su hermano, quien pese a su emoción por el juguete, no lo había desempacado… Sino que le veía con su sonrisa ligera.
-¿Te gustó el rojo, verdad?- Christopher se lo ofreció a su reflejo –Te lo cambio entonces, si es el que quieres.-
-Yo…- Bruce estuvo a punto de declinar la oferta, un poco ofendido; por la forma en que su igual le cedía su obsequio…. Pero al ver que éste miró por apreciativos momentos el avión escarlata, le alargó el que él mismo había recibido –Vale…- la conciliadora sonrisa de aquel, entregando y recibiendo los regalos… Que el otro no correspondió más que con levedad.
Todo esto pasó, bajo la atenta mirada de sus padres…
* * *
Chris bebió un sorbo de café, mientras se hallaba pensando en su tirante relación con su hermano… Bruce, después de aquel cumpleaños, había marcado una clara línea entre los dos… Lo que en los anteriores sólo alcanzaba a recordar pequeñas inconformidades sin trascendencia, aparentemente…
Se sonrió con melancolía, mientras miró hacia la puerta cerrada donde dormía su sobrino más grande, habiéndose él mismo quedado a trabajar hasta tarde…
No sabía por qué su hermano le había contactado para que el chico se quedara con él, cuando se suponía que no quería saber de su existencia de nuevo; pero aquí estaba su querido sobrino y el inesperado nuevo contacto con su igual… Aunque sabía que algo importante debió haber pasado para ésta situación, no quiso incomodar a Nathan o hacer preguntas a su gemelo… No quería perder la oportunidad de volverse a hablar después de años de silencio…
Volvió a dar otro sorbo… La llegada de Nath, la noche anterior, le removía esos recuerdos del pasado… De una infancia que quiso compartir con su igual…
>>> Más recuerdos…
El periodo de pruebas había pasado y la tarde en casa era disfrutable; los gemelos andaban en el patio, uno de ellos meciéndose en la llanta que colgaba de la rama del árbol, el otro haciendo el asalto militar a un fuerte con sus soldados de juguete…
-¡Christopher! ¡Bruce!- fueron llamados los chicos, que prontamente acudieron al llamado… Su padre acababa de volver del trabajo y siempre les causaba alegría verle… También porque solía traerles algunos dulces en la mayoría de las veces…
-¡Papá! ¡Papá!- uno de los chicos…
-¡Bienvenido…!- el otro…
-¿Cómo se han portado?- el padre los alzó a ambos en brazos, dirigiéndose a la casa con ellos.
-¡Bien! ¡Terminaron las pruebas!- alegría…
-¡Nuestras notas han salido estupendas!- emoción…
-Me alegra escuchar eso… Bien, se lo habrán ganado entonces…- el padre haló la puerta con su pie, para evitar bajar a ninguno de sus chichos, mientras para ingresar en la casa por la puerta de la cocina… Su esposa recogiendo la mesa, tras la comida, sonriendo ante la vista de sus seres más queridos…
-¿Trajiste dulces?- expectación con tilde solemne en uno de los pequeños…
-¿Chocolates?- una emoción más vívida en el otro.
-Mejor aún…- el padre…
-Los vas a mal acostumbrar más de lo que ya están…- la madre, amonestando juguetona y calmadamente…
El hombre los llevó hasta la estancia, donde un par de paquetes en vueltos en papel cartón… Bajo a los chicos y éstos corrieron a abrir los envoltorios…
-¡Genial! ¡Este es el auto que vimos el otro fin de semana!- uno de los pequeños, mirando momentáneamente al otro; reconociendo el mismo vehículo con los mismos colores que el suyo; su sonrisa aún más ensanchada tras ello -¡Gracias, papá!-
-¡Gracias!- el otro, también sonriendo ante el progenitor, habiendo desempacado el auto de juguete también.
El hombre les alborotó los cabellos unos momentos, despidiéndose para hacer unos arreglos que había estado haciendo a la casa cada que volvía del trabajo. La madre de los chicos, debía estar ocupada con los trastes…
-¿Bruce, jugamos?- uno de los chicos al otro, sonriendo con emoción…
-Olvídalo…- el mencionado, borró la sonrisa que había mostrado ante su padre… Había aprendido muy bien a no mostrar su inconformidad frente a sus padres cuando intentaban que él y Christopher compartieran cosas como iguales… Ellos No eran iguales…
Christopher le miró por unos segundos, su sonrisa aun en sus labios. Cerró los ojos, formando con sus labios la línea de la sonrisa que había sostenido antes.
-Seguro que estás cansado, quizá después…- Christopher…
-De ninguna manera jugaré con un auto igual al tuyo… Voy a jugar con uno que sea diferente y hasta mejor…- Bruce le cortó, sólo reteniendo consigo el auto obtenido por respeto a su padre, pero yéndose de la habitación para no seguir junto a su igual… Molesto aún más porque aquel siguió mostrándole una despreocupada sonrisa, sin afectarle en nada lo que le había dicho…
-Está bien entonces...- Christopher se murmuró, con media sonrisa ahora, aun viendo el carro que tanto le ilusionó en el paseo dominical… -Aún seguimos siendo hermanos de todas formas…- se dio ánimo así mismo, una vez que se quedó sólo…
Salió a jugar al jardín con su nuevo auto… Para distraerse así mismo de lo que había pasado…
…
Un escalofrío le llegó desde su espalda… Algo estaba mal… Algo iba a pasar…
-¡Bruce!- Christopher soltó el auto sobre la hierba, viendo a su padre, apenas, seguir componiendo unos tablones de la bodega de suministros; pero no pudo decir nada… Sentía que su hermano estaba en peligro, que algo malo le iba a pasar…
Entró por la puerta frontal, con el corazón desbocado... Tratando de adivinar dónde estaba su hermano… Trató de clamarse… ya antes había podido saber a dónde lo podía localizar en diversas circunstancias… ¿Cómo se llamaba…?
Intuición…
Corrió hacia la cocina, donde lo vio oscilar peligrosamente en el banco, junto a la estantería, para alcanzar el auto coleccionable que atesoraba tanto su papá como su mamá la vajilla de la abuela…
Vio cómo cedía el frágil soporte del cristal que sostenía la vajilla, y no supo más nada que había corrido hasta s hermano, halándolo en un abrazo y alejándolo de los cristales que llovieron y reventaron en contacto con el suelo… Un estruendo atronador…
-¡¿Qué pasó?!- su madre llegó corriendo, algunas agujas con hilo ensartadas en su delantal… Seguramente había estado remendando en el cuarto donde hacía el lavado... Vio la escena de sus preciados objetos hechos añicos en el suelo… y a los dos pequeños sosteniéndose entre sí… -¿Están bien? ¿No están heridos?- su preocupación maternal se sobrepuso al golpe emocional, esculcando a sus pequeños y viendo que no tuviesen alguna lesión…
-¿Vanessa? ¿Están bien? Escuché…- su padre hizo entrada, inquiriendo antes de abrir la puerta de la cocina y encontrar el desastre; se acercó también donde los niños, preocupado…
-Están bien Steven…- la madre calmó a su esposo, mientras volvió nuevamente la atención a los gemelos -¿Qué pasó aquí? Dudo mucho que hubiese un repentino temblor y la vajilla se cayera por sí sola.- los miró con un poco de severidad… El padre dejando que ejerciera su autoridad de madre.
El más serio y asustado de los niños se tensó, aún aferrado a los antebrazos de su reflejo…
-Yo…- la voz parecía más n asustado suspiro…
-Fue mi culpa…. Intenté…alcanzar el auto de papá y tropecé el cristal donde se sostenía la vasija de la abuela… lo siento…- el pequeño que siempre era más alegre mostró un rostro de circunstancias, bajando la mirada, mientras le dio un ligero apretón a los antebrazos de su hermano; queriendo confortarlo… Bajó la mirada –Bruce me quitó del medio cuando estuve por caer también… Lo siento mucho…- se soltó de su gemelo…
-Oh, Christopher…- la madre de ambos… Su mirada entristecida un poco, aunque agradecida por su ‘confesión’…
EL padre apoyó su mano en el cabello del silencioso gemelo, mientras miró al otro; quien le devolvió la mirada…
-Bueno, es bueno saber que están bien y que has dicho la verdad… Ben trabajo Bruce.- animó al pequeño que inclinó la mirada mientras su cabello era frotado; mientras el otro sólo juntó las manos tras su espalda, en un gesto arrepentido –Te harás responsable de tus actos entonces, Christopher.- el padre aseguró, suave; pero de todas formas el nombrado asintió –Tendré que retirarte tus juguetes por un tiempo… y no habrá dulces por una semana.- el niño volvió a asentir en silencio… su padre le frotó los cabellos entonces –Eres un buen chico, enfrenta siempre tus responsabilidades como hoy.- sonrió apenas al chico, cuando se ganó su mirada con las palabras… Sin percatarse que el otro bajó más la mirada…
-Anden a su habitación… Hay que recoger esto y no quiero que se vayan a cortar…- su madre, con todo amable, les indicó; siendo obedecidos silenciosamente por los niños…
No hubo intercambio de palabra entre el par en todo el resto de la tarde; pero al día siguiente, el padre había ido donde se encontraba el castigado Christopher, viendo por la ventana de la habitación que compartía con su igual… Le Entregó los juguetes decomisados y una barra de chocolate, diciéndole que Bruce había dicho la verdad del asunto, que esperaba que no se echara la culpa de algo que en verdad no hiciera –en el futuro- pero que le felicitaba por cuidar de su hermano de todas maneras…
En el umbral, Bruce se mantuvo siempre con el rostro bajo, pero sin pedirle perdón por el injusto castigo o agradecerle su ayuda; de todas formas, Christopher no las quería, sólo le importaba poder llegar a llevarse bien con el otro…
Pero el concejo por su padre, sobre las culpas de Bruce, fue algo que Christopher nunca pudo seguir…
* * *
Christopher, mientras enjuagaba su taza y la ponía en el trastero, recordó varias de las veces que se echó la culpa –de primera mano- de los accidentes de Bruce… Cuando chocó el carro de su padre al sacarlo sin permiso… La vez que accidentalmente marcó las paredes, cando se le regó una pintura con la que había estado luchando para destapar y hacer su trabajo escolar; cuando había tenido una pelea en clases por un chico que había agarrado afición a molestarle por ser el más serio… Y otras más…
Bruce nunca le dio algún mérito por ello, o agradecido o disculpado… Y, para variar, tampoco se llevaron mejor…
Su hermano sólo se alejaba, entre más quería acercarse a él. Siempre marcando la diferencia entre ellos y asegurándose que nadie los tratara como iguales en alguna forma…
Pero, también, siempre reconoció con quienes debía su culpa y hacía que Chris saliera de los castigos; pero nada más…
Tristemente, eso parecía que nunca iba a cambiar… Y, definitivamente, creyó que no volvería a saber de él nunca más después de…
Esa Navidad….