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Para gustos colores por Nobara_Chu3

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Notas del fanfic:

Los personajes de hora de aventuras no me pertenecen, tan solo los uso en esta historia que es totalmente inventada por mi, es decir, Nobara_chu3 si la leeis en otra pagina web o en otra cuenta de usuario denunciad por favor gracias y espero que disfruteis de la historia.

Notas del capitulo:

Hola a todos.

espero que os guste esta pequeña historia que tengo en mente y espero muchos reviews para saber si os ha gustado, si esta bien o si es una caca de la vaca XD

Es mi primer fic yaoi y sobre todo mi primer fic lemon XD espero que no seais muy duros conmigo ^-^ 

besotes!

Capitulo 1.

No sabía cuando había ocurrido pero aquel vampiro insolente se había  metido en su corazón sin, siquiera, preguntarle.

Todas las veces que le molestaba o insultaba siempre pensaba lo mismo “que estúpido… piérdete” pero después le veía tocar la guitarra y ese pensamiento cambiaba a “que genial…” al principio simplemente creía que era admiración, que a veces le habría gustado tener la vida de Marshall, esa libertad que él, como príncipe, no tenia.

Mucho después se daría cuenta de que lejos de desear su libertad, en realidad, lo deseaba a él.

Nuestro dulce príncipe se dio cuenta de sus sentimientos una pacifica tarde de primavera en AAA, Gumball había quedado con Fionna y Cake para charlar y tomar el té, éste sabía que Fionna no aguantaría mucho tiempo quieta, así que, ya se había hecho a la idea de que su tarde iba a ser movida.

 Gumball emprendió el viaje hacia la casa árbol, lo hizo caminando, ya que le apetecía dar un paseo. Al llegar se encontró con Marshall fastidiando por todas partes, como solía hacer siempre.

-¿Por qué está el aquí?- Pregunto Gumball irritado.

-Porque…-

-Me da la gana- Marshall cortó a Fionna.

-PUFF………….- resoplo Gumball, iba a ser una tarde muy larga.

Y así fue, tomaron el té, hablaron, Marshall molestó, Fionna se inquieto y de alguna forma que Gumball no podía recordar muy bien habían acabado en la puerta del templo de los chuches infelices. Ahí habitaban los fantasmas de chuches que habían muerto de maneras trágicas y violentas, sus espíritus vagaban sin rumbo esperando encontrar un nuevo cuerpo para repetir su fatal historia hasta que alguien decidiera salvarlos acabando su historia felizmente.

-No deberíamos entrar aquí- dijo Gumball.

-¿Tienes miedo Príncipe?- le dijo Marshall en tono burlón.

-¡No!, pero me parece una falta de respeto a los chuches fallecidos, además nos arriesgamos a que los espíritus errantes  nos posean- se apresuro a aclarar.

-¿Cómo? ¡Eso es muy emocionante!- exclamó Fionna.

-¡Eso es muy peligroso! podríamos morir… esos espíritus repetirán sus historias con nosotros, por ejemplo, el fantasma de un psicópata podría poseer a Marshall  y matarnos a todos repitiendo el último crimen que cometió- Gumball intentaba convencer a Fionna, pero esta se mostraba poco receptiva ante la advertencia.

-Eso tampoco es cierto, no es una muerte segura- dijo Marshall- aunque un espíritu posea a uno de nosotros si los demás cambian su historia y le ponen un final feliz ese fantasma pasara al otro lado y tema resuelto, yo entro-

 -Muy bien, venga Fionna volvamos a la casa árbol- Gumball la agarro del brazo y comenzó a caminar, sin embargo, paro al ver que su amiga no le seguía- Fionna…   

-Es que yo quiero entrar…-

- JAJAJAJA- Marshall no pudo contener su risa- ¿sabes lo que significa forever alone?-

-¡Cállate idiota! Fionna es muy peligroso-

-Venga no va a pasar nada, vamos a entrar los cuatro juntos, si te vas ya no tiene gracia, por favor…- le pidió Fionna.

-… Está bien- Gumball acabo cediendo.

Los cuatro entraron en el templo, anduvieron unos cuantos metros hasta que el pasillo por el que habían estado caminando acabó en dos enormes arcos de piedra.

-Dos caminos… ¡que emocionante separémonos, tú conmigo Cake!- dijo Fionna.

-De acuerdo entonces nosotros juntos Gumball- sonrío el vampiro.

Gumball resoplo, no quería estar a solas con Marshall era un pesado, sin embargo… su corazón palpitaba fuertemente y no sabía por qué. Comenzaron a adentrarse por el camino de la derecha, todavía podían oír como Fionna y Cake gritaban de la emoción por el pasillo del otro lado, hasta que el sonido de sus voces se difumino conforme ellos iban avanzando hasta que llego a desaparecer.

-No sé que espera Fionna que encontremos aquí, a los fantasmas no les puedes pegar- dijo Gumball para si mismo.

-simplemente quiere vivir emociones fuera de la rutina diaria, por eso siempre se está metiendo en barullos chungos- Después de esa pequeña conversación se formo un silencio que, a Gumball, le resultaba incomodo, ese silencio apenas duro unos minutos porque de pronto Marshall se paró en seco- Tenemos compañía- sonrió mientras sacaba su bajo-hacha.

-¡¿Pero como vamos a luchar contra ellos?!- Gumball estaba empezando a entrar en pánico.

-Creo que uno me está poseyendo...¡¡¡¡aaahhh!!-Marshall se tiro al suelo como si se estuviese retorciendo de dolor, de repente paró en seco y se quedo inmóvil.

-Marshall… ¿Estás bien?... Marshall…- de pronto Marshall se tiro encima de Gumball y exclamo “¡bleeehhh!” transformándose en un feo murciélago gigante, Gumball cerró sus ojos esperando que pasase lo que tuviera que pasar.

 

Pero nada pasaba, hasta que…

-JAJAJAJAJAAJA que tonto eres Gumball te lo has creído- dijo Marshall volviendo as u forma original.

-¡PERO A TI QUE TE PASA!¡PENSABA QUE TÚ…..! Ibas a comerme de verdad o algo así…- de nuevo un silencio incomodo.

Marshall se sentía un poco culpable, le encantaba reírse de Gumball era muy mono cuando se asustaba o cuando se enfadaba y tenía que reconocer que cuando Fionna y Cake habían decidido ir juntas él se había alegrado de ir con Gumball, claro que nunca lo admitiría.

Gumball siguió adelante dejando a Marshall atrás, un fantasma, esta vez real, salió del techo del pasillo delante de Marshall.

-Gumball… -

-¿Es otro fantasma?- dijo en tono sarcástico interrumpiendo a Marshall. El espíritu paso a través  de éste, casi sin tiempo de reaccionar Marshall solo pudo gritar:

-¡GUMBALL!-

- ¿Qué te pasa?- Gumball se giro irritado.

Marshall no decía nada simplemente lo miraba sonriendo.

-¿Qué me va a pasar? que cosas tienes María- Marshall comenzó a caminar y cuando llego al punto donde estaba Gumball le cogió de la mano y siguió caminando tirando de él –he pensado que quizás cuando volvamos a casa podríamos hacer chocolate, me apetece mucho- Marshall seguía hablando de cosas que harían  en un futuro y Gumball simplemente no sabía como reaccionar, ¿y si esto no era una broma? ¿Y si Marshall de verdad había sido poseído por un espíritu? ¿Cómo iba a liberarlo? se suponía que el fantasma quería un final feliz, daba igual que fuese mentira así que solo tenía que seguirle el royo, pero… ni siquiera sabía que mal final había tenido ese chuche, quizás simplemente había muerto de manera trágica, no todos los chuches que habitaban ahí eran asesinos, delincuentes o mala gente… pero la mayoría… sí…

-Hey, que te parece si regresamos ya, busquemos a Fionna y vayamos a tomar ese chocolate caliente ¿eh?- le dijo Gumball tratando de sonar lo más normal posible, a lo mejor ese chuche había muerto antes de poder pasar un feliz día con sus amigos o su novia, pero eso no era lo que parecía mostrar la cara de Marshall.

-Fionna ¿Quién es Fionna?- pregunto tajante, estaba empezando a apretar muy fuerte la mano de Gumball.

-Es una amiga que…-Marshall le estaba haciendo daño en la mano- quiero presentarte… me estás haciendo daño-

-¿Yo te hago daño? ¡Tú me haces daño a mí!- Marshall le soltó la mano y sin que llegase a verlo venir le pego una bofetada en la cara que hizo que Gumball tuviera que apoyarse en la pared para no caerse.

 

Por otra parte Fionna y Cake caminaban tranquilamente por el pasillo

-Jo tía, aquí no aparece nada, quizás  el pasillo de los fantasmas era el otro y este es el del aburrimiento…-comentó Cake- yo que tenía la esperanza de encontrarme con algún caso del  periódico de ayer-

-pero ¿por qué  iban a salir casos justamente de ayer?- le pregunto Fionna.

-Pues porque contra más viejo es el espíritu menos fuerza tiene y los que aparecen siempre primero son los que mueren más tarde ¿entiendes? si un chuche muere hoy por la mañana tiene más posibilidades de aparecernos ahora que uno que murió ayer-

-AAH! vale ya lo pillo, Jo pues habrá que tener cuidado…-

-¿Por qué lo dices Fionna?-

-Veras es que cuando he ido al castillo, a pedirle a Gumball que viniese por la tarde, me he encontrado con la enfermera Pastel y me ha dicho que Chica Piruleta tiene una amiga que se llama María que ha matado a uno de los chuches más peligrosos en libertad condicional, él creía que era su novia y estaba obsesionado con ella, así que ayer por la noche se metió en su casa y claro ella en defensa propia le mató-

-Vaya esa historia parece una de esas películas que echan todos los sábados en el canal de misterio-

-Verdad yo también pensé lo mismo-

-Igual la enfermera Pastel te estaba tomando el pelo-

-Puede ser, oye esto parece interminable ¿nos sentamos aquí a merendar?-

- Me parece bien, me pregunto cómo estarán Marshall y Gumball-

-Es verdad con lo mal que se llevan…-

-No, en realidad yo creo que en el fondo se llevan bien, seguro que están bien-

-¿Tú crees?- Fionna se alegro un poco ante ese pensamiento.

Sin embargo, no estaban nada bien, Gumball corría a través de los múltiples pasillos que, de repente, habían surgido ante él. Marshall, poseído, gritaba el nombre de aquella mujer, que resonaba por todos esos corredores que parecían no tener fin. Según “Marshall” María era su novia pero estaba empezando a dudarlo, cuando Fionna había ido hoy a palacio se la había encontrado hablando con la enfermera Pastel sobre algo que mencionaba a una mujer llamada María, decidió no darle importancia, ojala hubiese puesto la oreja en aquel momento. Por la cara que había puesto la enfermera Pastel no estaba muy seguro de que fueran buenas noticias. 

 

 

Ya no podía mas estaba agotado de tanto correr, iba a morir no tenía ninguna posibilidad contra Marshall, era más fuerte, más alto y encima contaba con su bajo-hacha, aunque quizás si el fantasma no sabía como hacerlo aparecer seria una lucha cuerpo a cuerpo… estaba perdido.

Tenía que pensar, usar su brillante cerebro para salir de esa situación. Una cosa estaba clara el fantasma tenía que considerar felices sus últimos momentos y lo que él quería era una novia… su corazón latió fuertemente, ¿Por qué se preocupaba por eso ahora? no era lo importante.

Unas manos cogieron el cuello de Gumball y lo estamparon contra la pared, Marshall hacia una fuerte presión en  su cuello.

-Te… quiero- dijo a duras penas Gumball. Si lo que el fantasma quería es que esa tal María le quisiese pues eso le iba a dar. El agarre se aflojo en gran medida hasta que directamente desapareció.

-Entonces… ¿Por qué corres?-pregunto “Marshall”- ¡ACASO PIENSAS QUE SOY TONTO!- dio un fuerte golpe a la pared.

-…-no sabía que decir, ya esta le había pillado, vio como tenía intenciones de agarrarle de nuevo el cuello y como un último impulso por despedirse de Marshall y del mundo, lo agarro por el cuello de la camisa y unió sus labios fuertemente.

Como si de magia se tratase un aura azulada salió del cuerpo de Marshall rompiéndose en mil pedazos y ellos seguían sin moverse, abrazados, era un momento extraño pero reconfortante.

-Pensaba que ibas a matarme- dijo Gumball rompiendo el silencio.

-Yo también lo pensaba- respondió con sinceridad Marshall- ¿Qué ha sido eso?-

-¿Eso, el qué?- Gumball se estaba haciendo el tonto.

-Bueno… ya sabes… el beso- dijo tímidamente, ni él sabía por qué le había costado tanto decir esa simple frase.

-Ah… eso… bueno… no se… supongo que ha sido un impulso, ¿Preferirías que te hubiese pegado?-

-No-Seguían abrazados, respiraban fuertemente, muchas imágenes lascivas le pasaban a Gumball por la cabeza y aunque pretendía, incluso para sí mismo, que no sabía por qué estaba pensando en esas cosas ahora, en realidad, lo sabía muy bien.

Marshall como en un arranque de fogosidad, pego a Gumball contra la pared y le beso con impaciencia, Gumball le correspondió de igual manera cosa que sorprendió a ambos.

Marshall le quito la camisa a Gumball y éste a su vez intentaba desabrochar su camisa, pero tenía tantos  botones que le costaba demasiado, viendo esto Marshall dejo de besarle y le dijo:

-Se hace así- dicho esto cogió la camisa por sus dos extremos superiores y estiró haciendo que la mitad de los botones de la camisa saltasen al suelo, Gumball se quedo boquiabierto ante su rudeza y Marshall, al ver su cara, un poco extrañado- ¿Te he asustado o algo?- dijo mientras esbozaba una sonrisa.

-No, más bien… eso… me pone bastante- Gumball lo agarro del cuello de la camisa y lo beso salvajemente de nuevo, algo que sorprendió totalmente al rey de los vampiros, después de una tanda casi interminable de lujuriosos y fogosos besos ambos notaban un bulto en sus pantalones.

Marshall comenzó a desabrocharse el cinturón, y Gumball paró en seco.

-Yo nunca he hecho esto antes- dijo con un tono rojizo en sus rosadas mejillas.

-Me lo imaginaba- Marshall se rio entre dientes- no te preocupes, voy a ser bueno contigo- dijo mientras le mordía la oreja.

Marshall acabó de quitarse el cinturón, se desabrocho los pantalones y cogió a Gumball en brazos y lo sentó en una roca que sobresalía de la pared.

Gumball se intento desabrochar también sus pantalones, pero sus manos temblaban tanto que  parecían flanes y no atinaba a hacer algo bien, podía oír la risa de Marshall en su oreja mientras le besaba el cuello.

-No te rías…- dijo peinándose su despeinado flequillo.

-Jajaja es que no puedo evitarlo, eres muy mono…- agarro sus pantalones y de un tirón, a la vez que Gumball daba un pequeño salto, le bajo los pantalones junto con sus ropa interior.

Marshall sonrió maliciosamente  mientras le besaba ferozmente y agarraba su pene.

-aaah…-gimió casi imperceptiblemente, aun así Marshall le oyó.

-No te lo guardes para ti- le dijo con voz ronca, esto ponía aun mas a Gumball, el vampiro aumento la presión conforme subía y bajaba la mano.

-aaah…Mar..sh..all- esta vez gimió algo más fuerte, estaba avergonzado, nunca había sentido tanta vergüenza en su vida, claro que tampoco nunca había sentido tanto placer. Marshall puso un dedo es sus labios.

-Chúpalo- le ordeno, con algo de indecisión, Gumball agarro su mano y se metió el dedo en la boca chupándolo como si fuese un helado.

Marshall le saco el dedo de la boca y, mientras seguía subiendo y bajando la mano por el pene erecto de Gumball, tortuosamente lento, básicamente para que no se corriera todavía. Dirigió su dedo hacia la entrada de este, lo metió poco a poco para no causarle dolor, una vez dentro comenzó a moverlo hasta que se dilato lo suficiente como para meter otro, y así hasta que metió el tercero.

Marshall se relamió los labios y Gumball comprendió que había llegado el momento, con mas temor que otra cosa le bajo los pantalones, ya desabrochados, junto con sus calzoncillos. Liberando su pene, Gumball se asusto, Marshall lo noto y presiono con más fuerza su miembro haciendo que este cerrara los ojos y que una corriente de placer invadiera su cuerpo, aprovechando esto saco sus dedos y de una fuerte estocada entro dentro.

-AAAahh… - el gemido de dolor de Gumball se transformo lentamente en uno apenas inaudible de placer.

Marshall se movía lentamente esperando que Gumball se acostumbrara y poco a poco fue aumentando el ritmo, contra mas rápido daba las estocadas más alto gemía Gumball. El rey vampiro también aumento de ritmo las subidas y bajadas de su mano que hacían a Gumball estremecerse de placer.

Cada vez ambos estaban más cerca de correrse esto hacia que su ritmo fuese frenético, por fin Gumball llego al clímax  y se corrió en la mano de Marshall, éste se corrió, segundos después, dentro del dulce príncipe, soltando un gemido ronco que ha Gumball le puso los pelos de punta y la piel de gallina.

Se quedaron un rato en esa posición pegados, frente con frente.

-Me encantas- le dijo Marshall mientras le lamia los labios. Gumball solo podía sonreír.

Fionna y Cake, en la puerta del templo, ya muy cansadas de esperar a sus dos amigos, preocupadas decidieron entrar a buscarlos, ellas lo único que habían hecho era charlar hasta llegar al fondo del templo donde estaban  enterrados todos los chuches y ni siquiera ahí les había aparecido un espíritu. Cuando estaban por entrar de nuevo unos sonrientes jóvenes aparecieron por la puerta.

-Vaya a buenas horas ¿habéis encontrado algo interesante? nosotras no- les pregunto Fionna.

-No hemos encontrado nada- dijo Gumball un poco sonrojado.

-Pero nos lo hemos pasado estupendamente- Marshall sonrió de medio lado mirando a Gumball lujuriosamente, Cake observo esto.

-¿Qué ha sido eso nene?- cake levanto una ceja

-¿El qué?- le respondió Marshall riéndose- Yo me voy ya a mi casa, cuando quieras volvemos a repetir la exploración de terrenos  juntos Gumball, ha sido muy agradable- dicho esto se alejo levitando.

Cake miraba  fijamente a Gumball

-¿Qué?- dijo Gumball

-Nada…- respondió Cake

-Venga chicos será mejor que volvamos a casa- dijo Fionna.

Si, aquella dulce tarde se había dado cuenta de lo mucho que le gustaba Marshall, una semana había pasado ya desde esa tarde y Gumball estaba muy inquieto, se había encontrado con él millones de veces en esa semana y actuaba como si nada. ¿Acaso para el vampiro no había significado nada? “seguramente” pensaba.

Pero muy lejos estaba nuestro príncipe de llegar a equivocarse.

 

 

 

 

Notas finales:

¡¡Espero que os haya gustado dejad reviews con vuestras opiniones!!


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