Rem caminaba cabizbajo rumbo a la escuela
-Tan temprano y ya en ese estado- le habló Raito, Rem suspiró largamente
-Últimamente me siento muy solo-
-Pero me tienes a mí- le abrazó por los hombros.
-Sí y lo agradezco pero me refiero a una pareja sentimental, tú tienes a Akemi- Raito comprendió de inmediato.
-¿Quieres qué te presente a uno de mis amigos?-
-No, gracias. Aún recuerdo la última vez-
-Oh, vamos, no fue tan malo-
-No, tú no estuviste ahí cuando comenzó a gritar a los cuatro vientos que odiaba a las personas que no combinaban sus calcetines-
-Jejejeje, debió ser divertido-
-No, claro que no lo fue-
-Ya, entiendo, en ese caso salgamos todos juntos y vayamos a un bar-
-No lo sé-
-Vamos, si no sales, ¿cómo vas a conocer a alguien?-
-… Está bien-
-Genial, no puedes retractarte-
-Sí, si-
-Bien, entonces el viernes eh-
-Si- Rem no estaba seguro, sin embargo, sabía que ya no podía retractarse.
Aquella noche tuvo el primer sueño, alguien le llamaba, era una voz dulce, sin embargo estaba llena de tristeza y angustia.
-Ven, te necesito… ven a mi lado-
-¿Quién eres?- en ese momento despertó, al momento olvido lo soñado, cuando llegó a la universidad, Raito lo esperaba ansioso.
-Rem, todos van a ir y están emocionados-
-Genial-
-No te veo muy emocionado-
-Lo siento, es solo que no dormí bien-
-Ya, bueno espero que descanses pues el viernes será hasta morir-
-Jajajaja, ok- ambos entraron a la universidad, entre clases Raito no dejaba de hablar de la reunión y que está sería grandiosa, Rem no se atrevió a decir nada pues no quería terminar con su entusiasmo, se alegró cuando fue la hora de regresar a casa, mientras caminaba rumbo a ésta, escuchó una voz.
-Ven-
-¿Quién?- no había nadie a su alrededor, Rem se encontraba confundido, pues aquella voz se le hacía familiar, Rem se golpeó mentalmente por asustarse, sin embargo los sueños fueron más recurrentes, Rem se veía sumamente cansado, para el viernes, Raito le miró preocupado.
-No te ves bien-
-No he podido dormir, he tenido sueños muy extraños-
-¿Cómo?-
-He soñado que alguien me llama-
-Amigo eso es espeluznante, no tienes algún acosador, ¿te has sentido observado?- Rem se mostró pensativo
-No lo sé-
-Eres muy distraído, debes de poner más atención a lo que ocurre a tu alrededor-
-Sí, tienes razón, Raito se que has preparado la salida de hoy para mí pero estoy tan cansado-
-Te acompaño, además con la pinta que traes no atraerías a nadie, ve a descansar- Rem le sonrió cansado, Raito estuvo al pendiente de su amigo durante las clases, ya que se movía por pura inercia.
-Rem, te acompaño a casa, no te ves bien-
-No te preocupes, ya es bastante que falte yo, ve tranquilo, además no vivo lejos-
-Rem- Raito se mostraba preocupado
-Anda, además Akemi te está esperando-
-Yo...-
-Todo este rato que estuvimos discutiendo, yo ya habría llegado a casa- Raito suspiró derrotado.
-Bien, pero en cuanto llegues me hablas-
-Está bien-
-Ok, ve con cuidado- Rem asintió y se alejó de su amigo, caminaba por una calle desierta cuando una voz conocida lo llamó.
-Rem… te necesito… ven-
-¿Qué?- miró confundido a su alrededor- Esta calle siempre está llena de gente ¿qué está pasando?- miró a su alrededor temeroso, él era la única persona que se encontraba. Rem corrió hasta su departamento.
-Rem, sin ti no puedo ganar, REM-
-DEJA DE LLAMARME, ¿QUIÉN ERES?- Rem sintió como su brazo era jalado, mientras su cabeza no dejaba de girar –BASTA, SUELTAME- Rem se sintió desfallecer, mientras que una sensación cálida se extendió por todo su cuerpo, comenzando por su pecho, donde se encontraba su corazón.
Rem abrió los ojos cansado, lo que vio lo sobrecogió y lo asustó, dragones, dragones volaban sobre él, abriendo sus fauces, escupiendo fuego, sus oídos percibían el clamor de una batalla, gritos de guerra y agonía.
-Esto es un sueño- trataba de convencerse, su cuerpo se sentía tan pesado que no podía moverse, cuando escuchó el resonar de acero contra acero, su consciencia lo abandonó, lo último que escuchó fue.
-TOMEN LA PIEDRA- de una voz conocida.