Espero que estés leyendo esto, y espero que no sea demasiado tarde.
Perdóname, perdóname por haberme ido sin avisar, perdóname por haberte dejado solo en este lugar, pero prométeme que no harás ninguna locura, creo que he trabajado lo suficiente como para que tengas el dinero suficiente para seguir viviendo bien hasta que vuelva.
Quiero decirte lo agradecido que estoy contigo Taemin, cuando pensé en largarme de aquella prisión que era la ciudad donde vivían mis padres y escaparme de esa patética sociedad, nunca pensé que accederías a escaparte conmigo, aun sin saber a dónde te llevaba, ni si sobreviviríamos al invierno, simplemente confiaste en mi y apoyaste todo tu amor y esperanza en mi cuerpo.
Te llevé cargado en la espalda todo el camino cubierto de nieve hasta llegar bajo el único techo que pudimos llamar hogar, al principio hacia mucho frio ¿Te acuerdas? Y dormíamos con toda la ropa que teníamos abrazados junto a la chimenea, aunque eras el único calor que necesitaba.
Poco tiempo después lo convertimos en una morada acogedora, recuerdo que la decoraste a tu gusto, aunque nunca me gustaron aquellos trozos de madera a los que tú llamabas figuritas, pero aun así me gustaba verte danzar de aquí para allá colocándolas en su sitio.
Tú, tu pálido cuerpo, tu pelo dorado y tus pequeñas manos eran lo único que necesitaba al llegar de trabajar, en cuanto abría la puerta te lanzabas en mi búsqueda refregándome la espalda mientras yo temblaba de frío en tus brazos, después me arrastrabas hasta la chimenea que horas antes habías encendido para esa ocasión y me tapabas con esa manta que usábamos para dormir.
Al principio me preguntabas si quería un té o chocolate caliente, pero tiempo después no te hizo falta preguntarme de nuevo y me traías una gran taza con humeante chocolate, te sentabas a mi lado y me llenabas de besos dulces mientras relamías mis labios. Algunas veces acabábamos ahí, porque estaba rendido y caía dormido en tu regazo, pero otras veces hacíamos el amor de la manera más delicada que conocía, disfrutando uno del otro, empañando las ventanas con el vapor de nuestro amor, hasta que se apagaba la llama del fuego y entonces, éramos los dos los que dormíamos.
Me despertaba aquella manía tuya de hacer ruido mientras cocinabas, siempre me acercaba a ver lo que hacías con tanto ruido y tu siempre denegabas mi ayuda. Me decías que mi cara estaba sonrojada cuando me levantaba y que era lindo cuando me refregaba los ojos, recuerdo que te sonreía como un estúpido ante aquellas palabras y tú volvías a tus quehaceres.
Siempre me gustó comer viendo algún programa en la televisión, pero me olvidaba de eso en cuanto te veía comer con ganas los pequeños manjares que tu madre te había enseñado a preparar.
Tu madre, la echas de menos, nunca me lo dijiste, pero esta casa es pequeña y se te oye llorar por las noches y yo nunca pude hacer nada para que dejaras de derramar lágrimas y tú solo fingías que nada había pasado, me odio, me odio por haberte separado de tu familia y tus amigos, pero me siento el ser más feliz del mundo por haber compartido todo este tiempo contigo.
Ese día que me dieron libre en el trabajo, cuando no hacia ni un mes que andábamos por aquí. Jugamos en la nieve ¿Recuerdas? Te caíste, resbalaste por esa ladera entre los árboles y rodaste montaña abajo, al principió solo pude reír, pues había resultado ser una caída muy linda, pero te heriste la rodilla, casi tropiezo yo cuando baje a por ti, tú te negaste a ser cargado pero al final acabé llevándote en volandas, hasta nuestra casa. Pasé el resto de mi día libre en la cama, observándote mientras dormías después de haberte vendado la herida, fue el mejor día libre que tuve, a pesar del susto.
Taemin, siento mucho tener que irme de esta manera, aun eres pequeño para comprender los verdaderos problemas que te da la vida y el paso del tiempo, tal vez dentro de un par de años te lo explique todo paso por paso, para que puedas perdonarme, pero mientras, espérame.
Bueno, te lo contaré, aun a riesgo de que no lo entiendas, la semana pasada me comunicaron que mi padre había fallecido, tú sabes cuánto odié a ese hombre pero la familia es la familia, además mi madre se habría quedado sola y no podía dejarla así. Llámame egoísta, pero no quería llevarte conmigo, no podía haber soportado que en cuanto hubiésemos llegado allí te hubiesen arrancado de mi lado, no se me pasa por la cabeza no volver a verte nunca.
¿Por qué no te dije que me iba? Porque hubieses querido venirte conmigo y yo habría acabado quedándome en casa contigo, con la conciencia removida y un dolor que ni tú podrías hacer desaparecer.
No puedo dejar de escribir, porque si lo hago tendré que salir por esa puerta y no quiero dejarte, me duele la mano y el bolígrafo casi se ha quedado sin tinta, pero estoy escribiendo palabras sin sentido intentando alargar este momento un poco más.
La vela ya casi se ha consumido, estas durmiendo justo enfrente de mí, sé que la luz te molesta aun con los ojos cerrados, casi no veo, pero no me importa, porque tu imagen vale más que cualquier sentido.
Acabo de besarte, no lo habrás notado, pero te has removido un poco, realmente quiero despertarte para ver tus ojos antes de irme, pero una fuerza extraña, tal vez el sentido común, me impide hacerlo. Por que se que me quedaría.
Taemin, te quiero, no hagas estupideces, por favor no intentes seguirme, volveré lo más pronto posible, tal vez un mes o dos, cuida de la casa, mantenla calentita, pero no te pases con el fuego y no estés mucho tiempo fuera, hace mucho frio y la nieve se acumula, solo tienes que apartarla un poco.
¿Sabes qué? Me voy a llevar una de tus figuritas y la llevaré encima todo el tiempo, para recordar esta casa y todo lo que hay dentro, incluyéndote a ti, cada vez que la mire.
No llores por que eso me destrozaría, se fuerte, te amo, mucho, bueno en realdad no sabría escribir cuanto te amo.
Adiós
Minho