“No olvides nunca que el primer beso no se da con la boca, ni no con los ojos.”
Las personas iban y venían por las calles en las que pasaba, un día más en una de las ciudades más hermosas del mundo. Caras sonrientes, serias, despreocupadas y todas las que podían verse en un día común y corriente; pero no para él, el rubio que se encontraba caminando hacia un mismo destino, desde ya hace mucho tiempo.
Nunca se había sentido atraído por un completo extraño, y menos en un lugar al que hace poco llego. Pero por alguna razón, que el desconocía, esa persona le llamo la atención, cuando lo vio sentarse frente a él en el vagón. Había tomado el tren equivocado por su torpeza, pero no se arrepintió de ello.
No fue amor al principio, pero mientras más pensaba en aquel hombre, la necesidad de verle se hacía más grande, termino por enamorarse de él; debía ser realista y no hacerse ilusiones, solo tomaba el mismo recorrido que él para verle, aunque sea un momento.
Abordo el tren que siempre tomaba, nunca escogía el que iba directamente, ¿Por qué?, siempre por él…
Un pelinegro entro en el vagón que se encontraba Naruto y se sentó enfrente, solo sabía su nombre, nada más. Pero por él, siempre llevaba sus mejores vestimentas.
Siempre era lo mismo, el pelinegro lo veía y suspiraba, para luego desviar la mirada; Naruto temblaba ante aquella acción del otro… pero nunca entablaban una conversación, hasta ese día.
Ese día en el que todo cambio y algo paso. Los labios del rubio despertaron y pronunciaron el nombre del otro con miedo y tartamudeando…
-I..Itachi-
El rubio se maldijo internamente, el peli negro debía pensar que era un chico torpe, quería morir de la vergüenza.
El tiempo de silencio lo sintió eterno, pero algo paso, sintió que el mayor se acercaba y de la nada le dio un abrazo cálido y con un cariño indescriptible.
-No te conozco- hablo por fin –pero siempre escojo este tren para poder verte- le sonrió al rubio.
Naruto correspondió ante aquel acto, su vida había cambiado, mientras que el tren se acercaba a su destino, un jueves cualquiera de Marzo.
Itachi tomo la mano de su amado rubio y la estrecho contra su pecho, el tren cada vez se acercaba a su último destino; un presentimiento hizo que Naruto tomara la cara del pelinegro entre sus manos, su valentía lo incita a realizar el último acto de ese momento, le da un beso tierno y amoroso, a lo que el mayor corresponde de la misma manera.
-Te quiero- susurro el mayor.
Era todo, el destino de ambos cambio en ese momento por un impulso de valentía y el deseo desesperado del corazón,
El rubio cerró los ojos y le regalo el ultimo susurro de su corazón a su amado… todo se volvió negro después de eso, sellando el destino de ellos y de los que iban en el tren.
La noticia trágica de lo que sucedió ese día resuena aun en nuestros tiempos, pero nadie sabrá que a pesar de eso, una historia de amor tuvo lugar ese día, un jueves cualquiera de Marzo.
“Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando.”