-¿Kyle?- el cuarto esta oscuro, con las ventanas cerradas, así que se me hace difícil distinguir lo que está en la oscuridad.

-A-amigo…- me responde con voz ronca y sin fuerza –La fiebre es indescriptible y mi madre no hace más que comprar esa estúpida medicina- gruñe en voz baja.

Me acerco hasta el para después sentarme en el filo de su cama y mirarlo algo triste.

-Kyle…encontré una forma para que te puedas sanar, pero no sé si te…-

-¿Enserio? – Me responde sobresaltándose sin dejarme terminar mi frase-¿Realmente hay una forma en la cual pueda deshacerme d esta jodida fiebre? Pregunta con un tono de esperanza y una leve sonrisa en sus finos labios, mierda…ni si quiera estoy seguro si funcione…y no quiero desilusionarlo.

Lo tomo de los hombros y me acerco un poco a él, cierro los ojos, y tímidamente acerco mis labios a los suyos.

-¿Qué hace?- me pregunta sobresaltado, pero yo tan solo lo ignoro y me acerco más a su rostro, hasta que me aparta y me queda viendo con algo de miedo.

Una visita a Suna, un calor sofocante y unas cuantas botellas en la habitación del Kazekage son suficiente incentivo para terminar con su lengua en la boca del otro, además, ambos lo querían desde hace mucho tiempo.

Entre la crema y nata de la sociedad y la política, la depravación abundaba y la diversión variaba.

GaaNaru/ NaruGaa

Advertencia: si no te gusta la pareja, no lo leas, evítate la molestia.