La música resuena en el local, el brillo de los focos y ese ambiente que apesta a alcohol dan paso a una figura en mitad del escenario. El blondo fotógrafo pudo jurar que aquel subido en el escenario era nada menos que un demonio. Un demonio capaz de captar su mirada y capturar toda su atención. Lo que desconocía este fotógrafo era su porvenir cuando su futuro se juntara con el de tan extraño personaje.

Lo que debía ser una pelea como cualquier otra se convirtió en una situación estúpida e infantil. Porque ambos sabían que nadie iba a morir, que todo iba a seguir igual, y que puede que no mañana, pero dentro de una semana se repitiera este absurdo patrón. Golpes e insultos era lo único que compartían. Pero puede que la solitaria luna fuera a ser testigo de un patrón inusual en esta historia de odio reciproco. Aun así, cuando la mañana llegue seguirán sintiendo esa aversión el uno por el otro como siempre han hecho. [One-shot].

Una noche mas en el cabaré, y un informante moreno descansa en un taburete frente a la barra, es una rutina casi diaria. Paseara su mirada por la puerta con la esperanza de oir el ruido de la campanita sobre el marco al abrirse. [Pequeño One-Shot].